La violencia escolar: síntomas y consecuencias
Por Mario Goldenberg |
El reciente homicidio de la joven Naira Cofreces expone la violencia en la institución escolar en todo su relieve. La adolescente de 17 años fue golpeada el miércoles por la noche a la salida de la Escuela Secundaria para adultos N°5 de Junín por tres compañeras, que se encuentran detenidas. Anteayer Naira falleció después de varios días de haber estado internada en terapia intensiva del Hospital Interzonal Abraham Piñeyro.
Su muerte da una dimensión mediática que señala la gravedad del hecho en un contexto donde el intendente de Junín, Mario Meoni, admite que hay una violencia recurrente entre los jóvenes .
El 11 septiembre de 2013 fue promulgada la Ley para la Promoción de la Convivencia y el Abordaje de la Conflictividad Social en las instituciones educativas con consenso de la mayoría de los bloques. Así se revela un acontecimiento auspicioso para el tratamiento de la violencia en las escuelas, que destaca en el punto c del artículo 2º: » El respeto y la aceptación de las diferencias, el rechazo a toda forma de discriminación, hostigamiento, violencia y exclusión en las interacciones entre los integrantes de la comunidad educativa ».
Se puede decir que el contexto global es violento, desde las guerras hasta la delincuencia con todas sus formas, pero la violencia escolar tiene su particularidad en el sinsentido de sus razones
Esta ley es un avance para el tratamiento de laconflictividad en las instituciones educativas . Pero además de estos episodios aberrantes y resonantes, hay episodios de violencia cotidiana en el ámbito escolar. Se puede decir que el contexto global es violento -desde las guerras hasta la delincuencia con todas sus formas-, pero la violencia escolar tiene su particularidad en el sinsentido de sus razones.
Se ha intentado abordar este modo de conflicto desde una lectura del acoso o maltrato escolar conocido como bullying, que interpreta el fenómeno desde una lectura fantasmática, de victimario y víctima, y, a su vez, reduce el problema a una patologización de los casos al no dejar entrever de qué son síntomas estos episodios.
Por supuesto que es fundamental deslindar la responsabilidad a través de las sanciones educativas o legales, según los casos, pero también dar lugar en la comunidad escolar a la palabra por las resonancias de estos casos.
Lamentablemente esta recurrencia, que incluyetomas sin ninguna reivindicación evidente , destrozo del mobiliario, agresión a docentes por parte de padres y alumnos, violencia entre alumnos, en otros, no ha tenido consecuencias en relación a la responsabilidad de sus actores.
Este crimen de la joven de Junín no puede considerarse sino como atroz y, a la vez, absurdo.
Los dispositivos legales y educativos no pueden detener este nuevo real que irrumpe en nuestra comunidad. Sabemos que lo que se ataca en el otro es algo insoportable en el propio sujeto. También sabemos desde el psicoanálisis que ese algo otro se puede asumir y es necesario que los dispositivos que intentan tratar estos síntomas sociales lo tengan en cuenta.
El autor es psicoanalista , EOL- Asociación Mundial de Psicoanalisis y profesor de la UBA y la UB..