3 preguntas a
… Dominique Laurent
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Nathalie Jaudel para la Lettre en ligne : El colectivo « No hay 0 en conducta para los niños de 3 años » encontró en abril de 2006, al Comité consultivo de ética en relación con el informe publicado a fines de 2005 por el Inserm sobre los « trastornos de conducta en el niño y el adolescente ». La opinión del comité de Ética, muy desfavorable al informe, fue dado el 11 de enero de 2007, ¿Cuales son según usted los puntos esenciales.
Dominique Laurent : Señalemos primero el acontecimiento! Los trabajos del Inserm son objeto por primera vez, de una crítica severa de parte de una institución cuya autoridad es incuestionable. El Comité nacional de ética denuncia de modo metódico el carácter cientificista de este informe y las graves consecuencias que implica en el plano ético. Esta toma de posición, señalémoslo, sobreviene cuando la ley sobre la prevención de la delincuencia acaba de ser adoptada en una primera lectura por el Parlamento. Esta lectura tuvo el interés de separar la parte psiquiátrica del resto de la ley.
La crítica que hace el Comité de ética es a la vez epistemológica y metodológica. En el plano epistemológico, la noción de trastornos de conductas definido por el DSM IV y el CIM10 es, según, el Comité de ética, de una tal ambigüedad que debería incluir campos de valoración experta que sobrepasan su solo marco médico. La definición de estos trastornos tiende en efecto a ocultar las fronteras entre patología y delincuencia y a discernir mal lo que depende de la medicina o de la justicia. Además la gran disparidad de los síntomas, de la crisis de cólera del niño de 3 años al robo a mano armada del adolescente, añadiéndose la rigidez de los criterios diagnósticos, agrega confusión.
La segunda crítica epistemológica del comité apunta al postulado sobre el cual descansa todo este informe.
Este privilegia una causalidad genética y neurobiológica. Rechaza tomar en cuenta los factores ambientales y familiares tan esenciales en el niño. Autoriza a partir de allí una medicina predictiva ciega. Este acercamiento es para el Comité de ética lineal y reductora del comportamiento humano. La historia de las ciencias, recuerda, reveló la vanidad de intentar reducir a tal o cual criterio la determinación del porvenir de una persona.
La tercera crítica se refiera a la confusión mantenida entre medicina predictiva y medicina preventiva. Una medicina preventiva toma a su cargo de manera precoz y adaptada a los niños que manifiestan un sufrimiento psíquico, una medicina predictiva de naturaleza probabilística, « aprisiona a estos niños en un destino que , para la mayoría de ellos, no hubiera sido el suyo si no se los hubiera rastreado » Una prevención fundada sobre rastreos de elementos predictivos con inscripción en un carnet no se justifica frente a hipotéticos beneficios y arrastra por el contrario una real estigmatización.
La crítica metodológica, ella, se refiere a la vez a la selección muy orientada de las publicaciones retenidas, sobre los límites del los meta análisis y sobre la elección de un grupo de expertos que representan casi » todos la única interfaz de la biología y de la psiquiatría » Dicho de otro modo, la psiquiatría biológica, en detrimento de la psiquiatría en su especificidad.
Para concluir se trata de una crítica muy severa y argumentada que denuncia una utopía cientificista en el Inserm
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NJ : El Comité consultivo de ética formula un cierto número de recomendaciones, ¿Que piensa?
DL : Las recomendaciones del Comité son de naturaleza variada pero tienen como brújula, me parece, el hecho de oponer el “para todos” al uno por uno. El universal que implica la estadística de una medicina predictiva que asigna para siempre un destino, se opone al sufrimiento de un niño aquí y ahora. Frente al proyecto de la Evidence based medicine (medicina basada en la evidencia) según la cual no hay más real que la estadística, el Comité se inscribe resuletamente en una medicina hipocrática según la cual lo real no es la enfermedad sino el enfermo. Es por ello que insiste sobre “la dimensión individual”. En esta perspectiva el Comité de ética insiste en la multiplicidad de los factores económicos, culturales, sociales, familiares, a tomar en cuenta en el caso por caso. Su inquietud por una medicalización sistemática unida al tratamiento químico de los problemas encontrados como lo preconiza el Inserm, me parece muy legítima
Del mismo modo, no puedo más que suscribir al rechazo de ver inscriptas en una libreta los datos fragmentarios poco confiables y estigmatizantes que podrían ser trasmitidos a representantes institucionales. Es esto la connivencia de la medicina y de la justicia. Es lo que denuncia el Comité oponiéndose a “la inscripción de la medicina preventiva en el campo de la represión” en el nombre de una estadística predictiva. El anhelo de una participación múltiple de las competencias en la concepción y la puesta en funcionamiento de medidas de prevención se desprende de una conversación que conocemos bien. Deja más lugar a la vida y al deseo, es decir, al sujeto, que el silencio del casillero.
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NJ : Esas recomendaciones no han frenado al Inserm, que , después recidivó con un informe sobre los “trastornos de aprendizaje” fundados en el sustrato neuronal, de los trastornos cognitivos. Frente a esta nueva ofensiva, los psicoanalistas pueden aún hacer valer otro punto de vista, y de qué modo?
DL : Este informe sobre los trastornos de conducta no un informe desdichado hecho por expertos inhábiles. Se inscribe en una perspectiva resuelta que viene a confirmar los informes sobre las psicoterapias, sobre “la autopsia psicológica” y sobre los trastornos del aprendizaje. Habrá otros. Este proyecto se inscribe en una perspectiva cientificista que sueña con reducir el lenguaje y sus efectos a una anatomía genética, neurobiológica y cognitivista. Esta ambición utópica, sostenida por créditos de investigación considerables, beneficia además a instituciones poderosas para extender su ideología. Los psicoanalistas harán valer como lo han hecho ya, las consecuencias políticamente desastrosas de la deriva de un cierto uso universalista de la ciencia que Lacan no cesó de denunciar en su enseñanza. Queda que la distancia que toma con la utopía cientificista el Comité, en el nombre del humanismo médico,se aparta de la objeción lacaniana. La objeción de la singularidad del sujeto tal como Lacan la concibe, más cerca del Kierkegaard que de Montaigne, es una objeción radical a lo universal del sujeto de la ciencia. Tiene como horizonte la singularidad del sínthoma y de la proximidad del sujeto con el goce. No hay prevención posible frente a esta contingencia sino una política razonada. La de una razón después de Freud.
Entrevista del 2 de abril de 2007
Entretien du 2 avril 2007
Traducción: Silvia Baudini