del VI congreso de la AMP
los objetos a en la experiencia analítica
21 a 25 de abril de 2008 • Marriott Plaza Hotel, Buenos Aires • www.amp2008.com Nº 4
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Conversan: Jean-Pierre Klotz, Oscar Zack y Juan Carlos Indart
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En el Seminario « El Atolondradicho » Lacan dirá: « La interpretación, como la formulé en su tiempo, atañe a la causa del deseo, causa que ella revela, y de la demanda que con su modal arropa el conjunto de los dichos. » (« El Atolondradicho », p.45).
¿Qué interpreta el analista del objeto a?
Jean-Pierre Klotz
La citation se trouve dans les Autres Ecrits p.473. La citation en français donc, dans l’Étourdit : « L’interprétation, ai-je formulé en son temps, porte sur la cause du désir, cause qu’elle révèle, ceci de la demande qui, de son modal, enveloppe l’ensemble des dits. »
Qu’interprète l’analyste de l’objet a ? Je propose à la discussion les points suivants :
1) Si l’on en croit Lacan dans ce passage, l’analyste n’interprète pas l’objet a, mais l’interprétation porte sur la cause du désir, incarnée par l’objet a. Ce « porter sur » indique qu’il n’est point d’interprétation analytique qui n’y touche, qui ne le concerne concrètement, si je puis dire. Mais il n’en est pas interprèté pour cela, il n’y a pas de dit de l’objet a. Il s’extrait au niveau d’un non-dit qui y gîte, indiquant au moins la place d’un « dire » (thème du texte « L’Étourdit » – qu’un dire – « qu’on dise » – reste oublié derrière ce qui se dit dans ce qui s’entend).
L’interprétation « révèle » la cause, ne la dit pas, mais la rend sensible.
2) En face, comme la référence à la demande suit dans ce passage du texte, il est ici possible de rappeler ce que dit Lacan très antérieurement, dans « Subversion du sujet et dialectique du désir », lorsqu’il avance que le propre du sujet névrosé est de faire de la demande de l’Autre l’objet de son fantasme. L’ensemble du dit, modal, qu’est par exemple la demande, peut être pris comme objet. La demande rend sensible l’objet en le masquant, en l’imaginarisant. Il y est indistinct de l’énigme qu’elle formule en question.
3) Entre demande et interprétation, il y a donc passage du masquage à la révélation. En termes topologiques, cette dernière revient à faire chuter la cupule sphérique du cross-cap, par coupure moebienne. La révélation est une extraction se rapporte à ce qu’il y a de singulier pour le sujet, la demande restant universellement compréhensible.
4) Concrètement, c’est par l’équivoque, signalant du hors-sens au sein du sens, venant couper ce dernier, que l’interprétation « porte sur » l’objet a. L’analyste n’interprète rien de l’objet a, ni rien sans que son incidence ne se soit fait sentir, ne serait-ce que rétrospectivement (nachträglich).
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Podría usted ampliar esta reflexión: “[…] Si el analista puede ser asimilado al objeto a […].”
Oscar Zack
La frase a la que se hace referencia admite ser ubicada con relación a la lógica de los discursos, en particular al discurso analítico e invita a poner en su perspectiva el final del análisis y, por qué no, al pase como procedimiento de verificación del pasaje de analizante a analista, paradigma del acto analítico.
Que el analista sea aquél que ha levantado el desconocimiento del objeto a, y el de su acto, hace pensar en el analizado como aquél que podría estar a la altura de sostener su lugar en el discurso analítico, a saber: ser objeto causa de un análisis.
Del sujeto analizado se espera que sea aquél en el que se verifica que supo y pudo obtener un saber nuevo acerca de su funcionamiento libidinal, que supo y pudo atravesar las barreras del narcisismo y sus condicionamientos imaginarios, que supo y pudo no quedar atrapado en la fascinación que suele producir el recorrido por la matriz simbólica que condicionó su neurosis, que supo y pudo hacerse responsable de su elección de goce.
El analista “asimilado al objeto a” (“su posición está hecha fundamentalmente de objeto a”), al dar cuenta de la inconsistencia del Otro, orienta su acción tratando de poner tope a la búsqueda de sentido a la que su función de intérprete lo puede empujar.
En « La Tercera » encontramos a Lacan diciendo: “[…] Pues en el mundo no hay nada fuera de un objeto a, cagada o mirada, voz o pezón, que hiende al sujeto y lo disfraza de desecho, desecho éste que le ex-siste al cuerpo. Para hacer sus veces, para ser su semblante, hay que tener condiciones ».
