Dalila Arpin (ECF-Paris) y Raquel Cors Ulloa (NEL-Santiago de Chile) me han avisado hoy que iban a trabajar juntas.
Para sostener ese proyecto, yo decido lanzar a título experimental, dentro del Institut Lacan/Instituto Lacan
The LAcanian Transatlántica de InvestiGaciOn (LATIGO)
Jacques-Alain Miller
Paris 14 de Febrero de 2013
EDITORIAL
Dalila ArpinPsicoanalista. Miembro ECF – AMP y LATIGOParís – Francia
En este quinto número de Latigazo, el lector encontrará un texto inédito de Miquel Bassols, flamante presidente de la AMP, del seminario para Docentes del INES (Instituto Nueva Escuela), que tuvo lugar luego del Encuentro ENAPOL, en noviembre pasado.
El autor nos aclara sobre el estatuto de la letra, por medio de una “demostración literal”, siguiendo a Lacan en Lituraterra. Se trata precisamente de la escritura que hay en el decir. Se homologa a menudo, como lo señala Bassols, letra y escritura, pero no hay que olvidar el carácter de escrito que subsiste a las palabras. Dicho de otro modo, es el rastro del decir en el cuerpo anudado a la pulsión.
Bienvenidos entonces a este viaje a Terra incóngnita, que extrae las consecuencias de la frase de Lacan: “Entre centro y ausencia, entre saber y goce, hay litoral que solo vira a literal si pudiesen, a ese viraje, considerarlo el mismo en todo instante.”
Con este quinto número iniciamos igualmente un nuevo ciclo, que será nuestro rasgo distintivo: explorar los avatares del psicoanálisis en lugares en donde, a falta de una Escuela, le cuesta implantarse. Este viaje nos lleva a conocer las dificultades particulares ligadas al país de acogida experimentadas por nuestros colegas así como las invenciones singulares que les permiten enfrentarlas. Este nuevo ciclo se inaugura con Holanda, país donde si bien existen asociaciones psicoanalíticas que pertenecen a la IPA, la orientación lacaniana está ausente de la clínica.
Mariela Vitto detalla el recorrido histórico del psicoanálisis así como las condiciones actuales de su ejercicio. Yo volví a descubrir este país, gracias a los Seminarios de la Universidad Popular Jacques Lacan que llevamos a cabo desde hace dos años en español y que han comenzado más recientemente en neerlandés.
Finalmente, para seguir en el ambiente holandés, un personaje fuera de serie, Etty Hillesum, escritora y mística judía pero sobre todo, una mujer con mucho coraje que, durante la Segunda Guerra Mundial, pidió ser deportada para así poder estar más cerca de los suyos, el pueblo judío. En medio del Siglo que se distinguió tristemente por la muerte organizada de seres humanos cuyo único pecado era ser judíos, Etty Hillesum no olvida cantar a la vida. En medio de las ruinas, ella puede aún decir que “la vida es bella y vale la pena ser vivida”. Le pedí a Carolina Koretzky, quien me hizo descubrir antaño este increíble destino, de hacer una reseña para los lectores de Latigazo.
Buena lectura entonces y hasta luego de las vacaciones, para otras aventuras en comarcas aisladas para el psicoanálisis, para nuevos descubrimientos en otras Terras incógnitas.
Retales
Miquel BassolsPsicoanalista. Presidente de la AMPBarcelona – España
Retal es anagrama de letra que sólo la letra hace posible. Nos sirve en castellano para intentar escribir lo que Jacques Lacan enseña en su texto Lituratierra, intento de traducción de lo que escribió en su lengua como Lituraterre. Lo que no cesa de no traducirse de este texto todavía indescifrado nos sirvió así para explicar lo que el propio texto pone en acto por medio de una “demostración literal”, incluso literaria, distinta en este caso a la que por otras vías Lacan había intentado como “demostración científica” del inconsciente, si ésta fuera posible. No lo es, aunque no por ello hay que dejar de intentarla, una y otra vez. Y es en este intento cada vez renovado donde reside el valor, la agalma incluso, del trabajo de lectura y escritura propio de un Seminario como el que organizó el INES
y al que fuimos tan amablemente invitados. Este texto está hecho de los retales -pedazos sobrantes de una tela, piel, chapa metálica- de aquel trabajo. Contamos con lo que guarda también del lastre necesario para que una embarcación mantenga la línea de flotación conveniente, o un globo en el fluido del aire, aunque sea para terminar desprendiéndose de él si hace falta a la hora de sobrevolar esta Lituratierra que es la experiencia analítica.
