Debate en torno a:• El pase en la NEL• La política de desmasificación de la enunciación
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La experiencia analítica y la formación
Moderadores
Lizbeth Ahumada ( [email protected] )
Todos los miembros y asociados de la NEL están invitados a participar en este boletín con sus textos, comentarios, notas y observaciones sobre los temas del debate. Éstos pueden ser enviados a uno de los moderadores.
En este número
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Editorial
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Experiencia en el cartel del pase por Betty Abadi
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The firstlings of my hand por Laura Benetti
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¿Qué lugar para los recién llegados? por Luis Iriarte
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Destacamos
**** Editorial
Nuevas voces se incorporan al debate, qué aliento, qué soplo animoso. ¿Es que acaso el pase no está más cerca de lo que creemos, acaso no está en el corazón mismo de la experiencia, acechando y mortificando el Todo al que neciamente tendemos? Habrá que verificar esa conclusión anticipada: el pase es la razón de ser de la experiencia analítica concebida por Lacan.
Lizbeth Ahumada
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Experiencia en el cartel del pase
Betty Abadi
NEL- Caracas
Formé parte del segundo Cartel del Pase que se configuró en Caracas en la ECFC, en el 98, no habían AE por tanto el Cartel se conformó con miembros AME: un pasador del cartel anterior, el mas uno del cartel anterior, mas la nominación de un AP, tuve la suerte de ser elegida entre esos AP que se postularon.
Me movía saber que era lo que los otros podían decir de sus propias experiencias y como eso podía estar en sintonía con lo que yo estaba viviendo en ese momento de mi experiencia analítica.
Me movía mi inquietante deseo de saber teórico y clínico, y la transferencia con la Escuela.
Tuve la oportunidad de poder escuchar en ese entonces varios testimonios de pase de entrada y un testimonio que estaba dirigido al pase final, el cual fue llevado a discusión un extimo para definir con él nuestras propias conclusiones, las cuales fueron corroboradas por el extimo ; no habían elementos suficientes para designar al AE.
En ese momento dar cuenta de la posición fantasmática, del objeto a y de los significantes que marcaban al sujeto eran los indicadores para poder responder a una nominación
Durante esta experiencia pude darme cuenta, que si bien, había hecho un buen trayecto personal de análisis, quedaba un tramo largo por recorrer, fue en ese momento que decido realizar un acto con relación a mi trabajo analítico, atravesar el océano para encontrarme con otro analista.
Este nuevo encuentro me permitió dar respuestas, sobre significante amo de la cadena y separar así el objeto del fantasma en donde el sujeto esta preso.
El dispositivo del pase en la ECFC dejo de existir con la disolución de la Escuela de Caracas, en esa disolución se fueron muchos proyectos personales e institucionales que fue necesario retomar luego con el surgimiento de la NEL. Pero el deseo y la experiencia del trabajo que se realizó en ese Cartel, a quedado como causa que ha movido mi trabajo todos estos años, tanto en la practica clínica, como en la transferencia sostenida en la ACP y en la NEL.
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Laura Benetti
Asociada NEL-Lima
Recibo con beneplácito, y celebro las letras compuestas por Lizbeth para animar la posibilidad de un encuentro.
En « primerapersona » me transporta de inmediato al texto de Jorge Alemán en el cual propone de la primera persona su carácter extremadamente conjetural, y recuerda cuan obscenos somos cuando nos disponemos a lo mejor. La Izquierda Lacaniana es un texto que ofrece en su lectura el desgarrón que resulta de la emancipación del amo feroz. Recomiendo su lectura.
La tarea, nos invita, a construir un impulso de formación. El eco de los actos según su deseo.
Afectar una enunciación. « Pasamos y soñamos, yo suficiente para quien fui suficiente » escribe el ortónimo de Fernando Pessoa en sus epitafios.
Una invocación
Al terminar de leer el texto de Lizbeth, fui a buscar mi libro de Macbeth. Algo buscaba -la coartada de mi ignorancia- hizo que encontrara estos versos:
Debió morir más adelante:
Hubiera habido tiempo para semejante palabra.
Mañana, y mañana, y mañana,
Se arrastra con ese pasito de día en día.
