Biblioteca EOL–Sección Córdoba Reseña “lacanjoycemillerlacan” Para hacer honor a la noche de Biblioteca del miércoles 21 de Julio quizá no haya que insistir tanto en lo dicho, sino especialmente en la enunciación que reinó en la mesa donde expusieron Ana Waisman, AME de la Escuela, y Jorge Castillo.El título de la noche responde a la orientación que la biblioteca toma durante el año 2010: la lectura. Lacan lector de Joyce, Miller lector de Lacan.Fue una noche donde la Biblioteca se sintió, de lleno, a disposición de la Causa Analítica. Jorge Castillo en un interesantísimo trabajo presentó a Lacan en tres momentos, Lacan y la Psiquiatría, Lacan y el estructuralismo, y Lacan y la topología.Ana Waisman en una extensa y lúcida exposición que llamó Grageas, tomó explícitamente la primera parte de este título, Lacan-Joyce, y durante más de una hora nadie respiró en la sala repleta. La exposición tocaba el cuerpo, los presentes se bebían las palabras.Giró alrededor de la conferencia llamada “Joyce el Sinthome”Hay dos versiones de esta conferencia dada por Lacan en 1975 con motivo del Quinto Simposio Internacional James Joyce. A una de ellas la constituye el primero de los anexos que se encuentran al final del Seminario 23 El Sinthome, pero Ana Waisman tomó la otra, quizá no tanto por que es más verdadera, sino porque es otra, y que encontramos en el Nº 45 de la revista Uno por Uno publicado por Eolia en la primavera del 97.Son dos versiones de la misma conferencia, pero entre sí disímiles y Ana Waisman afirma, no solo disímiles, sino en algún punto también contradictorias.La otra lectura, una lectura desescolarizada, esa es la cuestión, y que da de lleno en la orientación de la Biblioteca de la sección Córdoba de la EOL en este año, que como dijera, se orienta por este asunto que es la lectura.Se trató de una intervención que interroga no sólo a cada uno, sino también a nuestra Biblioteca. Además, en el horizonte queda insinuada una cuestión para nuestra AMP.Una colega preguntó ¿qué se “palpó” esa noche? La respuesta es precisamente esto, la posibilidad de otra lectura. Quizá no sólo que sea lo posible, mejor aún lo necesario.A. W. piensa que Lacan fue llevado a trabajar Joyce porque quedó impactado por el hecho de que éste hizo en lo real su propio síntoma, el de Lacan, separar el sentido de lo real.Realizó también la lectura de una poesía de Joyce: “Una flor dada a mi hija” y los últimos párrafos de la conferencia de Lacan, quien supuestamente hubiera querido analizar a Joyce: “Ser post joyceano, es saber eso. Sólo se despierta por ese goce, esto es, un goce desvalorizado por el hecho de que el análisis, recurriendo al sentido para resolverlo, no tiene ninguna posibilidad de lograrlo si no es dejándose enredar… por el padre, como indiqué.Lo extraordinario es que Joyce lo consiguiera, no sin Freud (aunque no sea suficiente que lo leyera), sino sin recurso a la experiencia del análisis (que quizá lo habría engatusado con algún fin sin relieve). Neolid CeballosCórdoba, 27 de Julio de 2010
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