Lituratierra incognita
Lituratierra incognita, decía Jacques-Alain Miller
refiriéndose al Seminario sobre “El Sinthome” de Jacques Lacan, lugar de exploración del goce incontable, lugar imposible de representar. Terra incógnita era la zona que en los mapas antiguos quedaba delimitada como una zona en blanco de fronteras imprecisas, región inexplorada, sin nombre ni representación posible, pero donde a veces se encontraba la leyenda hic sunt dracones, aquí hay dragones, seres fantásticos. Hay varios seres fantásticos que guardan su enigma en Lituratierra, texto que puede ser leído por otra parte como un tratado de geografía lacaniana, o también de meteorología, incluso de ecología
, pero que en todo caso sigue permaneciendo como una zona en blanco en la geografía psicoanalítica, una página en blanco en la que algo cesa de no escribirse en la enseñanza de Lacan y que tendrá sus desarrollos posteriores. Toca así algo de lo imposible de representar, algo de lo más real del lenguaje. El resultado es este texto que es “no-para-leer” como se dice en la contratapa de los “Otros escritos”, que parece a veces ininterpretable, pero es porque él mismo se nos presenta ya como una interpretación que debe ser leída antes de ser comprendida
.
Situemos de entrada uno de los seres fantásticos que encontramos en el texto de Lacan y que funciona como su mayor argumento, como su objeto en sentido estricto: la letra. Se trata de la letra no en su dimensión de impresión, de la letra impresa como representación de la palabra dicha, dimensión a la que se la suele reducir de manera impropia, sino de la letra que se escribe en la palabra dicha, de la escritura que hay en el decir.
¿Cómo puede estar la letra en la palabra dicha, cómo puede decirse que hay una escritura en el decir? Habitualmente distinguimos el hecho de hablar del hecho de escribir. Es muy distinto que alguien me diga “Nos veremos aquí mañana a la misma hora” que encontrar la misma frase escrita en un papel. En este último caso no tengo ninguna referencia clara para ninguna de las palabras. No sé quién ha escrito la frase, ni sé tan sólo si se dirige a mí, ni cuándo ni dónde ha sido escrita, de modo que las palabras “aquí” y “mañana a la misma hora” han perdido su referente. La escritura, como decía Freud, es el lenguaje del ausente. En cambio, la palabra dicha, dicha en una situación precisa de enunciación, mantiene estos referentes de manera clara y precisa, o al menos lo suponemos. Vistas así las cosas, hablar y escribir son dos actos distintos, la palabra dicha y la palabra escrita tienen funcionamientos y condiciones diferentes. Pero eso sólo es así si reducimos una y otra a dos formas de representación de algo previo, del pensamiento por ejemplo, entidad de hecho muy ambigua e imprecisa, mucho más en todo caso que el significante o la letra. La hipótesis lacaniana de la instancia de la letra en el inconsciente implica que hay una letra en la palabra dicha, que hay una escritura en el decir. Sin esta dimensión no podría entenderse la propia función de la interpretación en la experiencia analítica, operación que no sólo juega con el significante como tal sino que introduce la dimensión de la letra como soporte material del significante, de la letra vinculada al hecho de tener un cuerpo y al hecho de que las palabras resuenan necesariamente en ese cuerpo. Por este sesgo, vemos de inmediato que la palabra dicha se vincula con aquello que resuena en el cuerpo por el hecho de que hay un decir, una enunciación. Y es por este sesgo que la palabra y la pulsión -ese eco en el cuerpo del hecho que hay un decir, como decía el propio Lacan- se vinculan a la letra.
La historia de la escritura, al preguntarse por el espinoso problema del origen, de los comienzos de la escritura, sostiene que estamos seguros que hay escritura sólo a partir del momento en que es posible la homofonía y el equívoco. Cuando un joven de la tribu de los yorubas le hace llegar a una joven de su misma tribu seis rosquillas ensartadas en una ramita y recibe como respuesta un hilo con ocho moluscos atados, después de lo cual deciden contraer matrimonio, no estamos asistiendo sólo a un ritual que conjuga la pulsión oral con las relaciones de parentesco. Pero hay que saber que en la lengua de los Yoruba, la palabra “efan” quiere decir “seis” pero también “enamorado”, y que la palabra “eyon” quiere decir “ocho” pero también “de acuerdo”.
