ACTUALIDAD DEL FORO
Número 10, 6 de junio de 2010
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Editorial
Hemos entrado ya en la atmósfera del Foro. Es una constatación a tenor del interés que han generado sus argumentos -y que ha superado nuestras expectativas; teniendo en cuenta también que de él se habla entre profesionales de muy diversas procedencias; que algunos medios de prensa escrita y de radio están preparando para los días previos al Foro los argumentos que consideran noticia; y que los responsables políticos con los estamos contactando responden desde el interés que entienden que una reunión de estas características tendrá, en el World Trade Center de Barcelona, cuando todo apunta a que lo que allí sucederá reúne las condiciones de un verdadero acontecimiento cívico.
Escuché esta semana de un colega una de las frases con las que Daniel Pennac inicia su libro Mal de escuela: “Estadísticamente todo se explica; personalmente todo se complica”. Hemos conocido estos días las cifras de jóvenes menores de 25 años que no disponen de ningún tipo de titulación y que además no han accedido todavía al mundo del trabajo. Pero además, el ámbito de la educación vuelve a mostrar sus síntomas cuando una de las medidas que se pretende adoptar para combatir el fracaso escolar es la instauración de un “contrato” entre padres y escuela que comprometa a los primeros a hacer que sus hijos hagan los deberes. ¿Llega el momento de evaluar a los padres por las razones de la caída del deseo de saber de sus hijos? No parece descabellado pensar que vamos hacia ahí.
El Día F: Un número considerable de invitados, intervenciones breves que deberán respetar el tiempo previsto, algunas producciones artísticas que acercan al autista a su condición de artista y ocho testimonios de padres y madres. Presentamos uno de ellos en este número 10 del AF. En el próximo, dispondremos ya de las siete secuencias más una conferencia que conformarán el Foro.
¿Te has inscrito ya? Las plazas que quedan empiezan a ser las últimas.
Iván Ruiz
Por el Comité de iniciativas
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Guía de Diagnóstico y Tratamiento de los Trastornos del Espectro Autista. La atención en la Red de Salud Mental
Por Eva Rivas Cambronero*
La Red de Salud Mental de la Comunidad de Madrid, que se creó tras la reforma psiquiátrica de los años 80 tuvo siempre el objetivo de acercar al ciudadano los Servicios de Salud Mental. Para ello surgió un Centro de Salud Mental (CSM) en cada distrito de la Comunidad, en el que psiquiatras, psicólogos clínicos, trabajadores sociales y enfermeros ofrecen una atención a las demandas por psicopatología de la población de forma accesible, interdisciplinar y coordinada con los recursos sociales y educativos del distrito. Esta labor coordinada se hace aún más importante cuando se atiende a pacientes crónicos y graves como son los trastornos autistas y las psicosis infantiles. Con este tipo de sujetos no sólo es crucial que los profesionales de Salud Mental conozcamos su singular modo de presentación clínica y reflexionemos sobre la manera de dirigir su cura sino que podamos mantener un diálogo con sus colegios, profesores de educación especial, integrada u ordinaria, orientadores escolares, equipos y centros de Atención Temprana, educadores sociales, Centros de Atención a Infancia y Familia…, para así abarcar la problemática clínica que les acompaña en todos los contextos en los que ésta se presenta. Esta filosofía de coordinación o de trabajo en red con otros profesionales no sanitarios es la que ha guiado la Salud Mental Comunitaria y para ello una herramienta fundamental era la sectorización: cada distrito disponía de un CSM con un programa infanto-juvenil que ya tenía abierta la vía de comunicación con los recursos educativos y sociales de los barrios del distrito. Esto en el momento actual está llamado a desaparecer por la política de regreso al hospitalocentrismo de la actual consejería de Sanidad madrileña que ha promovido el Área única y la libre elección de especialistas de forma que se rompe la posibilidad de trabajar conjunta y coordinadamente con los recursos que ha de utilizar el paciente y su familia tanto sociales como educativos.
Sin embargo, hasta el momento actual funcionaba la sectorización y existía un Oficina Regional de Coordinación de Salud Mental que promovió , en lo que se refiere a la Salud Mental infanto-juvenil, que cada área de salud (compuesta por varios CSM y el hospital de referencia) contara con un representante y que periódicamente en reuniones programadas pudieran todos los representantes poner en común estrategias asistenciales, proyectos y necesidades detectadas por los profesionales que trabajamos directamente con los pacientes.
