– 7º CONGRESO DE LA AMP
Jueves 26 de noviembre, 19,30 h.
Estará en la Sede de Madrid, Bernard Seynhaeve, AE en ejercicio, actual director de « Le Courtil ». Coordina: Carmen Cuñat.
1.- Contando con su autorización, el texto « Análisis infinito », que tenía previsto leer en la reunión, ha sido ya traducido y será enviado previamente.Apostamos porque su lectura previa de lugar a una amplia y fecunda discusión.
Para aquellos que quieran consultar la bibliografía del autor sobre su testimonio, recomendamos que lean también:
« Escritura de un borde » en el nº 14 de la Revista El Psicoanálisis.
La clase nº 13 del curso de J.-A. Miller « Cosas de finura en Psicoanálisis », publicado en castellano en LA WEB de la ELP.
Papers nº 2 de Junio de 2009 publicado en la página WEB del Congreso de la AMP.
2.- Con el fin de darnos el tiempo suficiente para la discusión hemos previsto que la reunión se inicie a las 19.30 horas.
3 -La Comisión responsable del Espacio se ha reunido el 16 de noviembre con otros colegas y alumnos del Nucep interesados en el tema para, una vez estudiados los textos, formalizar una serie de preguntas por escrito que se le han enviado al ponente traducidas al francés. Las respuestas a estas preguntas abrirán la conversación.
4.-La reunión se realizará con traducción simultánea al castellano.
Comisión del Espacio del Pase: Santiago Castellanos (responsable), Carmen Cuñat, Araceli Fuentes, Pilar Gonzalez, Rosa Navarro.
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EL ANÁLISIS INFINITO
Por Bernard Seynhaeve
Encontré en el texto de JAM que acaba de aparecer en la LM 279 un pasaje que querría poner en evidencia. « Cuando a alguien se le nombra AE, dice JAM, es porque se estima que puede proseguir él solo su trabajo analítico (….). Proseguir a solas no es proseguir en soledad. Es proseguir sin que le sea necesario que el sujeto supuesto saber sea soportado, encarnado, por alguien (…). Es proseguir en una relación, si se puede decir, directa con el sujeto supuesto saber. No estoy muy contento con este adjetivo directa, continúa JAM, porque no es sin mediación. La mediación que se propone es la Escuela (…) No se podría ser analista sin ser analizante. Y no se podría ser analizante sin transferencia. Nombrar a alguien Analista de la Escuela, es proponerle la Escuela en tanto sujeto, sujeto supuesto saber » (p.3)
«Queremos analistas que sean analizantes, analizantes perpetuos, continúa JAM, que arranquen incesantemente al sujeto supuesto saber que no existe trozos de saber tanto más preciosos puesto que son escasos y singulares » (p.6)
En esas frases de Miller hay significantes que sorprenden. ¿Qué es un analista-analizante? ¿Cómo ser AE-analizante solitario, perpetuo? ¿Qué es la Escuela en tanto sujeto? ¿Y el sujeto supuesto saber que no existe? ¿Cuál es el estatuto y cuál es la función de ese sujeto supuesto saber que es la Escuela? ¿En qué se diferencia del SsS de la transferencia en la cura?
Esa «suposición de saber que no existe», tal como la formula JAM, me aparece como una antinomia particularmente interesante para mí porque pone el acento en una creencia. Una creencia en un saber que no existe. Me parece que es de esto de lo que el AE tiene que testimoniar. He intentado este año poner este punto en evidencia. He querido indicar, con mi travesía del desierto, cómo la promesa de saber, en tanto que S2, cayó.
Es esa creencia en el saber la que fue tocada. Y ya no se puede avanzar con el sujeto supuesto saber cuando se toma acta de ello. La relación con el saber ha cambiado. Pero entonces ¿con qué avanza uno? Miller propone intentar arrancar aún trozos de saber al sujeto supuesto saber que no existe. Se trata de intentar avanzar en ese vacío del saber. En la oscuridad, sin esa creencia, entonces, hacia lo real. Y subraya que para avanzar hay algo que es indispensable. Hace falta una transferencia. Una transferencia nueva, especial. Una transferencia a la Escuela, la Escuela como sujeto, sujeto supuesto saber.
