Presentación Héctor Gallo, nos trae una elaboración acerca de lo que sucede con las mujeres y el amor, una vez que el supuesto freudiano de que ellas fracasan en la sublimación pulsional, ha perdido vigencia ¿Nuevas posibilidades, o nuevas versiones de lo mismo? También vamos a encontrar tres comentarios al texto de Susana Dicker, De la falla en el saber al deseo de saber Comisión Científica. El amor y las mujeres Héctor Gallo NEL-Medellín En 1930 Freud planteaba que el empeño en la sublimación, en el trabajo de la cultura, de la civilización (culturarbeit), estaba del lado masculino, mientras que las mujeres fracasaban en la sublimación pulsional (Triebesublimierung).[1] En el siglo veintiuno puede afirmarse que gracias a la decadencia de los ideales paternalistas, la tesis freudiana de 1930 sobre las mujeres, ya no es vigente. Tanto desde el punto de vista social como histórico, las mujeres tienen hoy derecho a posicionarse por fuera del horizonte de los presupuestos paternos, siempre que estén dispuestas a pagar el precio que impone su acto liberal. Algo que todavía se mantiene vigente es la tesis freudiana sobre la desproporción libidinal que suele encontrarse en algunos hombres entre las mujeres y la civilización. Del escritor, los artistas, grandes líderes y científicos, no es válido decir que renuncian a las mujeres y el amor porque perturban su labor sublimatoria, pero como la libido no es ilimitada, debe tenerse en cuenta que aquello que uno entrega « de un lado es preciso que lo retire de otro ».[2] Freud insiste en que la posición de un sujeto en el amor y con respecto a la sublimación, depende de un problema de economía psíquica, de algo relacionado con la distribución del gasto y esto sin duda sigue siendo de actualidad. La posición femenina será enemiga de la civilización, por ejemplo en aquellos casos en los que desde ese lugar se intente hacer caer, se ataque y penetren « los semblantes del varón »[3] que han sido puestos al servicio del progreso de aquella. Hay otras mujeres que por amor, respeto y admiración por un hombre, apoyan estos semblantes y se les atribuye al respecto cierta afinidad, De acuerdo con Jacques-Alain Miller, una posición en la que ha localizado Freud a las mujeres, es la de ser guardianas de lo real, son las que recuerdan a los hombres lo siguiente: si tu no demuestras saber cómo se ama a una mujer, tus adquisiciones culturales, así digas que son muy grandes y que te han costado demasiado, valen un « carajo ».[4] Desde este punto de vista, un lugar de anudamiento del rencor femenino, tal como lo plantea Lacan en Juventud de Guide,[5] es el desencuentro que se produce cuando una mujer se topa con la fatídica afección de su corazón enamorado. El corazón enamorado « no se presta fácilmente a la sustitución de lo real por un semblante ». [6] En la actualidad encontramos mujeres que no ponen la mayor parte de su libido en el amor por un hombre, ni en los hijos, sino en otros aspectos a los que le dan el valor de aventura histórica. Esta decisión por el semblante y la sublimación, sin duda tiene que restarle valor al amor como horizonte de realización del ser, pues cuando a este nivel una mujer decide esperar más de su quehacer vital que del amor de un hombre, su relación con éste se fundará en una especie de paridad en el ámbito de las sublimaciones culturales. De todas maneras, a esas mujeres que resuelven la cuestión de la feminidad por la vía del tener y no del ser, suele quedarles una duda que se expresa, según Miller, en la idea, « conmovedora por su insistencia, por su inocencia, de que su verdadero lugar se hallaría en el amor, en ser amadas por un hombre ». [7] Admiran la sublimación, « son un volcán » de fuerza y entusiasmo en el deseo, pero al mismo tiempo se preguntan: ¿de qué vale ser tan inteligente, tan exitosa en la profesión, si finalmente estoy sola en el amor? Notas [1] Miller Jacques-Alain, La naturaleza de los semblantes, Buenos Aires, Paidós, 2.002, p. 33. [2] Ibíd., p. 134. [3] Ibíd. [4] Véase, Ibíd. [5] Lacan Jacques, Juventud de Gide, Escritos 2, Buenos Aires, Siglo veintiuno editores, 1985 pp. 719 a 743. [6] Miller Jacques-Alain, La naturaleza de los semblantes, op. cit, p. 134. [7] Ibíd. _________ COMENTARIOS De: Beatriz Palacio El texto de Susana Dicker, De la falla en el saber al deseo de saber,nos invita a reflexionar en las dificultades que afrontan los adolescentes y los púberes ante la falta de saber sobre el sexo en lo real, que se exterioriza en sus dificultades con el deseo y el goce. Aborda este tema a partir de la tesis de Jacques lacan: Rechazo primordial a un saber sobre el sexo. Rechazo que es estructural para todos los seres hablantes y que hace traumática la sexualidad