Tres fechas, tres momentos, una lógica, un desarrollo, el futuro.
En abril de 2004, Jacques-Alain Miller creaba en Delfos la Red Europea de Instituciones de Psicoanálisis Aplicado (RIPA).Esta creación respondía a una constatación: los psicoanalistas trabajaban en tanto tales mucho más allá de sus consultorios, en las instituciones de cuidados más variadas; ejercían funciones de gran responsabilidad en la vasta red médica y psicosocial. Ellos demostraban la pertinencia de su acción. Y, sin embargo, el psicoanálisis y la praxis analítica se veían brutalmente agredidas en nombre de los usuarios y cuestionadas hasta el punto de quedar relegadas al lado de las prácticas sectarias más oscurantistas. Se trataba de reducir el alcance de la práctica analítica con el objetivo de refrenarla, reducir sus efectos y evitar sus repercusiones en el mundo. Solo se la admitía acantonada en las consultas privadas, bajo ciertas condiciones.
Frente a esta voluntad de “meter en el armario” a los psicoanalistas y al psicoanálisis, la RIPA era una iniciativa tomada para afirmar y extender el derecho de ciudadanía de este último, hacer que se reconocieran sus beneficios para los ciudadanos y consolidar su efectividad en la sociedad contemporánea.
Al mismo tiempo, el primer CPCT, creado por la École de la Cause Freudienne, abría sus puertas en París en tanto que centro asequible para todos aquellos que desean encontrarse con un psicoanalista, acogiéndolos gratuitamente durante un periodo previamente establecido de cuatro meses.
Esta iniciativa inédita respondía, en el mismo contexto, a los mismos fines que la RIPA. Los servicios del Estado no tardaron en reconocer el despliegue de su actividad y en comenzar a subvencionar su acción. Sus resonancias en la comunidad analítica y más allá de ella se pudieron apreciar rápidamente tanto en Francia y Europa como al otro lado del Atlántico.
El 5 de julio de 2005, se celebró una primera reunión general de la RIPA que convocó Jacques-Alain Miller, en París, al día siguiente del Encuentro Europeo del Campo freudiano, PIPOL 2, consagrado a los “Efectos terapéuticos rápidos en psicoanálisis”. Los responsables de los CPCT y las instituciones que se orientan en la enseñanza de Jacques Lacan, junto a colegas de toda Europa que trabajan en instituciones públicas y privadas, pudieron reflexionar juntos sobre sus modalidades de acción, la amplitud de las expectativas que suscitan y el alcance de sus consecuencias políticas, clínicas y doctrinales. Pudieron comenzar a elaborar los problemas a los que se confrontan los analistas que salen de la reserva de su consulta privada y el impacto de su clínica. Se abordaron las demandas de evaluación, el recelo hacia la presencia del psicoanalista en la escena pública, el predominio de las estadísticas, la imposición de programas de cuidados formateados, la normatividad reinante pero también las preciosas y apreciadas vías del deseo clínico y el cuidado de la singularidad de cada sujeto, así como de las nuevas formas de la demanda.
Se constituyó un “secretariado provisional” de la RIPA que ha funcionado y establecido las listas de sus componentes, archivado la presentación de las instituciones y sabido esperar el momento de estar listo para responder a eventuales requerimientos. Ha sido la memoria de un momento.
El 30 de junio de 2007, se creó el “Comité Europeo de Coordinación” de la RIPA, al final de la primera jornada del Tercer Encuentro Europeo del Campo freudiano, que puso de manifiesto la capacidad de los analistas para responder a la subjetividad de la época y operar en relación a ella.
PIPOL 3 puso a cielo abierto el hecho de que los psicoanalistas “en contacto directo con lo social” participan activamente en las mutaciones y los retos del mundo contemporáneo y aseguran la vitalidad del psicoanálisis y la práctica analítica en este comienzo de siglo. Por este hecho, debemos valorar nuestra responsabilidad frente a las exigencias de lo real en juego hoy en día. Al crear el Comité Europeo de Coordinación, Jacques-Alain Miller abre una puerta a la construcción, ampliación y reforzamiento del espacio propio para responder a los desafíos de nuestra época. Las tareas del Comité son múltiples, todos los miembros de la RIPA están invitados a aportar su contribución.
Francisco-Hugo Freda
Responsable del “Comité Europeo de Coordinación”