Luego continúa “[…] Es especialmente difícil, más difícil para una mujer que para un hombre, contrariamente a lo que suele decirse. Que en ocasiones la mujer sea el objeto a del hombre no significa para nada que sea de su gusto serlo.” (“La Tercera”, p.83)
Esta cita nos conduce a pensar en dos articulaciones, la primera alrededor de la relación del objeto a y el semblante; y la segunda la mujer como objeto a.
Nos gustaría saber su opinión respecto de esta cita « […] para ser su semblante, hay que tener condiciones […]. »
Juan Carlos Indart
A los fines de este comentario reduzco la cita propuesta a dos proposiciones:
1) “Para hacer sus veces [de objeto a], para ser su semblante, hay que tener condiciones”.
2) “Es especialmente difícil, más difícil para una mujer que para un hombre, contrariamente a lo que suele decirse. Que en ocasiones la mujer sea el objeto a del hombre no significa para nada que sea de su gusto serlo”.
La segunda proposición dice lo contrario de lo que sólo Lacan esbozaba en El Seminario10. En este último, buscando lo sensato de lo dicho sobre la contra-transferencia en textos de analistas mujeres, con especial referencia al de Lucy Tower, Lacan piensa que el hecho de discurso por el que las mujeres deben soportarse como objeto del deseo les daba cierta facilidad para la posición del analista. A condición de no identificarse con él. Y esa idea era sostén del dicho: “mujeres, las mejores analistas, cuando no las peores”. Son peores cuando se creen ese objeto, y son mejores cuando soportándolo no se lo creen.
Algo pasó luego para decir lo contrario, tanto en su experiencia como en su doctrina, y eso tiene que ver con la proposición 1).
Mi comentario se reduce a sostener que para ponderar esa rectificación vale la pena tener en cuenta el final de la lección del 9 de abril de 1974 y el principio de la lección del 23 de abril de 1974, ambas de “El Seminario 21”, más lo que se anuda en el mismo para llegar a lo que se dice:
– que no hay deseo de saber, sino histérico, a desplegar en sus matices, porque ya hay el desplazamiento por el que la histeria se hace universitaria, según el fraude por el que el saber se hace promesa de un poder, lo que no falta en nuestra comunidad, y que llevaba a Lacan a distanciar el acto de su decir, con destino de codificación, de lo que es la voz que introduce tiempo, como objeto a;
Que hay horror al saber, cuyo atravesamiento sólo se prueba con lo que realmente es el saber: invención de saber;
Que el psicoanálisis no puede empezar sino por la vía de la verdad de la queja, a la que sostiene como no toda, y que ese camino es el de muchas vías, religiosas, filosóficas, o de sabidurías antiguas;
Que por lo tanto hay que tener condiciones para una resolución diferente de esos caminos, y una es saber que el matrimonio entre el amor al saber y el horror al saber es “matrimonio del cielo y el infierno”;
Que no sólo hay que tener condiciones, sino que hay que decir que es algo que no es para todos, y que hay aquellos para los que devenir analista está de hecho interdicto;
Que llegados a esta encrucijada el binario de Lacan es muy preciso: de un lado queda lo que Hegel había considerado la solución fácil, la ley del corazón, la queja por un desorden que supone orden, y del otro, no las experiencias indecibles del no todo, sino leer el no todo;
Que orden y desorden, histeria- historia, es lo dominante hoy, y que inmersos en eso nos queda interdicta la posición del psicoanalista. (Destaquemos que orden y desorden pierden patetismo en su versión fundamental, de hierro, matemático-estadística, con la universidad que le provee ficciones para proseguir con la histeria que sostiene al amo).
Que el objeto a, del que hay que hacer semblante en nuestro discurso, se realiza con tiempo en los anudamientos, por fuera de la lógica del orden y el desorden.
Habría, entonces, también estas razones para afinar lo que esperamos del pase, según la cita a comentar: a) testimonios sobre cómo se adviene a leer el no todo; b) ninguna concesión para con la histeria y su deseo de saber.
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STAFF: Responsable Débora Nitzcaner y Luis Tudanca • Colaboradoras Viviana Mozzi,
Alejandra Breglia • Traducciones Maria Cristina Maia Fernández, Carolina Freda,
Graciela Lucci, Susana Tillet
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