« Mujer saliendo del psicoanalista »[1]
Remedios Varo (2012)
BORDES
No. 12
30 de Julio de 2013
Boletín de la NEL hacia el VI Encuentro Americano de Psicoanálisis de la Orientación Lacaniana
XVIII Encuentro Internacional del Campo Freudiano
HABLAR CON EL CUERPO
LAS CRISIS DE LAS NORMAS Y LA AGITACIÓN DE LO REAL
Buenos Aires, 22 y 23 de noviembre de 2013
EN ESTE BOLETÍN:
- Editorial.- Johnny Gavlovski
- El Cuerpo del Analista.- Raquel Cors Ulloa
OPINIONES Y COMENTARIOS
- COMENTARIO AL TEXTO DE JESSICA JARA « DE PROPAGANDAS, PUBLICIDAD, SINTONIZADOS Y SINTONÍA ».-Carmen Navarro-Nino
· COMENTARIO AL TEXTO DE JESSICA JARA, « DE PROPAGANDAS, PUBLICIDAD, SINTONIZADOS Y SINTONÍAS ».- Paula Alejandra Del Cioppo
« Mi cabeza como una gran canasta
lleva su pesca
deja pasar el agua mi cabeza
mi cabeza dentro de otra cabeza
y más adentro aún
la no mía cabeza
mi cabeza llena de agua
de rumores y ruinas
seca sus negras cavidades
bajo un sol semivivo
mi cabeza en el más crudo invierno
dentro de otra cabeza
retoña »
Blanca Varela
)
Editorial
Es esta edición de BORDES traemos un trabajo de Raquel Cors, analista de la NEl, residente en Santiago de Chile, y dos comentarios sobre el trabajo de Jessica Jara publicado en números anteriores.
De Freud a Lacan la noción de que el artista se representa a sí mismo. Desde Miller a Las Meninas y el planteamiento de Cors sobre el delicado tema de « El Cuerpo del Analista », de un cuerpo esfumado, representado, desvanecido « en el reflejo al fondo del cuadro, de él no queda sino su lugar, ese lugar al que cada espectador viene a inscribirse« . Espectador o… un analizante en el caso que nos ocupa. « El lugar es el lazo » enseña Miller, un lazo desde donde debemos saber ubicarnos.
Y de allí la importancia de preguntarnos por ese cuerpo, este, el del analista, donde se escucha « el ronroneo de lalengua »
Ilustramos su trabajo no sólo con la referencia de Miller, « Las Meninas » sino con « Mujer saliendo del psicoanalista », obra de Remedios Varo, quien hace preguntas con la representación del misterio de los rostros, de la mirada, con su costurero en la mano, relojes y el rostro del analista con algo que se esfuma, que la acompaña, que se desecha, que se hila junto a los pasos que da, en su vuelta al día a día
J Gavlovski
Mujer saliendo del psicoanalista (Fragmento)
Remedios Varo (2012)
El cuerpo del analista
Raquel Cors Ulloa
NEL
El parlêtre adora su cuerpo porque cree que lo tiene. En realidad, no lo tiene, pero su cuerpo es su única consistencia – consistencia mental, por supuesto, porque su cuerpo a cada rato levanta campamento.[2]
J. Lacan
Dice Miller[3] que todo caso clínico -a sabiendas que en psicoanálisis, el caso clínico no existe, no más que la salud mental- debería tener la estructura de Las Meninas de Velázquez, pues el pintor se representa a sí mismo, con pincel en mano junto a los demás seres sobre el lienzo. Es así que no está solo representado sino esfumado, desvanecido en el reflejo al fondo del cuadro, de él no queda sino su lugar, ese lugar al que cada espectador viene a inscribirse.
En su curso « El lugar y el lazo »[4] precisando la homofonía en francés del et « y » y el est « es », o sea que el lugar es el lazo, Miller dice que la tentación del psicoanalista es la de volverse un clínico, también recuerda que Lacan ya había considerado al clínico como aquel que no podía caer más bajo, es decir un sujeto que se separa de lo que ve, de los fenómenos que se producen, y que, por estar desapegado, llega a « adivinar los puntos clave y a ponerse a teclear en el asunto » clínico. Una preciosa advertencia para introducir que el lugar del analista es un lugar donde se establece un lazo; siempre y cuando, dice Lacan, sepamos también de qué modo estamos atrapados en el asunto, nosotros mismos que formamos parte del teclado en el que tecleamos.
Qué pasa si no llegamos a tocar nuestra propia nota, ni si quiera a rozarla con una pincelada, más allá de la representación, como en el cuadro de Velásquez? Y mucho menos a ocupar una función de vertedero – de goce, lugar donde se establece un lazo? Nada fácil sin la báscula que el lugar del analista procura para que la relación del lazo y el lugar esté en su sitio (place).
