Del
dios padre freudiano a Ła mujer
lacaniana
Noche Directorio EOL
Silvia Salman
« Esto
está destinado a indicar el camino de un psicoanálisis propio de la época del
permiso para gozar, de la época en que la prohibición ha perdido
protagonismo…una época en la cual la grieta intrínseca del goce ya no se
parapeta tras el padre…los psicoanalistas se horrorizaron ante lo que la
experiencia psicoanalítica reflejaba de esa operación…que el parletre desprograma
la relación sexual… Una vez superado el horror se abre al psicoanálisis un campo…la
pasión por lo nuevo…significa que hay que soportar lo nuevo…los analistas de
mañana no responderán a la norma de ninguna iglesia… »
está destinado a indicar el camino de un psicoanálisis propio de la época del
permiso para gozar, de la época en que la prohibición ha perdido
protagonismo…una época en la cual la grieta intrínseca del goce ya no se
parapeta tras el padre…los psicoanalistas se horrorizaron ante lo que la
experiencia psicoanalítica reflejaba de esa operación…que el parletre desprograma
la relación sexual… Una vez superado el horror se abre al psicoanálisis un campo…la
pasión por lo nuevo…significa que hay que soportar lo nuevo…los analistas de
mañana no responderán a la norma de ninguna iglesia… »
(Miller,
Un esfuerzo de poesía, pág.290)
Un esfuerzo de poesía, pág.290)
Después
del padre, el goce se escribe en femenino
del padre, el goce se escribe en femenino
La noche de hoy nos reúne alrededor de un
párrafo extraído de la puntuación del último capítulo del curso de Miller “Un
esfuerzo de poesía”. Ese capítulo se llama “Del padre a la mujer”. El “Del”
sugiere sin duda un desplazamiento. Sin embargo, el título de la convocatoria
que nos proponen contiene además otros términos (dios freudiano –para referirse
al padre- y lacaniana –para referirse a la mujer-) y eso indica al menos para
mí, un desplazamiento mayor.
párrafo extraído de la puntuación del último capítulo del curso de Miller “Un
esfuerzo de poesía”. Ese capítulo se llama “Del padre a la mujer”. El “Del”
sugiere sin duda un desplazamiento. Sin embargo, el título de la convocatoria
que nos proponen contiene además otros términos (dios freudiano –para referirse
al padre- y lacaniana –para referirse a la mujer-) y eso indica al menos para
mí, un desplazamiento mayor.
En el fondo se trata del desplazamiento de Freud
a Lacan. Es un hecho, en cuanto al padre, Lacan se desplazó de Freud. Y eso no
llegó de la mano de su ultimísima enseñanza, ese cuestionamiento al padre está presente
al menos desde el año 1963, el tiempo de su excomunión.
a Lacan. Es un hecho, en cuanto al padre, Lacan se desplazó de Freud. Y eso no
llegó de la mano de su ultimísima enseñanza, ese cuestionamiento al padre está presente
al menos desde el año 1963, el tiempo de su excomunión.
El anuncio del Seminario que no fue, “Los
nombres del padre”, señala el pasaje de la religión (del padre) a la lógica
(del discurso). Todo su Seminario 11, el que dictó en su lugar, está hecho para
realizar una operación de extracción del deseo de Freud (deseo del padre) del
psicoanálisis. Extraer el deseo de Freud, en la medida de lo posible, desemboca
un tiempo después, en la escritura por parte de Lacan del discurso analítico. Eso que llamamos “discurso analítico” es el
psicoanálisis más allá del Edipo, dicho de otro modo, el psicoanálisis menos el
deseo de Freud[i].El
deseo del analista al que podríamos connotar como el deseo de Lacan, se
desprende de este desplazamiento.
nombres del padre”, señala el pasaje de la religión (del padre) a la lógica
(del discurso). Todo su Seminario 11, el que dictó en su lugar, está hecho para
realizar una operación de extracción del deseo de Freud (deseo del padre) del
psicoanálisis. Extraer el deseo de Freud, en la medida de lo posible, desemboca
un tiempo después, en la escritura por parte de Lacan del discurso analítico. Eso que llamamos “discurso analítico” es el
psicoanálisis más allá del Edipo, dicho de otro modo, el psicoanálisis menos el
deseo de Freud[i].El
deseo del analista al que podríamos connotar como el deseo de Lacan, se
desprende de este desplazamiento.
