ELP DEBATES
[ APRÈS-COUP ]
Reseña del espacio Enseñanzas del pase. Final de análisis y pase
La (re)solución del pase
Comunidad de Catalunya de la ELP
Sesión del 11 de marzo de 2014
Por Iván Ruiz
El dispositivo del pase fue situado por Lacan en un lugar central de la Escuela y con un deseo preciso: hacer avanzar el psicoanálisis. Lo recordó Anna Aromí en su testimonio in-progress del pasado 11 de marzo de 2014, en el Espacio « Enseñanzas del Pase » de la Comunidad de Catalunya de la ELP.
Si el Pase puede hacer avanzar el psicoanálisis es por el mismo hecho que la Escuela, recordó, se asienta sobre un real que produce su propio desconocimiento. Pertenecer entonces a una Escuela como la ELP implica para cada uno de sus miembros no olvidar, habiendo incluso terminado el propio análisis, que fueron y electivamente siguen siendo analizantes. Así, Anna Aromí se refirió al modo cómo proseguir el análisis en relación con la Escuela. Conviene entrar en la diferencia que ella propuso entre analizarse en la Escuela y con la Escuela, y el acento puesto en esta última formulación: Analizarse con la Escuela implica que se ha producido una metáfora del amor, que la transferencia al analista ha pasado a la transferencia con el psicoanálisis, al menos en gran parte.
Por su parte, el AE toma a su cargo la función de Analista de la Escuela, analista de su experiencia. El AE es entonces la interpretación de la Escuela, en el doble sentido de que con su trabajo interpreta a la Escuela y de que él mismo como AE, con su nominación, ha sido la interpretación que la Escuela se ha dado, en un determinado momento, de qué puede ser un analista. En este anudamiento entre la Escuela y el pase se centró el trabajo de Anna Aromí y gran parte de la discusión posterior entre los numerosos asistentes.
Del testimonio de su análisis, Anna mencionó diversas cuestiones relativas a su deseo de Escuela. Del mismo modo que se refirió a su posición escondida de mi propio deseo de Escuela en un momento crucial de su análisis y de la historia de la ELP, también subrayó que la falta de garantía en la que se sustenta la Escuela fue para ella una elección. Es constatable hoy la demanda de garantía a la Escuela en algunos de los que se dirigen a ella, pero, precisamente por esta razón, Anna proponía una política para tratar esa demanda, pues la garantía de la Escuela es un agujero programado.
Hay libido de Escuela. Hay una capa freática en la que circula la libido. Es algo constatable. Lo que no es tan seguro es que se encuentren las modalidades para dar curso a esa libido. Así se refirió ella a lo que ha podido constatar recientemente, en su ejercicio como AE, por el territorio que ocupa la ELP.
Por otro lado, sí hay algo que la Escuela garantiza: la formación que dispensa. Lo recordó Xavier Esqué en su intervención como coordinador de esta sesión del espacio. En cada nueva demanda de admisión, dijo, nos deberíamos preguntar qué tipo de formación dispensamos, pues cada una de estas demandas toca directamente el agalma de la Escuela.
La formación de los analistas surgió en la discusión con un interés renovado, también para el actual Consejo de la ELP. Antoni Vicens recordó, de hecho, que el próximo Seminario de la Escuela llevará como título « La formación del analista y su orientación por lo real ». Sin duda, un tema eminentemente político desde el momento, por ejemplo, que nuestros colegas belgas han sabido recientemente situarlo en un primer plano, con el objetivo de conseguir que el estado deje al psicoanálisis fuera de la regulación de las psicoterapias. Anna recordó la importancia de estar atentos ante un movimiento regulador de este tipo en nuestro país. Supimos entonces, por Miquel Bassols, que la Gran conversación de la AMP, que tendrá lugar una vez finalizado el Congreso de París de abril, va a tratar este punto en la especificidad que ha tomado en cada país.
En el trabajo de Anna Aromí podía escucharse una clara diferencia entre la Escuela y el psicoanálisis. La Escuela como concepto surge para resolver un problema teórico, clínico y político. No es un fin en sí misma aunque a veces pueda parecerlo, en concreto en aquellos momentos que aquella se cierra sobre sí misma.
Otra de la puntualizaciones de Xavier Esqué iban en este sentido: si el Pase se hace imprescindible en la Escuela que inventó Lacan es por su efecto de antídoto del deseo de dormir. De hecho, si hay homeostasis no hay Escuela, señaló Anna.
Miquel Bassols recordó la función del cartel como una puerta de entrada a la Escuela. Desde el inicio, Lacan propuso el cartel como un modo de tratar los fenómenos de grupo. Lo sabemos desde Freud, la anestesia que produce la identificación al grupo, y, con Lacan, la función de la Escuela como respuesta para tratar el síntoma que eso produce. Se tratará entonces, lo señaló en su momento Bassols, de añadirla como quinto concepto fundamental del psicoanálisis a los cuatro establecidos por Lacan.
Así aparece, como concepto fundamental, en el trabajo de testimonio de Anna Aromí. Los ecos de este trabajo resonarán también en la experiencia futura de Escuela, una experiencia nunca cumplida del todo. Y el Pase seguirá teniendo ahí la función de no responder nunca del todo a la pregunta ¿Qué es un analista?