La pérdida de un trabajador decidido como Oscar es un verdadero dolor
para cada uno de los que pertenecemos al Campo Freudiano, no sólo para los miembros de la EOL pero también para los del CITE, los del IOM, los del « interior » de Argentina como para los de la « capital », para todos los quehan conocido su papel decisivo en la construcción del Campo Freudiano desde 1980. Oscar continuará siendo un amigo inolvidable, para mí y para muchos otros. Hoy quiero decir a sus seres queridos que comparto de corazón su pena, y me comprometo a recordar siempre y recordar a mis colegas el ánimo y la generosidad de Oscar, que aún hemos podido escuchar con admiración en el Congreso de Abril pasado. Seguiremos sosteniendo la causa analítica con él.
Judith Miller