II Jornada del CPCT-Madrid
Amanda Goya
Bajo el título “De qué padecen los jóvenes de hoy”, tuvo lugar la II Jornada del CPCT-Madrid el pasado sábado 21 de junio, en el Centro Comunitario “Casino de la Reina”, gentilmente cedido por los Servicios Sociales del distrito Centro del Ayuntamiento de Madrid.
El tema elegido para esta segunda Jornada coincide con el lanzamiento de una nueva unidad de nuestro Centro: “CPCT-Jóvenes”, cuyo proyecto fue presentado al finalizar la misma por su responsable: Susana Carro.
La mesa de apertura estuvo presidida por el director del CPCT-Madrid, Andrés Borderías, que introdujo el tema de trabajo señalando que hoy los jóvenes son percibidos cada vez más como un peligro potencial, en una época que aspira a una normalización total y a un control de todo aquello que se aparta de la norma. También señaló un rasgo presente en casi todos los casos presentados: los extravíos y las patologías del acto en sujetos con dificultades con la palabra. En el CPCT no se trata de someter al demandante a un modelo standard del comportamiento, sino de incidir en un tiempo muy breve en la relación que cada sujeto mantiene con su malestar.
A continuación dio la palabra al presidente de la E.L.P. Xavier Esqué, que situó las coordenadas histórico políticas que dieron lugar a la apuesta de la Asociación Mundial de Psicoanálisis por los Centros de Psicoanálisis Aplicado, para responder a las exigencias que nuestro tiempo impone a los psicoanalistas de orientación lacaniana. Esqué recordó que el espíritu que anima el trabajo que se realiza en estos centros, estaba ya presente en Freud, que alentó la creación de instituciones que pusieran al psicoanálisis al alcance de todo el mundo.
Seguidamente tomó la palabra la Directora de Servicios a la Ciudadanía del Distrito Centro del Ayuntamiento de Madrid, la Sra. Mercedes Portero, quien destacó las coincidencias entre el trabajo social que se realiza en el ámbito de sus competencias, y la labor y el compromiso del CPCT-Madrid con la ciudadanía. Fue muy grato escuchar el reconocimiento que los Servicios Sociales tienen con los psicoanalistas que trabajamos en el ámbito de la problemática social, que ellos también abordan aunque desde otra perspectiva.
La exposición de los psicoanalistas del CPCT-Madrid se organizó alrededor de tres mesas en las que se presentaron dos viñetas clínicas en cada una de ellas, y un comentario sobre las mismas a cargo de otra psicoanalista del CPCT. La primera mesa, coordinada por Carmen Cuñat, llevaba por título “Incidencia de los lazos familiares”, y las viñetas estuvieron a cargo de Claudine Foos (“En busca de un padre”) y de Mónica Unterberguer (“Una joven perdida”). En las exposiciones de ambos casos, comentadas por Susana Carro, se podía observar con claridad las intervenciones del analista que habían promovido una rectificación de los lazos familiares en ambos sujetos, al cabo de un ciclo en el CPCT. En el primer caso la joven pudo por primera vez tocar el tabú que pesaba sobre la ausencia del padre. A su vez encontró la manera de posicionarse en otro lugar respecto de la madre. En el segundo caso, una joven inicialmente perdida en los excesos de las drogas, el sexo y el alcohol, a causa de la caída de un ideal de “niña responsable” que la vinculaba al Otro, encuentra un nuevo rumbo, abandona esas prácticas y comienza a trabajar y a realizar estudios. La primera intervención de la analista afirmando que ella debía encontrar su lugar, resultó determinante en el devenir del tratamiento.
La segunda mesa, coordinada por Marta Davidovich, giró en torno a las “Dificultades en la separación”. Aquí tuvimos ocasión de escuchar a Mariam Martín (“Irse no es separarse”), y a Oscar Caneda (“Una separación forzada”). Ambos casos comentados por Susana Genta, ilustraron muy bien la problemática de dos jóvenes mujeres inmigrantes que habían puesto tierra por medio, a falta de poder separarse de la posición que las alienaba al otro materno en su país de origen. A la dificultad de esta separación se sumaba para ambas lo que conlleva el desarraigo y la pérdida de sus referentes fundamentales. El fracaso de los intentos de separación en el primer caso era palpable, tratamientos psicológicos, grupos de autoayuda, búsquedas en Internet, no bastaban para que el sujeto pudiera hallar una salida. Solo el encuentro con un analista en el CPCT le permitió elaborar el duelo de su lugar de objeto que completaba a la madre.