“Es muy
impactante ver en la obra de Freud el polimorfismo de lo que atañe a esa relación
al padre”. Así comienza la “Nota sobre el padre” con la
que Lacan interviene en octubre de 1968 (hace 50 años!) en respuesta al trabajo
de Michel de Certau en el Congreso de Strasburgo. ¿Acaso no es también
impactante ver en la enseñanza de Lacan, si no un polimorfismo al menos una
diversidad en lo que atañe a la relación al padre?
impactante ver en la obra de Freud el polimorfismo de lo que atañe a esa relación
al padre”. Así comienza la “Nota sobre el padre” con la
que Lacan interviene en octubre de 1968 (hace 50 años!) en respuesta al trabajo
de Michel de Certau en el Congreso de Strasburgo. ¿Acaso no es también
impactante ver en la enseñanza de Lacan, si no un polimorfismo al menos una
diversidad en lo que atañe a la relación al padre?
Con esta pregunta retomo la discusión de la noche de orientación
lacaniana del mes de julio, para indicar que tal vez podríamos señalar también otro
desplazamiento,esta vez de Lacan a Miller…lo retomo tal como lo mencioné en
aquella ocasión: como un “Después del padre”.
lacaniana del mes de julio, para indicar que tal vez podríamos señalar también otro
desplazamiento,esta vez de Lacan a Miller…lo retomo tal como lo mencioné en
aquella ocasión: como un “Después del padre”.
“Después” es algo que ocurre con posterioridad,
sea de lugar, sea de tiempo, o incluso de preferencia…en todo caso, “después”
no es seguro que mantenga ninguna referencia con lo anterior, como sí lo indica
la fórmula del más allá. De hecho, para referirse al más allá del padre Lacan
advierte que es a condición de servirse de él o si quieren, no sin el padre.
Pero después del padre introduce a mi entender algo nuevo, puede ser un nuevo
orden (de hierro), puede ser un nuevo espacio (virtual) , o también un nuevo
tiempo (continuo)…un “nuevo” cuyo alcance aún está por verse, tanto para el
mundo contemporáneo como para lo que de ello atañe al psicoanálisis.
sea de lugar, sea de tiempo, o incluso de preferencia…en todo caso, “después”
no es seguro que mantenga ninguna referencia con lo anterior, como sí lo indica
la fórmula del más allá. De hecho, para referirse al más allá del padre Lacan
advierte que es a condición de servirse de él o si quieren, no sin el padre.
Pero después del padre introduce a mi entender algo nuevo, puede ser un nuevo
orden (de hierro), puede ser un nuevo espacio (virtual) , o también un nuevo
tiempo (continuo)…un “nuevo” cuyo alcance aún está por verse, tanto para el
mundo contemporáneo como para lo que de ello atañe al psicoanálisis.
En todo caso, pienso que la operación que hace
Miller sobre la ultimísima enseñanza de Lacan, va en esa dirección. Si tuviera
que definirla, diría que esa operación consiste en pensar el goce sin el S1 que
lo vuelve legible[ii].
Así, si Lacan extrajo el deseo de Freud para obtener un psicoanálisis sin el
padre y de allí devienen Los Nombres del padre que son los S1 que vuelven
legible el goce., Miller extrae el S1 para obtener un psicoanálisis que llegado
el caso, pueda afrontar lo ilegible.
Miller sobre la ultimísima enseñanza de Lacan, va en esa dirección. Si tuviera
que definirla, diría que esa operación consiste en pensar el goce sin el S1 que
lo vuelve legible[ii].
Así, si Lacan extrajo el deseo de Freud para obtener un psicoanálisis sin el
padre y de allí devienen Los Nombres del padre que son los S1 que vuelven
legible el goce., Miller extrae el S1 para obtener un psicoanálisis que llegado
el caso, pueda afrontar lo ilegible.
De la
prohibición a la imposibilidad
prohibición a la imposibilidad
Pero, el padre es un hueso duro de roer, cuando aceptamos
que se vaya e incluso lo acompañamos hasta la puerta principal, resulta que lo
hacemos entrar de nuevo por la ventana, y así no estamos tan seguros que el
psicoanálisis quiera arreglárselas sin él. Pero, admitamos al menos que ya no
podemos refugiarnos en tal o cual prohibición del goce por parte del padre. Admitamos
que la pérdida de goce no es obra de ningún arrebato o robo paterno. Admitamos
finalmente que el goce encuentra sus límites de manera natural[iii]“Es precisamente porque Lacan pudo pasar más
allá de la problemática de la interdicción, que pudo despejar el goce femenino
como tal”[iv].
Es decir dejar de centrarlo en una función negativa (la del pennis-neid) y dejar
también de pensarlo desde el lado masculino (según las fórmulas de la sexuación
en el Seminario 20 Aún).
que se vaya e incluso lo acompañamos hasta la puerta principal, resulta que lo
hacemos entrar de nuevo por la ventana, y así no estamos tan seguros que el
psicoanálisis quiera arreglárselas sin él. Pero, admitamos al menos que ya no
podemos refugiarnos en tal o cual prohibición del goce por parte del padre. Admitamos
que la pérdida de goce no es obra de ningún arrebato o robo paterno. Admitamos
finalmente que el goce encuentra sus límites de manera natural[iii]“Es precisamente porque Lacan pudo pasar más
allá de la problemática de la interdicción, que pudo despejar el goce femenino
como tal”[iv].