De modo que rosquillas y moluscos son así elevados a la dignidad de una letra como soporte material del significante para escribir una carta de amor. Y ello sólo es posible en la medida en que el equívoco y la homofonía han hecho su entrada en la realidad del discurso.
Cuando una mujer encuentra en su sueño escrito el nombre de “Alguero”, la ciudad de Cerdeña, asociado al “regalo” que quiere hacer a su pareja, encontramos también una forma de escritura con la que el inconsciente trata al significante. Se trata aquí de algo distinto al equívoco, se trata de tomar la letra en su materialidad para realizar un anagrama, algo más cercano a la contrepèterie, la metátesis, el juego de letras con el que Lacan inicia su texto con un título que sigue ese mismo juego, Lituraterre.
A partir de ahí, la lengua se convierte en el conjunto de equívocos que la historia de sus hablantes ha dejado persistir en ella, -definición de lalengua que encontramos en el Seminario “Aún”-, como un depósito de restos que la letra se aviene muy bien a materializar, a soportar, a apoyar, según el término que utiliza Lacan en este texto. Es esta letra la que Lituratierra transforma en un corte, en un litoral, también en una tachadura, litura, que es también resto, litter. Y, en una crítica a otras concepciones, señala con énfasis que esta letra es un producto del lenguaje, nunca anterior lógicamente a él, un producto del lenguaje que modifica sin embargo a la palabra.
El estructuralismo lingüístico de Saussure había dejado en el cajón, con todas sus consecuencias, su interesante estudio sobre los anagramas descubiertos en los escritos latinos antiguos, estudio que salió a la luz en 1964
, unos años después del texto de Lacan “Instancia de la letra en el inconsciente…” de 1957. Los anagramas descifrados mostraban no sólo la presencia de “un texto debajo de un texto” sino la operación de la letra que recorta el texto mismo siguiendo sus combinatorias con el sólo objeto de cifrar un puro goce del (des)ciframiento. El signo lingüístico de Saussure explota aquí las posibilidades del significante, más allá de las sólidas leyes de la metáfora y de la metonimia en la articulación simbólica del sentido que habían definido la estructura del lenguaje hasta ese momento. Y las explota en los dos sentidos. En primer lugar hace estallar la unidad del signo que articula el significante con el significado, introduciendo el tercer elemento de la letra. Pero también explota las contingencias de esta articulación, -nunca arbitraria como sostenía Saussure, siempre contingente, como sostendrá Lacan- siguiendo la combinatoria de todos los posibles recorridos de la letra. La letra funciona aquí como un recorte en el saber, cavando un agujero que, en la medida en que se quiera llenar de sentido, “recurre a invocar ahí un goce”. De ahí que la letra, la letra como principio material de lalengua, se convierta ahora en una suerte de receptáculo de goce, hasta agotar el sentido.
Sin duda, la obra de James Joyce será aquí para Lacan una brújula a la hora de seguir el hilo de la letra que teje el texto de la Lituratierra, una literatura que se construye como sinthome reducido a un goce opaco de sentido. El término sinthome no está todavía en este texto de Lacan, pero podemos leer las letras que pueden empezar a deletrear sus nuevos anudamientos. Se encuentra una de sus marcas en la singularidad de la letra caligráfica en la escritura japonesa que Lacan eleva a la dignidad de una singularidad de goce que “aplasta” lo universal del significante. Se encuentra también en la singularidad de la letra que cae como gotas de lluvia de la nube del lenguaje para inscribir en lo real el ravinement (el abarrancamiento, el surco que el torrente abre en la tierra dejando restos de su recorrido en los márgenes), el abarrancamiento pues del significado. La escritura, insiste Lacan, es este ravinement mismo, hecho de restos, que hace hueco en el saber para alojar un goce.
Entre centro y ausencia
A veces el detalle de un párrafo -una hoja- puede decirnos algo de la estructura del texto -de la planta entera- según cómo se escoja.
Hemos querido detenernos en la frase que articula estos dos últimos términos -saber y goce-, siguiendo la cita implícita de un poeta, en la página 16 de la edición francesa, página 25 de la traducción al castellano del texto de Lituratierra: “Entre centro y ausencia, entre saber y goce, hay litoral que solo vira a literal si pudiesen, a ese viraje, considerarlo el mismo en todo instante.”