humana. Para el púber, la sexualidad hace agujero en lo real y lo confronta a esa falla en el saber que lo remite a un imposible. La irrupción de la sexualidad en los jóvenes es marcado por el descubrimiento de un nuevo objeto, el objeto sexual que pone en juego la pulsión sexual que era autoerótica y ahora es con el Otro en el anudamiento de cuerpo y lengua. Nuestra colega en su argumentación siguiendo a Lacan, nos presenta en forma condensada y rigurosa esa articulación entre saber y sexo y muestra las soluciones a ese horror a saber. Fantasma, síntoma. « Allí donde no hay relación sexual hay un menos de goce y un resto, plus de goce que, hecho causa, es la vía de acceso al Otro sexo ». Solución que el adolescente puede encontrar por medio de la función paterna, el Nombre-del-Padre como operador, ya que el Padre es aquel que autoriza el saber, provoca el deseo de saber. Servirse del padre e ir más allá de él, saber servirse de él es un saber, que lo conduce a saber pasar por el otro que detenta ese saber. Esta época caracterizada por la inexistencia del Otro y la declinación de la figura paterna, donde el objeto funciona como plus de goce de satisfacción inmediata, y las imágenes parentales vacilan, produciendo una desorientación en los jóvenes que los exime de enfrentarse a ese rechazo primordial a un saber sobre el sexo. De ahí la posibilidad que menciona nuestra colega sobre la oferta del dispositivo analítico como medio para pasar del no-saber sobre el sexo a construir un saber sobre el propio goce del cual hacerse responsable. El encuentro con un psicoanalista puede ayudar a tramitar esa falla en el saber y pasar al deseo de saber. Susana Dickernos deja abierta esta vía para seguir trabajando en nuestras jornadas. De: Paulina Zamora de Otero Dos hechos de estructura instalan lo imposible en el centro de la experiencia humana: una falla en el saber sobre lo sexual y la tachadura e inconsistencia del Otro. Hechos que plantean al sujeto la disyuntiva de hacer de ese imposible una causa o un obstáculo, más aún en una época que empuja al goce sin medida, a las respuestas fallidas y « al rechazo primordial a un saber sobre el sexo ». Por este camino, el texto de Susana Dicker nos plantea: ¿qué puede permitir al parletre construir una ficción, un semblante, que le posibilite una posición más digna y responsable respecto de su deseo, su goce y el amor? La respuesta: la experiencia análitica, único espacio en el que se pone sobre la mesa el horror a saber y ese « cuerpo modelado por un circuito pulsional que se crea a sí mismo como objeto », permitiendo pasar de la imposibilidad paralizante a la invención de una solución que permita el consentimiento del sujeto a una posición sexuada en tanto elección de goce, posibilitando su acceso al Otro sexo. Más aun si se trata de un sujeto adolescente. De: Betty Abadi Susana Diker en su escrito trata de dar cuenta del impasse que representa para el sujeto niño -adolescente el encuentro con el Otro, el impasse de lo que representa el encuentro con la no relación sexual. Impasse marcado en la sociedad actual por el plus de gozar, y que se manifiestan dice Susana Dicker, con acting out y pasajes al acto,son estas, respuestas fallidas del sujeto ante la » certeza que se instala como defensa a una falta en el saber ». Son respuestas que tienen que ver con los momentos de encuentro con su falta de saber, encuentros que ponen en juego sus identificaciones al Otro social, a sus relaciones con sus semejantes y sus deseos. Es la pregunta de como estos jóvenes se insertan en el contexto social que los acompaña en esta contemporaneidad, dentro de un medio en donde lo que predomina por encima de las respuestas parentelas, es el empuje al goce, traducido en un plus de gozar, al desencuentro con la relación sexual que no existe. Concluye Susana Dicker, resaltando que el encuentro con el dispositivo analítico, es el que permitirá a estos jóvenes en un momento dado tramitar este goce que produce el encuentro con el no saber. La pulsión es una demanda, una demanda exigente. A diferencia de lo que sucede en el amor, la pulsión es sin el Otro. Mientras el amor no es sin Otro, la pulsión es puro goce, y en el lugar del Otro encontramos al objeto de goce. Podría uno preguntarse ¿es posible la conjunción de goce y amor.
No hay relación sexual VII Jornadas de la NEL El sexo y el amor en el siglo XXI, ¿de qué satisfacción se trata? Medellín, Octubre del 2012 No. 9 Marzo 2 del 2012 Moderador Piedad de Spurrier ( [email protected] ) Todos los miembros y asociados de la NEL están invitados a participar en este boletín con sus textos, comentarios, notas y observaciones sobre los temas del debate. Éstos pueden ser enviados a la moderadora.