Amor a la letra / Bibliografía Razonada (7)
Estimados colegas,
Tenemos el placer de remitirles la séptima entrega de la Bibliografía Razonada, acogida bajo el epígrafe Amor a la Letra, compuesta en esta ocasión por los trabajos de Rodolfo Pujol y Rosa Ruiz.
R. Pujol toma como referencia el pase de Silvia Salman. En su testimonio, esta AE presenta su experiencia analítica como el recorrido que le permitió captar el programa de goce que condicionaba su elección de objeto amoroso. Propone la posición del analista como reverso del amor en tanto aquél que, más allá del engaño articulado al sujeto supuesto saber, se presta y permite aislar la condición de goce pulsional. La invención final del análisis es una nueva investidura con la libido que ha quedado disponible una vez que los circuitos pulsionales han sido desinvertidos; por tanto, esta investidura no está hecha con la serie de los S1, sino con lo que resta de ellos. El amor deviene sinthomático, se ama en el otro el tratamiento de la escritura imposible de la relación sexual.
R. Ruiz parte del texto « Lógicas de la vida amorosa » de J.A. Miller, para esclarecer la distinción entre el amor-repetición y el amor-invención. La autora ofrece a nuestra consideración el amor al síntoma como una posible consecuencia de hacer la experiencia de esta distinción; tanto en relación al partener, como en cuanto a la transformación de la transferencia y el lazo libidinal con la Escuela.
¡Buena lectura!,
Les recordamos que pueden consultar los números anteriores, tanto de Amor a la letra como de las Cartas de almor en la página Web de las Jornadas http://www.elp-debates.com/jornadas.html
Paloma Blanco Díaz
Responsable de la Comisión Bibliográfica
De un Amor a otro.
Rodolfo Pujol Ríos
« El reverso del amor », testimonio de Silvia Salman -AE- comienza con una pregunta ¿en qué el Pase es una contribución a la teoría del amor?
Al ser –nos dice- una demostración del Final de Análisis, es una vía para captar el programa de goce que condicionó la elección de objeto amoroso. Sitúa a la transferencia como el lugar para su lectura, postulando que a la entrada el sujeto habla al nivel del amor, a la salida sabe que habla al nivel de la pulsión.
Un psicoanálisis es una experiencia de amor.
Salman, toma como eje en su trabajo la dimensión libidinal de la transferencia, donde el analista forma parte de los circuitos de goce del sujeto.
Este movimiento que va del amor a lo pulsional, permite demostrar que el fundamento de la transferencia no es tanto el amor sino la pulsión y que el amor la reviste con sus encantos para desconocer la condición de goce que la determina.
En la elección de su segundo analista, concentra el control, el estudio, el análisis, que transcurrió cara a cara, desde el comienzo hasta el final. La muerte prematura del analista puso fin a esa experiencia, que aún no había llegado a su término. ¿Qué quedaba por analizar? Sólo lo sabrá a la salida de su último análisis: es el resto transferencial y la posición femenina que estaba definitivamente articulada a ella, resto que era un velo de las marcas de goce.
Analizar el resto transferencial implicó desvelar las marcas de goce, construidas por elementos contingentes que hacen escritura, que dan lugar a la repetición. Por un lado la mirada del padre escribe un trazo, « eres mi dibujo animado », ese significante por el cual la niña comienza a ser nombrada por el padre, por el otro lado una escena infantil la niña se mira al espejo dejando al descubierto sus genitales y un hombre la mira a través del espejo, fija un goce.
El analista formó parte de los recorrido del goce a través de los cuales el sujeto desplegó su síntoma, su fantasma y su repetición, del síntoma « huidiza », deriva a la fórmula del fantasma « ser agarrada por la mirado del Otro », que cerrará el círculo pulsional de « hacerse agarrar para huir ». Si huidizo fue el significante que nombraba la condición del segundo analista, alguien que no me deja ir es la elección que porta el último analista.
Erosión del goce, producción de un vacío e invención.
Señala que el analista más allá del engaño del amor articulado al SSS, se presta para aislar la condición del goce pulsional. El final de análisis trata de la liquidación de ese engaño para revelar el goce de cada uno. Aquí la posición del analista supone el reverso del amor.
Esta última experiencia transcurre alrededor de la erosión del goce que se hallaba concentrado en el objeto mirada, que se recortan en el horizonte del padre, que los espejismos fálicos velaban.
¿Cuál fue la posición analítica que permitió acceder al reverso del amor? La interpretación del analista « usted no encontró todavía el significante desanimado ». « Desanimada » es una modalidad de equívoco que apunta a una significación vacía, iniciando un tiempo de desinvestidura, esto significa poner a disposición esa libido que se alcanza cuando se desinviste los circuitos de la pulsión. Algo se inviste al final, en este caso el significante « encarnada », que surge como invención al final del análisis. Como tal, no forma parte de la serie de significantes amo del sujeto, pero está hecho de lo que resta de ella, una vez que se vaciaron y desanimaron las identificaciones del Otro. « Encarnada » es el reverso de « animada », una nueva investidura del sujeto.
