Estimados colegas, acaba de aparecer la edición digital del Nº 3 de la Revista LETRAS, cuyo monográfico está dedicado al tema: « La lengua en el cuerpo ». Pueden acceder a la misma, así como a los números anteriores enwww.letraslacanianas.com
Editorial Letras nº3
El cuerpo ha ocupado un lugar central para el psicoanálisis desde su origen. Los síntomas de conversión histéricos abrieron la puerta a la investigación Freudiana sobre la incidencia de la lengua en el cuerpo. Freud descubrió que el cuerpo del infans queda definitivamente alterado por su encuentro traumático con algunas experiencias de goce vehiculizadas por la lengua, y que las huellas de dichos encuentros conforman el saber del inconsciente, así como la silenciosa escritura de las pulsiones en el Ello. Ello e Inconsciente, son dos nombres freudianos de la arquitectura simbólica del cuerpo y sus síntomas, a la que hay que sumar la imagen narcisista del mismo. Por su parte, Jacques Lacan dedicó su enseñanza a elucidar en primer lugar la articulación entre dichas instancias, para avanzar posteriormente en el establecimiento de una concepción lógica y topológica de la relación entre representación, escritura, imagen y goce del cuerpo.
En nuestra época, la fascinación por el cuerpo ha llegado a un cénit desconocido. No se trata sólo del culto a su imagen, sino de la promoción de nuevas formas de goce desvinculadas de cualquier ética o moral y que responden por tanto a la voz silenciosa del superyó, que ordena gozar. Pues el nuevo derecho universal al goce del cuerpo no es sin el imperativo que afirma: “Just do it!”, declinación moderna de la fórmula Sadiana. Este imperativo, por otro lado, se escribe en el cuerpo en un nuevo orden simbólico en el que la contabilidad repetitiva se impone a la poiesis, la vertiente creativa de la lengua.
Y la consecuencia son los nuevos síntomas: Anorexia, bulimia, hiperactividad o depresión como nuevos signos de un cuerpo en el que el deseo y su sutil vínculo con el amor se ve arrasado por el goce y sus exigencias adictivas. Pero también nos encontramos con los jeroglíficos y tatuajes, las operaciones y mutilaciones, las experiencias de goce cada vez más crudas y autísticas.
Y la respuesta del amo contemporáneo, del amo psicoterapéutico y evaluador oscila entre la contabilidad evaluadora, el imperativo reeducador y neohigienista, la lectura asubjetiva de la cifra neuronal y la narcosis farmacológica generalizada. Es el estúpido programa de un nuevo mundo sin sujeto y un nuevo hombre sin real, reducido a un cuerpo gozante calculable.Pero no es sólo estúpido, es además un error, pues no hay domesticación posible del goce del cuerpo, aunque el resultado de este esfuerzo neohigienista no sea otro que la extensión de la debilidad mental –Lacan dixit-, una mayor fragilidad y desorientación del sujeto moderno y la insistencia cada vez mayor de los síntomas.
La apuesta del psicoanálisis es otra. A lo largo de las páginas que componen este número podrán leer diversas aproximaciones a esta cuestión, desde el punto de vista epistémico o clínico. Y muy especialmente, en el apartado sobre El Pase, encontrarán las elaboraciones de varios Analistas de la Escuela, que dan cuenta del modo particular en el que cada cual llegó a construir su cuerpo sintomatizado, así como el resultado de su análisis sobre el mismo, y que nos muestra la orientación ética de un sujeto orientado por lo real de su goce corporal.
Buena lectura!
Andrés Borderías
Director de Letras
Director de Letras