Switzerland, Birth-Place of Dada (1920)
Max Ernst
BORDES
No. 15
8 de Agosto de 2013
Boletín de la NEL hacia el VI Encuentro Americano de Psicoanálisis de la Orientación Lacaniana
XVIII Encuentro Internacional del Campo Freudiano
HABLAR CON EL CUERPO
LAS CRISIS DE LAS NORMAS Y LA AGITACIÓN DE LO REAL
Buenos Aires, 22 y 23 de noviembre de 2013
EN ESTE BOLETÍN:
- Editorial.- Johnny Gavlovski E.
- Abordajes.- Patricia Tagle Barton
OPINIONES Y COMENTARIOS
- Comentario de Verdades colectivas y experiencia de la palabra.- Fernando Eseverri
- Comentario « Las Chicas de Alambre ».- Ramón J. Ochoa Brando
Espero
Mario Benedetti
Te espero cuando la noche se haga día,
suspiros de esperanzas ya perdidas.
No creo que vengas, lo sé,
sé que no vendrás.
Sé que la distancia te hiere,
sé que las noches son más frías,
Sé que ya no estás.
Creo saber todo de ti.
Sé que el día de pronto se te hace noche:
sé que sueñas con mi amor, pero no lo dices,
sé que soy un idiota al esperarte,
Pues sé que no vendrás.
Te espero cuando miremos al cielo de noche:
tu allá, yo aquí, añorando aquellos días
en los que un beso marcó la despedida,
Quizás por el resto de nuestras vidas.
Es triste hablar así.
Cuando el día se me hace de noche,
Y la Luna oculta ese sol tan radiante.
Me siento sólo, lo sé,
nunca supe de nada tanto en mi vida,
solo sé que me encuentro muy sólo,
y que no estoy allí.
Mis disculpas por sentir así,
nunca mi intención ha sido ofenderte.
Nunca soñé con quererte,
ni con sentirme así.
Mi aire se acaba como agua en el desierto.
Mi vida se acorta pues no te llevo dentro.
Mi esperanza de vivir eres tú,
y no estoy allí.
¿Por qué no estoy allí?, te preguntarás,
¿Por qué no he tomado ese bus que me llevaría a ti?
Porque el mundo que llevo aquí no me permite estar allí.
Porque todas las noches me torturo pensando en ti.
¿Por qué no solo me olvido de ti?
¿Por qué no vivo solo así?
¿Por qué no solo….
EDITORIAL
Johnny Gavlovski E
NEL Caracas
Patricia Tagle empieza por Eluard. Sigue el ejemplo de Lacan, al principio él y Dalí. Pero antes de Dalí fue Dadá y antes de Dadá el descubrimiento del inconsciente. Los surrealistas querían que Freud fuera su Pope y decían que Dadá hacia terrorismo cultural. El sismo cultural fue el de Freud, Dada en todo caso sería el antecedente directo del último Lacan. Dadá exuda fuga de sentido, anudamientos y desanudamientos, profetiza tiempos del Otro que no existe, siendo los primeros en plantear a su manera « la crisis de las normas y la agitación de lo real ». Tagle nos lo trae a BORDES, lo contextualiza, lo vehiculiza en un eso que se escribe, se diga, que sea escuchado por los psicoanalistas. De eso habla en 5 puntos, que estamos seguros llevaran a reflexión por nuestros colegas. Que mejor para ilustrar ello que la cuna de Dadá en la mano de dos grandes artistas como Max Ernst y Arp en ese cadáver exquisito que hace alusión al nido de Dadá.
Por otra parte dos asociados nos traen sus reflexiones sobre trabajos publicados en números anteriores.Fernando Eseverri plantea que Aguirre Fuentes imagina a Lacan, en mayo del 68, repitiendo ante los estudiantes el gesto del Moisés de Miguel Ángel. Nos trae una interesante afirmación de Chesterton: « El problema es que cuando el hombre deja de creer en Dios, no es que pase a creer en nada, sino que pasa a creer en cualquier cosa », señalando como en la actualidad, para muchos, también la ciencia se ha convertido en una cuestión de fe. ¿Qué respuesta puede darle un psicoanalista a quienes parecen no querer saber nada de su división subjetiva? – nos pregunta Eseverri – y nos recuerda que el psicoanálisis no es revolucionario sino subversivo en tanto separa al sujeto de las verdades colectivas y lo devuelve a su enunciación. Ramón Ochoa, por su parte, continua con el interesante artículo de Mario Elkin Ramírez, destacando aspectos de esas muñecas de alambre, en su anhelo de encontrar un amor antes que pasen de moda « como los objetos que ofertan », bellísima expresión que deja al descubierto la conjunción no relación sexual – objeto.
