Ricardo Torrejón nos brinda algunas precisiones sobre la manera como el parlêtre hace posible una consistencia del cuerpo para que no se le escape, explora de forma suscinta la vía del escabel en oposición al intento de la ciencia que intenta superponer el ser con el cuerpo.
El hecho de que el hombre diga que tiene un cuerpo, no tiene nada que ver con la definición del sujeto como el que se representa en un significante para otro significante; es lo que Lacan indica en la última lección del seminario 23 El sinthome.
Esta referencia al sujeto barrado de su primera enseñanza, se ubica en relación a lo trabajado por Lacan sobre el cuerpo y su separación de toda referencia al ser. El sujeto es definido como representado por un significante para otro significante, pero no se puede decir lo mismo del cuerpo, este está por fuera de toda articulación al ser y fuera de cualquier determinación por la representación de los significantes.
De esta forma me parecía importante poder precisar lo que se ubica del lado del ser y cómo esto se puede o no articular con el cuerpo.
Una referencia al ser en la última enseñanza de Lacan, aparece en relación al concepto de escabel, como aquello por lo cual el parlêtre se hace una consistencia del cuerpo para que no se le escape del todo.
Miller aclara la referencia de Lacan al denominado sinthome madaquine: “el sinthome elevado al semblante, vuelto maniquí y velado por las sublimaciones disponibles en la tienda de los accesorios: el ser y su esplendor, lo verdadero, lo bueno, lo bello, etc.”[1] Y a esta elevación al semblante en relación al ser y su esplendor, Lacan lo llama escabel, que hace hincapié en el cuerpo, en la medida en que el sinthome es acontecimiento corporal.
El escabel, dice Lacan “es lo que condiciona en el hombre el hecho de que él viva del ser (= que vacía el ser) en la medida en que él tiene -su cuerpo: por lo demás no lo tiene sino a partir de eso”[2] Eric Laurent plantea que esta creencia en el cuerpo no es sin desconocimiento y esto tiene relación con el “yo no pienso”, que sería una forma de traducir lo que dice Lacan sobre que el hombre “vive del ser”[3]
La vía del escabel como un concepto que nos oriente en la clínica, tendría que estar del lado de poder servirse de ese vivir del ser, pero que no implique un delirio del ser cuerpo, como lo pretende la tecnología que explora el cerebro y realiza los diagnósticos por imágenes y pretende encontrar allí el real que revele el misterio del cuerpo, donde se puede verificar el intento de superponer el ser con el cuerpo.
Notas:
[1] Miller, J. A., Nota paso a paso, en: Lacan, J., “El seminario 23: El sinthome”, Paidós, Bs. As., 2006. p. 204.
[2] Lacan, J., Joyce el síntoma, en “Otros escritos”, Paidós, Bs. As., 2012, p. 592.
[3] Laurent, E., Hablar con su cuerpo escabel, en: https://www.congressoamp2016.com/pagina.php?area=8&pagina=64