Hasta la última sílaba del tiempo conocido,
Que bello resonar de la pase en mis talones, donde testimonio de la posibilidad en los tropiezos de mi devenir analítico. Horas espantosas, fenómenos enigmáticos.
Un pasito
Hace pocos meses en una de mis temporadas de análisis en Buenos Aires, me encuentro diciendo:
Con la singularidad contra las cuerdas.
Ése es mi paso por el momento.
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¿Qué lugar para los « recién llegados »?
Luis Iriarte
Asociado NEL Maracaibo
El pase a la entrada, la disolución de la Escuela del Campo Freudiano de Caracas en el 98′, la posterior creación de la Nueva Escuela Lacaniana, han sido momentos importantes en la historia del psicoanálisis lacaniano en Latinoamérica; sin embargo he leído sobre esos momentos un largo tiempo después que esos hechos sucedieron.
Recientemente leía de nuevo sobre esos momentos en el boletín « En primera persona » y surgía otra vez en mí una pregunta, que ya había aparecido en otros tiempos: ¿Qué puedo aportar yo, para estos boletines, si no tengo el suficiente recorrido analítico para decir algo relevante?
No sé si esa pregunta las tendrán aquellos asociados, que como yo, no tienen más de 5 años formándose en el psicoanálisis de orientación lacaniana. Por mi parte, decidí no quedarme callado y ver qué puedo aportar a este debate.
Con los temas del pase en la NEL, la política de desmasificación de la enunciación y de la relación Escuela-Escuela Una; aparece de nuevo esa pregunta que me impide escribir algo respecto. ¿Si aún me encuentro en mis primeros años de mi análisis, cómo podría aportar algo al pase? El pase no sería el tema que podría tratar entonces. ¿Qué puede aportar un « recién llegado » a la NEL que pueda servir para avanzar en la teoría analítica?
Como escriben Juan Fernando y Lizbeth, en la editorial de « Epp No. 1 »: « Freud consiguió remover los cimientos de la civilización occidental a partir de un discurso sustentado en su propio caso […] La referencia primaria para éste poder transmitir la significación de tales hechos fueron sus sueños, sus lapsus, sus recuerdos, el análisis de los rasgos de su singularidad ». Es importante esta indicación, pues aparece una brújula que nos orienta el camino a seguir. Sin embargo, hay que tener claro que no somos Freud, Lacan o Miller, para poder realizar de « cosas de finura » o de pequeños detalles de nuestra singularidad, grandes aportes a la teoría. Entonces ¿Cuál sería ese lugar posible?
Tenemos la orientación a « gran escala », la enunciación en primera persona, solo que queda por ver cómo cada uno pasará del eje de la inercia (imaginario) al eje causal (simbólico) para dar cuenta de su relación al inconsciente y así poder avanzar en la teoría psicoanalítica de orientación lacaniana.
Estos son unos primeros planteamientos, espero en un futuro poder dar cuenta de ese lugar posible.
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Cuando recibí el programa, inmediatamente flashé sobre el deseo de nominar. La atención al deseo de nombrar es, en efecto, uno de los principios esenciales que reglan mi escucha en la experiencia analítica. Hacer un análisis es desear nombrar precisamente lo que es innombrable. En el testimonio de los pasantes se puede seguir este esfuerzo tenaz hecho para nombrar lo que escapa a la cadena significante, aunque eso fuera hablado, eso que el nombre del padre y la metáfora no alcanzaron a sublimar en semblantes.
