via Ruth Gorenberg
NOTA EDITORIAL
Funambulismos
30 Jornadas Anuales da la EOL – Lo femenino fuere de género
“Trabajar sin red evoca al funámbulo” 1, dice Lacan cuando se dispone a abordar la angustia en su seminario, y agrega que se limitará a tomar el título del texto freudiano a modo de cuerda.
Encuentro allí una indicación que, mutatis mutandis, sirve cuando se trata de elucidar “lo femenino fuera de género”, y muy especialmente cuando, en pos de ello, nos valemos de la cuerda de la escritura.
Algo se esboza al reunir los términos: lo femenino y la escritura, no sin angustia. De un lado, el horror vacui de la página en blanco. Del otro, el vértigo de asomar- se al agujero de lo que no puede decirse, lo radicalmente Otro, fuera de sentido y localización que Lacan escribió: S(A)
El trabajo de Escuela que lo coloca en su centro, requiere que haya algunos que estén dispuestos a arriesgarse a elegir una cuerda, cualquiera sea, y transitarla paso a paso, letra a letra, en un esfuerzo de transmisión sin garantías, que solo puede verificarse après-coup y de manera contingente.
Pues bien, hay quienes arriesgan.
Paula Gil desdibuja metódicamente la anatomía para conducirnos hasta el bor- de donde el goce corroe toda posibilidad de nombrarlo y el “elemento místico” solo puede constatarse: eso se siente. Adela Pérez Duhalde recorta un gesto que hace emerger, en una madre, eso que estando tan cerca del origen del amor, es máxima extrañeza. Cesar Mazza, por su parte, reúne a Proust y Cortázar para mostrar la exquisita delicuescencia de lo que solo puede nombrarse de vez en vez, como el aleteo del pez, sin dejar huella. Marisa Chamizo comparte la perla ¿exótica? de una mística de nuestro tiempo, quien testimonia del éxtasis que hace emerger una presencia Otra, tan fugaz como certera. Marcela Mas toma apo- yo en una imagen para hacer caer las mascaradas de la femineidad y dejarnos frente a un azul que se abisma sobre sí mismo, el color imposible de lo femenino.
Pero no acaban allí los funambulismos. Quiero agradecer afectuosamente al equipo notandark por arriesgarse conmigo en el trabajo editorial, con lo vivo de una propuesta que se empeña en el bien–decir y en hacer lugar al destello de cada enunciación singular. También al cártel organizador de las 30 Jornadas, por saber acompañar.
Por fin, de nuevo, insistimos con entusiasmo: los invitamos a tomar una cuerda y transitarla, sin red, pero no sin otros.
Ana Cecilia González (Directora de equipo)