Silvia Salman (AE) analista de Escuela, transmite en algunos de sus testimonios la experiencia que atravesó su cuerpo en el análisis: Un cuerpo huidizo, que en vez del « dibujo animado », pasó al ánimo de amar en su sinthome « encarnada ».[5] Cada AE en su estilo, transmite a la comunidad su testimonio; cada analista desde su vacío desea gracias un cuerpo que funciona, renovado.
El cuerpo del analista, su presencia en-cuerpo, da pie al cuerpo del que se trata en la experiencia analítica; lugar donde se pone el cuerpo que habla solo si se lo pone al asadero. El cuerpo del analizante que habla, cuerpo de goce que habita en el ronroneo de lalengua -que no está hecha para decir sino para gozar- es un cuerpo por el que pasan cosas, sustancia gozante que puede ir a cualquier sitio, pero es preciso un determinado lugar donde alguien lo espera, y solo en ese lugar, en presencia del cuerpo del analista que encarna algo no simbolizable del goce, el analizante entrará, pagará (goce), y saldrá, para después volver a empezar. Un cuerpo supuesto gozar permite su resonancia, sustancia que en un análisis se lee, y si se lee es porque se trata del goce de un cuerpo viviente, un cuerpo que a partir de un significante fue marcado y enfermado por la palabra del Otro.
Es así que lo traumático dejó las marcas permanentes a revelar. Y como lo infinito no es indefinido, una análisis implicará un trayecto y sus tiempos lógicos, y localizará lo oscurecido de la comprensión, gracias al punto de inflexión transferencial en la posición del analista, ya sea como el muerto, sinthome, semblante de objeto, santo, o trauma – más allá del saber y más acá del goce. Enfatiza Lacan en el Seminario 19 – que todo padre (parent) traumático está en suma en la misma posición que el psicoanalista. La diferencia es que el psicoanalista, por su posición, reproduce la neurosis, mientras que el padre (parent) traumático la produce inocentemente.[6]
Si Lacan sitúa el cuerpo en relación al « tener » -lejos de Aristóteles que lo hizo tan armoniosamente- y propone dejarlo en lo que es, un acontecimiento de cuerpo, ligado a lo que se tiene,[7] es quizá una vía a investigar para el próximo Enapol que se ocupará, entre otros temas, del cuerpo que « realmente » le interesa al psicoanálisis, el de un cuerpo vivo -ya no sujeto dividido- sino el de un parlêtre que es hablado y habla, pues el Otro del goce es el cuerpo, no hay goce del Otro, solo hay goce del cuerpo propio.
Santiago 1 de Julio de 2013
OPINIONES Y COMENTARIOS
Comentario al texto de Jessica Jara « De propagandas, publicidad, sintonizados y sintonía ».
Carmen Navarro-Nino
El artículo que nos presenta Jessica Jara destaca varios asuntos que atañen a la época compleja « del otro que no existe ». Entre otros, apunta a destacar el daño que ha hecho y hace la propaganda. Podemos decir, la propaganda al servicio y en manos de un amo, duerme la consciencia de muchos y para algunos queda disminuida por una inmensa ilusión.
Cabe afirmar que la propaganda fue uno de los instrumentos que llevaron y sostuvieron a Hitler en el poder. En la época anterior al establecimiento del régimen Nazi, el joven Hitler trabajó en el raro « Departamento de Educación y Propaganda ». Llama la atención que en los inicios de su campaña política hacía propaganda y en sus discursos amenazaba (objeto voz) con propiciar una guerra civil en Alemania si no le apoyaban. Muchos ciudadanos, como es lógico, querían evitar una guerra civil y algunas compañías e industrias contribuyeron monetariamente con el partido y con la campaña política de Hitler, que lo llevaron a ganar las elecciones y a la toma del poder en Alemania. La mayoría de los empresarios asustados colaboraron y aportaron grandes capitales. Nos preguntamos: Evitaron así una guerra civil? No, solo ayudaron al dictador y amo hacia el horror.
Como sabemos hubo algo peor, millones de muertes inocentes. Todos fueron despojados de la paz y de sus derechos. Quedaron afectados para siempre sus vidas, el país y sus familias.
El miedo a que un líder pueda desatar una « guerra civil » es el desencadenante de una parálisis y ese miedo ayuda al delincuente-abusador a establecer de manera sólida, con amenazas, el control de un país y de sus instituciones de gobierno.