La cita implícita, “entre centro y ausencia”, es de un poema de Henri Michaux que lleva este título. Michaux fue alguien especialmente interesado en la escritura china y japonesa, en la caligrafía oriental que atraviesa toda su obra, y es sin duda uno de aquellos a los que Lacan puede llamar “mis literatos, si puedo hacerlos compañeros míos.”
La expresión reaparece en el siguiente momento del poema: “Era a la llegada, entre centro y ausencia, en el eureka, en el nido de burbujas…”
A la llegada hay pues un encuentro —¡Eureka!— entre los dos términos, centro y ausencia, también entre saber y goce. ¿Dónde pueden encontrarse saber y goce? Es en efecto una pregunta para un final de análisis. El problema a la hora de descifrar la frase enigmática de Lacan es que hay algo que no termina de cuadrar, algo que cojea entre los pares de términos que se nos presentan como heterogéneos: centro es un término geométrico, relativo al espacio, ausencia es un término temporal, relativo a las apariciones y desapariciones. Por otra parte centro va emparejado a saber, ausencia va emparejado con goce. Saber y goce son también dos términos heterogéneos: hay un saber imposible sobre el goce, falta siempre un goce de saber. El saber no sabido del inconsciente y el goce más allá del falo, imposible de representar, hacen presente este corte, esta discontinuidad que el término “litoral” escribe en el texto de Lacan. La propia frase de Michaux citada por Lacan hace presente esta discontinuidad, este litoral que introduce una no reciprocidad entre los dos términos, cada uno haciendo de frontera infinita para el otro.
Pero algo de la frase puede aclararse si reintroducimos los dos términos antónimos de centro y ausencia que están latentes: el borde de la periferia, opuesto al centro, y la presencia opuesta a la ausencia. Resulta entonces la siguiente distribución de los términos:
Allí donde el saber está en el centro, hay ausencia de goce. Dicho de otra manera, no hay saber posible sobre el objeto de goce absoluto, das Ding. Allí donde el saber está presente, el goce se convierte en borde del agujero. Allí donde el goce está en el centro, es el saber el que se ausenta, el que se convierte en un borde para ese goce. Hay, pues, discontinuidad, litoral, ruptura, no intersección entre saber y goce, descentrado uno del otro, bordeando cada uno el agujero del otro.
Con la letra, en la medida en que inscribe este litoral en lo real, hay viraje a lo literal, obtenemos una intersección posible, un pasaje. La letra escribe así un saber sobre el goce y cifra también un goce del saber. Aquello del goce que pasa al inconsciente es así (des)cifrado por la letra como saber.
Señalemos para concluir que esta operación será leída por Lacan sólo a la vuelta de su viaje al Japón donde hace la experiencia de un “poco demasiado” —“ce petit peu trop” es su expresión— del goce de la letra que la caligrafía japonesa hace presente en esas obras llamadas kakemono. Aquello que a la ida aparecía en la geografía como discontinuidad del litoral entre centro y ausencia, se revelará entonces como el borde de una presencia irreductible, recortada por la letra de Lituratierra.
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Algunas consideraciones acerca del Psicoanálisis en Holanda
Mariela Vitto
Psicoanalista. Miembro NLS – AMP y LATIGO
Utrecht – Holanda
En la tapa de la revista semanal holandesa “De groene Amsterdammer”, aparece en primera plana en febrero de 2012 una foto de Freud, con el título “El porqué Freud es nuevamente controversial”.
Siempre ha sido una pregunta para mí la razón por la cual el psicoanálisis tiene un lugar reducido en Holanda, país en el que vivo hace 11 años y donde, desde hace dos años, hemos comenzado a realizar un conjunto de actividades con la colaboración de colegas de París, Bélgica flamenca y Buenos Aires. Se trata de seminarios-talleres sobre Psicoanálisis Lacaniano, inscriptos en UFORCA (Université populaire Jacques Lacan). Se lo ha llamado Taller holandés, poniendo de este modo énfasis en la clínica. Estas actividades comenzaron siendo en idioma español y desde hace poco también en idioma holandés.
Volvamos al artículo: ¿Por qué aparece en este artículo esto de “nuevamente controversial”? Surge entonces un interrogante respecto a la historia del psicoanálisis en Holanda que intentaré en este texto abordar.
