1.- El analista que interroga su práctica y renueva el estatuto del inconsciente (parafraseando a Lacan en su texto “Función y campo de la palabra y del lenguaje.”[2])
Estoy presente, sin embargo algo no escucho. ¡Por supuesto! no-todo habla. Escucho, sin embargo algo no se da en la intervención. ¡Por supuesto! NRS. Intervengo, sin embargo algo no está orientado. ¡Por supuesto! el goce no gira más que sobre sí mismo.
Oriento la cura, sin embargo se trata hoy en la orientación lacaniana de ir más allá de descifrar el síntoma, de atravesar el fantasma, de separarse del objeto. Se trata hoy de ir hacia la orientación por lo real, el sinthome, el nudo, lo Uno, lo femenino. ¡Por supuesto! la enseñanza de Lacan no fue siempre la misma, la práctica psicoanalítica se renueva.
¿Qué presencia?¿Qué escucha?¿Qué intervención?¿Qué orientación?
El analista que así habla, es el analista que se sabe “sobrepasado por su acto”, tal como lo nombra Lacan.[3] Y es éste el que puede incluir en su formación el control, en tanto su formación pasa desde lo que su propio análisis ha causado como posibilidad, es decir, el interrogar su práctica como analista; su formación pasa desde allí, hacia lo que no se sabe de esos saberes que hacen el campo epistémico del psicoanálisis (sinthome, síntoma, fantasma, Uno, …). Es en este punto que el control participa de la formación en tanto se localiza, tal como lo plantea Miller[4] en el litoral que se da entre la propia experiencia de análisis (campo éxtimo) y los saberes que le rodean (campo del saber exotérico), de manera que la relación entre ellos hace que la tensión se atenúe y el saber exotérico se transforme de manera inédita en función del propio análisis.
2.- Sobrepasar la incidencia del Otro, para acceder al control
Pero no siempre este analista consigue hablar así. Si bien puede ser interpelado por su práctica, sobrepasado por su acto, hace falta un poco más para que este analista en particular acceda a un control. Hace falta que vaya más allá de lo que operan sus defensas frente a una aproximación a su real, en tanto sujeto; defensas que hacen interferencia a su formación, en especial, a incluir el control en dicha formación. Se trata, en estas defensas en particular, de las incidencias del Otro, que toma dos formas: La primera, la vergüenza de no saber, que daría cuenta de la existencia del Otro en tanto mirada, mirada que descubre el goce del sujeto: el goce de no hacer, de la inercia, de la satisfacción pasiva de la pulsión.
La segunda, la inoperancia del Otro, que más bien da cuenta de una relación primera en la historización del sujeto con la inexistencia del Otro, dónde no hay la huella significante que pueda ser interpretada como “apoyo del Otro” y que se anuda al goce de “hacer sola”. Posición que puede llevar al extravío y que se hace necesario diferenciar y oponer a lo que sería el acto analítico. Es decir, el acto instituyente del analista en tanto es un acto en el que se está solo[5] y que además falla; [6] acto del cual el analista es un efecto. Diferencia fundamental para este sujeto por cuanto una cosa es “hacer solo”, posición de la cual se extrae goce, a la soledad del analista que responde de manera lógica al real “no hay el analista”.
Ir más allá de estas dos defensas, de la vergüenza de no saber y de la inexistencia de Otro que apoye, se hace necesario para que este sujeto consienta al control de su práctica como analista, cada vez que demanda un control.
3-. “El analista de experiencia”
Recurro a esta expresión de Lacan[7] por cuanto nombra bien una posición tomada a veces, con algunos casos, o en algunos tiempos de la práctica de este analista. Esta expresión no tiene que ver con los muchos o pocos años de práctica que se pueda tener, tiene que ver con una posición en la cual “el analista sobrepasa su acto” y desde allí, sucede que el analista no hace del control un dispositivo para su formación. Se trata de la posición en la cual, lo describe así Laurent “Él que se cree su amo, aquel que se pasa de vivo, el que viste el acto con su narcisismo y que, en lugar de captar la dimensión del deseo en juego, quiere llevar eso a un saber, incluso a un saber hacer que él tendría”.[8] Posición que da cuenta más bien de un desconocimiento, y que el control sería la posibilidad de romper dicho desconocimiento. Dice allí Laurent que se trata más bien, como lo subrayó J.-A. Miller, de soportar ocupar ese punto extremo que Lacan formula como un “despojamiento de todo dominio”.
4.- Lo que se esperaría de un control
“Lacan insiste sobre el tema del acto de manera radical en las conferencias italianas hacia fines de 1967: «Un acto aún sin medida» contra el cual ni el fantasma de un poder, ni el de una vestimenta narcisística, ni el recurso a la experiencia son lugares para protegerse.”[9] Entonces, lo que se esperaría de un control, es que el analista vuelva a situarse, cada vez y todas las veces que sea necesario, en el lugar donde no requiera protegerse de su acto.
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Notas:
[1] Texto presentado en actividad de la NEL-Medellín: Conversaciones de Escuela. El Control. Agosto 4 de 2014
[2] Lacan, “El psicoanálisis. Razón de un fracaso en Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012, p. 361
[3] Lacan, “Discurso en la Escuela Freudiana de Paris” en Otros escritos
[4] Miller, “Para introducir el efecto-de-formación” en ¿Cómo se forman los analistas?
[5] Lacan, “Discurso en la Escuela Freudiana de París” en Otros escritos, p. 280
[6] Lacan, “Discurso en la Escuela Freudiana de París” en Otros escritos, p. 283
[7] Lacan, “Discurso en la Escuela Freudiana de Paris” en Otros escritos
[8] E. Laurent, “El buen uso de la supervisión” en Virtualia
[9] E. Laurent, “El buen uso de la supervisión” en Virtualia
[2] Lacan, “El psicoanálisis. Razón de un fracaso en Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012, p. 361
[3] Lacan, “Discurso en la Escuela Freudiana de Paris” en Otros escritos
[4] Miller, “Para introducir el efecto-de-formación” en ¿Cómo se forman los analistas?
[5] Lacan, “Discurso en la Escuela Freudiana de París” en Otros escritos, p. 280
[6] Lacan, “Discurso en la Escuela Freudiana de París” en Otros escritos, p. 283
[7] Lacan, “Discurso en la Escuela Freudiana de Paris” en Otros escritos
[8] E. Laurent, “El buen uso de la supervisión” en Virtualia
[9] E. Laurent, “El buen uso de la supervisión” en Virtualia
Bibliografía
-El principio del control en la Escuela, Texto elaborado por el comité de acción, octubre de 2000 http://wapol.org/es/acercaamp/Template.asp?Archivo=escuela_una/documentos/comite/001.html
-Eric Laurent, El buen uso de la supervisión, http://virtualia.eol.org.ar/005/default.asp?notas/elaurent-01.html
-Eric Laurent, El buen uso de la supervisión, http://virtualia.eol.org.ar/005/default.asp?notas/elaurent-01.html
-Faride Herrán, “Otra versión del control” en ¿Cómo se forman los analistas hoy?, Grama, Buenos Aires, 2012
-J.-A. Miller, “Para introducir el efecto-de-formación” en ¿Cómo se forman los analistas hoy?,Grama, Buenos Aires, 2012
-Lacan, “El psicoanálisis. Razón de un fracaso” en Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012
-J.-A. Miller, “Para introducir el efecto-de-formación” en ¿Cómo se forman los analistas hoy?,Grama, Buenos Aires, 2012
-Lacan, “El psicoanálisis. Razón de un fracaso” en Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012
-Lacan, “Discurso en la Escuela Freudiana de París” en Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012