Boletín ENAPaOL 11
Martes 19 de mayo de 2009
Estimados colegas: en esta nueva entrega, enviamos un texto de nuestro colega Oscar Zack, que en esta oportunidad versa sobre la relación entre sinthome e inconsciente real e inconsciente transferencial
Es indudable que si aceptamos poner en tensión el par inconsciente real – inconsciente transferencial nos ubicamos en la perspectiva de establecer un lazo que articule los llamados dos momentos en la enseñanza de Lacan.
De esta forma podemos transitar el recorrido de un cambio de axiomática que va de la época estructuralista al momento de la primacía de lo real, o dicho de otra forma se trata del pasaje de la clínica discontinuista ( psicosis, neurosis, perversión) a la clínica continuista ( la clínica borronea). De esta forma se instituye una dialéctica en la cual lo nuevo aloja, rescata, se articula con lo antiguo.
En el “Prefacio a la edición inglesa del Seminario 11” Lacan escribe: “Observemos que el psicoanálisis, desde que ex-siste, cambió. Inventado por un solitario, teórico indiscutible del inconsciente (que no es lo que se cree, digo: el inconsciente, o sea lo real, solo si se me cree al respecto), se practica ahora en pareja” (1). Entonces: ¿Qué cambió? ¿Qué es lo nuevo?, a saber: el sintagma inconsciente real.
A partir de aquí es posible consentir a una tripartición del concepto:
1°) El inconsciente freudiano, es decir el inconsciente verdad.
2°) El inconsciente saber, que aparece en el Seminario 11 y que en el Seminario 17 es elevado al estatuto del discurso.
Estas dos dimensiones se incluirían bajo la égida del inconsciente transferencial, y
3°) El inconsciente real. Su emergencia no acepta ninguna interpretación y por lógica consecuencia no posee ningún alcance de sentido.
Aceptada esta tripartición se consiente a aceptar cómo la práctica analítica inaugura una novedosa orientación, fundamentalmente en lo que hace a la conclusión del análisis.
Esta novedad es la introducción del concepto del sinthome, concepto que permite ubicar la experimentación de un goce propio excluido del sentido.
Es esta característica la que lo acerca al concepto de inconsciente real.
El sinthome revela aquello que del síntoma neurótico permanece rebelde, indialectizable a los efectos de sentido que el análisis promueve, es lo que resta del análisis llevado a su fin y que, por lógica consecuencia, empuja al sujeto a la construcción de su nombre propio, su nombre de goce. Es decir a construir una vida a partir de su sinthome.
Ahora bien, ¿el sinthome es equivalente al Nec Plus Ultra, escrito en las Columnas de Hércules, para señalar un no hay más allá? Habitualmente no; siempre quedan restos, restos sintomáticos.
Los restos sintomáticos es aquello que ha quedado como lo no analizado por el sujeto, y que suele inscribirse como carácter.
Dicho de otro modo la perspectiva abierta a partir de la última enseñanza de Lacan se inscribe en lo que Jacques-Alain Miller llamó una teoría de lo incurable, a partir de reconfigurar el estatuto clásico del síntoma para arribar al concepto de sinthome, posibilitando así que la práctica analítica, especialmente en lo que hace a su final, cambie.
Oscar Zack
(1) Lacan, J., Intervenciones y Textos 2, Buenos Aires, Manantial, p.60