La nota habla sobre los recortes presupuestarios en el sistema de salud Holandés y sus consecuencias respecto al Psicoanálisis. Esta situación comienza en el año 2010, cuando se quitó el psicoanálisis clásico de los seguros de salud, que el artículo llama el “día negro del psicoanálisis”. Con la denominación “psicoanálisis clásico” se hace referencia al psicoanálisis de la IPA (Asociación Internacional de psicoanálisis), único psicoanálisis conocido en Holanda al menos desde el ámbito clínico. Se trata de un psicoanálisis de 4 o 5 sesiones por semana y con sus contraindicaciones al tratamiento: sólo algún tipo de paciente puede acceder al mismo. En este artículo se nombra al psicoanálisis clásico como el “divananalyse” (análisis de diván). Aparece el psicoanálisis en su caricatura.
La revista se pregunta: “¿Qué nos queda entonces del diván?” Lo curioso es que el uso del diván quedó entonces prohibido desde la perspectiva de los seguros de salud. Ya el diván no podía usarse en las terapias llamadas en Holanda psicoterapias psicoanalíticas de 1 o 2 veces por semana. Estas psicoterapias se apoyan en técnicas avaladas en la evidencia científica, “evidence based medicine”. Podemos tomar el idioma Holandés para hacer uso de su homofonía “evidence beest” (en holandés, la bestia de la evidencia), “la bestia de las burocracias sanitarias“, podemos agregar. Se ha logrado entonces que esas técnicas sean reconocidas para determinado tipo de “patologías” sustentadas desde la clasificación del manual de psiquiatría DSM IV.
Es importante remarcar que todo el sistema de salud holandés gira en torno a los seguros de salud, incluso la salud mental. Las decisiones que se van tomando van de la mano de los seguros y de los expertos que los acompañan.
El artículo señala que esta medida es un ataque respecto a la imago del psicoanálisis. En holandés aparece: “schade” esto es “daños y perjuicios”. La razón es el señalamiento que esta práctica no ofrece evidencia de efectividad debido a la literatura de investigación donde se van comparando diferentes tipos de psicoterapias. “El deseo de estandarización masiva comienza -dice Eric Laurent en su libro Lost in cognition– en lo que se establece como la Evidence Based Medicine, dominante desde los años 90. “La EBM ha querido cambiar radicalmente la jerarquía de las pruebas en medicina. En lugar del caso por caso, que es el método clínico tradicional, ésta debía partir de los estudios y de los meta-análisis estadísticos”.
Esto es a lo que se apunta en el sistema de salud: tener las investigaciones comparativas y establecer qué tipo de terapia es la adecuada para cada tipo de trastorno. Se le pide a los profesionales que colaboren en dar datos (en algunos casos anónimos) para llegar a conclusiones que ayuden a mejorar la “calidad” del servicio, y esto de manera cada vez más avanzada haciendo uso de la tecnología para la evaluación tanto del “terapeuta” como del paciente o cliente como se dice en Holanda.
Entonces, como señalaba más arriba, empiezan a haber técnicas con evidencia dentro de un determinado marco psicoanalítico avalado por la IPA, por ejemplo el MBT (mentalization based treatment) creado por Peter Fonagy y Anthony Bateman, este es un tratamiento basado en la mentalización. Y también el TFP (Transference Focused Psychotherapy), usado en personalidades borderline, es una psicoterapia psicoanalítica basada en la transferencia, creada por Frank E. Yeomans, John F, Clarkin y Otto F. Kernberg.
Ahora bien, volvamos a la pregunta respecto a la historia del psicoanálisis en Holanda. Hay tres escuelas psicoanalíticas y las tres forman parte de la IPA. La historia va de la mano no sólo de los seguros de salud (situación eminentemente actual), sino que el pasado de la historia del psicoanálisis en Holanda está en relación a la política. En general en la bibliografía se apunta a entender que las escisiones y conflictos dentro del movimiento psicoanalítico holandés rondan en torno al tema de los analistas judíos que venían huyendo de Alemania y Austria en la segunda guerra mundial. Hubo un fuerte rechazo a la entrada de los mismos a la asociación psicoanalítica holandesa.
En el año 1900 no existía en Holanda ningún rastro de la teoría psicoanalítica, había un llamado régimen médico. Los psiquiatras estaban orientados a lo somático. Las causas de las enfermedades del alma estaban en el cerebro (Grisienger).