Es decir dejar de centrarlo en una función negativa (la del pennis-neid) y dejar
también de pensarlo desde el lado masculino (según las fórmulas de la sexuación
en el Seminario 20 Aún).
En el artículo “Breve introducción al más allá
del Edipo”, Miller distingue el mito del padre del mito pulsional, y esa
distinción permite captar a mi entender, ese goce que un psicoanálisis puede
despejar si sobrepasa la idea de prohibición.
del Edipo”, Miller distingue el mito del padre del mito pulsional, y esa
distinción permite captar a mi entender, ese goce que un psicoanálisis puede
despejar si sobrepasa la idea de prohibición.
Los mitos freudianos del padre son cuentos para
novelar la pérdida de goce. Hubo alguien
que dijo de tu goce “eso es mío” y que te lo robó para no devolverlo más[v].
Es el odio neurótico al padre en la neurosis obsesiva o la querella interminable
en la histeria.
novelar la pérdida de goce. Hubo alguien
que dijo de tu goce “eso es mío” y que te lo robó para no devolverlo más[v].
Es el odio neurótico al padre en la neurosis obsesiva o la querella interminable
en la histeria.
Ahora bien, lo que Miller llama el mito
pulsional es una variante del mito del padre, porque no cuenta sólo el robo de
la libido sino que agrega un elemento fundamental que son las migraciones, es
decir sus desplazamientos. La alegoría que Miller propone es: Una vez robada, usurpada, Libido no sucumbió
en la prisión donde la tenía el padre…Libido no murió sino que se hizo nube,
agua, manantial, torrente. Yo la vertía –dice el padre- en el tonel de las
Danaides…Pero nosotros sabemos lo que él no sabía, esa no era una caja que
pudiera retenerla…Padre no veía que Libido se iba y que en el desierto mil
oasis florecían. Padre creyó ser enterrado junto a Libido. Y el sujeto le
creyó…[vi]
pulsional es una variante del mito del padre, porque no cuenta sólo el robo de
la libido sino que agrega un elemento fundamental que son las migraciones, es
decir sus desplazamientos. La alegoría que Miller propone es: Una vez robada, usurpada, Libido no sucumbió
en la prisión donde la tenía el padre…Libido no murió sino que se hizo nube,
agua, manantial, torrente. Yo la vertía –dice el padre- en el tonel de las
Danaides…Pero nosotros sabemos lo que él no sabía, esa no era una caja que
pudiera retenerla…Padre no veía que Libido se iba y que en el desierto mil
oasis florecían. Padre creyó ser enterrado junto a Libido. Y el sujeto le
creyó…[vi]
Moraleja: Puede haber mito del asesinato del
padre pero nunca habrá muerte del goce! El goce imposible de negativizar es un
nombre posible para designar ese aspecto vivo del goce.
padre pero nunca habrá muerte del goce! El goce imposible de negativizar es un
nombre posible para designar ese aspecto vivo del goce.
Cuando los analizantes nos hablan del padre o de
la madre, o aún de la familia toda, leemos en estos temas que toman la vida por
entero de un sujeto, un significante, una frase, un gesto, o una identificación
a la que se encuentran atornillados. Allí no se trata de leer o interpretar la
novela, sino de atrapar lo que de esa novela desfallece.
la madre, o aún de la familia toda, leemos en estos temas que toman la vida por
entero de un sujeto, un significante, una frase, un gesto, o una identificación
a la que se encuentran atornillados. Allí no se trata de leer o interpretar la
novela, sino de atrapar lo que de esa novela desfallece.
En la operación analítica esto significa separar
el significante amo del plus de goce poniendo de relieve al segundo, es decir
liberar los significantes amo y hacer consistir el plus de goce que es lo
propio de cada uno. O dicho en términos de Lacan en su reseña del Seminario 19
…o peor:
el significante amo del plus de goce poniendo de relieve al segundo, es decir
liberar los significantes amo y hacer consistir el plus de goce que es lo
propio de cada uno. O dicho en términos de Lacan en su reseña del Seminario 19
…o peor:
Se trata en el psicoanálisis de
elevar la impotencia (la que da la razón del fantasma) a la imposibilidad
lógica (la que encarna lo real)[vii]
elevar la impotencia (la que da la razón del fantasma) a la imposibilidad
lógica (la que encarna lo real)[vii]
Despejar lo femenino
es -si puedo decir así- despejar un campo donde la representación falta para localizar el
goce. Imposible de decir, también de nombrar y fundamentalmente de simbolizar,
ese espacio que resiste a los modos de representación es la causa primera pero también
la final de un análisis. Su presencia inaugural en la vida de un sujeto, los
modos de interpretarlo y tratarlo y lo que al final se puede alcanzar de él
transformado por el trabajo analítico haciéndolo escritura, es una de las
grandes enseñanzas que nos dejan los testimonios de los AE.
