Ana Mendieta
BORDES
No. 23
13 de Septiembre de 2013
Boletín de la NEL hacia el VI Encuentro Americano de Psicoanálisis de la Orientación Lacaniana
XVIII Encuentro Internacional del Campo Freudiano
HABLAR CON EL CUERPO
LAS CRISIS DE LAS NORMAS Y LA AGITACIÓN DE LO REAL
Buenos Aires, 22 y 23 de noviembre de 2013
En este boletín:
· Editorial.- Ruth Hernández-Boscán
· Ana Mendieta y sus escrituras sobre la tierra Beatriz García Moreno
· Algunos apuntes sobre la fibromialgia José Fernando Velásquez
Opiniones y Comentarios
- Comentario al texto: « Una Ditsección limitada por un nudo » de Laura Benetti.- Edwin Jijena Durán
la marea va y viene olvidada de sí y una
bandada de palabras vuela a otra parte
bandada de palabras vuela a otra parte
otras se lanzan y se lanzan sobre las aguas
y se elevan con peces en los picos chillan
ocultos por una niebla de escamas los
ángeles les disputan los restos hay furia
y la furia deja en la arena profecías del presente
que leo en vano los huesos del alfabeto se deshacen
Antonio Tello
EDITORIAL
Ruth Hernández-Boscán
NEL Caracas
Cuerpo que se escribe, cuerpo que se cava. Cuerpo que sufre. En este número dos interesantes trabajos y un comentario… Beatriz García nos habla de Ana Mendieta, artista que dibuja una y otra vez su silueta sobre la tierra, su litoral, esa línea de borde desde donde escava un agujero que se presta al juego de la presencia y la ausencia, hasta la muerte misma. José Fernando Velásquez nos trae una pregunta sobre la fibromialgia, significante emparejado a diversas « ofertas » de intervención desde el discurso médico: ¿para el psicoanalista ese fenómeno sintomático debe adquirir el mismo carácter más allá de una categoría sinthomática, de una expresión de un goce femenino, o de una condición protagónica en realidad psíquica para una mujer? ¿Por qué una mujer es lábil a tomar ese significante como referente para dar cuenta de su experiencia con el cuerpo?, ¿Qué hace que el dolor se vuelva el actor protagónico que sirve al extravío a su goce femenino?
Edwin Jijena Durán comenta el trabajo de Laura Benetti. A partir de la teoría de los nudos, los agujeros, los toros, y los falsos agujeros, se aproxima a la lectura de James Joyce, El escritor. ¿Es posible pensar y articular la producción de la neo literatura joyceana partiendo de un falso agujero?
¡Buena lectura!
Ana Mendieta
Ana Mendieta y sus escrituras sobre la tierra
Beatriz García Moreno
NEL-Bogotá
Ana Mendieta, de origen cubano (1946), criada y formada como artista plástica en Estados Unidos, dibuja de manera incesante su silueta sobre la tierra, hasta la muerte misma (1985), cuando debido a la caída desde un elevado piso en Manhattan, la deja estampada sobre el pavimento.
La urgencia por definir sus propios límites, en medio de una sociedad que da muestras de no reconocerla, preside sus actos y la lleva a construir su propio redondel con la línea que desprende de su cuerpo, impidiendo su desaparición en una multitud anónima. Su cuerpo-resto gozado y gozante, lo recorre una y otra vez, hasta atraparlo en sus siluetas. El cuerpo-superficie le sirve de guía para el trazo que dibuja sobre la tierra y la desgarra en un intento por distinguirse, por establecer alguna separación, aunque su acción, de manera paradójica, parece llevarla a abrazarse a ella sin poderse desprender.
Los bordes de su cuerpo se reinventan en una línea que da cuenta de su goce, de esa frontera que la contiene y enmarca una superficie, en una unidad dibujada que se presta para narraciones diversas que se desbordan en infinidad de suposiciones, de elucubraciones al modo de ficciones que pretenden dar sentido a lo sucedido. Su condición de mujer excluida, su búsqueda de lugar, su búsqueda de raíces, son explicaciones que se precipitan para llenar el vacío que delimita la línea.
Sobre la tierra dibuja su litoral, esa línea de borde desde donde escava la tierra y conforma un agujero que se presta al juego de la presencia y la ausencia. Ausencia que a veces llena con vegetales, con tierra, con sangre, con su propio cuerpo que en sus performances, se acomoda en él a la manera de falo que penetra y tapona. Ausencia que da cuenta de la falta, pero de una falta contenida en la línea de borde que la enforma.
Pictograma que se desprende del cuerpo; escritura que narra de diversos modos su condición de resto; caligrafía que delimita un vacío que no admite palabras. Sus siluetas se pone al frente, como mirada fija, expuesta, que se mira y a la vez es mirada a la manera de sacrificio que se ofrece, de invocación a un padre ausente, a un origen que se reconfigura en la tierra que la atrapa. Invocación que se desprende de la escritura misma.
