XIII CONVERSACIÓN CLÍNICA DEL ICF
Barcelona, 2 y 3 de Marzo de 2013
Fragmentos de real
en las curas de neurosis
_____
Flashes
_____
Eugenio Castro
« Un analista verdadero no propondría sino hacer que este decir, hasta que algo mejor lo pruebe, ocupe el lugar de lo real » (Jacques Lacan. Otros Escritos, « El atolondradicho », pág. 500)
0.- Lacan en la época de El atolondradicho (julio 1972) anda a vueltas con su sexto paradigma: No hay relación de proporción sexual.
La mejor metáfora que conozco de este paradigma proviene de Las soledades de Góngora, « vates antecessor » de Lacan cuyo apellido segundo adoptó al aceptar el apodo de gongorino. Esta metáfora entresacada de uno de los semblantes de la naturaleza como es una ría gallega. Puedo demostrar que se trata de una ría de la provincia de Pontevedra, quizás la de Vigo, en donde se teatraliza este viaje de un mancebo, peregrino errante, naufrago desdeñado del amor, ausente de la que ama… Góngora viajó en 1609 a Pontevedra como « comisionado » del Cabildo de Córdoba pero también para visitar a su amigo y protector el Conde de Lemos del que no consiguió que lo llevara con él a su Virreinato de Nápoles.
1.- El mancebo músico, para huir de los marineros que le querían matar para robar sus riquezas, se lanza a un desierto de olas y amarrado a un delfín se salva en una playa entre algas y espumas. Y dolorido de amor no correspondido, contempla cómo eros y anteros se asemejaban a las aguas de una ría en los momentos de marea alta en que las saladas aguas se confunden en un Uno con las que vienen del río. Río de agua dulce y mar océano se funden y fundan el Uno del amor, la Ría (en femenino como el amor mismo). Basta esperar unas horas para que esa ficción verdadera desaparezca con la marea baja y se le revele que esa aspiración de hacer Uno con la Otra desaparezca. La mar gozará de su salinidad amarga y el río de su « dulzaina » (ver el equívoco en el María Moliner). En el « entrambasaguas » lo real del amor que de la marea baja surge es el envés y su caída desde la marea alta. Su falsa, su caída (falere, falsum…) y tanta tristeza que ni siquiera el peregrino dolorido ansíe querer ver su imagen narcisista en el espejo de las aguas. Lo que parecía haber como relación entre el mar y el río en la ría, le surge como ri(s)a sardónica. « Tarde piache » escribe Góngora en gallego en uno de sus poemas de la época en que escribió sus Soledades. Lacan hizo otro tanto al final de su La instancia de le letra de forma mas críptica para « ocultar mi amargura »: T.t,y.e.m.u.p.t
2.- ¿Y qué hace el peregrino, desconsolado de que no hay relación sexual? Trata de hallar otro contento de la vida cuyo final no conocemos porque Góngora solamente escribió las dos primeras soledades de las cuatro programadas: Soledades de los campos, de las riberas, de las selvas, del yermo. Sus Soledades inacabadas fueron su obra de arte, su saber hacer que todavía da trabajo a los universitarios después de cuatro siglos y a pesar del gran descifrador Dámaso Alonso. Joyce no estaba solo.
Hay en Góngora un intento a lo borromeo de anudar algo de su síntoma por los estambres que a la vez es urdimbre y androceo que produce el polen. Y escribe « nudos amorosos » que en el recorrido de sus soledades trata de amarrar desde los « nudos del mar » de los marineros ladrones; desde los nudos del enlace de una boda… desde los enlaces de conversaciones con ribereños y campesinos… en el río de vida.
3.- En la marea psicoanalítica alta, cuando se hace el amor con el inconsciente en el equívoco del Entrambasaguas, se revela algo que sin sentido nos acerca a lo real, a un trozo robado a lo real por el goce fálico, es el sinthome que Lacan inventara dos años mas tarde. Ese sinthome será la respuesta a la marea baja en que uno capta que no hay relación escribible como Fx (x, y). Ya se vislumbra este sinthome en el Lacan en este « hasta que algo mejor lo pruebe« . ¿No es acaso l‘hysterie (que en francés no se sabe si es macho o hembra) laél que mejor revela que el inconsciente ek-xiste y que eso es efecto del decir tal cual se lee en Ría que se ríe en su equívoco ? Góngora también escribió el Polifemo que Lacan retoma como otro nombre del inconsciente. Las soledades y el Polifemo de Góngora nos pueden ser muy útiles para captar el sinthome en Lacan. Lacan no aborda en este Seminario la angustia como un trastorno de la emoción, sino como una vía de acceso a lo real del sujeto, al ser ultimo del sujeto, su ser de goce.
Lacan no aborda en este Seminario la angustia como un trastorno de la emoción, sino como una vía de acceso a lo real del sujeto, al ser ultimo del sujeto, su ser de goce.
__________
*Párrafo seleccionado por la Comisión Bibliográfica