La iniciativa de trabajar en la elaboración de una Guía que ayudara a orientar el diagnóstico y tratamiento de los Trastornas de Espectro Autista (TEA) se planteó en estas reuniones de los representantes de los equipos infanto-juveniles de todas las áreas de nuestra Comunidad, que se hicieron eco de las dificultades que conlleva el abordaje clínico de dicha patología expresada por los profesionales implicados en la atención a los menores.
Por tanto, el texto que presento materializa el interés de los profesionales de los equipos infanto-juveniles de la Red en profundizar en el estudio de ésta patología por haber sentido los clínicos la necesidad de disponer de una Guía que ayudara a orientar el diagnóstico y tratamiento de los TEA en la Red de Salud Mental de la Comunidad Autónoma de Madrid.
En 2006 fuimos convocadas por los responsables de la Oficina Regional de Coordinación de Salud Mental para la elaboración de dicha Guía. La amplia experiencia acumulada durante muchos años de trabajo en la atención a niños y adolescentes y la formación específica de todas las profesionales que constituimos este grupo, nos hizo considerar que podíamos realizar dicha tarea con el rigor que se merece y aportar a otros profesionales, fundamentalmente de salud mental y educación, el esfuerzo de una exhaustiva documentación y reflexión.
A lo largo de los 3 años en los que estuvimos trabajando en su consecución tuvimos siempre presente que la finalidad no era sólo tratar de ofrecer más pensado y estructurado lo que se presenta en la clínica como confuso y difícil, sino reconocer y reivindicar el trabajo que llevamos realizando durante años en los Centros de Salud Mental como dispositivos donde pivota la asistencia de los menores y sus familias, en el diagnóstico, acompañamiento de pacientes y familias, coordinación e intervención terapéutica. Reivindicar el papel de los CSM en oposición a iniciativas y programas específicos de un autismo considerado exclusivamente un déficit biológico y cognitivo que recientemente se habían erigido en foco de la atención mediática. Se hacía esta reivindicación necesaria para hacer visible que es en los equipos de Salud Mental donde se hace la labor clínica, diagnóstica y de orientación terapéutica de esta y de todas las patologías de nuestros niños y adolescentes.
Aun así reconocemos que la baja prevalencia de los TEA y la complejidad y variabilidad que entrañan tanto su diagnóstico como su abordaje integral plantean muchas dificultades teniendo además en cuenta la precariedad desde la que trabajamos en los CSM.
Todos los que llevamos cierto tiempo atendiendo la psicopatología de los más pequeños hemos visto niños con alteraciones de la socialización, de la comunicación y con patrones de conducta restringidos que nos han planteado muchas dudas diagnósticas que en la soledad de la consulta resultan difíciles de disipar.
El abordaje terapéutico tampoco está exento de dificultades: además de las limitaciones con las que nos encontramos para plantear un trabajo individual con los niños, (creación de un vínculo psicoterapéutico, encuadre…) las necesidades de coordinación, las labores de información, apoyo y trabajo terapéutico con los padres, requieren también tiempo, reflexión y continuidad.
La derivación a los hospitales de día está limitada por la falta de recursos para los más pequeños y, en los más mayores: las esperas, algunas barreras de diversa índole para su ingreso o incluso, reticencias familiares hacen que en muchas ocasiones no podamos contar con este recurso para nuestros pacientes.
Dichas deficiencias en la red de atención infanto-juvenil han facilitado el mayor protagonismo de las intervenciones educativas (e incluso del diagnostico), hasta el punto de que se hace necesario insistir en la obviedad de que los TEA forman parte de la patología psiquiátrica infantil. Por tanto, las dificultades en la intervención (que por otra parte no son privativas de esta patología), no nos deberían hacer delegar u obviar nuestro rol. Los profesionales de salud mental no podemos quedarnos al margen en el abordaje de estos pacientes. Por esta razón el grupo de trabajo que redactó la guía, formado por psiquiatras y psicólogas de la Red de Salud Mental con experiencia y formación específica en la clínica de la infancia ofrecimos nuestro tiempo y trabajo para crear un instrumento que ayudara a los clínicos en el acercamiento y la asistencia al niño autista con los recursos de la Red. No se trata de una Guía de investigación ni trata de debatir sobre la causa del autismo. Si bien todas las autoras tenemos formación psicoanalítica se recogen las aportaciones de las distintas orientaciones (biológica, cognitiva, psicodinámica…). Esto trajo problemas. A la hora de su publicación y con el trabajo terminado y las planchas de impresión preparadas la nueva dirección de la Oficina Regional de Salud Mental obstaculizó la publicación, envió el texto para “supervisar” a psiquiatras menos sospechosos de orientar psicoanalíticamente las indicaciones de una Guía a la que iba a dar su logo la Comunidad de Madrid. No admitimos sus correcciones al texto. Entonces se nos dijo que no había presupuesto para la financiación de la publicación. Fue entonces cuando la empresa Cogesin, con la que la Consejería de Sanidad tiene concertados algunos recursos terapéuticos, ofrece la financiación para que la publicación del trabajo realizado salga adelante. La traba siguiente fue el título: nominar Guía a un texto de la Comunidad de Madrid supone que sus indicaciones han de ser seguidas por los clínicos de la Red pública, y eso, sin que la “ideología dominante” prime en el texto era difícilmente aceptable. Finalmente, y ante nuestra amenaza de que el texto se publicaría aun sin el logo de la CAM y sin su financiación, y gracias al apoyo de compañeros de la red y la antigua Oficina, la publicación salió adelante.
