Hacia la Jornada
XI Jornadas de estudio de la Diagonal Hispanohablante de la NRC
Inauguramos Hacia la Jornada
Un espacio al que invitamos a todos los participantes e integrantes de la Diagonal Hispanohablante a enviarnos
sus comentarios y reflexiones en torno al tema de la XI Jornada de estudio de la DHH
Un diálogo en común que nos va poniendo en el camino de nuestro próximo encuentro
el 9 de noviembre en A Coruña.
¡¡¡¡¡¡ Buena Lectura!!!!!!!
Almudena Collantes nos envía un texto donde pone de relieve como el encuentro con el analista, en el caso de las entrevistas con los padres, no está exento del surgimiento de las sorpresas y los hallazgos con un efecto de verdad que abrirá un nuevo horizonte al necesario tiempo de apoyo y acompañamiento de los padres a lo largo de la cura de su hijo
Documento nº 1
« El goce, sorpresa para los padres »
En las entrevistas con los padres que consultan por los síntomas de su hijo, se nos plantea la difícil cuestión de cómo introducir la dimensión del goce y su relación con los mismos. Guiados por nuestra escucha describen los síntomas, tratan de situarlos en las coordenadas familiares, escolares, hablan de la historia de su hijo, de sus posiciones subjetivas respecto a él, de lo que hacen o lo que no pueden hacer, de sus desacuerdos al respecto. Pero difícilmente intentan relacionar los problemas que plantean con la sexualidad, hecho que contrasta con lo arraigado que está en el discurso común actual el conocimiento de la sexualidad infantil, algo que ya no parece sorprender a nadie.
Es necesario que sean autorizados a hablar de ello por el analista que ha de esperar la ocasión propicia que no siempre llega. Sin embargo permanece como un punto de orientación en el horizonte de nuestra escucha el conducir a los padres a que puedan captar la sexualidad infantil no solo en su vertiente de supuesto placer, sino en su dimensión traumática, de goce que irrumpe como exceso o como desvío provocando las respuestas sintomáticas con su necesaria función defensiva. Podemos así contribuir a que la presión o impotencia educativas cedan y colocarlos en mejor posición para acompañar y apoyar a su hijo el tiempo que a este le sea necesario trabajar con sus síntomas.
El saber que el analista obtiene, inédito en cada caso, es una ayuda inestimable para orientarse en el trabajo con el niño.
Expondré un ejemplo extraído de mi práctica.
Los padres de una niña de cuatro años, cuyas rabietas habían sido motivo de preocupación, se deciden a consultar tras la aparición, dos meses antes, de terrores nocturnos que, si bien alcanzaron gran intensidad cedieron eso sí, dejando paso a algunos episodios de enuresis nocturna y finalmente miedos que persistían en el momento de consultar. Ya avanzada la entrevista, la madre, familiarizada por su profesión con la sexualidad infantil, comenta que en el último mes han hablado mucho y que le está pidiendo un hermano. La niña le ha dicho cosas como que tiene un pito pequeño, que los niños salen por el culo, que ella quiere tener niños. Se interpone entre la pareja cuando los ve juntos. Hasta aquí nada nuevo, cosas que ya habían hablado entre ellos. Añado un comentario: si los niños tienen curiosidad es porque sienten excitación.
El padre comenta entonces algo que le sucedió: en determinado momento de una reunión familiar, se da cuenta de que su hija, sentada en su regazo, se frota la pelvis contra su muslo. Su repulsa aparece « sin pensar » y apartándola le dice « eso no ». Como buen padre actual surgió en el la duda posterior de si su prohibición había constituido un error educativo. El pudor y desconcierto que sintió ante este hecho hicieron necesario un empujón para poder hablar de ello en la entrevista, la introducción del significante « excitación ». La sorpresa se produce cuando se dan cuenta de que los terrores nocturnos aparecieron justo después de este suceso.
Esto permitió ver como la
angustia (terrores nocturnos) que el acto del padre desencadenó era señal del
lanzamiento producido en la subjetividad de la niña hacia el campo del deseo y
de lo simbólico, campo de los lazos sociales donde el goce sexual incestuoso no
tiene cabida si no es al precio de síntomas de mayor gravedad. Las
conversaciones de la niña con la madre ilustran bien la trama freudiana
castración-edipo cuyo atravesamiento conduce al sujeto infantil a asumirse como
ser sexuado. Nos muestran los intentos de esta niña para situar en el marco
simbólico-imaginario, campo de la invención subjetiva, su goce apartado de una
satisfacción en lo real del cuerpo. Los episodios enuréticos y los miedos persistentes dan cuenta sin
embargo de la dificultad para reducir ese goce.
angustia (terrores nocturnos) que el acto del padre desencadenó era señal del
lanzamiento producido en la subjetividad de la niña hacia el campo del deseo y
de lo simbólico, campo de los lazos sociales donde el goce sexual incestuoso no
tiene cabida si no es al precio de síntomas de mayor gravedad. Las
conversaciones de la niña con la madre ilustran bien la trama freudiana
castración-edipo cuyo atravesamiento conduce al sujeto infantil a asumirse como
ser sexuado. Nos muestran los intentos de esta niña para situar en el marco
simbólico-imaginario, campo de la invención subjetiva, su goce apartado de una
satisfacción en lo real del cuerpo. Los episodios enuréticos y los miedos persistentes dan cuenta sin
embargo de la dificultad para reducir ese goce.
Los padres accedieron así a una versión diferente
del síntoma, algo que se impone y no responde a la sugestión ni a la presión
educativa que mas bien lo exacerban, pero si a una mayor tolerancia y apoyo por
parte de los otros. La pregunta que nos podemos hacer es que hubiera ocurrido
si este padre se deja llevar por el ideal moderno de permisividad del goce.
Afortunadamente su inconsciente se le adelantó.
del síntoma, algo que se impone y no responde a la sugestión ni a la presión
educativa que mas bien lo exacerban, pero si a una mayor tolerancia y apoyo por
parte de los otros. La pregunta que nos podemos hacer es que hubiera ocurrido
si este padre se deja llevar por el ideal moderno de permisividad del goce.
Afortunadamente su inconsciente se le adelantó.
Almudena Collantes Martínez
(A Coruña)
Los textos podéis enviarlos a la lista de la DHH ([email protected])
M. Martín Ramos
moderadora de la lista DHH: [email protected]