Literal, litoral, insiste Lacan, parecería una repetición incesante por captar aquello que no está, por ser reconocida, por capturar una forma que se escapa. Ser-para-la muerte, diría Lacan siguiendo a Heidegger y acentuado por Miller. Ser-para-la-muerte destinada a la búsqueda incesante de esos límites. Su silueta final la construye su cadáver sobre el pavimento, que cierra la serie iniciada, que abre el boquete donde la ausencia definitiva se acomoda.
Bibliografía
Jiménez, Carlos (2013). La escena sin fin. El arte en la era del Big Bang. Microartes.
Miller, J,A. (2011). Donc. Buenos Aires: Paidós
Lacan, Jacques (2004). Seminario 10 (1962-1963). La Angustia. Paidós: Buenos Aires.
Lacan, Jacques (2009). Seminario 18 (1971). De un discursos que no sea del semblante . Buenos Aires: Paidós.
Lacan, J. (2012). « Prefacio a la edición inglesa del Seminario 11 » en Otros escritos. Buenos Aires: Paidós.pag. 599-602.
Nota:Las imágenes que se presentan fueron encontradas en Google.com
Ana Mendieta
Algunos apuntes sobre la fibromialgia
José Fernando Velásquez
NEL-Medellín
La fibromialgia tiene el carácter de existencia para la fenomenología médica. Yo me pregunto si para el psicoanalista ese fenómeno sintomático debe adquirir el mismo carácter más allá de una categoría sinthomática, de una expresión de un goce femenino, o de una condición protagónica en realidad psíquica para una mujer. La cuestión cobra importancia cuando la ciencia y el mercado han instalado en el discurso social ese significante emparejado a ciertos productos farmacéuticos, modos de vida, intervenciones médicas, etc., que sirven para reforzar una determinada condición y elevarla a la categoría de identificación.
Como psicoanalista me pregunto: ¿Por qué una mujer es lábil a tomar ese significante como referente para dar cuenta de su experiencia con el cuerpo?, ¿Qué hace que el dolor se vuelva el actor protagónico que sirve al extravío a su goce femenino? La pregunta que propongo es similar a la que se hace Lacan con el autista: ¿Dónde es que ellas escuchan lo que articulan bajo esa forma de dolor?[1] La respuesta está en « su » Otro, en el Otro válido para cada una, « su » Otro constituido con su realidad discursiva, su incapacidad, su imaginación, su propia verdad.
El psicoanálisis sostiene que hay un saber que no remite por ello a un sentido, un S1 relativo al goce del Otro, que está escrito en cada uno de esos cuerpos invadidos de dolor. El dolor es en estos casos ese S1 sobre-significado de modo singular con el que ellas se fabrican un « sí misma » a la manera de un performance, a partir del modelo farmacológico, sobremedicalizado en el que está fascinada la ciencia médica hoy. Así como unas escogen la belleza, otras eligen el dolor. El dolor en estos casos es un S1 que no se une a ningún S2. Es un S1 autista.
El Otro del que toman ese S1 es el del discurso de la ciencia. Hoy es posible un dominio químico de cualquier sensación corporal, no solo como reparación sino como una anticipación que anula la incertidumbre que es propia de lo humano. Una amplia gama de productos o procedimientos permiten programar de modo inmediato los estados de ánimo, la fuerza, los sentimientos, afinar la percepción, la disposición, la actividad, el sueño, la respuesta sexual, etc. Se trata de un Otro que ofrece el moldeamiento químico de los comportamientos cuya meta no es la salud sino la intensificación de capacidades de reacción o de resistencia de funciones orgánicas que satisfacen al individuo[2]. Se trata de una « medicalización de la existencia »[3].
Considero que el psicoanálisis debería explorar por la vía que conecta esa queja y ese dolor infinito y profundo de esas pacientes, con la expresión, lalengua de una sociedad una cultura singular a cada una de ellas, que se encarniza en devaluarlas, culparlas y desconocerlas y escribe ese dolor en su cuerpo.
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OPINIONES Y COMENTARIOS
Comentario al texto: « Una Ditsección limitada por un nudo » de Laura Benetti
Edwin Jijena Durán
Delegación NEL-Tarija
Intentaré realizar un breve comentario al trabajo en cuestión, abordando un sesgo –es posible otro tipo de lecturas y comentarios- precisamente la que señala la autora en el título, un nudo. Acercarse a la teoría de los nudos, lo agujeros, los toros, y los falsos agujeros, nos aproximaría a discutir y develar algo de James Joyce, El escritor.
Una estética del desconcierto, la producción literaria de Joyce, calificada como la neo literatura, las citas en el trabajo, de Stephen Hero, o cartas a Nora, etc. que hizo que tal creación literaria produjese tal efecto de comentario, no solamente en el campo psicoanalítico lacaniano, sino también en el universitario, literario, etc.
