Nuestra Lectura « En la lectura, la amistad a menudo nos devuelve la primitiva pureza. » Marcel Proust Editorial En este número, Gabriela Dargenton comenta el artículo « Honor » de Luis Erneta y Luis Salamone hace lo propio con el artículo « Discurso universitario » de Eduardo Benito. El primer comentario destaca las perlas que pueden hallarse en el texto de Erneta, mientras que el segundo subraya los prejuicios que pueden asediar al lector antes de la lectura del texto de Benito. Gerardo Arenas Susana Amado, Responsable del Comité de Acción de la Escuela Una Scilicet-EOL Colaboradores: Adriana Testa y Gerardo Arenas Comentario sobre el texto de Luis Erneta, « Honor » Gabriela Dargenton Con escritura ajustada y ceñida a un asunto central de época, el texto nos invita a recorrer en el tiempo el modo en el que binomio « honor-injuria » aparecen en la civilización en distintos espacios discursivos. Transitamos así, referencias jurídicas literarias, filosóficas y psicoanalíticas de Freud, Lacan, Miller y Laurent. Un texto de fundamentos que indica -como el dedo de San Juan de Leonardo-principios de la práctica psicoanalítica que aggiorna de manera precisa a la vida contemporánea. Tomando -por ejemplo- un episodio de su propia clínica, Luis Erneta demuestra cómo « el exabrupto de un Real encabritado » -precioso sintagma con el que nombra la injuria, en esa ocasión, dirigida a él- se anuda a la transferencia. El analista timonea, apoyado en la ética del deseo del analista, impío y fuera de toda moral. Las consecuencias de esa operación analítica, hacen legibles los cuatro puntos de fuerza que entrelaza el texto: honor-injuria-odio y vergüenza. Los cuatro articulados finamente en razón, apuntalan la respuesta a una pregunta pragmática que centra el texto: « ¿qué hacer? » Pero antes de responderla una joyita se desliza. El texto nos enseña cómo se puede pasar subrepticiamente con el honor, tomado como valor moral de la susodicha humanidad -Lacan dixit- al delito. Entonces, otro par se recorta en el texto: « honor delictivo » vs « práctica honorable ». Así, subraya finamente y con un toque de humor, cómo en nombre del honor (llevado a su colmo verdadero) se organizan mafias e instituciones delictivas. El autor avanza prudente y firme en las posibles respuestas al psicoanalista hoy: « […] esforzarse en practicar con el honor que corresponde el lugar asumido en la dirección de las curas que acepta, no sin antes sopesarlas. Una por una ». Un texto necesario hoy a nuestra formación… Comentario sobre el texto de Eduardo Benito, « Discurso universitario » Luis Salamone Leer el texto de Eduardo Benito me hizo reflexionar acerca de la importancia que puede tener el discurso universitario y la universidad para los analistas. Más allá de la desconfianza que los psicoanalistas tenemos hacia el discurso universitario, es un hecho que la universidad es el lugar donde la mayoría nos encontramos con el psicoanálisis. Para quien le interese, vendrá luego la formación. Esto tendrá que ver con la decisión, si es que no la tomó antes, de cursar un análisis. También para esto Lacan inventó la Escuela. El acto no se enseña, es el resultado de una determinada posición ética. El discurso universitario no produce efectos analíticos, sería ridículo pensarlo. Pero quizás tampoco sea capaz de reabsorber al psicoanálisis y, en ese sentido, no se corren los riesgos como los que generalmente se esgrimen. Lacan dice que el profesor suele desconocer una verdad que le permitiría operar con un arte más consumado, se trata de algo análogo al collage. Si el mismo se realizara de una manera menos preocupada por el empalme, habría alguna posibilidad de obtener el resultado buscado: evocar una falta. En general se escucha cierto menosprecio del discurso universitario que, en muchas oportunidades, considero un prejuicio. Sabemos que el discurso universitario no transforma a nadie en analista. Pero suele ocurrir que a partir de él muchas personas se interesan por el psicoanálisis y sus fundamentos. También sirve para espantar, pero no es el discurso, sino quienes lo sustentan. Pero más allá del error que radica el confundir el ámbito de la universidad con el discurso universitario formalizado por Lacan, recordemos que los mayores desvíos del psicoanálisis han provenido de las conclusiones extraídas de una experiencia clínica, de analistas que ocupaban un lugar en sus respectivas instituciones. En última instancia preservar el psicoanálisis es la responsabilidad de cada uno, donde se encuentre, aunque suele resultar muy fructífero trabajar con otros. |
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