Niños y adolescentes violentos
Abordajes posibles
Argumento
El título de estas jornadas es lo suficientemente amplio como para conversar sobre una serie de temas importantes referidos a la atención de niños y adolescentes. Desde la violencia que se manifiesta a través de sus juegos, su manera de hablar o su comportamiento, hasta la violencia de que pueden ser objeto en el ámbito familiar, en la escuela, por parte de sus semejantes o en los tratamientos a que son sometidos.
Nuestro objetivo es encontrarnos para dialogar sobre estas cuestiones apoyándonos fundamentalmente en lo que el psicoanálisis nos enseña, a través del propio análisis de los casos que atendemos, de los textos fundamentales que hemos ido trabajando en los grupos de investigación de la Diagonal Hispanohablante, y también de lo que aprendemos en el diálogo con otros profesionales: médicos, profesores, pedagogos, trabajadores y educadores sociales.
Respecto al tema de la violencia, hay algunas consideraciones surgidas del trabajo de este último año que pueden orientar en parte nuestro debate.
En primer lugar, la distinción clínica entre la violencia como un fracaso de la sintomatización o cifrado del goce, cuya consecuencia sería la puesta en acto de la pulsión de muerte y el borramiento del sujeto, y la violencia en tanto síntoma, es decir, como goce cifrado por el inconsciente y por lo tanto interpretable.
En segundo lugar queremos conversar sobre la diferenciación entre violencia imaginaria, simbólica y real, ya que muchas veces nos vemos llamados a responder a demandas en que estos tres registros, fundamentales para la clínica, se confunden o son tomados como equivalentes, cuando en realidad no es lo mismo por ejemplo una fantasía, un acto dirigido al Otro o un pasaje al acto.
También nos parece un tema fundamental para tratar en nuestras jornadas, la diferencia que hace J. Lacan entre violencia, odio y agresividad, tres tipos de fenómenos que no son equivalentes pero que pueden coexistir en un mismo sujeto cumpliendo funciones diferentes.
Como hemos podido ver en nuestros grupos de investigación, la violencia –cuando no tiene el carácter sintomático de una formación del inconsciente– implica una ruptura con el Otro, una separación salvaje en el punto en que lo simbólico se muestra impotente para cifrar el goce y subirlo a la escena imaginaria.
Por el contrario, el odio, es un tipo de lazo social muy fuerte, al punto que Freud llegó a afirmar que es más fuerte que el amor. Es una relación con el otro que apunta a su ser, a su alteridad irreductible, que en última instancia no es más que el goce indecible del propio sujeto en tanto “Otro” para sí mismo. El odio además da consistencia al sujeto y le permite identificarse, como ocurre en la paranoia, que es un caso extremo. Pero también es el secreto de la masa, que se constituye a partir de la identificación con un objeto que encarna el Ideal del Yo, pero que su consistencia depende del odio al “Otro” que es excluido.
En cuanto a la agresividad, también es un tipo de lazo en el que Lacan destaca el predominio de lo imaginario, porque, en efecto, la imagen del semejante, en su supuesta completud y prestancia, confronta al sujeto con su falta respecto a esa imagen ideal. Ese otro entonces se constituye como el rival que ocupa el lugar del cual el sujeto se siente expulsado.
Se trata entonces de tres tipos de fenómenos que nos remiten de alguna manera a los tres registros en los que se apoya la clínica lacaniana: lo real, lo simbólico y lo imaginario. Se trata de ver entonces cómo se anudan en cada caso y por qué a veces ese nudo se rompe y el sujeto se encuentra en dificultades.
Sobre este punto, quizás se podría decir que en la infancia esta estructura o este anudamiento está en construcción, en el sentido de que es el tiempo en que el sujeto inventa sus soluciones al encuentro con lo traumático del goce pulsional, mediante la movilización de lo simbólico y lo imaginario. Por eso es tan importante para cualquier discurso que se ocupe de la infancia y de la adolescencia, tener en cuenta esta “realidad”, si no quiere caer en el voluntarismo y la impotencia, con su correlato inevitable, el autoritarismo.
La organización de la jornada está pensada entonces para cumplir con el objetivo de generar un debate y una verdadera elaboración de saber. Consistirá en una breve presentación del tema, seguida de la discusión de cuatro casos clínicos presentados en dos mesas de trabajo, y finalmente haremos una mesa redonda en la que podremos abordar el tema desde diferentes perspectivas y generar un coloquio con todo el público.
Queremos que estas jornadas sean interesantes no sólo para los psicoanalistas y los clínicos, sino para todos aquellos profesionales que se sienten concernidos por el problema de la violencia en la infancia y la adolescencia y se preguntan de qué manera debería ser abordado en cada ámbito de intervención: clínico, educativo y social.
Comisión de organización: Carmen Grifoll, Jorge Sosa y Victoria Vicente
Información también en el Facebook de la DHH:
https://www.facebook.com/NuevaRedCereda?ref=bookmarks
Moderadora de la lista de la DHH
-
Martín Ramos [email protected]