Desde París, viernes 23 de enero 2015, 23 hs.
¿Acaso he atravesado los límites de la decencia? Mi amiga O. lo piensa así. No tiene nada de la heroína de Dominique Aury. Más bien que el gusto de padecer el látigo, tiene el de manejarlo. Al apreciar poco mi verba satírica cuando esta roza lo obsceno, ella actúa conmigo como el demonio del pudor en la Villa de los Misterios. ¡Que no se preocupe! Tenemos más de una cuerda para nuestro arco, para nuestra lira.
Vamos, ¡salta marqués! Vuelvo al adagio de Baruch de Spinoza: « Non ridere, non lugere, neque detestari, sed intelligere » ni reír, ni llorar, no deshonrar, sino comprender
.
Sismo del lazo social
Si considero ahora el encadenamiento de las cosas desde la masacre del 7 de enero, veo un gran sismo en el lazo social, luego de intensas emociones individuales, luego colectivas, e inmensos movimientos de multitudes. El fenómeno está repartido de manera desigual en el planeta. El epicentro está en pleno París, Francia arde. Europa tiene calor. Los Estados Unidos dan muestras de solicitud, pero son tibios. China, la tierra fértil en temblores de tierra donde se inventó el primer sismógrafo (132 después de C.) está fría. La India también, aunque Pakistán no lo está, pues la Oumma es recorrida por ondas sísmicas, del Occidente a los países musulmanes. Zoom sobre Francia. Un esfuerzo gigantesco para asegurar el territorio nacional y el espacio electrónico, moviliza y justifica el poder del Estado con el conjunto de sus aparatos de represión. Invitada a desfilar detrás de las autoridades, una población atemorizada acude en masa. Marchan o se quedan en el lugar quietos, se juntan codo a codo, se rozan unos con otros. Puro goce del mitsein (del estar con).
Charlie sí, Charlie no, Charlie pero
Se escruta el porvenir, se reinterpreta el pasado. Se confiesan los miedos, se declara el odio, no se sabe a qué santo encomendarse. Imprecadores, hombres del arte, hombres de las artes, hombres de fe, hombres de ley, psi, cada uno coloca su estrofa. Indignaciones ardientes, litigantes febriles, a veces angustias desgarradoras. En segundo plano, algunos judíos, como a menudo, hacen su equipaje. Se sondea la opinión: Charlie sí, Charlie no, Charlie pero. Mientras que en China, un sismo significaba que el Cielo negaba cualquier legitimidad al Emperador, la presente sacudida habría restablecido la del presidente francés.
Todos los días se debate, y en todos los sentidos, y en todos los tonos, de los pros y los contras, de lo justo y de lo injusto, del bien y del mal. Las brújulas enloquecen. Cada uno tiene una idea de la justicia, sin duda, y del bien y del mal. Hay allí una constante antropológica. Pero « tantas cabezas, tantas opiniones ». « Cada uno con su verdad ».
¿Cómo orientarse en el pensamiento?
Comencemos por apartar como prejuicios las nociones relativas al bien y el mal, al elogio o la censura: nunca producirán consenso.
Nos sería necesario apresar una verdad de la que pudiéramos pretender que se imponga a todo ser razonable. Una verdad de orden matemático, que haga brillar otra idea de la verdad que no produzca una moraleja. Ahora bien, hay una que salta a la vista.
Publicado en lepoint.fr , 26 de enero 2015
Traducción Silvia Baudini
from eol/postal
Primer Post scriptum, lunes 26 de enero
de 2015, a las 15.30 hs
En el momento de escribir este texto, no tenía conocimiento del podcast crónica de Edwy Plenel, “un periodista debe ser spinozista”, del 15 de enero, que cita el mismo adagio. Entonces hubiera hecho un giro hacia la sátira antes de dedicarme al intelligere. Le doy el punto a Plenel. La sátira no es mas que la versión cómica de la moral. Para Spinoza, el escollo, el impasse, en materia política es en primer lugar sermonear a los hombres.
Mientras que nos embriagamos todos los días con el sentimiento de lo justo y de lo injusto, ¿Cómo ir “mas allá del bien y del mal?” Fórmula de Nietzche, a quien también le gustaba Spinoza y su adagio.