A medida que pasa el tiempo, percibo que lo que me hace avanzar son las preguntas que me plantean sobre la cuestiones que yo me planteo. Es esta mi brújula. Es una brújula que no tiene norte. Avanzo sin saber a dónde voy. En la oscuridad. ¿Cómo? Con esa lluvia de preguntas. Y más intento responder, más me cuestionan: »No está claro » « Usted no dice todo » « Precise por favor ».
Esas frases que he señalado en JAM aclaran un poco la oscuridad en la cual intento avanzar. Aclaran un poco la cuestión que yo querría tratar esta noche: « Por qué haber dicho « entonces »? Alguien me preguntó: « »¿Por qué dijo « entonces »? Por qué esa conjunción de coordinación con tanta convicción? « Por qué dijo usted « Se acabo, entonces el pase? »
¿Por qué hice esa conexión? « ¡Se acabó, entonces el pase! »¿Por qué lo presenté como una evidencia? Esta es una pregunta a la cual sin duda no podré responder claramente pero me esforzaré ahora en darle alguna luz.
Quería intentar anudar lo que aparece como las antinomias propuestas por Miller – el AE-analizante, el sujeto supuesto saber que no existe y la Escuela-sujeto del AE – con el «entonces» de mi pregunta.
Me propongo desarrollar esta cuestión alrededor de dos ejes. A partir de mi lógica subjetiva por una parte. Por la otra, a partir de mi relación subvertida con el saber.
1- A partir de mi lógica subjetiva, voy a traer un recuerdo de la infancia subrayado por mi analista y que determina la lógica del final de la cura.
2- Mi relación con el saber, es decir, ya no la revelación de un saber supuesto sino S de A tachado.
1. El final según la lógica subjetiva
Primer punto. Mi tercer analista, JAM, había puesto el acento en un recuerdo. « Considero que ese recuerdo es muy importante » había apuntado. Helo aquí. Cuando tenía 7 años, mi hermano mayor había recibido como regalo de su padrino un aparato de proyección cinematográfico. Estábamos todos rodeando esa maravillosa máquina para proyectar imágenes, pero no teníamos una película para ponerla a prueba y, sobre todo, yo estaba particularmente expectante de lo que ella me podría revelar. A la mañana siguiente, mi padre trajo de su trabajo una pequeña película de super 8 que servía para la demostración a los trabajadores del ámbito médico. »No es una película para ti, me dijo mi padre. No mires, podrías tener pesadillas » Eso amplió mi curiosidad. Bajo mi insistencia acabó por ceder. Pude ver entonces esa película que ponía en escena una lección de anatomía. Retuve de ella una imagen: la aparición de un cráneo humano.
Una vez contado ese recuerdo, acogí el veredicto de mi analista: ese recuerdo debía ser importante pero yo ignoraba el por qué.
Segundo punto. « Métase esto bien en la cabeza, me había dicho mi segundo analista, usted no será nunca una mujer »
Ese material constituía el zócalo del final.
A ello le sigue el sueño del final: la preparación anatómica, la extracción fuera del cráneo de la masa gelatinosa. Acercándome a la masa inmunda, descubro un paté de cabeza.
Entonces se me plantearon dos cuestiones. En primer lugar, ¿por qué ese sueño de fin de cura no había sido una pesadilla? Si yo hubiera escuchado el consejo de mi padre – es decir, su deseo – habría hecho de ese sueño de fin de cura una pesadilla. La pesadilla me habría despertado antes del surgimiento de la muerte que se hace presente por el cadáver. De ahí la segunda cuestión. No solamente el soñador que yo era no hace una pesadilla y no se despierta sino que decide proseguir con su sueño y acercarse lo más posible a la preparación anatómica para descubrir lo inmundo. Decidí encararlo y no retroceder frente a ese real al cual se reducía mi ser: un envoltorio carnal del cual se quita ese resto de padre (1). En ese sueño, sitúo el salto hacia delante que constituye la conjunción de coordinación. « ¡No mires! », entonces miro. Conjugar el azar del encuentro con la decisión del ser.
Esta decisión del ser es el primer punto que yo quería poner en evidencia.
2- Una nueva relación con el saber
Ese «entonces» estaba ahí desde hacía tiempo.
¿Por qué ese empecinamiento en querer perseverar que comporta ese « entonces »? Muchos momentos de la cura se habían mostrado propicios para parar.