La Guía para el diagnostico y tratamiento de los Trastornos del Espectro Autista (TEA) se publicó en diciembre de 2008 gracias a la financiación de la empresa Cogesín en cuya página web www.cogesin.es puede consultarse a texto completo.
A lo largo de la Guía hacemos un recorrido por la detección, clasificación, evaluación, diagnóstico, diagnóstico diferencial e intervención realizable en nuestros centros. Se citan autores psicoanalistas, por ejemplo suscribimos en la introducción (pag 19) las palabras de Pierre Ferrari en cuanto a que “todo niño autista (…) debe de ser reconocido como sujeto portador de una historia personal y única y de una vida psíquica específica (…); hay que considerarlo un sujeto capaz a condición de que se le ofrezcan las posibilidades de organizar una vida relacional con su entorno”. Se sale al paso incluso de la vieja y manida objeción que se le hacía al psicoanálisis como culpabilizador de los padres reivindicando las importantes contribuciones de psicoanalistas y señalando la injusta descalificación indiscriminada de todo enfoque psicodinámico que hoy día (y desde hace ya algunas décadas) rechaza las tesis culpabilizadotas del entorno familiar. El capítulo sobre diagnóstico diferencial es particularmente interesante por cuanto la mayoría de los niños con rasgos autistas no tienen un Autismo Infantil Precoz propiamente dicho y son niños que adquieren el lenguaje –aunque de una forma particular y muchas veces “no funcional”, niños sin déficit intelectual o inteligencia límite para los que las clasificaciones no ofrecen clarificación nosológica y sin embargo, y de cara al tratamiento es fundamental diferenciarlos del Autismo. Muchos representan las psicosis infantiles englobadas sin remedio en la categoría TGD-NOS (Trastornos Generalizados del Desarrollo no especificados) dado que la categoría de psicosis infantiles desapareció del DSM y de la CIE-10. En este sentido la Guía apunta a la necesidad de una clasificación más clínica y más orientada a las especificidades de la infancia como es la Clasificación Francesa de los Trastornos Mentales del Niño y el Adolescente que sí mantiene el término psicosis para hablar de la clínica de la infancia.
En el capítulo sobre evaluación y diagnóstico se da la consigna de que es un diagnóstico eminentemente clínico, que no hay marcadores biológicos ni pruebas o procedimientos técnicos para identificar a estos niños y que por tanto se deben evitar exploraciones y técnicas diagnósticas costosas, innecesarias e invasivas, habiéndose estudiado y razonado cuáles serían las pruebas imprescindibles, las recomendadas en algunos protocolos pero no aceptadas para uso generalizado y las que se deben considerar sólo en determinadas ocasiones, para de esta manera evitar a los niños y a sus familias el doloroso periplo que por diferentes profesionales realizan en aras de hallar la lesión neurológica que en el 90% de los niños no se encuentra.
En el capítulo sobre orientaciones terapéuticas se hace una revisión de los métodos cognitivos pero se recoge la diferenciación en cuanto a sus objetivos (paliar el supuesto déficit) con respecto a las terapias de los modelos psicodinámicos basadas en que las dificultades del niño autista no son una suma de síntomas sino una defensa levantada por la gravedad de la angustia, de forma que será a través de la relación con el terapeuta y no con aprendizajes excesivamente instrumentalizados conductualmente como se logrará la aparición de un deseo de comunicación en estos niños (pág.110).