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Abordajes
Patricia Tagle Barton
NEL Lima
« ¿Cuándo se leerán los libros por sí mismos,
sin la ayuda de los lectores? »
Paul Eluard
1.
Uno de los problemas centrales que se nos presenta a los practicantes del psicoanálisis hoy es cómo abordar los nuevos síntomas que aparecen como efecto de « la crisis de las normas y la agitación de lo real »; allí, precisamente donde « las palabras y los cuerpos se separan en la disposición actual del Otro de la civilización. »[i]
Por lo tanto, ir a contramano de la disposición actual de la civilización supone operar en la vía de restituir el empalme entre las palabras y los cuerpos, pero ¿por qué vías?
2.
Si bien lo real, como indica Lacan en el Seminario 23[ii], no es más que un cogollo cuyo estigma es no enlazarse con nada, se trata también de un cogollo « en torno del cual el pensamiento teje historias… »; y es justamente este entramado y este tejido el que se ve afectado hoy, dejando a los sujetos en una deriva simbólica y bajo el imperio del plus de gozar. Cuerpos sufrientes que devienen lienzos mudos, con marcas inscriptas, pura marca y puro goce, sin sujeto ni autoría, pero también sin lectores.
3.
Que eso se escriba, que eso se diga, que eso diga algo, y que eso sea escuchado, es a mi juicio la tarea frente a la cual nos encontramos, como psicoanalistas, hoy. Es así como entiendo la orientación a lo real que anima nuestra práctica, donde, como señala Mauricio Tarrab: « Lo que de la orientación a lo real debe traducirse en el acto analítico, es el esfuerzo de aislar ese trozo alrededor del cual gira una vida, que la determina más allá de cualquier envoltura imaginaria o simbólica, más allá de cualquier semblante. » [iii] Pero, asimismo, aislar ese trozo de real supone antes haber hecho emerger el texto, la trama que lo rodea, y en la cual el sujeto está inmerso, trama de la cual no sabríamos nada sin antes invitarlo a transitar por esas muchas vueltas dichas del decir.
4.
La orientación al sinthome, hacia la cual nos conduce la última enseñanza de Lacan, apunta a la inscripción contingente de un rasgo absolutamente singular para cada parlêtre, el UNO, solo.
Ahora bien, ese UNO, que es el uno solo, aislado, ¿puede acaso saberse, leerse incluso, sin un Otro?
5.
Aún en la época de la inexistencia del Otro, es por el sesgo de la demanda dirigida a un analista que ese lugar puede ser restituido, a condición de que el analista le « dé cuerpo ».
Un « dar cuerpo » que debe encontrar sus vías y su invención en las coordenadas específicas de cada caso, pero que compromete la apuesta radical del practicante por el acto analítico. Una tarea que, a mi juicio, no puede prescindir de la erótica de la transferencia.
[i] LAURENT, Eric. « Hablar con el propio síntoma, hablar con el propio cuerpo », Argumento del VI ENAPOL
[ii] LACAN, Jaques. « El Seminario 23, el Sinthome ». Bs. As, Paidós 2006, p. 121
[iii] TARRAB, Mauricio. « Un corte en el tiempo del fantasma » en Ornicar Digital
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OPINIONES Y COMENTARIOS
Comentario de Verdades colectivas y experiencia de la palabra
Fernando Eseverri
(asociado de la NEL México)
En su artículo Verdades colectivas y experiencia de la palabra, Antonio Aguirre Fuentes imagina a Lacan, en mayo del 68, repitiendo ante los estudiantes el gesto del Moisés de Miguel Ángel.
Brigitte Lemérer propone una lectura del efecto que el Moisés provocó en Freud: « Bajo la mirada del Moisés, Freud se reduce al anonimato de la chusma, que culpable de no poder apoyarse en ninguna convicción siente júbilo en cuanto ha recuperado la ilusión que procura el ídolo »[iii] Aunque Freud nunca abandonó su ateísmo, su relación con la religión ha sido ampliamente psicoanalizada.
Lacan tuvo la audacia de decir que los únicos verdaderos ateos que había conocido estaban en el Vaticano. Me parece que la pregunta que plantea este witz es, ¿cómo puedes saber, más allá de toda ilusión, que eres ateo?