A principios del siglo XX, empiezan algunos médicos holandeses a viajar a Viena interesándose por los desarrollos de Freud. En 1907 ya se discute la teoría de Freud en el Congreso de psiquiatría. El psicoanálisis empieza a estar presente en el mundo académico holandés. En Leiden, un universitario llamado Jelgersma comienza a preocuparse por los síntomas psíquicos de la neurastenia, descripta como la enfermedad de la civilización.
En 1914, en una conferencia en tanto rector de la Universidad de Leiden, Jelgersma defiende al psicoanálisis. Freud hace mención a este hecho en el artículo “Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico”, donde señala: “En Holanda, el análisis se abrió paso temprano merced a relaciones personales, Van Emden, Van Ophuijsen, Van Renterghem y los dos Starcke (hermanos), actúan en ese país con éxito en la teoría y en la práctica”.
Una nota a pie de página en este artículo aclara que la conferencia de Jelgerma fue el primer reconocimiento oficial que la interpretación de los sueños y el psicoanálisis obtuvieron en Europa.
Eran momentos de entusiasmo respecto al psicoanálisis en Holanda. Los analistas formaban un grupo en principio unido, pequeño y exclusivo (de ahí que Freud hable de “contactos personales”).
El segundo momento del movimiento psicoanalítico holandés fue de 1917 a 1932, cuando este pequeño grupo de médicos y psiquiatras se empezó a formalizar, a formar un grupo oficial. En 1917 se armó una “Sociedad” (Vereniging): NVPA (Nederlandse Vereniging voor Psychoanalyse). En 1920 se organizó el primer congreso de psicoanálisis en La Haya, empezaron a haber publicaciones y en 1930 se creó un Instituto de Psicoanálisis: NPI (Nederlands Psychoanalytisch Instituut). No sólo aumentaba la popularidad del psicoanálisis sino también la resistencia, sobre todo acerca de la sexualidad.
Dos temas pasaron a ser controversiales dentro del NVPA: la entrada de los legos a la Sociedad psicoanalítica y el tema del “leeranalyse” (análisis didáctico). La discusión giraba sobre quién se encargaría de la formación y quién podría entrar en la Sociedad y quién no. Esto llevó a muchas discusiones y diferencias.
Jacques – Alain Miller en el libro El banquete de los analistas, se refiere a este problema, que es conocido en la historia del psicoanálisis, subrayando la diferencia entre la Sociedad psicoanalítica de Paris y la Escuela que fundó Lacan en 1964, la EFP (École freudienne de Paris): “Lacan introdujo algo novedoso en la historia del psicoanálisis, por completo desconocido en el batallón: La Escuela, con los no analistas en el interior, y no círculos concéntricos en cuyo centro está el agalma de los titulares. En efecto, escuela significa que no hay privilegio de extraterritorialidad”, no es exclusivo para los “especialistas”.Pasemos entonces al tercer periodo del psicoanálisis en Holanda. Fue en el año 33, cuando Hitler tomó el poder y empezaron a emigrar psicoanalistas judíos de Austria y de Alemania. El movimiento psicoanalítico holandés, empezó a sentirse amenazado por estos analistas con mucha formación, que venían como emigrantes. Muchos de ellos tampoco eran médicos. En su libro “psicoanálisis en los Países Bajos”, Christien Brinkgreve señala, que esta situación no solo ocurría en Holanda. Había muy pocos miembros judíos en esa época en otros países también, como Inglaterra o Suiza. Así se empezó a gestar la primera división en la escuela holandesa. La manera en que algunos analistas dentro del NVPA se manifestaban en contra de los analistas judíos era muy virulenta. Se crea en 1947 un nuevo grupo también formando parte de la IPA: NPG (Nederlands Psychoanalytisch Genootschap), conocido como “Het Genootschap” al cual lo podemos traducir como “la Asociación”. Y en el 2005 se conformó el NPAG (Nederlandse Psychoanalytische Groep), conocido como “De Groep” (el grupo). A pesar de la diferencia de épocas, ambas nuevas sociedades fueron producto de conflictos por el trato a analistas judíos dentro de la NVPA (La sociedad).
Volviendo entonces a la referencia de la revista holandesa anteriormente mencionada, cabría preguntarse si es Freud el que sigue siendo controversial (hay que remarcar que la lectura de Freud es muy reducida en Holanda, la literatura es mayoritariamente norteamericana).