es -si puedo decir así- despejar un campo donde la representación falta para localizar el
goce. Imposible de decir, también de nombrar y fundamentalmente de simbolizar,
ese espacio que resiste a los modos de representación es la causa primera pero también
la final de un análisis. Su presencia inaugural en la vida de un sujeto, los
modos de interpretarlo y tratarlo y lo que al final se puede alcanzar de él
transformado por el trabajo analítico haciéndolo escritura, es una de las
grandes enseñanzas que nos dejan los testimonios de los AE.
Un psicoanálisis laico
Los psicoanalistas dicen
“sí” a la feminidad.
“sí” a la feminidad.
Por ser producto de
su formación, que es principalmente la de su propia experiencia de análisis, el
psicoanalista se orienta hacia esa zona de la falta de representación y encuentra
así los modos de acceso a ese goce que ya no desconoce ni se
parapeta tras el padre. Lo que no es
posible sin haber reconocido un cierto número de imposibles en su devenir
analítico.
su formación, que es principalmente la de su propia experiencia de análisis, el
psicoanalista se orienta hacia esa zona de la falta de representación y encuentra
así los modos de acceso a ese goce que ya no desconoce ni se
parapeta tras el padre. Lo que no es
posible sin haber reconocido un cierto número de imposibles en su devenir
analítico.
Analizarse es entre
otras cosas, darse el tiempo para hacer la experiencia de la inconsistencia del
Otro, lo que implica formarse –si puedo decir así- al agujero. ¿Formarse en qué? En distinguir el
atiborramiento, el taponamiento, el intervalo…a fin de percatarse de que aquí
se plantea la cuestión de qué poner allí.[viii]
otras cosas, darse el tiempo para hacer la experiencia de la inconsistencia del
Otro, lo que implica formarse –si puedo decir así- al agujero. ¿Formarse en qué? En distinguir el
atiborramiento, el taponamiento, el intervalo…a fin de percatarse de que aquí
se plantea la cuestión de qué poner allí.[viii]
Sin embargo siempre está el
riesgo de que el Psicoanálisis se convierta en una Iglesia guardiana de una
ortodoxia[ix],
incluso la ortodoxia de la mujer o de lo femenino…por ello conviene
interrogarse cada vez, lo que de la religión aún continúa vivo en él. La
Escuela es un refugio para la ortodoxia pero nunca una garantía, de lo
contrario ella misma sería una ortodoxia.
riesgo de que el Psicoanálisis se convierta en una Iglesia guardiana de una
ortodoxia[ix],
incluso la ortodoxia de la mujer o de lo femenino…por ello conviene
interrogarse cada vez, lo que de la religión aún continúa vivo en él. La
Escuela es un refugio para la ortodoxia pero nunca una garantía, de lo
contrario ella misma sería una ortodoxia.
¿Qué nos reúne alrededor de
la Escuela? No nos reúne ni una
idolatría, ni semblantes por prestigiosos que fuesen, ni las
figuras paternas de Freud y Lacan…[x]
lo que nos reúne alrededor de una Escuela es ese espacio vacío de toda
representación. Un esfuerzo más entonces, para hacerlo ex –sistir.
la Escuela? No nos reúne ni una
idolatría, ni semblantes por prestigiosos que fuesen, ni las
figuras paternas de Freud y Lacan…[x]
lo que nos reúne alrededor de una Escuela es ese espacio vacío de toda
representación. Un esfuerzo más entonces, para hacerlo ex –sistir.
Octubre 2018
Foto Man Ray
[i] Miller, J.A.-: Breve introducción al más allá del Edipo, del Edipo a la sexuación, Ed.Paidós, BsAs, 2001, p.18
[ii] Miller, J.A-. Piezas sueltas, p.116
[iii] Miller, J.A.-: Esfuerzo de poesía, Ed Paidós, BsAs, 2017, p.290
[iv] Miller, J.A.- El ser y el Uno, inédito, clase 9/2/2011
[v] Miller, J.A.-: Breve introducción al más allá del Edipo, p.19
[vi] Miller, J.A.-: op.cit. p.21
[vii] Lacan, J.: El Seminario Libro 19 …o peor, Ed.Paidós, BsAs, 2012, p.239.
[viii] Lacan, J.: El Seminario Libro 19, …o peor, Ed.Paidós, BsAs 2012, p.227
[ix] Miller, J.A : Breve introducción…p.17
[x] Miller, J.A.-: Conferencias porteñas, Tomo 2, El analista y los semblantes,
p.129
p.129