Freud pensaba que la religiosidad no desparecería en tanto la humanidad no superara el miedo a la muerte y su tendencia refugiarse en la ilusión. Dejar de creer no es pues tan fácil. G.K. Chesterton planteó la cuestión en los siguientes términos: « El problema es que cuando el hombre deja de creer en Dios, no es que pase a creer en nada, sino que pasa a creer en cualquier cosa » Y podría decirse que en la actualidad, para muchos, también la ciencia se ha convertido en una cuestión de fe.
John Gray ha acuñado el término fundamentalismo secular para describir el hecho de que los defensores del ateísmo terminen actuando como los fanáticos religiosos que tanto desprecian. Aunque no estoy de acuerdo en equiparar a Richard Dawkins o Christopher Hitchens con los fundamentalistas religiosos, me parece interesante preguntarse con el psicoanalista inglés Adam Phillips ¿cómo sabes que no eres fundamentalista?[iii]
Su argumentación es persuasiva y sutil. Pero lo esencial puede resumirse a partir de la segunda tópica freudiana: que el yo está sometido a las exigencias de dos fundamentalistas; el ello y el superyó. Hay pues, dentro de cada uno de nosotros voces fanáticas que nos dicen lo que debemos creer, lo que queremos, lo que podemos o no hacer.
En su texto, Antonio Aguirre se refiere a los sujetos que han recuperado la brújula del absoluto. En efecto, no podemos ser indiferentes ante los fundamentalistas. Reconocemos en ellos el tono de la seguridad sin fisuras, el tono de los que nunca dudan. ¿Qué respuesta puede darle un psicoanalista a quienes parecen no querer saber nada de su división subjetiva? Si pensamos en Lacan ante los estudiantes revolucionarios podemos ver que su posición está basada en lo que llamó las pasiones del analista: « su temor que no es del error, sino de la ignorancia, su gusto que no es de satisfacer, sino de decepcionar, su necesidad que no es de gobernar, sino de estar por encima. »[iii] Desde luego, nada de esto asegura un cambio en los otros. Tampoco Freud tenía muchas esperanzas a propósito de los efectos que su argumentación en contra de la religión pudiera tener sobre los creyentes.
El psicoanálisis no es revolucionario sino subversivo en tanto separa al sujeto de las verdades colectivas y lo devuelve a su enunciación. La causa del psicoanálisis es diferente a otras pues no quiere adeptos. Aunque es un hecho que los hay. Tal vez habría que decir ¡analistas un esfuerzo más para decepcionarlos!
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Comentario sobre « Las Chicas de Alambre »
Ramón J. Ochoa Brando
Asociado NEL- Caracas ACP
Mario Elkin Ramírez nos presenta una lectura psicoanalítica de un fenómeno que no nos resulta nada ajeno, si nos detenemos por un instante a ver-lo, aparece en las salas de espera con el material impreso dispuesto para « pasar el tiempo », en la televisión con los llamados « Reality Shows » donde se deja al descubierto el vivir de sus participantes, « Princesitas », « American Next Top Model » en su temporada 19, y no dejo de recordar como más recientemente se ha llevado a la pantalla chica el proceso de creación de la Miss Venezuela, bajo el título « Todo por la Corona », donde surge la pregunta ¿hasta dónde están dispuestas a someterse para obtener-la?.
Pues resulta que se manifiesta tanto en lo cotidiano sin saberlo, que en una escena de la película « The Devil Wears Prada », el personaje de Meryl Streep le recuerda a su asistente (Anne Hathaway) el recorrido que tuvo el origen del color Azul Cerúleo del suéter que usa, y concluye diciendo « ese azul representa millones de dólares e incontables empleos y me resulta cómico el que tú creas que has tomado una decisión que te exenta del mundo de la moda, cuando en realidad traes puesto un suéter escogido para ti por la mismísima gente que ves en este cuarto ». No está en ningún lado y está en todos.
Ahora bien, tomando como referencia la novela corta « Las chicas de alambre », título por de más interesante porque se presta al fin último de toda esta realidad, la vida en y por la imagen en su forma más fina, nos topamos con una serie de reflexiones que nos encausan a pensar, desde el psicoanálisis en conceptos como la identificación, pulsión, la mirada, los modos de goce, y nos queda la pregunta ¿dónde queda el sujeto?.