Primero perseverar para ir más allá del corte producido por la segunda interpretación radical del analista: S1//S2, esa intervención que tuvo como efectos el de aislar el Uno del Otro y el de tocar de esa manera mi creencia en el saber. La interpretación la conmovió profundamente en la medida en que me permitió percibir que no hacía más que velar el goce con el cual ella se articulaba. Fueron necesarios dos años de travesía del desierto antes de realizar de repente que se trataba de la travesía de mi fantasma. Me hubiera podido parar ahí en esa primera estación. Cuántas veces me dije que ya era suficiente. Que iba a parar. ¿Por qué ese empecinamiento en querer perseverar? ¿Esa determinación a avanzar sobre lo real?
Sin embargo, avanzaba. Ese momento de pase en la cura me permitirá operar un nuevo franqueamiento y percibir un más allá. Un más allá de los semblantes
Entonces iba al pase
Así se pudo producir el final del recorrido analítico. Y tenía que presentarme al jurado del pase. Sin embargo, yo me había dicho que el pase no era para mí. Me hacía extrañas ideas sobre el pase. Hacía estadísticas. Hubo un tiempo en el que sólo se nombraba a sujetos femeninos. Sólo mujeres. Yo me decía que un hombre, por su pobre condición masculina, no podía llegar a eso. ¿Por qué esa correlación: se acabó, entonces el pase? Todavía me podía haber parado ahí, en el sueño de final de cura, después de haber constatado: « se acabó », pararme en el umbral del pase. Nada en la vida me preparaba para ello. No era mi destino, me parece. Se acabó, entonces el pase.
Pero se había acabado, entonces haré el pase. Y el jurado había dicho « sí ». Frente a mí se abría un nuevo desierto. Dejaba un desierto para meterme en otro. Había que ir. Testimoniar delante del público. Fui. Sin ningún saber. Y sin saber hacia qué. Ir sin el Otro. Y me comprometí en ello.
Testimoniar luego frente al público. Hacer mi pase delante de él, como lo señalaba Miller en su curso.
Había encontrado con qué encantar a mi público. Contaré mi cura. ¡Uff!, formalizar la clínica de « mi caso ». Mi mito. Blablabla. Más parloteo.
No importa. Aún era necesario para dar el paso siguiente. Explicar el pasaje inexplicable del analizante al analista. Lo que Lacan define como el único acto. El acto analítico. Hacía falta explicar eso, explicar lo que hizo que me decidiera. Era algo que me exigía mi Escuela. Explicar ese paso al analista. Explicar por qué tomaba ese « enorme riesgo, como lo señalaba Lacan, de volverme eso que es ese objeto a » Explicar en qué únicamente me autorizaba de mí mismo, sin el recurso a un sujeto supuesto saber. Formalizar el acto. El acto analítico.
Testimoniar entonces. En la enseñanza que he puesto en marcha, he intentado poner en evidencia la dimensión del encuentro contingente del final.
¿El final? Había que reconocerle. Reconocérmelo. Apropiármelo. La contingencia implica la responsabilidad del ser en el azar del encuentro. Hacerse responsable, haberlo sido, de la misma manera que se es responsable respecto de las formaciones del inconsciente. Primero había que decidir el ir, hacia ese más allá. Ir, entonces. No retroceder. Atrapar lo real, esa inmundicia a la que se reduce el ser que surge del inconsciente y elevarla a la dignidad del objeto precioso. En este caso, atrapar esa cosa inmunda que constituía en el sueño decisivo el paté de cabeza, sacarlo del cráneo y atribuirle toda su nobleza. Reconocer ahí el final, decidirlo, en soledad, sin el recurso de un saber supuesto.
¿Luego ? Entonces, el pase. Con la convicción del final se articulaba como una evidencia la cuestión del pase, pues fin de la experiencia y pase aparecieron como ligados uno al otro, como siendo las dos caras de la misma cosa. Para mí no había final sin el pase. Si se acabó, entonces el pase. Sin el pase, no estaría acabado. Pero en el mismo movimiento, con el pase, necesariamente, no estaría acabado. Proseguir. Proseguir de otra manera.
Para mí, esta decisión se sitúo en el corazón mismo de mi relación con la Escuela. Era obligatorio y al mismo tiempo estaba aterrorizado. Por un lado, el reconocimiento de un « es eso, se acabó ». Por un momento, mirarlo: « ciertamente es eso », lo real, bien de cara. Un poco como el horror de la muerte que surge del cuadro de « Los Embajadores » de Holbein en el momento que Uds. salen por la pequeña puerta del fondo y se dan la vuelta por última vez. Lo inmundo. Por otro lado, sus consecuencias, su articulación con la Escuela, o sea, su articulación ética, es decir, la de aceptar la función de Analista de la Escuela.