Por todo ello y aunque en los últimos tiempos se han publicado distintas guías de autismo ésta es de las pocas que contempla las aportaciones del psicoanálisis y está pensada fundamentalmente para ayudar al clínico a ayudar al autista y su familia.
Con mi reconocimiento a las demás autoras de la Guía: Margarita Alcamí, Cristina Molins, Encarna Mollejo, Paloma Ortiz, Ana Pascual y Carmen Villanueva, y a Inmaculada Palanca que nos convocó y apoyo nuestro trabajo desde la Oficina Regional Coordinación de Salud Mental como responsable del Programa de Atención a Niños y Adolescentes.
* Psicoanalista, psiquiatra del CSM de Moratalaz (Madrid).
– Texto completo disponible en http://www.foroautismo.com/eval.htm –
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Quién nombra al autismo
por José Rubio*
Voy a comentar un pequeño-gran detalle ocurrido en una entrevista audiovisual a propósito del día internacional del autismo, la psicóloga especialista, rectifica enérgicamente al entrevistador, porque éste, desde su desconocimiento les ha llamado “personas autistas” en lugar de cómo se debe decir actualmente: “personas con autismo”. Esta diferencia, a tenor de la regañina que le cae encima al esforzado señor, señala un punto de viraje decisivo de un antes lleno de oscuridad e interpretaciones pre-científicas, y un ahora luminoso que les devuelve la dignidad. La psicóloga exclama que por fin la ciencia ha venido a liberar la diferencia autista de los prejuicios de la ignorancia, y que ahora se les podrá atender, ocuparse de ellos como les corresponde.
Esta mujer –de corte humanista- defiende con pasión -y diría que incluso con amor-, a la persona apresada y desvalida que hay en la enfermedad del autismo, y también con pasión critica a la sociedad que evalúa, y con ello no respeta la diferencia absoluta de cada persona. Para ella, y creo que más allá de ella también para la nueva tendencia, la distinción en la manera de nombrar el autismo, es un avance fundamental que permite separar la persona de la enfermedad. Es por ello que se puede evaluar la enfermedad, pero dejando a salvo la integridad de la persona como valor en sí mismo fuera de toda medida. Creo que valdrá la pena decir algo respecto de esta distinción que, me parece es la base moral de la actual rehabilitación.
Todos iguales, todos diferentes. La operación de base de este viraje, me parece claro, se trata de separar “persona” de “autismo”, y con esta operación recuperar la integridad, como volar absoluto, de la persona en juego. Se quiere recuperar la pérdida que produce la sustitución metonímica del todo (persona) por la parte (autismo), que como sabemos, remitiría a la alienación significante del sujeto en su entrada en el campo –digamos- social. Y curiosamente para recuperar la pérdida, se presenta a la ciencia como la gran libertadora, la que supuestamente restaura la integridad personal, la que devuelve un valor absoluto sin comparación ni medida posible. Por más contradictorio que nos parezca, la cosa, me parece que se ha articulado de este modo: la ciencia iguala a todos, todos somos igualmente diferentes. La diferencia autista, como cualquier otra, deberá ser admitida en nuestra sociedad de la diversidad. La coherencia de esta posición emergente pone de manifiesto el rasgo de nuestra civilización actual del Otro que no existe, es decir de la serie abierta.
Cuando esta psicóloga, comprometida con la atención al autismo, riñe al presentador, lo hace porque percibe que éste todavía piensa según la estructura del “todo”, en cambio la novedad liberadora consiste en la estructura regida por el “no-todo”. La sociedad de la diversidad es una serie abierta de formas de ser persona, donde no cabe operar con la falta subjetiva, solamente se trata de diferencias. Es interesante observar que en la medida que desaparece la falta (en los dos sentido de la palabra como falta-de-ser, y también como culpa) se establece como dominante el déficit (aquí también tanto respecto al cuerpo como organismo biológico, así como de los recursos del cuerpo social). Y cualquier referencia a la presencia de la falta, es decir implicar la negatividad en los desordenes de la persona, son atribuidos a prejuicios ignorantes de épocas superadas. Entonces, en tanto no hay falta subjetiva en juego, se le restituye a la persona con autismo su integridad, y se explica sus alteraciones por el déficit de su neurobiología, teniendo buen cuidado de haber separado previamente persona de enfermedad.