Ciertamente es por el caso por caso, susceptible al análisis del modo de goce de alguna de las llamadas Top Models, que pudiésemos dar con algo de esa pregunta, pero Mario pone en la palestra, citando a la novela, algunos pasajes que vale la pena detallar y que atrapan algo del donde podemos ubicarnos desde el psicoanálisis en este « estilo de vida ». Así aparece la conjunción de lo que pudiera llamar la no relación sexual–objeto escópico, donde la queja de un « enamorado » vislumbra un poco lo Real en juego, « un tonto, amante casual de una de ellas, se quejaba de que ella le decía: no me aprietes los brazos que me dejas marcas, cuidado con el cuello que se queda rojo y después se nota« , agregando que estas « diosas » rinden culto a su cuerpo sin impedir que lleguen a destruirlo en formas como la anorexia, bulimia o el consumo de sustancias.
Pero, ¿por qué hablo de esta conjunción?, ¿estamos en presencia del culto al cuerpo? o ¿pertenece más a otro tipo de culto, culto al objeto?. Santiago Castellanos1 dirá en su lectura del cuerpo en la obra de Lacan que el hombre está hecho de falta-en-ser, y que ésta misma falta divide su ser y su cuerpo reduciendo éste último al estatuto del tener, en otras palabras, el hablanteser tiene un cuerpo pero no lo es, de ahí que al cuerpo se lo cuida, se lo ignora, se lo abandona y a veces incluso se lo deja caer.
Esta revelación del amante muestra algo del cuerpo que tiene su amada, uno donde pudiera cuestionarse los cuidados que le proporciona al cuerpo en sí mismo, en tanto que no es el cuerpo al que desea proteger, sino más bien a la mirada que éste logra sostener como causa de admiración y reclamo « no me aprietes los brazos que ME DEJAS MARCAS… se queda ROJO y después se NOTA ». Como retoma Mario, resulta tan efímero todo el andamiaje puesto al servicio de la castración, que cualquier nueva marca puede perjudicar la ya construida con el hacer de su cuerpo un fin de culto, concluir con su cuerpo el circuito pulsional. ¿No estará del lado del Ser el objeto mirada para tramitar algo de la no relación sexual?, el ideal de llegar a SER como ELL-a ¿no estará del lado de hacer existir la no relación sexual?, de lidiar con aquello que no cesa de no escribirse, nuevamente el colocarse en la situación del uno a uno pudiera responder a alguna de estas interrogantes, pero en estos relatos se asoma aquello por una pequeña ventana, en un ligero descuido del « Ser y sentirse modelo las 24 horas del día, por dentro y por fuera ».
En una industria donde la imagen reina, no es descabellado pensar que el Objeto mirada ocupe el lugar privilegiado, donde su uso y su encarnación al final siempre se agota, es insuficiente. Lacan dirá en el Seminario 112 que « se mira lo que no se puede ver » p.189, de ser así, cuanto puede sostenerse en ese lugar donde lo que se puede encontrar es « una sombra detrás de la cortina », de ahí que se concluya en la caída del cuerpo que se intenta cultivar como sostén de mirada, aún a costa de la muerte del organismo, del final de la sustancia gozante. Lo que se vende es la mirada como la mercancía que proporciona, ya sea el ropaje o el objeto.
Es curioso como en esta revisión aparece el anhelo de muchas de estas jóvenes, aquel de encontrar un amor antes que pasen de moda « como los objetos que ofertan », bellísima expresión que deja al descubierto la conjunción no relación sexual – objeto. Realmente por ser las « diosas de la imagen » deben pagar un precio muy alto, « una libra de carne » y hasta más, diría yo, que muchas veces las sumerge en el circuito infinito de la pulsión con los estragos que este mismo llega a causar.
En última instancia su salida es paradójica, limitando en muchos casos las posibilidades, porque incluso lo peor que le puede pasar a una joven modelo es llegar a cumplir su anhelo, en otras palabras, el cumplimiento del deseo la encamina a la muerte del mismo. « Si te enamoras estás perdida… Si estás sola, estás perdida », recuerda una instructora que defiende la industria de las modelos, entonces lo único que parece importar para tener el éxito es cumplir con la máxima de ser el objeto donde se posa la mirada, más nada, a costa de su existencia.
Referencias
[1] Castellanos, S. (2009). El Dolor y los Lenguajes del Cuerpo. GRAMA Ediciones. Buenos Aires.
[2] Lacan, J. (2006). El Seminario de Jaques Lacan: Libro 11: Los Cuatro Conceptos Fundamentales en Psicoanálisis. 1era ed. 13ava reimp. Paidós. Buenos Aires.
Comité organizador BORDES:
Piedad Ortega de Spurrier, Marcela Almanza, Elida Ganoza, Johnny Gavlovski E., Ruth Hernández