No se trataba únicamente de « decirse sí », sino de « decir sí » a la Escuela, esto formaba parte de la experiencia misma de mi cura. Proseguir entonces, diciendo « sí » a la Escuela ». El acto analítico comporta ese doble movimiento: salida de la cura y entrada en el procedimiento del pase. Es en un movimiento que comporta esa doble decisión donde se sitúa el acto. « Decirse sí » correlacionado con « decir sí a la Escuela ». Este pasaje de psicoanalizante al psicoanalista de la Escuela, es el acto psicoanalítico del psicoanalizante. Es un « decir sí » a lo real, un « decir sí » al « se acabó » que se articula con un decir « sí » a la Escuela.
Es porque el saber ya no tiene como horizonte la promesa de un S2 por lo que se instaura una relación nueva con el saber. Este saber es una elaboración de saber que se las arregla como puede con S de A tachado, sin una transferencia encarnada en un analista. Pero se impone entonces la necesidad de establecer una transferencia nueva con el sujeto supuesto saber que es la Escuela para que « puedan ser arrancados trozos de saber ». Es en ese lazo con la Escuela donde se inscribe para mí el « entonces » que hace lazo con el « se acabó » y el pase.
(1) El resto del padre el autor lo refiere a la « r » de pater que cae con el « paté » de cabeza
Traducción: Carmen Cuñat
PSICOANÁLISIS Y CINE
Coloquio sobre Cine y Psicoanálisis
57ª TERTULIA: Café ISADORA. C/ Divino Pastor, 14.
« El secreto de sus ojos ». De Juan José Campanella
Modera: Pilar Berben
Coordinación: Olga Montón
[email protected]
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Veles e vents
Veles e vents han mos desigs complir,
faent camins dubtosos per la mar.
Mestre i Ponent contra d’ells veig armar;
Xaloc, Llevant, les deuen subvenir
ab llurs amics lo Grec e lo Migiom,
fent humils precs al vent Tramuntanal
que en son bufar los sia parcial
e que tots cinc complesquen mon retorn.
Velas y vientos
Velas y vientos han de cumplir mis deseos,
haciendo caminos dudosos por la mar.
Mistral y Poniente contra ellos veo armarse,
Jaloque y Levante los tienen que amainar
con sus amigos Griego y Vendaval ,
haciendo humildes ruegos al viento Tramontanal
para que en su soplar les sea propicio parcial
y que juntos los cinco cumplan mi regreso. (…)
Ausiàs March (Valencia, 1397?-1459)*
En Valencia soplaron los vientos medievales del poeta valenciano Ausiàs March, que inflaron las velas con fuerza que nos traían las últimas Jornadas de la ECF. En el modernísimo Palau de la Música se escuchaban canciones bailables de las folias (jolgorio y locura) de finales de la Edad media, de origen popular en la península ibérica, y que más tarde fueron asimiladas por el repertorio polifónico de los cortesanos del S. XV y XVI, para celebrar un desenlace feliz.
En la apertura de las Jornadas, « La soledad del psicoanalista », el pintor valenciano, Joaquín Sorolla, de la corriente « iluminista » del impresionismo, aportaba la luz del sol de Valencia. Por la noche, en el cierre de las Jornadas nos dejamos bañar por la luna de Valencia. « Estar bajo la luna de Valencia », es una expresión de uso popular cuyo origen se remonta a la Valencia amurallada, entre cuyas torres, la de Quart y la de Serrano, que aún se conservan, se encontraban las puertas de acceso a la ciudad y que se cerraban al caer el sol. Sólo la Puerta del Real quedaba abierta hasta las 10h de la noche. Todos los rezagados se quedaban fuera, a dormir al raso, o a quedarse bajo « la luna de Valencia ».
Durante las Jornadas de la ELP, desde el sol de la apertura y la luna de Valencia, de forma discreta pero siempre presente, el cuadro de « Los deportistas » de Malevich, que supo guardar la llave que escondía el secreto dilucidado de las soledades del analista.
En el final de las Jornadas, sonaba la música de Miguel Poveda que hace un tipo de fusión del flamenco con el jazz, con las « Coplas del querer ». Lo más antiguo y lo más moderno en una polifonía de música y colores siempre alegre, se compartió la folia de las Jornadas de la ELP, « La soledad del analista » y desde las Paradojas del inicio hasta el final, salimos juntos, cada uno con su soledad a cuestas, a la caza del Snark, o según Eric Laurent, A la búsqueda de un semblante nuevo.