Separar persona de enfermedad (persona “con” autismo) en el marco de la neurobiología supone una contradicción máxima, en tanto que la persona como tal, bajo esa perspectiva, es una función de la neurobiología. ¿Qué nos dice esta contradicción tan evidente, y a la vez tan escondida en la evaluación?
A poco que reflexionemos aparece clara la respuesta, la separación aludida es la operación por la que se hace del autismo un objeto, se trata de producir el objeto de tratamiento. Y el objeto reducido a puro déficit. Y efectivamente, como exclama la especialista, esto lo hacen las neurociencias muy bien. Y resulta claro esta objetalización si consideramos, cosa que oculta la evaluación, que tanto nombrar a la persona como autista, así como separar persona de enfermedad, en ningún caso, este nombramiento lo realiza el sujeto afectado, sino que es una elaboración del profesional, es el sistema técnico quien realiza estas operaciones. Por lo tanto no estamos hablando de aquello que el sujeto autista pueda elaborar –lo cuál estaría bien que llegara a asumirse como persona diferenciada de la enfermedad- , sino al contrario, se trata de lo que elabora el sujeto profesional, en este sentido la separación habla únicamente del deseo del técnico, y lo que dice es que produce al autismo como objeto, objeto de su fantasma ubicado en la realidad.
* Psicoanalista miembro de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis.
– Texto disponible en http://www.foroautismo.com/eval.htm –
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Testimonio
por Almudena Menac Tello
Soy madre de Eric, un niño de 7 años con un diagnostico de TGD desde los 3 años. Asiste al Centro Alba, en Barcelona, desde los 4 años. Cuando Eric entró en Alba, no hablaba, no masticaba, no tenia control de esfínteres, prácticamente no se relacionaba con nadie. Al poco tiempo, y gracias al trabajo conjunto de todos los profesionales que trabajan en el Centro Alba, desde personal docente, personal médico y administrativo, Eric mostró una evolución no esperada.
Ahora, 3 años después, Eric busca constantemente el contacto con el resto de personas, tanto niños como adultos, no tiene ningún problema a la hora de las comidas, es un niño muy independiente. Asiste un día a la semana a una escuela ordinaria y tiene muchísimas ganas de aprender y una gran curiosidad por todo lo que le rodea.
Para cualquier padre, el hecho de saber que tienes un hijo con autismo, independientemente del grado que sea, supone un duro golpe. Si a eso le añadimos lo indefenso que te sientes, lo desamparado que estás y la ignorancia que hay con respecto al autismo, no hace falta decir que el desánimo y la desesperación ante esta situación es muy grande.
Nosotros hemos superado todo eso gracias, repito, al todas las personas que trabajan en el Centro Alba. No sólo atienden a los niños sino que los padres recibimos una inestimable ayuda por su parte, un apoyo que, en mi caso, jamás podré agradecer lo suficiente.
Del mismo modo les agradezco a ustedes el trabajo que están realizando.
Por todo ello no puedo dejar de dar apoyo, el mío y el de toda mi familia.
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ENCUENTROS EN LA BIBLIOTECA
La Biblioteca de Orientación Lacaniana de Madrid os invita al 4º encuentro 20l0
LA EVALUACIÓN: ¿UNA IDEOLOGÍA?
Dentro del Ciclo: EL PSICOANÁLISIS Y LOS DISCURSOS DEL PODER
Miércoles 9 de junio, 19,45h.
C/ Gran Vía nº 60 – 2º dcha.
Entrada libre
“La operación de la evaluación hace pasar un ser de su estado de ser único al estado de uno-entre-otros (…) significa conectar el goce único, el goce siempre solitario y autista del sujeto con el Otro, el gran Otro, el Otro universal del significante”*, en la medida en que el sujeto sometido a ella admite ser comparado con otros. La evaluación como método, aplicada inicialmente al management empresarial, y hoy extendida prácticamente a todos los ámbitos de la sociedad, ha desplegado su potencial a lomos del discurso de la ciencia, del que es tributaria. Dado que evaluar es comparar, medir, es simultáneamente hacer ver la falta, con la peculiaridad de que los evaluados consienten en ingresar al mundo de la estadística retratándose en una operación que supone ganancias y pérdidas.
En el camino hacia el Foro de Barcelona, que se celebrará el 19 de junio con el título “Lo que la evaluación silencia”, es pertinente interrogarse sobre lo que la evaluación silencia. Como las terapias psicológicas presuntamente basadas en la evidencia, las estadísticas proveen tan sólo probabilidades, no certezas. Y lo que la evaluación silencia es lo que le ocurre al sujeto en lo que podríamos llamar manifestaciones sintomáticas, que obedecen a la subjetividad y no al cálculo.