¿Es el psicoanálisis mismo el que es controversial? Excluido del lugar conocido en Holanda de la seguridad social, queda nombrado como tratamiento no asegurado (onverzekerde zorg). Quizás el lugar del psicoanálisis sea verdaderamente un lugar imposible de ser asegurado por el Otro. Se hace sin embargo necesario que conserve su lugar. La continuidad en la transmisión del psicoanálisis como legado fue la preocupación freudiana y sigue siendo la de muchos analistas. Quizás también en Holanda…
Bibliografía
Reijzer, H. “Het gevaar van de Joodse erfenis”,over Freud en de psychoanalytische beweging, uitgeverij Bert Bakker, 2008.
Brinkgreve, C.“ Psychoanalyse in Nederland”, een vestigingsstrijd, uitgeverij De Arbeiderspers, 1984.
Stroeken, H. “Freud in Nederland”, een eeuw psychoanalyse, uitgeverij Boom, 1997.
Freud, S, F.“Contribución a la historia del psicoanálisis”, O.C., volumen XIV, Amorrortu, 1914.
Miller, J.A.“El banquete de los analistas”, Ed. Paidós, Buenos Aires, 2000.
Laurent, E. “Lost in Cognition”, colección Diva, 2005.
Onafhankelijk weekblad sinds 1877, “De groene Amsterdammer”, Waarom Freud weer controversieel is, jaargang 135, nummer 6, 9 februari 2012.
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Etty Hillesum : Querer «vivir la vida en sus verdaderas dimensiones”
Carolina KoretzkyPsicoanalista. Miembro ECF – AMPParis – Francia
El ejército neerlandés capitula el 15 de mayo de 1940 y las medidas anti-judías se multiplican. A pedido de los nazis, en 1941 se crea el Consejo Judío que tiene como misión el censo de todos los judíos de la región. Etty Hillesum, llevada por su hermano, entra al Consejo Judío a pesar que esta tarea va contra su deseo. En medio de las intrigas, Etty pide ser transferida al campo de transito de Westerbork para ocupar un cargo de funcionaria lo cual le permite también acercarse a sus seres queridos. Etty beneficia de permisos especiales pero rechaza todas las propuestas de esconderse y prefiere acompañar a su pueblo hasta las últimas consecuencias. En junio de 1943, Etty se queda definitivamente en Westerbork donde llegan luego sus padres y uno de sus hermanos. Son todos finalmente deportados a Auschwitz el 7 de septiembre de 1943. Los padres de Etty fallecen durante el trayecto en tren o a la llegada a Auschwitz. Etty, a los 29 años, muere el 30 de noviembre de 1943, su hermano unos meses más tarde.
Etty Hillesum dejó un corpus de 78 cartas y 11 carnets, ese conjunto constituye su “diario” íntimo y fue escrito entre 1941 y 1943. Este corpus nos permite seguir la evolución espiritual única de esta brillante joven.
Los historiadores ven en estos escritos un documento importante que les ayuda a comprender la historia de los judíos de los Países-Bajos durante la segunda guerra mundial. Sin embargo, en esas páginas admirables, podemos leer también el camino único e íntimo que emprendió esta joven quien comienza un análisis en 1942 con Julius Spier, el “partero de mi alma”, como a ella le gustaba nombrarlo en referencia a la manera en que ella misma nombraba su síntoma: una “oclusión del alma”
.
Julius Spier, nació en Francfort en 1887. Este psicólogo y quirologo
, estudio junto a Carl Gustav Jung. Huye de la Alemania nazi en 1939 y se refugia en Amsterdam donde abre su consultorio. Spier tendrá una profunda influencia sobre Etty quien decide seguir una terapia con él. Más allá del carácter poco ortodoxo de este “análisis”, Spier hace descubrir a Etty la Biblia y la obra de San Agustin. Algo en la cura con Spier funciona: fue el simple hecho que Spier la deja hacer su análisis soportando la transferencia? Lo cierto es que Etty, al cabo de un año, se siente transformada. Ya no es la misma. Etty se siente habida por un sentimiento de paz profunda. Querer ser la mujer que colma sin fallas el deseo de un hombre, cede. Etty renuncia a toda forma de posesividad. Un vacío se crea en ella misma, ella le da el nombre de Dios.: “La idea de perderme en otro ser a desaparecido de mi vida, de esto solo queda quizás el deseo de “darme” a Dios o a un poema.”
