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Nº 17/ 07
Psicoanalistas en contacto directo con lo social
Continuamos esta serie de El Observatorio Psi con los ecos del reciente Encuentro PIPOL 3, cuya continuación, ya anunciada por Jacques Alain Miller, en PIPOL 4 (11 y 12 de julio de 2009) tendrá como sede Barcelona y como tema “Desinserción. Clínica y Pragmática de la Desinserción en Psicoanálisis”
Clínica del no en los CPCTs*
Hilario Cid Vivas
Natalie Georges concluye su intervención con dos casos clínicos, que resumen su trabajo.
En el primer caso, se trata de una paciente que tiene dos prejuicios sobre el tiempo y la dependencia. Estos prejuicios se articulan en su síntoma: posee todo el tiempo del mundo, porque no hace nada, y la dependencia más absoluta con la madre, de ahí la inhibición y el aislamiento. Es la característica que tiene el CPCT respecto a estos dos pilares de su síntoma, lo que va a permitir tratar este caso, donde se ve de manera diáfana que el síntoma es lazo social. Pero el segundo caso muestra que hay casos donde es mejor que el dinero circule, que el pago de la sesión se efectúe. Aquí el analista toma el dinero como motor del tratamiento, parece que para poder facilitar que el sujeto asuma que él mismo tiene un cierto valor. En resumen, hay casos en los que, en relación al síntoma, conviene la estructura del CPCT y otros a los que no.
Me interesa especialmente este punto que creo que es crucial en el trabajo en los CPCTs. Este decir no. Hay toda una clínica del no, que tiene como referente ese célebre trabajo de J. A. Miller que apareció en Mental nº 5 y que lleva por título “Contraindicaciones al Tratamiento psicoanalítico”.
Fabien Grasser distingue en su exposición tres momentos en la experiencia del CPCT. Primero ese instante de ver que es el de la consulta. Tiempo de filtro que revela las condiciones de acceso al tratamiento. Segundo el que llama “el tiempo para conducir”, es decir el de la experiencia de cuatro meses donde su utilidad se mide por sus efectos terapéuticos. Y tercero, el momento de concluir, pudiendo el paciente haber sido aliviado de la cuestión que le hacía sufrir. Dedica su intervención al primer tiempo.
En este tiempo, podemos considerar a su vez dos momentos. El momento del no a un tratamiento y traspasado éste, el momento de buscar ya una orientación para el mismo.
Este no al tratamiento, me parece sumamente delicado. Es el no-todo del “todos tienen derecho al psicoanálisis”. Es un momento tan sumamente delicado que Freud, -en el artículo que cita Grasser, es decir el capítulo 9 de Técnica psicoanalítica, titulado La iniciación del tratamiento, texto de 1913-, se inventó el truco de decirle a los pacientes que de momento sólo disponía de una o dos semanas, por si estaba contraindicado un tratamiento psicoanalítico. Así no decía que no. Me parece que decir no de la buena manera es tan importante como buscar los ejes de un tratamiento en el CPCT.
En ese trabajo, Freud dice, en efecto, que uno de objetivos de las entrevistas preliminares es evitar aceptar casos que por la falta de eficacia terapéutica desacrediten al psicoanálisis. También nosotros intentamos no tratar casos que desacrediten el psicoanálisis. Hablará mal del psicoanálisis quien haya salido de la experiencia insatisfecho. Quizás las interrupciones sin más, sean un indicador de que el tratamiento no le satisfacía, de que no era más que una pérdida de tiempo para tal o cual sujeto. Son casos que quizás no habría que haber tratado. En el tiempo de consultas, ¿se puede evaluar la capacidad del CPCT para satisfacer a un sujeto dado?.
* Intervención en la mesa plenaria del sábado 30 de junio que llevaba por título “El tiempo en el CPCT y sus lógicas”