El segundo caso mostraba la problemática de la separación vinculada esta vez al partenaire con el cual esta joven emigró de su país. Una relación de estrago que encuentra por primera vez un límite a partir de las intervenciones del analista. Ante el destino que su madre trazaba para las mujeres: “ponerse al servicio del marido”, y del cual ella parecía no poder desprenderse, el analista habilita la posibilidad de que ella pueda elegir otra cosa, apuntando a su estatuto de sujeto una y otra vez.
La tercera mesa coordinada por Araceli Fuentes, se ocupó de las “Actuaciones con violencia” en un chico y una chica adolescentes. El primer caso presentado por Rosa Liguori (“Hacerse un hombre”) y el segundo por Ana Lía Gana (“Los puntos sobre las ies”) ilustraron muy bien la distinción entre acting-out y pasaje al acto, como lo señaló en su comentario Vilma Coccoz, que explicó la diferencia en cada caso de ambas patologías del acto. Amenazar con una pistola de juguete a sus compañeros en la escuela, fue para el primer joven la manera sintomática de poner en evidencia sus dificultades con la asunción de la virilidad. El transcurso del tratamiento hizo aparecer la dimensión ética de los actos y el sujeto pudo llegar a “hacerse una conducta”. En el caso presentado por Ana Lía Gana, se trataba de una madre que no podía poner los puntos sobres las ies a su hija adolescente, que en un pasaje al acto pega a su madre. La intervención de la justicia puso de relieve la especularidad de la relación entre madre e hija. La maniobra del analista consistió en restaurar la diferencia generacional entre ambas, responsabilizando a la madre de su función.
La conclusión de la jornada, después de un animado debate, estuvo a cargo de Amanda Goya, responsable de la comisión de organización. Ésta recordó una cita del escrito de Jacques Lacan “Función y Campo de la Palabra y del Lenguaje en Psicoanálisis” del año 53, con el que inauguró su enseñanza: “Mejor pues que renuncie quien no pueda unir a su horizonte la subjetividad de su época”. Ha transcurrido más de medio siglo desde que Lacan trazó esta perspectiva histórica del Psicoanálisis y este compromiso de los psicoanalistas de orientación lacaniana. En 2008 la subjetividad no es la misma de entonces. Hoy la época desafía a los psicoanalistas a salir de sus gabinetes para insertarse en la trama social, para hacer llegar la práctica del psicoanálisis aplicado a la terapéutica a la gente que camina por la calle. Seguramente muchos de los sujetos que desfilan por los CPCT jamás se tumbarían en un diván, pero los psicoanalistas que trabajan en el CPCT han debido pasar mucho tiempo tumbados en el diván para ejercer esta práctica, en un dispositivo que ha subvertido dos rasgos esenciales de la cura clásica: el tiempo y el dinero. Porque en efecto, en el dispositivo del CPCT los pacientes no pagan, pero los psicoanalistas tampoco cobran.
Después de situar algunas coordenadas de la época actual cuyo destino parece subordinado al mercado global y a la ciencia en beneficio del consumo, lo que arroja el fenómeno generalizado de los sujetos sin brújula, agregó que la práctica analítica se ocupa del precio que cada sujeto paga por habitar la dimensión hablante. Concluyó diciendo que responder de esta manera al desafío que nos plantea la subjetividad de nuestra época, proporciona a los psicoanalistas un enorme entusiasmo, porque todos los días es posible aprender algo nuevo.
Finalmente tomó la palabra Susana Carro, responsable de la recién creada unidad del CPCT-jóvenes, para presentar a la audiencia este nuevo proyecto. Constatar el creciente aumento de la demanda de jóvenes aquejados con problemas de escolaridad, adicciones y dificultades con la sexualidad, llevó a la decisión de crear esta unidad destinada específicamente al tratamiento de los jóvenes.
El CPCT-jóvenes no es solo una oferta de escucha ni una invitación para desahogar el malestar, es un lugar donde los jóvenes pueden hallar respuestas válidas para salir de los impasses en los que se hallan.
Esta unidad tiene cuatro objetivos fundamentales:
Asistencial: Una oferta de escucha a los jóvenes, a los padres, y a todos aquellos que se hallen implicados con su problemática.
Investigación: Se realizarán reuniones periódicas del equipo para valorar las incidencias clínicas de cada caso, y la aplicación del psicoanálisis a la terapéutica.
Transmisión: Se participará en jornadas y eventos en los que sea posible hacer llegar las particularidades de este trabajo con los jóvenes, y la especificidad de nuestra intervención.
Compromiso ético con los sujetos que consultan y con las instituciones que nos apoyan en esta labor.
Susana Carro concluyó diciendo que si esta experiencia es posible, es gracias al recorrido de los psicoanalistas en el ámbito de nuestra Escuela Lacaniana de Psicoanálisis.
Reseña de la II Jornada del CPCT-Madrid: » De qué padecen los jóvenes de hoy « . Junio 2008.