El sultán y la bailarina, o la dona de Lynch, por Antonio Aguirre Fuentes
Hay una fábula que le interesaba a Lacan. Un sultán se aburría, sumido en el hastío y la tristeza. Una bailarina danza para animarlo. Saca un velo cada vez que la demanda del sultán se oye: « Más ». Uno a uno, y no queda ninguno. La voz del sultán exige: « Más ». Los siervos desollan a la…