Ennia Favret
Un Miller con « ganas de complacer » a quien lo invita, a quienes le preguntan, a nosotros que lo vemos y lo escuchamos…
Un Miller que lee la père-versión en una novela actual: Una semana de vacaciones, de Christine Angot…
Un Miller que brinda orientación: repasar la ultimísima enseñanza de Lacan con la lectura del Seminario 6…
Un Miller que propone un analista para el siglo XXI: con los ojos abiertos y sin nostalgia…
Un Miller que amablemente interpreta su Jam session…
Adriana Luka
La proyección del video de Miller –que agradezco–, nos sirve de orientación para una relectura del Seminario 6 a la luz de la última enseñanza de Lacan. Espero la aparición establecida del mismo.
Si ya no se trata de la nostalgia por el padre, sino de ir más allá del Edipo y de considerar al padre como síntoma, me pregunto si esto invalida « ir más allá del padre a condición de servirse de él » o responde a la misma lógica.
La insistencia de Miller respecto del uso del Ella y del El no me quedó muy claro, lo tomé como el uso de la novela, para dar cuenta de temas que nos atañen desde el psicoanálisis; por ahora eso.
Me sorprendió que hablara del fantasma de la hija y del fantasma del padre como articulados, y no desde el síntoma. Para pensarlo.
Por último la referencia a la religión católica y al papa actual me recordó la referencia de Lacan en 1974 donde dice, refiriéndose a la católica como la verdadera religión, que el psicoanálisis no triunfará sobre la religión, sobrevivirá o no. Considerar como fenómeno lo que se está dando frente a la caída del padre, la búsqueda del mismo en un Papa « que lo puede todo ».
Frida Nemirovsky
Es importante verlo y escucharlo; me interesó el modo en que Miller, a partir del comentario del libro Una semana de vacaciones, de Christine Angot, recorta la cuestión del padre diciendo que se trata de un perverso, y eso da lugar a que él plantee la père-versión, sosteniendo que si uno lee el Seminario 6 de Lacan, puede ya darse lugar a una subversión del padre del Edipo, sobre todo si se acompaña del último Lacan. Miller despliega cómo Lacan, ya en esos Seminarios –4,5-6– pone en cuestión al padre idealizado de la primera época de su enseñanza. Y digo que hay que escucharlo porque me parece propio de la lógica milleriana trabajar ese concepto desde el primer momento. Enfatiza que hay que terminar de una vez por todas con esa figura del padre aplastante, que oscurece el deseo, tema del Seminario 6. Hay que dejar de suspirar por ese padre en decadencia y tomar el riesgo de ir du père au pire, sabiendo que no hay garantías.
Marita Salgado
Resonancias de un decir
« Nada de lo humano es ajeno a un psicoanalista », es la frase que abre el video, frase que da lugar al comienzo y se retoma hacia el final, donde Miller toma posición y responde. Un libro, lo real y su letra, hacen posible recorrer, a partir de lo insoportable del padre, del eclipse del padre en la civilización, una lectura del modo de desembarazarse de lo insoportable de una función que cae.
Sin nostalgia por el padre, Miller ubica la ciencia habitada por la pulsión de muerte, y nombra los lugares donde lo peor de la humanidad se presenta e interroga al psicoanálisis. Miller no retrocede y responde: le toca al psicoanálisis reconocer, aceptar lo peor, abrir los ojos, diferenciándose de lo religioso, pero reconociendo su política. Y nos transmite una pragmática: acompañar el movimiento para moderarlo, reconocerlo para regularlo, más que oponerse en vano, inaugurando un realismo: suspeorar después del padre, capitalizando el movimiento, lo vivo del lenguaje que se desplaza en el deseo.
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