No faltó, el fuego de artificio valenciano de la traca final.
Velas y vientos, desde Valencia, con Ausiàs March, desea que les sea propicio en su soplar para que se desplieguen las velas para cruzar el mar que los lleve a América.
Lucia D’Angelo
Presidenta de la ELP
16 de noviembre de 2009
* [La versión del poema, es la que ha popularizado el cantante valenciano Raimon en su álbum musical, « Cançons » (1981).]
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Durante el desarrollo de las mismas, la información on-line por medio de Tweeter, se fue ofreciendo puntualmente a modo de titular periodístico, de lo esencial de cada una de las plenarias y salas simultaneas, tal y como están recogidos en el post anterior.
El cierre de las Jornadas estuvo a cargo de Eric Laurent, bajo el título « La caza del Snark. En la búsqueda de un semblante nuevo », clara referencia al título del poema de Lewis Carroll, La caza del Snark, y que planteó como una orientación hacia el VII Congreso de la AMP que se celebrará en París del 26 al 30 de abril de 2010, cuyo título es « Semblante y Sinthoma ».
Eric Laurent, comenzó planteando que las intervenciones en estas VIII Jornadas de los AE de la AMP, Celine Menghi, Bernard Seynhave y Antoni Vicens, habían marcado un punto de capitón que orientaba hacia el próximo Congreso de la AMP, « Semblante y Sinthoma » en un primer momento, ha aparecido como una materia difícil de desarrollar, dadas las dificultades en hacer un nuevo uso del semblante, del analista en posición de semblante.
Señaló que después de las Jornadas de la ECF en París la semana anterior, -con una multitudinaria asistencia de bastante más de 2.000 personas-, se trataba ahora de reinventar un semblante nuevo para los psicoanalistas, más afín a la época en la que vivimos y a las demandas que se dirigen al psicoanálisis. Y eso, señaló Eric Laurent, también exige una reinvención de la Escuela.
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EL FIN DEL PENSAMIENTO
A la historia de las mentalidades sucede la historia de las soluciones prácticas
Pensar, lo que se entendía por pensar, resulta ya demasiado lento para ejercer una acción (knowledge to act, conocimiento para actuar, sigue diciendo la propaganda de Thomson Reuters) mientras que con el conocimiento actualizado, diversificado y rico la intervención vuela. Es el modelo del broker o del trader en la economía especulativa y veloz.
La ponderación del bien o el mal, lo relativamente positivo o lo relativamente negativo se reemplaza por la supremacía del conocimiento eficiente o no. La oportunidad gana a la meditación y lo inmediatamente productivo a todo el resto de la producción.
El pensamiento duda, se contradice, retrocede, oscila o se balancea. El conocimiento eficiente, por el contrario, busca llegar rápidamente a la variada totalidad del objeto, iluminarlo y tomarlo preso.
La competencia social hace tiempo que no se basa en ideas ni en doctrinas demasiado contrapuestas. Ni siquiera las cuestiones morales separan mucho a sus opuestos porque la moral, a su vez, tiende a formar una parte del conocimiento (científico) cierto o no, se apoya en el dato de la investigación y no en la base de una ética demasiado enteca.
Efectivamente, cada momento histórico se ha servido de unos valores para legitimar su organización. Tanto la explotación como la esclavitud, el absolutismo o la tortura. Pero nunca antes el cinismo llegó a mostrar tan claramente la unidad interna entre el actual mundo del conocimiento y el viejo del valor. La unidad entre el funcionamiento de la estructura y de su superestructura que refería el marxismo.
Las cosas parece que son como son a propósito de sí mismas y la manera de mejorarlas no obedecerá a un superior proyecto humano, benéfico o vil, simplemente se tratará de que funcionen mejor según las leyes que establecen entre sí mismas.
No seremos ya, en fin, los sujetos que se esforzarán en mejorar la historia en una determinada dirección ideal, sino los silos de un saber aplicable que busca eficacia funcional. A la historia de las mentalidades sucede la historia de las soluciones prácticas, al mundo superior del pensamiento el doble del conocimiento. Parecen elementos gemelos pero su diferencia radica en que lo que fuera efecto de la reflexión ha tomado, por reflexión, su antigua causa.
