VIII JORNADAS DE LA ESCUELA LACANIANA DE PSICOANÁLISIS
LA SOLEDAD DEL PSICOANALISTA.
LA PRÁCTICA ANALITICA
14 y 15 DE NOVIEMBRE DE 2009
PALAU DE LA MÚSICA I CONGRESSOS
PASEO DE LA ALAMEDA, 30
VALENCIA
CON LA PARTICIPACIÓN DE ERIC LAURENT Y LEONARDO GOROSTIZA
BIBLIOGRAFÍA RAZONADA (10)
Soledad que no es aislamiento
« el análisis se hace solo (pero con analista, no existe el autoanálisis. El analista, en su acto analítico está solo con el paciente »[1]
El analista está solo en el acto analítico. Lo que sostiene el acto es su deseo.
Pero al mismo tiempo el analista está con otros en la Escuela, Escuela que además también remite a la soledad dado que no hay una respuesta colectiva a :¿qué es un analista?.
Justamente en el mismo momento en que Lacan funda su Escuela dice « fundo solo como siempre he estado en mi relación con la causa analítica »[2], con lo cual resulta interesante, funda, inaugura un procedimiento colectivo, pero apunta a la soledad que le causa. Es una interpretación.
En ese momento inicial junto al « fundo », que se podría tomar como lo colectivo , Lacan apunta a la disociación; remite a que a la Escuela cada uno va con su soledad. No apunta a lo grupal.
Es necesaria la soledad de cada cual para interrogarse sobre aquello que le causa en relación al psicoanálisis, y efectivamente en la Escuela es necesario ese conjunto de soledades subjetivas: « Constituir las soledades en comunidad de Escuela, no es otra cosa que subjetivarla »[3], implica que cada uno pueda verificar en su análisis lo que lo causa en su deseo y la causa freudiana, significa también que existe la soledad de cada uno en la relación con la Escuela y que uno la interroga.
Es la soledad, si, pero es la soledad que hace avanzar.
Cristina Califano
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