Anteriormente a esta salida mística, los primeros escritos de Etty testimonian de un sufrimiento ligado, por una parte a su propia relación a la escritura, de la otra, a la feminidad
. En cuanto a la escritura, Etty se libra así: “me impongo unas exigencias muy elevadas y en mis momentos de verdadera inspiración me creo capaz de las más grandes cosas, pero la inspiración no dura eternamente y en mis momentos cotidianos, me siento presa de una repentina angustia de no poder nunca realizar lo que siento en mi misma en los instantes más intensos.
».
Por otra parte, la cuestión femenina atraviesa el diario de esta mujer en búsqueda de “Paraíso y de Absoluto”. En esta búsqueda difícil, Etty es de una gran lucidez: se interroga, busca, tropieza, recomienza, se pregunta finalmente: “puede ser que sea precisamente mi propia incapacidad a dar un amor absoluto que me lleva a exigirlo del otro? Y más aun, exijo una intensidad siempre igual, sabiendo muy bien, e instruida por mi propio ejemplo, que eso es imposible. Sin embargo, apenas observo en el otro una falla pasajera, huyo
». Etty se pregunta acerca de ese deseo de ser la causa de deseo de un hombre, de un deseo sin fallas ni bajones, “Nosotras mujeres, queremos eternizarnos en el hombre. Es verdad: yo quiero que él me diga: ‘Querida, tu eres la única y te amaré eternamente’. Es una ficción. Pero en tanto que él no lo habrá dicho, todo el resto perderá para mí su sentido, yo descuidaré todo el resto
”.
Etty soñaba con ser escritora y llego a serlo sin saberlo. La literatura era su pasión, la razón de su existencia, su forma de aprehender la vida, ya que, esta joven mujer amaba profundamente la vida. Esta vida que Etty amaba tanto contrastaba con la tragedia de su siglo, y ella lo termino pagando. En pleno horror, su diario y sus cartas, permiten al lector sumergirse en un extraño recorrido analítico. Etty Hillesum: una mujer que en el medio de persecuciones, humillaciones y deportación, no retrocedió frente a su deseo en descifrar sus síntomas con audacia, coraje y determinación.
***
Responsables:
Raquel Cors Ulloa & Dalila Arpin
Dalila ARPIN – Raquel CORS ULLOA – Florencia SHANAHAN – Francisco PISANI – Paulina SALINAS – Laura PETROSINO – Damasia AMADEO – Carlos G. MOTTA – Gleuza SALOMON – Ana VIGANO – Neus CARBONELL CAMOS – Gabriel GEORGES – Gabriela PAZMINO – Soledad PENAFEL – Mauricio RUGELES – Marta PORTUGAL – Cristian FIGUEREDO – Mariela VITTO – Eugenia VARELA – Elvira DIANNO – Alejandra BREGLIA – Andrea BRUNSTEIN – Liliana MAUAS – Gabriela GRINBAUM – Marlene VALENZUELA – Cecilia RUBINETTI – Patricia MORAGA – Mariana ALBA DE LUNA – Paula SZABO – Esteban KLAINER – Perla DRECHSLER – Manuel ZLOTNIK – Patricio ALVAREZ – Marie-Christine GIUST – Juan José SCORZELLI – Silvia TENDLARZ – Joaquín CARETTI – Andrés BORDERIAS – Iván RUIZ ACERO – Heidi GEHLER – María Elena LORA – María Cristina GIRALDO – Analía TRACHTER – Liliana SZAPIRO – Letizia Soledad PEREZ – Mónica SALVADOR – Carlos ROSSI – Celeste VIÑAL – Claudio STEINMEYER – Silvia BENVENUTO – David IRIGOYEN – Paola GONZALES CASTRO – Solenne ALBERT – Sergio MYSZKIN – Lorena OBERLIN RIPPSTEIN – Angélica María TORO CARDONA – Mario GOLDENBERG – Concha LECHON – Mónica BIAGGIO – Guido COLL MOYA – Luciana FRACCHIA – Leticia SAGUAN – Ruzanna HAKOBYAN – Gabriela URRIOLAGOITIA – Ricardo TORREJON – Josefina AYERZA – Gabriela VAN DEN HOVEN – Juan Pablo ZITO CARRO – Mariana SANTONI .