Y concluye: « Si el sinthoma es lo que viene a escribirse en el lugar de la relación sexual imposible de ser escrita, lo que se ama en el fondo en alguien es su sinthoma, es decir, los signos que este envía y que refleja la manera que cada uno trata la ausencia de la relación sexual », en definitiva, un amor sinthomático.
Bibliografía
* Animo de amar – S. Salman – Revista Lacaniana de Psicoanálisis Nº 10 – octubre de 2010
* El reverso del amor – S. Salman – Revista El Caldero de la Escuela Nº 14 – 2010
* El misterio del cuerpo que habla – S. Salman – Colección Orientación Lacaniana 2011
¿Curarse del amor?
Rosa Ruiz
El próximo encuentro de las XI Jornadas de la ELP en A Coruña, nos reunirá bajo el epígrafe: « Un nuevo amor… destinos del amor en la experiencia ».
Para tratar este tema me remito a un texto de Jacques-Alain Miller (1) que se titula « Lógicas de la vida amorosa ». Este escrito aborda una nueva concepción del amor como resultado de la experiencia analítica, situando el amor en la enseñanza de Lacan, como un más allá de la repetición.
El libro comienza diciendo que hay dos momentos de la cura: la entrada y la salida. Se entra por la puerta del amor, se sale por la del pase.
El inicio del análisis se instaura por la transferencia de amor y se dirige a un gran Otro (A) supuesto saber. Ahora bien, no sólo existe el lugar del Otro como significante, si no que la estructura del lenguaje, incluye el objeto a. Para que este objeto emerja, el analista, su posición, debe operar primero a partir del no-todo, escrito A/ (A barrado) y segundo como objeto a.
Si en el inicio de la experiencia es necesario la condición del amor que presupone un Otro, la cuestión que nos formulamos es: ¿Cómo se aborda el amor al final de un análisis? ¿Se trataría de « curarse » del amor? Sabemos, que el amor tapa, vela el verdadero estatuto del objeto a. Entonces, ¿qué hay del amor? ¿Qué queda del mismo, al término de la experiencia?
Jacques Alain Miller, en su escrito señala un más allá del amor, situándolo en el paso de A/ (A barrado) al objeto a. « De un Otro-Autre, con A mayúscula-al otro-autre, con la a minúscula del objeto a ». Es en este punto que ubica la invención respecto a eso que Lacan nombra como el surgimiento de « un nuevo amor » tomando esta noción del poema de Rimbaud.
El autor en estas páginas, distingue el amor como repetición, del amor como invención. Dice: « La novedad de Lacan, en psicoanálisis… es que hay nuevos amores posibles. El Edipo freudiano significa que amor es repetición. Y eso parecen mostrar las contribuciones de Freud a la psicología de la vida amorosa: cuando amamos, no hacemos más que repetir; encontrar el objeto es siempre reencontrarlo y todo objeto de amor es sustitutivo de algún objeto fundamental, previo a la barrera del incesto. Todo esto está hecho para demostrar el amor como repetición. La vertiente más original de amor lacaniano es, al contrario, que el amor es invención… que el amor es un modo de dirigirse al a a partir del Otro del significante. Este es, en la teoría del amor, el papel de las palabras de amor, de las cartas de amor. »
Resumo lo que Jacques-Alain Miller dice sobre una de las concepciones lacanianas del final de análisis respecto al amor. Expone que no se trata tanto de curarse del amor como de « … una transformación de la transferencia, no de su desaparición. Es un final del análisis donde el descubrimiento del A / (A barrado), el descubrimiento de que no hay Otro del Otro, no hay Otro, da lugar, por el contrario, a una invención. Quizás, sí, curarse del amor, pero del amor en tanto repetición ».
Entiendo que al final del análisis, hay una versión más allá de la repetición, un más allá del padre, que procuraría un destino diferente respecto al amor, otra manera de arreglárselas cada uno con lo real pulsional que queda del goce. Es decir, que una vez revelada la inexistencia del Otro y del « goce uno », se trataría de inventar a partir de ahí, una nueva relación o lazo con un partenaire que pasaría por un saber hacer del objeto a, de ese resto irreductible que es núcleo del síntoma, causa.
En relación a la transformación de la transferencia al final del análisis, creo que podemos decir que el dispositivo del pase fue creado por Lacan para inventar un nuevo lazo libidinal en su Escuela, a partir de S(A barrado) y de las dos vertientes del objeto a. Tal vez, llegados a este punto y para referirse a ese cambio del amor inicial, cabría preguntarse si ese amor quedaría al final transmutado en un ¿amar el síntoma?
(1) Miller, J.A. « Lógicas de la vida amorosa »- Ediciones Manantial, 1991.