No resisto el placer de citar el comienzo del
Tratado político de Spinoza (ver abajo), recopilado en wikisource. Y dado que estoy aquí en Mediopart, quisiera decir cuánto aprecio el análisis de Christian Salmon sobre mayo del 68, versus el 11 de enero. He leído también la entrevista de Carine Fouteau con los presidentes de la Unión de estudiantes judíos de Francia. Judío Spinozista, no imaginaba que las cosas estuvieran hasta ese punto en Francia para mis hermanos fieles a la tradición. ¿Deberemos llevar una estrella de David por solidaridad? – como esa familia holandesa de la que recientemente habló
The Times of Israel (ver enseguida).
Spinoza
La opinión común de los filósofos es que las pasiones que atormentan la vida humana son una suerte de vicios en lo que caemos por culpa nuestra, y por eso uno ríe, llora, los censura a porfía, algunos incluso llegan a odiarlos para parecer mas santos que los demás.
También creen haber hecho algo divino y alcanzado el colmo de la sabiduría cuando aprendieron a celebrar de mil maneras una pretendida naturaleza humana que no existe en ninguna parte y a denigrar lo que realmente existe. Porque ven a los hombres no tales como son, sino tales como querrían que fueran. De allí que en lugar de una ética, lo que hacen a menudo es una sátira, y jamás han concebido una política que pueda ser reducida a una práctica, sino más bien una quimera buena para ser aplicada en el país de Utopía o en tiempos de esa edad de oro para la cual el arte de la política seguramente era muy superfluo. Se llegó entonces a creer que entre todas las ciencias susceptibles de aplicación, la política es aquella donde la teoría difiere mas de la práctica y que ninguna clase de hombres es menos apropiado al gobierno de estado que los teóricos o los filósofos.
Tratado de política, I,1
Nietzche
¡Estoy asombrado y encantado! Tengo un precursor. ¡Y de qué género! No conocía casi a Spinoza y el que ahora me entrasen deseos de leerlo ha sido algo realmente instintivo. He hallado que no sólo su general tendencia es igual a la mía —hacer del conocimiento la pasión más poderosa—, sino también que coincido con él en cinco puntos esenciales de su doctrina, en los cuales aquel original y solitario pensador se acerca a mí grandemente, y que son: la negación del libre arbitrio, de la intención, del orden moral universal, de lo inegoísta y de lo malo. Aunque es cierto que la diferencia entre nosotros es enorme, ella depende, más que de nada, de la diversidad en época, cultura y ciencia. En suma: mi soledad que, como la altura en las elevadas montañas, me cortaba a veces la respiración, ha encontrado ahora un compañero. Es maravilloso Carta a Franz Overbeck, Sils-Maria, 30 de julio de 1881, Trad. David
Rabouin
Llevar la estrella de David por solidaridad con los judíos
Frente al ascenso del antisemitismo en los Países Bajos, los miembros de una misma familia decidieron llevar una estrella de David para mostrar su solidaridad con la comunidad judía de su país. Theo Klopstra y Gerja Warner, que no son judíos, así como su hija decidieron llevar la estrella de David en público porque tienen “vergüenza de lo que ocurre en su país”.
Cuando Warner señaló el leve aumento de los acontecimientos antisemitas, empezó a enojarse. Declaró al Times of Israel que algunos miembros de la comunidad judía retiran la mezuza (pergamino que se fija en la puerta, generalmente en una caja) de sus puertas y también retiran sus sombreros en público.
En los Países Bajos, una sociedad generalmente muy tolerante, este tipo de discriminación contra un pueblo específico hace que la familia Klopstra se ponga furiosa. Los judíos, dice Warner, “tienen una historia tan difícil, fueron expulsados, maltratados, incluso asesinados, para poder vivir aquí.”
Los Países Bajos tuvieron un aumento del 23% de los ataques antisemitas desde 2012, según el centro de información y de documentación sobre Israel (CIDI). En septiembre, un judío que llevaba una kippa fue calificado de “cáncer judío” y casi se hace atropellar por un hombre en una moto. Incidentes similares, tales como el vandalismo en sitios judíos y los mensajes de odio en twitter, también son más frecuentes que antes.
