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Ecos epistémicos, clínicos y políticos Todos los miembros y asociados de la NEL están invitados a participar en este boletín con sus textos, comentarios, testimonios y observaciones sobre las VI Jornadas de la NEL “El laberinto de las identificaciones”, realizado en Bogotá los días 5, 6 y 7 de noviembre de 2010. Moderadoras: Piedad Ortega de Spurrier y Clara María Holguín Los comentarios de Elena Sper de la NEL-Guayaquil, y de Ana Viganó, de la NEL-México, podrían articularse bajo la pregunta ¿cuáles son los efectos de ser parte de nuestra Escuela, la NEL? _________ Los efectos de ser parte de una Escuela Me sumo a participar en el aposteriori de las jornadas, y lo hago porque mi experiencia como expositora y como discutidora dejó saldos importantes tanto en mi particularidad como en mi relación con la Escuela. Creo definitivamente que la política de la enunciación es la vía necesaria que permite sostener el Uno -por Uno que da ex-sistencia al Uno de la escuela. Nuestra formación como analistas está orientada a lo real, y hablar desde lo particular nos orienta justamente a ese punto de real al cual nos enfrentamos cada uno de nosotros. Efectos apriori, si desde el momento que se empieza a escribir un trabajo para su presentación, orientado a ser parte de una escuela que nos ofrece un lugar, se producen efectos más aun cuando el trabajo está enmarcado en la enunciación, es una manera de volver a dar una vuelta más, de circunscribir nuevamente el punto de real, esforzados además a realizar su escritura. Efectos aposteriori, si, muchos más porque en estos se enmarca la presencia y participación de los colegas que con sus brillantes intervenciones, produjeron un empuje de aproximarse aun mas al punto de real. Intervenciones que dan cuenta justamente que la formación del analista no es sin el otro, no es sin el deseo decidido de cada uno de nosotros y no es sin la Escuela. Elena Sper ____________________ Agradezco la posibilidad de tomar la palabra en este “A posteriori”, apuesta más que interesante de continuar nuestra conversación, tocados ahora por la experiencia de las Jornadas. Lo haré no sin antes hacer pasar un juego significante que tuvo cierto efecto de chiste para mí, cuando pensé: “Del Boletín I…? pasamos al Boletín Y…?” Un Y…? que se ubica en el trabajo de seguir extrayendo las consecuencias del esfuerzo compartido por decir, por nombrar lo insoportable -el de cada uno y el nuestro, punto crucial para la Escuela. Y…? que sin dudas detiene nuestra atención ante la vertiginosidad de un tiempo global – y a veces institucional – que puede fascinarnos en la eficacia de una productividad dirigida a lo nuevo, lo último, lo que viene, nuestros particulares gritos de la moda. ……. La propuesta me convoca a retomar un punto que insiste bajo distintos “vestidos” tanto en la preparación hacia el encuentro en Bogotá, como durante las distintas instancias del mismo (Congreso, Asamblea, Jornadas propiamente dichas) pero aún también en la gran conversación que tuvimos en París, y que podría resumir en esta expresión:”encontrar lo incomparable de la NEL en el conjunto de las Escuelas”. Lo cual me lleva a la cuestión del estilo, uno que incluya las complejas consideraciones sobre el lazo social que podrían ser comunes a todas las Escuelas, pero con la salvedad – salvación tal vez, ciertamente que no por los ideales– de ubicar su modo de gozar, como condición de posibilidad de una transferencia de trabajo que sostenga su eficacia en la orientación por la diferencia absoluta. Un goce que existe, en tanto la NEL existe, y del que cierta cesión parece haberse producido a la luz de algunos efectos de movimiento que se perciben, auspiciando las condiciones de un franqueamiento posible. Propongo retomar la propuesta de L. Gorostiza de releer la Teoría de Turín a partir de la noción de parlêtre, para que esta vía señalada encuentre un modo propio de hacer-se escuchar; y abro una invitación a hacerlo bajo la forma de un cartel, con aquellos a quienes la propuesta los convoque. Ana Viganó