El conocimiento se extiende en la Red sin cabeza determinada, el conocimiento se manifiesta ahora por todas partes sin paternidad ni patente conocida ni proceso aparente. Somos, a la vez, los supuestos visionarios de este progreso y sus primeros sirvientes ciegos. Una gran explosión del modelo wiki, en la Wikipedia y tantos otros lugares, ha convertido el saber de la muchedumbre en la multitud del saber y, de otra parte, la eminencia del pensamiento en un accidente que nadie es capaz de localizar, perdidos en la marea y la velocidad del conocimiento. Conocimiento sin cabeza, conocimiento sin proceso, saber al fin, descargado de sabor o pensamiento.
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902 CARTAS DE VAN GOGH
El artista holandés habló de sus proyectos y pensamientos en cientos de cartas. A partir de ahora, el gran público podrá acceder a esta correspondencia, sistemáticamente ordenada y relacionada con imágenes de algunas de sus obras, a través de la web http://www.vangoghletters.org/
Muchos de estos frágiles escritos originales se muestran por primera vez desde hace décadas. « Nunca antes tuvimos la oportunidad de acercarnos tanto a Van Gogh, como artista pero también como persona », dijo el director del museo Van Gogh, el alemán Axel Rüger. « Los visitantes serán testigos de sus sueños y decepciones, de sus amistades y enemistades, de su lucha contra la enfermedad y su mayor pasión: crear arte que sobreviviera al tiempo ».
Los expertos del museo Van Gogh y de la Real Academia holandesa de las Artes y las Ciencias han trabajado durante 15 años en el mayor proyecto de investigación sobre el pintor, que ha permitido que el gran público pueda conocer su proceso creativo, sus pensamientos y su mundo personal.
Con el buscador se puede acceder fácilmente a determinados pasajes de las cartas, además de información adicional y los cuadros a los que se refiere el texto. Las 902 cartas, escritas en holandés o francés, fueron traducidas también al inglés.
La obra « Los girasoles » aparece en 55 de las misivas. Van Gogh le cuenta por ejemplo a su hermano Theo, poco antes de las navidades de 1889, que dos de sus cuadros sobre esta temática han despertado el interés de la galería Tanguy, algo que sin embargo no consolaba demasiado al pintor. « Vivimos en un tiempo en el que no existe un mercado para lo que hacemos (…) y temo que eso no cambiará mientras vivamos », se queja el artista en una carta a su hermano.
Estas investigaciones apuntan a brindar una imagen más profunda del pintor del pelo rojo. Así, junto al cliché que le presenta como a un genio que sufre un desequilibrio mental aparece también una fuerte personalidad, la de un pintor que es capaz de trasladar sus pensamientos al papel, a menudo incluso con calidad literaria.
Fuente: Clarín
Más información: http://www.clarin.com/
Buenos Aires Lacaniana es un acontecimiento del Campo Freudiano y de las Escuelas de la Asociación Mundial de Psicoanálisis que se realizará entre el 27 y el 1° de diciembre próximos.
Se promueve el debate e intercambio a través de diversas actividades abiertas al público.
El trabajo cuenta con la presencia y participación de Judith Miller y Eric Laurent.
Buenos Aires Lacaniana se inicia el viernes 27 en el Hotel Panamericano con la Jornada Internacional del Centro Interdisciplinario de Estudios sobre el Niño (CIEN) El tema propuesto es « El apuro en responder ».
El 28 y 29 de noviembre se realizará el IV Encuentro Americano del Psicoanálisis Aplicado de la Orientación Lacaniana- ENAPaOL bajo el tema « La clínica analítica hoy: el síntoma y el lazo social ».
El lunes 30 es el día dedicado a las XVIII Jornadas Anuales de la Escuela de la Orientación Lacaniana « Opacidad del síntoma. Ficciones del fantasma ».
El evento culmina el 1° de diciembre con El Seminario Internacional de la Escuela Brasilera de Psicoanálisis sobre el Libro XVIII del Seminario de Jacques Lacan « De un discurso que no fuera del semblante » Con traducción simultánea portugués-castellano /castellano-portugués.
Del 28 al 1° el lugar es el Hotel Marriott Plaza.
La Fiesta de cierre es a las 21 en Ciudad Cultural Konex
Informes: Instituto del Campo Freudiano • (54 011) 4811-3690 • http://ea.eol.org.ar