A falta de comunidad judía local, la familia Klopstra compró collares adornados con la estrella de seis puntas en una sinagoga de una ciudad vecina.
En los Países Bajos, la comunidad musulmana representa el 6% de la población total, después de Francia que tiene un 7,5%. Los hinchas holandeses del Estado islámico desfilaron apoyando a los ciudadanos de Gaza y del Hamas durante el verano, en pleno conflicto de Gaza.
“Debo decirles que no somos cristianos born-again con una
rara afección por vuestro país”, declaró Klopstra al Times of Israel. En lugar de esto, la familia asegura que está preocupada por cambiar un relato destructivo y antisemita, vehiculizado por los medios europeos. “Si mañana un idiota viene a decir que el virus de Ebola fue hecho por Israel, mucha gente lo va a creer”, declaró Klopstra.
Y llevando con orgullo sus collares y respondiendo a las preguntas de los curiosos, la familia Klopstra espera que crezca la tolerancia para las minorías y ayudar a luchar contra el ascenso de un sentimiento antisemita en su país.-
The Times of Israel, Joëlle Millman, 19 de noviembre 2014.
Segundo post-scriptum, este lunes 26 de enero de 2015, a las 22 hs
¡Este hombre está en todas partes! Como el hurón del bosque encantado! ¿Cómo hizo mi amigo Bernard (Bernard Henri Lévy), para encontrarse el jueves último, luego de Krishnamuti y Elie Wiesel, perorando ante la Asamblea general de la ONU? (texto publicado en La Regle du jeu on line). Y ¿cómo hizo para cautivar a ese auditorio de excelencias? La respuesta no es difícil: hace uso de una bella prosa francesa, sonora, con cadencia, oratoria, eufónica, y dispara una serie de argumentos bien pensados, incisivos, maravillosamente ajustados, dignos de los mejores abogados: Demóstenes tal vez más que Cicerón. Simplemente dice la verdad.
Admiro particularmente la parte cuarta de su discurso, cuando enumera en un santiamén los cuatro estratos sucesivos del antisemitismo After Death: antisemitismo cristiano, antisemitismo de las Luces, antisemitismo positivista, antisemitismo socialista. Cada una de esas épocas, la encarna en una figura, a la que hace hablar. Me gusta que les pone en la boca una frase, una sola, tan bien calibrada que pinta por entero su sistema de pensamiento. Foucault sabía hacer eso. Es el gran teatro de ideas. Es fuerte. Es “difícil”, como decíamos hace tiempo en la escuela normal, en torno de Althusser, para celebrar un bello “pex” (exposición) bien fundado.
Me permito una sola reserva, cuando BHL se refiere al presente. Me parece un poco complicada su declinación de tres enunciados que apuntan a Israel. Para mí, hay solo uno que vale: los judíos robaron su tierra al pueblo palestino, y se trata de que se la devuelvan. Pero dejemos. Ya volveré algún día sobre esto.
A decir verdad, lo que quizá admiro más en Bernard, es la comodidad con la cual él se dirige a esas eminencias, a esos amos del mundo, el respeto con el cual los trata, la seriedad, el tacto y la exquisita amabilidad que pone en ello, sin por ello quitarle gracia a sus palabras. Por mi parte me sé un incorregible “izquierdista”, quien en el lugar de nuestro orador –y por eso, más la falta de talento, por supuesto, no pretendo- pensaría en “la cena de mascarones” de Prévert, gran amigo de mi suegra Sylvia, haría muecas y sería incongruente. “La mas noble conquista del hombre, es el caballo, dice el Presidente… y si solo quedara uno, yo sería ese.”
¿No tiene actualidad? Bueno. Intelligere sin bromear, aun no me encuentro allí. BHL y Plenel uno y otro están bastante más avanzados que yo en la carrera del spinozismo. La desdicha es que no se escuchan. ¿Cómo se hace? ¿Habría agua en el gas de la razón? ¿Peor, Amor intellectualis Dei? Si puedo decirlo.
Traducción Silvia Baudini