Editorial
Ana Viganó
El texto Un real femenino de Silvia Salman –Papers Nº 9– comienza preguntándose por qué desde la enseñanza de Lacan podríamos decir que las mujeres estarían más cerca de lo real, para contestar que « entre otras cosas, porque ellas comparten con lo real la imposibilidad de su escritura ». Señala entonces que el No hay o el No existe que marca tanto a la Mujer, como al Otro, como a la relación sexual, es lo que posibilita producir allí alguna invención. Que tal tome las formas mutables de síntoma gozo-sufriente y sus tipos clínicos, o de sinthome y saber-hacer-allí es el resorte crucial de un análisis y de la decisión de cada analizante de hasta adónde quiere llegar con la experiencia analítica.
Los textos que hoy presentamos articulan de un modo muy interesante estas perspectivas.
Gloria González con Asunto de escritura apuntará precisamente la cuestión del no hay –relación sexual– y lo que hay, en términos de escritura. Susana Dicker en ¿Por qué UnReal y el sinthome? hará su recorrido en torno de lo que llama la herejía de Lacan: ubicar en el resto irreductible no el fracaso sino la fecundidad de la solución singular.
Acompañamos estos artículos con el video Lo real, el malestar en la época y la violencia en las escuelas, en el que Mario Goldenberg, nos habla de cómo la confluencia del discurso de la ciencia y el mercado ha tenido efectos de ruptura del lazo social y los nuevos modos de violencia que esto conlleva.
¿Por qué UnReal y el sinthome?
Susana Dicker
« Sobre las bases de una nueva noción, el inconsciente es la cara real de aquello en lo que se está enredado, se abre paso a una nueva ética, ya no ligada al deseo, sino al saber hacer ahí, con el goce opaco, no atrapado por los discursos ». [1]
« UnReal y el sinthome« , nexo tácito entre un real singular, imposible de soportar y una solución que busca arreglárselas con él, pero que termina siendo ese real y su repetición. Es la paradoja de una solución que no deja de ser « resto imposible de negativizar: el sinthome », [2] y que nos reconduce a lo que este aloja: un goce opaco, goce parásito.
El acento puesto en el sinthome, en la última enseñanza de Lacan, implica un cambio en la concepción de la clínica misma, pues ya no se trata del síntoma como una formación del inconsciente sino de lo que Miller dará en llamar: una pieza suelta que tiene una función: alojar un real. Pero también, porque implica otro cambio: la ubicación del sinthome como dato primitivo desaloja al inconsciente de ese lugar primero. Estar desabonado del inconciente es lo real de todo síntoma. [3] De ahí que Lacan concluya que el síntoma no es para interpretarse sino para reducirse, para hacer de él un uso lógico, una reducción a un hueso, a un resto que es resto fecundo.
He aquí la invención de Lacan, lo que él llama su herejía, pues hace de ese resto –que recupera los restos sintomáticos freudianos– no el índice del fracaso del psicoanálisis, sino lo singular de cada uno. Esto se efectúa en la medida en que el parlêtre logra hacer del traumatismo original que no se cura, una obra, una invención, lo que Lacan llama escabel, sinthome… Eso que el parlêtre usa para poder vivir, a riesgo de que le sea incómodo. Más aún, « ahí donde cada uno peca, tropieza, cojea, pero lo que es también para cada uno, su diferencia o su nobleza. [4] O lo que el mismo Lacan define como la identidad sinthomal, allí donde cada uno es su sinthome. [5]
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1. Maeso, G., Presentación de El ultimísimo Lacan, autor: J.-A. Miller. Paidós, Buenos Aires, 2013.
2. Miller, J.-A., Conferencia de cierre del VIII Congreso de la AMP.
3. Miller, J.-A., Piezas Sueltas, Paidós, Buenos Aires, 2013, p. 37.
4. Miller, J.-A., Piezas Sueltas, Paidós, Buenos Aires, 2013, p. 52.
5. Miller, J.-A., El ultimísimo Lacan, Paidós, Buenos Aires, 2013, p. 140.
Asunto de escritura
Gloria González
Un imposible, a la manera de un muro infranqueable, se atraviesa entre los cuerpos y obstaculiza una correspondencia entre ellos: La relación sexual no puede escribirse.
Cuando Lacan construye las fórmulas de la sexuación se esfuerza en « escribir la otra relación, la que tapona, obstaculiza, la posibilidad de escribir la primera… la función PHI(x)« . [1] Puso así sobre la función fálica todo el peso del desencuentro entre los sexos.
Esta misma formalización, escritura matemática, lo condujo al encuentro con el no-todo femenino, encuentro que hizo de las suyas, también en la enseñanza de Lacan. Descentró el goce del padre y del falo y generalizó lo que había encontrado en el no-todo, « hasta transformarlo en el régimen del goce como tal« . [2]
Escritura contingente, Uno producido en el encuentro azaroso de las palabras con el cuerpo, Uno que obliga a recurrir a invenciones para salir del puro autoerotismo que él engendra. No hay relación sexual, hay Uno (haiuno) con el que se establece una relación indisoluble.
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1. Lacan, J., El Seminario, Libro 19, …o peor, Paidós, Buenos Aires 2012, pp. 30-31.
2. Miller, J.-A., Curso La Orientación Lacaniana, « El ser y el Uno », clase del 2 de marzo de 2011, inédito.