¿Es posible pensar y articular la producción de la neo literatura joyceana a partir de un falso agujero?, intentaré a partir de unas citas lacanianas responder a esta interrogante, hilvanando aspectos mencionados referentes a Joyce, en el artículo de la autora:
« Hace poco señalé que en un círculo hay un agujero. Llamo falso agujero al hecho de que sea posible, si se agrega un círculo a otro, obtener este agujero que consiste en lo que pasa en el medio y que no es ni el agujero de uno ni el agujero del otro.
Si algo, recta o círculo, atraviesa este falso agujero, este está, si puede decirse así, verificado. La esencia de la cadena borromea descansa en la verificación del falso agujero, en el hecho de que esta verificación la transforma en real »[4].
Falso agujero Verdadero agujero obtenido por el agregado de una recta infinita
La idea de Lacan de falso agujero, se puede imaginar en referencia a dos círculos, (o dos tubitos, o dos toros topológicos), donde se pone uno dentro del otro y se crea un espacio vacío, un agujero creado por el efecto de los dos círculos. La idea de un falso agujero es, que si algo pasa por ese espacio vacío, desaparece, porque no existe un nudo. De ahí se desprende la idea de verificación, es decir la esencia de la cadena borromea, es verificar si hay o no anudamiento. La verificación se obtiene haciendo pasar una línea recta o un círculo, un toro, para demostrar y verificar, que el falso agujero es posible que se transforme en un agujero real.
Si no estuviese por ejemplo la recta que hace a la verificación, cualquier efecto de sacudón demostraría que fue un falso agujero, que no se verifica como un agujero real, que ambos círculos van cada cual por su lado.
El dato importante en Lacan es que la verificación que se obtiene a través de la introducción de la línea recta, que va indicar si es un agujero real, es el Falo, de tal manera que lo real viene a ser también ahora una definición de falo, si seguimos la secuencia teórica en Lacan del falo, inicialmente tenía una dimensión imaginaria, luego el falo un dimensión lógica en la reflexión de las fórmulas de la sexuación, ahora vemos una dimensión real del falo.
Con estas referencias intentaré articular que ocurre con Joyce y toda su producción literaria:
En Joyce la verificación, ¿la introducción de la línea recta está acaso sostenida por el falo?, la respuesta de Lacan en el seminario del Sinthome es que no, Joyce tendrá un pitito, pero no tiene un falo, su Arte garantiza, la estética del desconcierto, su neo literatura inventada es su sostén, pero no el falo.
El sinthome no hace agujero, es un falso agujero, la falla esencial es de lo simbólico, falla el Padre. Joyce necesita de la suplencia, lo que se denomina su Arte.
« El falo tiene el papel de verificar que el falso agujero es real. En la medida que el sinthome forma un falso agujero con lo simbólico, existe una praxis cualquiera, es decir, algo que depende del decir, de lo que llamaré también el arte-decir para realizar el ardor… »[5]
Encontramos en Joyce un tipo de solución que no corresponde a la solución fálica, hay un armado diferente, no se manifiesta la necesidad de delirar ni alucinar, no hay una separación de los registros entre sí, los círculos se mantienen unidos, gracias a su producción literaria. Algo notable sin embargo se hará evidente, una gran limitante, no podrá realizar ningún tipo de relación, de suplencia amorosa sexual, con el Otro sexo. Al estar ausente la solución fálica se arma una vida sin intentar estar presente lo sexual.
Es posible esta reflexión, sobre todo si se piensa en casos contemporáneos donde la solución fálica parece estar ya ausente, Joyce es lo premonitorio. Es interesante seguir reflexionando la expresión de Lacan que el falo es el único real que verifica como agujero real el falso agujero, que lo simbólico e imaginario hacen entre sí. En Joyce no hubo el falo que verifique el falso agujero.
Un desafío en la clínica actual, comprobar si existen rectas que logran verificar un falso agujero como real que no sea el falo, síntomas que pueden funcionar como una recta.
Comité organizador BORDES:
Piedad Ortega de Spurrier, Marcela Almanza, Elida Ganoza, Johnny Gavlovski E., Ruth Hernández.
[1] Lacan, J. « Conferencia de Ginebra sobre el Síntoma ». Intervenciones y textos.
[2] Le Breton, D. Adiós al cuerpo. Una teoría del cuerpo en el extremo contemporáneo. México, Editorial La cifra, 2011. Pág. 93.
[3]Laurent. E. « Señal roja ». En: El goce sin rostro. Psicoanálisis y política de las identidades ». 1ª ed. Buenos Aires: Tres Haces. 2010. Pág. 9.
[4] Lacan, Jacques, 1975-76. « El Sinthome », pp.115, Ed. Paidós, Buenos Aires, Argentina.
[5] Lacan, Jacques, 1975-76. « El Sinthome », pp.116, Ed. Paidós, Buenos Aires, Argentina.