Participan:
Beatriz Soriano Muñío: Talent Manager en una empresa multinacional. Ha sido premiada por su artículo Retención del talento desde el primer día.
Julio Rogero: Maestro, miembro del Movimiento de Renovación Pedagógica Escuela Abierta. Ha publicado Escuela Pública. Democracia y poder (en colaboración); El modelo convivencial: clave organizativa del centro educativo, entre otros. Participa en diversas plataformas en defensa de la Escuela Pública y en el Foro Social de Madrid.
Ariane Husson: Psicoanalista y lingüista. Socia de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis (ELP), y miembro del equipo de la Biblioteca de Orientación Lacaniana de Madrid.
Joaquín Caretti: Psicoanalista, miembro de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis (ELP) y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP). Miembro del equipo de la Biblioteca de Orientación Lacaniana de Madrid.
Luis Seguí: Abogado, miembro de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis (ELP) y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP). Responsable de la Biblioteca de Orientación Lacaniana de Madrid.
Notas:
*Miller, Jacques-Alain y Milner, Jean-Claude, ¿Desea usted ser evaluado?, Málaga: Miguel Gómez Ediciones, 2004.
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ENCUENTRO “HACIA EL FORO” EN VALENCIA
9 de junio de 2010, 19 h.
Lugar: Sede de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis
C/ Padilla nº 8, pta. 2. Valencia.
Con motivo de la próxima realización en Barcelona del Forum « Lo que la evaluación silencia » Un Caso urgente: El Autismo, el 19 de junio 2010, realizamos este Encuentro en Valencia para conversar sobre el autismo.
El niño autista es un sujeto que mantiene una muy difícil relación con el mundo. Muchas de sus reacciones y conductas de aislamiento nos muestran su gran actividad para evitar encontrarse con ese mundo que le resulta dañino.
Nuestra perspectiva no lo contempla meramente como un puro trastorno deficitario, objeto de evaluación, que habría que compensar con un intensivo programa educativo.
Es una perspectiva que respeta la reserva del niño autista frente a un entorno que experimenta como hostil y parte, para su tratamiento, de las iniciativas y respuestas, incluso las patológicas, que el propio niño inventa para intentar estabilizar su relación al mundo.
PROGRAMA
1. Riesgos de la evaluación limitada a la cifra, que silencia lo particular
“¿Qué habla una evaluación?”
Francisco Beltrán. Catedrático de Didáctica y Organización Escolar. Universitat de Valencia.
2. Experiencias sobre evaluación
-Cómo afecta la evaluación en lo social:
“Evaluación y protocolos. Sus efectos en la familia y el menor”
Inmaculada Martín. Psicóloga de la Sección del menor. Consellería de Bienestar Social
-Cómo afecta la evaluación en educación:
“Evaluación e integración”
Mª Dolores Camps. Psicopedagoga
3. Experiencias directas con autistas
“Los autistas y sus padres”
Miguel Angel Vazquez. Psicoanalista. Psicólogo Clínico. Servicio de Psiquiatría y RHB. H. U. La Fe-Valencia
“Primeros pasos hacia el sujeto”
Encarna Saiz. Psicoanalista. Responsable del Area de Psicoterapia Infantil. Centro de Atención Temprana.
Horta Nord. Alboraia
Coordinadora: Elvira Tabernero
Organiza: Escuela Lacaniana de Psicoanálisis Comunicad Valenciana (ELP-CV)
Colaboran: EINDA (Espacio de investigación sobre le niño en el discurso analítico)
GIPP (Grupo de investigación de Pedagogía y Psicoanálisis)
GI-Clínica de la Psicosis (Grupo de investigación sobre Clínica actual)
ICF-Valencia (Instituto del Campo Freudiano en Valencia)
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Dossier del Forum
Lo que la evaluación silencia. Un caso urgente: el autismo
Disponible ya en las Sedes de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis
Y el día del Foro
Precio del dossier: 15€
Índice y selección de textos disponibles en www.foroautismo.com
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¡RESERVA TU PLAZA EN EL FORO! – Aforo limitado
Participación: 20€
Enviar comprobante de ingreso o aviso de haberlo efectuado a [email protected]
Ingreso en LA CAIXA: 2100-3359-11-2100644055 (España)
Número de IBAM: ES09 2100 3359 1121 0064 4055
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