Visita de Claudio Godoy a Guatemala
7, 8 y 9 de febrero de 2013
Para Lacan, lo que Freud delimitó bajo el nombre de sexualidad incluye un punto de imposible, un vacío de saber “natural”, un desencuentro entre los seres hablantes. Es lo que el siglo XX ha olvidado bajo los auspicios de la “liberación sexual”, produciendo una banalización del sexo. Lacan advierte, en el año 1974, que “la sexomanía galopante es un hecho publicitario. Que el sexo esté puesto al orden del día y sea expuesto en todas las esquinas de la calle (…) no constituye para nada una promesa de algún beneficio. No digo que esté mal. Eso no sirve para curar las angustias y los problemas singulares. Eso forma parte de la moda, de esta falsa liberalización que es tomada como un bien otorgado desde lo alto por la autodenominada sociedad permisiva. Pero eso no sirve al nivel del psicoanálisis”
[1]. La idea de “liberación” supone que la falla en el goce se debe a la “represión social” mientras que el psicoanálisis nos enseña que es inherente al trauma-agujero que el lenguaje
infringe al viviente y que, las invenciones sociales que pretenden regularla, no son sino un modo de tratamiento del mismo.
En el siglo XXI ya no se trata meramente de la sociedad permisiva sino que, lo que nuestra época impone, es la construcción de identidades en el marco de las sociedades democráticas; allí no solo es cuestión de liberar los modos de goce sino ordenarlos en identidades. A la “liberación” le sucede así la época de las “identidades”. Hoy se ofrece una solución al impasse sexual, un tratamiento nuevo, en donde las identidades proliferan, se multiplican, fundando comunidades que reclaman su derecho a la diferencia. Es la solución contemporánea por la vía del “ser” (“bi“, “gay“, “straight“, “queer“, etc.) que busca anclar la angustia y el extravío del sujeto contemporáneo. Se recubre de este modo -en la colectividad que instaura- la opacidad del goce de cada uno, sus infortunios amorosos y su relación al inconsciente.
(1) Lacan, J.: “Freud per sempre“. Entrevista de Jacques Lacan con Emilia Granzotto, Panorama, Roma. 21-11-74.