En el cartel del pase, sucede escuchar esos nombres encontrados y decir sí a esos encuentros, que si son tales escapan precisamente a nuestra doxa. Acordándome sin mis notas de algunos pases que dieron lugar a la nominación de un AE, o que según mi opinión deberían haber dado lugar a la misma, esos son los nombres que me vuelven a la memoria. Me impactaron. Puesto que M. Bassols está aquí y que tuve que escuchar elementos de su pase, me acuerdo de la mancha blanca. Me acuerdo de la mirada rasgada. Podría, a la manera de G. Perec hacer una lista de: « yo me acuerdo de esos nombres que me impactaron »[2]. Esas nominaciones implican una extracción, mismo si son diversas. Para una, una imagen indeleble, para otra un elemento de la lalangue, para otra aún un sueño condensando un imposible, o aún una experiencia de la cual la banalidad no tiene equivalente más que la ajenidad que se devela de repente. El cartel nombra: pero me parece que no nombra colegas, porque todos lo que entran en el dispositivo del pase son, para mí, entrada de analistas comprometidos con y en el psicoanálisis. ¿Qué nombra entonces, me dirán? La primera formulación que me viene en mente es que nombra formaciones del inconsciente. Pero es una aproximación. Puede ser más exacto decir que busca que aquellos nombres que le permiten a un sujeto engranar el resto de las formaciones del inconciente, producto de la alianza del desciframiento con la transferencia, pasen la barrera de la intimidad de la cura. Este nuevo inconsciente, artefacto del análisis, raíz cuadrada del inconciente, él decide hacerlo escuchar como otros tantos productos de esta modalidad particular del discurso que es el discurso analítico. El deseo de nombrar del cartel es para mí el deseo de catalogar y difundir los síntomas, como otros tantos nombres puestos en el lugar de la relación.
El deseo de hacer avanzar el inconsciente como saber en los puntos donde la teoría se estanca.Perfil del AE
La feliz expresión de Catherine Lazarus-Matet para mí vino a poner un punto de capitón sobre un cuestionamiento muy concreto producido por mi último pasaje por un cartel del pase, del que yo había intentado mal o bien hablar en el Congreso de Roma. Y después lo dejé de plano porque no había encontrado respuesta al nivel práctico en el que yo situaba el problema. Lo voy a retomar hoy más bien a nivel de la estructura.Hipótesis: el pase en todos sus aspectos es resistente o heterogéneo a todo proceso de universalización, sea ligado a la aplicación de criterios, la perennidad de las tradiciones, la procedimentación[3] administrativa. El pase ha tomado partido por lo inclasificable.
Como no puede tener lugar más que en una institución y en el interior de un dispositivo, hay una tensión estructural que produce regularmente explosiones o implosiones. En este sentido es un barómetro del nivel de influencia del discurso analítico en la institución.
Los AE salen uno por uno. Su único punto común es ser síntomas. La Escuela, ella, para funcionar a favor de la defensa de la causa analítica, es regularmente calculada en su trayectoria. Hay pues una tensión entre el AE definido por su funcionamiento en la Escuela, su valor de uso, y el AE producido por su cura y por el cartel. Éste lo nombra, en efecto, si se empujan las cosas a sus límites, por su costado de solución inédita.
El perfil del AE es el resultado del funcionamiento de los AE en esta institución, o sea del uso que se ha hecho del mismo desde hace varios años. Este uso y este funcionamiento son, tal vez, a repensar regularmente.
Esta semana, hacía cartel con jóvenes analistas en formación. Trabajamos sobre los testimonios de pase. Esta tarde, estaba el texto que C. Mangui pronunció en Buenos Aires y que está publicado en la revista de la Escuela. Uno de los cartelizantes se ofreció a presentarlo. Estaba desorientado. No encontraba orden, determinación, el movimiento se le escapaba. Lo trabajamos. Su precisión apareció, pero no donde se lo podía esperar. De hecho este testimonio no releva una lógica demostrativa, quizás es más del orden de la mostración. Pero lo más evidente era que era un escrito: ni demostración, ni relato, ni poema, ni obra literaria, un texto inclasificable. Los textos de las Jornadas también eran escritos, lo que los diferenciaba de los testimonios del pasante a los pasadores. Me pregunto si el escrito no es más dócil a lo inclasificable y a la innovación que la palabra. La poesía lo prueba y también todas las lenguas técnicas que de hecho son sobretodo escritas.
Me pregunto si para escapar a lo que se puede pensar del AE en téminos de perfil, el trabajo de los AE nominados no podría relevar esencialmente del escrito. Tengo bastante el sentimiento de no ser muy ortodoxa al hacer esta proposición, pero uno de los cambios de la época es la modificación del lugar de lo escrito y de la letra en el lazo social. SMS, mail, Chat, etc. han modificado ya las modalidades de la carta/letra[4] y también, en consecuencia, las de la vida amorosa. ¿Por qué no extraer también las consecuencias en el psicoanálisis?
Traducción: Viviana Fruchtnicht