Hoy en la posmodernidad hay la tendencia a decir que la propaganda es una obscenidad sostenida por mentiras. Saberlo a veces, no nos salva de sus efectos. A mayor énfasis propagandístico vemos menores cualidades en la « realidad » anunciada. La propaganda tiene el propósito de vender una idea y utiliza imágenes de felicidad que atraen a los sujetos. Venden lo que no está o sobrevaloran un objeto o idea. Se hace el peor uso de la palabra y del lenguaje. Jacques Lacan (1953) en « Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis » nos recuerda la importancia del « don de la palabra »:
« …La experiencia psicoanalítica ha vuelto a encontrar en el hombre el imperativo del verbo como la ley que lo ha formado a su imagen. Maneja Ia función poética del lenguaje para dar a su deseo su Mediación simbólica. Que os haga comprender por fin que es en el don de la palabra donde reside toda la realidad de sus efectos; pues es por la vía de ese don por donde toda realidad ha llegado al hombre y por su acto continuado como él la mantiene. Si el dominio que define este don de la palabra ha de bastar a vuestra acción como a vuestro saber, bastará también a vuestra devoción. Pues le ofrece un campo privilegiado… »
El texto de J. Jara presenta varios comentarios que tocan la angustiosa realidad que nos ha tocado vivir en los inicios del siglo XXI. Cuando decimos vivir, hablamos del cuerpo, del deseo, hablamos de vida, de las dificultades que le atañen, de las maneras de vivir, del amor líquido, del síntoma, de la castración…
Como nos apunta Jessica Jara, « …lo que no cambia es el sueño de eliminar el malentendido ». Así es, cada sujeto tiene que vérselas con sus dificultades y con la « no proporción sexual » (J. Lacan). Conviene estar solo un poco ilusionados, como « guerreros aplicados », soñar con resolver el malentendido mientras se construyen caminos en un análisis y con mucho entusiasmo, vivir.
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COMENTARIO AL TEXTO DE JESSICA JARA, « DE PROPAGANDAS, PUBLICIDAD, SINTONIZADOS Y SINTONÍAS »
Paula Alejandra Del Cioppo
Asociada NEL México
Jessica Jara se refiere a una cuestión central: ¿qué ha cambiado y qué permanece del discurso del amo en la época del Otro que no existe? Paralelamente reflexiona en torno a la diferencia que introduce la ética del psicoanálisis en tanto discurso crítico del ejercicio del poder, la manipulación del otro y la propaganda como herramienta al servicio de éstos. Para abordar estos asuntos retoma algunos ejemplos cinematográficos como la película El Triunfo de la Voluntad (1935) de Leni Riefenstahl y El Gran Dictador (1940) de Charles Chaplin. La primera como ejemplo de la obra artística al servicio de la propaganda política y la segunda como denuncia de la « locura colectiva » propiciada por el fascismo mediante la distancia crítica que permite la comedia.
La comparación entre ambas películas -y los entrecruzamientos entre arte y psicoanálisis- permiten establecer una analogía entre ideología y fantasma, por un lado, y entre el arte y las sutilezas del discurso analítico, por otro. Esto último en términos de la capacidad de conmover el sentido para lanzar al sujeto al terreno de lo inquietante, de lo inclasificable, de lo que no lo deja en un lugar cómodo. En palabras de Jara, de lo que « no sintoniza » y por ello convoca a la reeducación, a la terapia o a la eliminación. Así podríamos pensar que Riefenstahl tomó demasiado en serio el culto a la belleza, el ideal de la vida como arte y la disolución de la enajenación[8], de la misma manera que el neurótico se aferra a la seguridad del marco de sentido que le confiere si fantasma. Sin embargo, los ideales del fantasma y la ideología tienen un reverso de sufrimiento y horror. Tanto el arte como el psicoanálisis nos advierten que la belleza, lejos de los ideales de armonía promovidos por el fascismo, se relaciona con la complejidad. Finalmente, bordear lo complejo requiere de cierta tolerancia o gusto por lo que no encaja, así como del efecto cómico que propicia algún uso de los semblantes para soportar la presencia de un real.
Comité organizador BORDES:
Piedad Ortega de Spurrier, Marcela Almanza, Elida Ganoza, Johnny Gavlovski E., Ruth Hernández
[2] Lacan, J., Libro 23 El sinthome, Paidós, Bs. As. 2006, p.64
[3] Miller, J.-A., Hablar con el cuerpo. http://www.enapol.com/es/template.php?file=Argumento/Conclusion-de-PIPOL-V_Jacques-Alain-Miller.html
[4] Miller, J.-A., El lugar y el lazo, Paidós, Bs. As. 2013
[5] Salman, S., Lacaniana 10, EOL, 2010, p.92
[6] Lacan, J., Libro 19 …o peor, Paidós, Bs. As. 2012, p.149-150
[7] Lacan, J., Otros escritos, Joyce el síntoma, Paidós, Bs. As. 2012, p.595
[8] Sontang, S., (1980) Fascinante fascismo. Octava entrega. Recuperado de: