Fragmento de la Campaña Disecando a Dalí, Picasso y Van Gogh
Agencia de publicidad DDB Brasil
BORDES
No. 6
22 de Junio de 2013
Boletín de la NEL hacia el VI Encuentro Americano de Psicoanálisis de la Orientación Lacaniana
XVIII Encuentro Internacional del Campo Freudiano
HABLAR CON EL CUERPO
LAS CRISIS DE LAS NORMAS Y LA AGITACIÓN DE LO REAL
Buenos Aires, 22 y 23 de noviembre de 2013
EN ESTE BOLETÍN
Editorial.- Ruth Hernández B.
Acerca de la observación de Lacan sobre el « retrato de Dora » De Helene Cisoux.- J Gavlovski
Una maestría sobre el cuerpo.- Carlos Márquez
OPINIONES Y COMENTARIOS
Recordatorio para ENAPOL, 2013
Comentario del artículo: Festividad religiosa como suplencia frente a lo real.- Gabriel George.
Comentario del Artículo: Lo mental, lo corporal y lo psíquico.- Patricia Expósito
mi cabeza como una gran canasta
lleva su pesca
deja pasar el agua mi cabeza
mi cabeza dentro de otra cabeza
y más adentro aún
la no mía cabeza
mi cabeza llena de agua
de rumores y ruinas
seca sus negras cavidades
bajo un sol semivivo
mi cabeza en el más crudo invierno
dentro de otra cabeza
retoña
Blanca Varela
EDITORIAL
Ruth Hernández
NEL Caracas
En este número, Gavlovski nos introduce en una nueva dimensión: el cuerpo en el teatro. La repetición, que en el teatro es el ensayo, es una repetición en la que el actor/la actriz ha de aprenderse « el texto unido al cuerpo, al movimiento corporal ». Gavlovski apunta a un bien decir necesario para el que actúa, lo que implica incorporar el cuerpo a ese decir, « saber-hacer » otro cuerpo: el cuerpo del personaje. Es el propio goce del actor el que vendría a agregarse a la consistencia imaginaria del cuerpo del personaje y el hueco estructural consecutivo a la falta de significante en el Otro. Son los actores los que realizan el texto, « se trata de la histeria », citando a Laurent, « en tanto organiza el texto para el Otro, la histeria en cuanto lazo ». Si de algo sabe el actor es de servirse de la histeria para lograrlo.
Carlos Márquez, por su parte, nos trae el sufrimiento del cuerpo como instrumento de protesta. Cuerpos en huelga de hambre hasta el borde de la muerte o la muerte misma. Cuerpo que « demanda de justicia frente a un estado que se percibe como incapaz de otorgarla, o tan siquiera de escuchar lo que se tiene que decir ». Una respuesta frente al Otro. Luego nos presenta los modos cosméticos de autopunición asociados a un « bajar de peso » para encajar con un ideal, la promesa de una « maestría sobre el cuerpo desde el yo ».
Acompañamos este número de fotografías. El fotógrafo, nos señala Roland Barthes, busca atrapar « el evento cuya existencia no podrá repetirse…, la ocasión, el Encuentro, la Tyché, lo real en su expresión infatigable ». La posición desde donde se mira es lo que nos interesa, en tanto al igual que el deseo del analista, busca obtener la diferencia absoluta.
La primera fotografía es un fragmento de la campaña « Disecando a Dalí, Picasso y Van Gogh », realizada por la agencia de publicidad DDB Brasil, con la finalidad de invitar a los interesados a inscribirse en la MASP Art School de Sao Paulo. De los tres artistas tomamos la representación de Dalí, pues como sabemos, tuvo un encuentro con Lacan en los años 30… ¿de qué forma la propuesta de uno pudo haber aportado elementos para la del otro?
Por otro lado Steven Klein, hace click sobre dos mujeres: la locura maniatada versus la bella indiferencia absoluta. Finalmente tenemos la mirada de Bohnchang Koo, quien cose sus fotografías utilizando el hilo como símbolo de la fragilidad de los vínculos humanos. Ensambla con sus hilos un cuerpo fragmentado, sereno y frágil, en un intento de revelar la invisible presencia de la vida.
¡Buena lectura!
Steven Klein (1962)
Blanco Institucional
ACERCA DE LA OBSERVACION DE LACAN SOBRE EL « RETRATO DE DORA » DE HELENE CISOUX.
Johnny Gavlovski
NEL Caracas
Cuando Eric Laurent en el Argumento para ENAPOL hace referencia a Le Portrait de Dora, de Hélène Cixous, señala como Lacan explica: « Quiero decir que la realidad –de las repeticiones, por ejemplo– es a fin de cuentas lo que ha dominado a los actores ».
Es importante aclarar que en francés, a los ensayos de teatro se les llama: « repeticiones ». Pero, ¿se trata de repetir en el sentido freudiano del término? No, se trata de ensayar. ¿Y qué es esto? Se repiten las escenas, con vistas a que el actor/la actriz se aprenda el texto unido al cuerpo, al movimiento corporal. Y eso no siempre pasa. A veces hay dificultad. Como decía Joyce: « lo importante es que la palabra encaje en la boca de quien lo dice » y eso, no siempre sucede.
El actor debe buscar como decir el texto. El bien decir del mismo; y luego, apropiarse de éste, es decir, hacerlo suyo. ¿Qué quiere decir esto? Poder incorporarlo a su cuerpo, a ese cuerpo que tiene, para poder « saber-hacer » otro cuerpo: el cuerpo del personaje. Darle consistencia imaginaria. Mientras esto no se logra, no hay interpretación actoral. No deja de ser el actor que repite-balbucea un texto. Como el actor que hace de Freud o la actriz que hace de Dora en la referida obra. El actor inhibido o el que es incapaz de representar otra cosa que no sea a sí mismo. En cambio, el actor que se permite buscar otra consistencia, entregarse para dejarse parasitar por ese otro llamado personaje, ahí algo ocurre. Eso es lo que se llama búsqueda del personaje. Un otro a quien se le presta en primera instancia el propio cuerpo a…..a’ Y cuando el actor le da el cuerpo al personaje, le entrega uno ya cizallado por el significante, el cuerpo de la histeria.
Pero hay algo más: Lacan nos dice:
« A lo imaginario y a lo simbólico, es decir cosas que son muy extranjeras la una y la otra, lo real aporta el elemento que puede mantenerlas juntas. »(1)
Obviamente, es el goce del actor que se engancha con esta situación. Desde allí propongo entender la apreciación de Lacan: « Quiero decir que la realidad –de los ensayos, por ejemplo– es a fin de cuentas lo que ha dominado a los actores« . Lo que los domina, es su propio goce, ese « plus que agrega a la consistencia imaginaria del cuerpo del personaje y el hueco estructural consecutivo a la falta de significante en el Otro » (2) que, en este caso, es más patente cuanto que ese Otro es el dramaturgo, de quién nunca se sabrá que quiso escribir, o del director, que no siempre dice lo que intenta hacer en su mise en scene, puesta en escena o mejor dicho, puesta en acto de un texto sobre la escena.
Esto es lo que viene a explicar lo que Eric Laurent nos dice al escribir:
..,Está pues realizada de una forma tal que lo que dominó a los actores no fue el texto sino la pragmática misma del decir. Eso ayuda a desprenderse de la idea de que el significante organiza un texto que organiza a los actores. Allí son más bien los actores quienes realizan el texto. « Se trata de la histeria », subraya, en ese espectáculo…(3)
La histeria en tanto organiza el texto para el Otro, la histeria en cuanto lazo. Pero también habría que decir histeria en cuanto:
1.- Identificación histérica, en tanto identificarse con el síntoma del Otro, por participación. (Argumento, apartado Síntoma e identificación)
2.- En cuanto que darle un cuerpo a un personaje es de entrada, darle un cuerpo cizallado por el significante, y si de algo sabe el actor es de eso, servirse de la histeria, para lograr eso.(argumento, apartado: Lo mismo y el cuerpo de lo real)
Laurent cita a Lacan cuando señala que:
…entre los actores la que no interpreta a Dora está muy incómoda [embarrassée]. « No muestra todas sus virtudes de histérica ». Hay que destacar el término virtudes. El actor que interpreta a Freud está aún más incómodo, tiene un aspecto muy fastidiado, « eso se ve en su rendimiento ». Lacan dice: « Tenemos allí la histeria […] que podría llamar incompleta. Quiero decir que la histeria siempre es dos, en fin, desde Freud.
Como entender esto. La que no-hace a Dora esta incómoda. El que interpreta a Freud está fastidiado. La pregunta es: ¿realmente interpretan?. ¿Realmente se han colocado en el a’ ? ¿O permanecen en si-mismos, inmersos en el goce que les implica la incomodidad y el fastidio?.
En algún lugar de los « Estudios sobre la Histeria », Freud señala que traduce los « no sé » del paciente por « no quiero saber », y el fastidio por « no querer hacer ». En última instancia, la no-Dora y el incómodo Freud, no son lo suficientemente histéricos, no hacen vínculo ni con los otros actores, ni con el público (léase los textos de Freud sobre el teatro donde señala la identificación del espectador con el actor). ¿Quizás esta no-Dora y el fastidiado actor sean un ejemplo de la belle indifférence? ¿Serán muestra de esta tal histeria incompleta de la que habla Lacan?
Referencias
(1) Lacan, J El sinthome Seminario XXIII. Edit Paidos Bs Aires, 2006 pg. 132
(2) Portillo, R El sinthome, acontecimiento del cuerpo http://acpnelcaracas.blogspot.com/
(3) Laurent, Eric Argumento hablar con el propio síntoma, hablar con el propio cuerpo. ENAPOL, 2013 http://www.enapol.com/
Bohnchang Koo
(Seúl, Corea del Sur, 1953)
UNA MAESTRÍA SOBRE EL CUERPO
Carlos Márquez
NEL-Caracas
Franklin Brito murió el 30 de agosto de 2010 luego de numerosas huelgas de hambre y automutilaciones hechas como medidas de protesta en una lucha contra el estado venezolano que se extendió por cerca de ocho años. Murió bajo custodia del estado, en el Hospital Militar, donde fue recluido por una orden judicial basándose para ello en supuestos criterios psiquiátricos.
Recientemente el General retirado Antonio Rivero, quien milita en un partido de la oposición, fue encarcelado por supuestamente haber incitado los desórdenes que se produjeron durante los días subsiguientes a las elecciones del 14 de abril. Pasó 20 días en prisión durante los cuales realizó una feroz huelga de hambre. La opinión pública se movilizó para solicitarle que desistiera. Muchos recordaban la figura famélica de Brito, y la inutilidad de su sacrificio. Rivero cedió a esta presión y dejó la huelga de hambre varios días antes de obtener su libertad, no obstante su salud quedó seriamente comprometida.
Por último, en medio del conflicto que enfrenta al estado venezolano y a las universidades nacionales autónomas, numerosos estudiantes, profesores y trabajadores han tomado como medida de protesta la huelga de hambre en diferentes partes del país. Se ha hecho notorio este tipo de protesta por parte de los universitarios en estos últimos años, sólo que es la primera vez que las realizan por la causa de la propia universidad, que se percibe en un peligro de transformación radical inminente.
Me interroga esta manera de usar el propio cuerpo y el propio sufrimiento, su ubicuidad, inclusive su normalización como medio de protesta. El contenido manifiesto es una demanda de justicia frente a un estado que se percibe como incapaz de otorgarla, o tan siquiera de escuchar lo que se tiene que decir. Es más, un estado que tiene la facilidad de desvirtuar cualquier demanda de justicia produciendo un doblez en el registro de la verdad, de modo que siempre queda al menos la duda razonable de que lo que se dice de él sea como lo dice « la oposición ». Todo se resuelve en una denuncia circular del uso de la mentira y en una profesión de fe en cada una de las dos fuentes semánticas dominantes. Es una suerte de estabilización prescindiendo para ella de toda posibilidad del recurso a un tercero.
El uso del hambre para alcanzar la justicia puede ponerse en serie con la protesta en la cual uno se hace golpear por la policía para mostrar la brutalidad del Otro estatal. Un Otro que a pesar de moralizar en contra del consumismo, lo fomenta desde cualquier perspectiva que se pueda imaginar. Así la huelga de hambre se pondría en serie también con la anorexia, en la cual un sujeto come nada, o como me decía alguien en consulta « se llena la boca » con nada, en una suerte de rebeldía contra el atosigamiento societal. La huelga de hambre puede ser también un modo de cerrar la boca frente a todo lo que un Otro quiere hacerme comer, sobre todo cuando su discurso pliega el deseo a la necesidad. También puede consistir en cerrar la boca para mostrar hasta qué punto uno está dispuesto a « dejar de comer mierda », que por lo menos en el Caribe es una expresión que significa dejar de hacerse engañar por el Otro. Así pensada la cosa, la huelga de Brito y las sucedáneas no están hechas tanto para pedir justicia, cosa que se da por perdida a la altura de decidirse a hacer una protesta de ese tipo, como para mostrar que todo el entramado simbólico está al servicio del goce del Uno.
Hay otro uso del hambre que paralelamente también se generaliza. Por un lado tenemos el uso irrestricto de las dietas que se van poniendo de moda y la « banda gástrica virtual » que consiste en charlatanería hipnótica por una parte. Por otro lado cirugías con diversos grados de invasión sobre el cuerpo como la banda, el balón o el bypass gástrico. Entre ambos extremos tenemos la « malla lingual » que consiste en coser una malla a la lengua para estorbar la masticación y deglución de alimentos. Este dispositivo hace que comer sólidos se vuelva muy doloroso.
Recientemente alguien me decía en consulta que su pensamiento estaba como separado de su cuerpo, asegurando inmediatamente con mucha seriedad que no se trataba de ninguna cuestión mística sobre el alma. Este cuerpo postcartesiano es como un cascarón vacío, una extensión biomecánica que puede someterse a cualquier clase de exceso. Pero no una extensión de un alma que quiere mortificarlo para alcanzar la inmortalidad, se podría decir que sus aspiraciones son mucho más modestas y terrenas, pero la ciencia le provee medios más sofisticados para ejecutar la crueldad de ese superyó.
Los modos cosméticos de autopunición, estos nuevos cilicios, estas nuevas penitencias, cuya finalidad manifiesta es « rebajar » para encajar con un ideal, muestran y dan la clave del uso político del hambre. Esto es, el intento fallido de una maestría sobre la pulsión. Un todo o nada en relación con lo que se muestra de entrada más poderoso, y que debe ser domeñado. Si no se domeña la propia hambre es señal de fracaso.
Se trataría de una maestría sobre el cuerpo desde el yo. Un yo que quiere constituirse a partir de la ilusión de tener control al menos sobre su cuerpo. Esto a fin de cuentas constituye también una causa perdida y un dead-end. La maestría del yo sobre el cuerpo es la ilusión que este David contemporáneo encuentra frente al Goliat que ubica en el estado, pero del cual, el obeso obsesionado con perder peso nos muestra donde está realmente lo invencible, no en el estado sino en su propia voracidad. Algo que debería comportarse como ley natural pero que se ha tornado monstruoso.
Esta maestría sobre lo díscolo del cuerpo por parte del yo, recuerda el momento triunfal del estadio del espejo, episodio imaginario sobre el que se monta toda articulación significante. Pero se plantea de un modo que implica una exclusión de la suposición de saber en cualquier discurso de los que circula en un nivel macro, desautorizados como están, y lleva al sujeto frecuentemente a microdiscursos basados directamente en la sugestión como la astrología, la autoayuda u otros por el estilo. El empobrecimiento cultural generalizado que de allí deriva es patente. Pero el psicoanálisis, por lo menos en Caracas, subsiste en estos pequeños circuitos.
Entonces tenemos que en la época del resquebrajamiento de la piedra angular de lo simbólico, como la caracterizó Miller en la presentación del tema del IX° Congreso de la AMP, las salidas por la vía imaginaria conectan directamente por una parte con el funcionamiento de masa, que no puede adjudicarse sencillamente a un funcionamiento de discurso del amo tal y como Lacan lo formuló en el Seminario XVII, y por el otro lado con maneras de articular alguna defensa frente al empuje pulsional, una defensa por la supremacía del propio poder de autocontrol, de una soberanía sobre el propio cuerpo.
El fracaso de estas estrategias puede llevar a un sujeto a demandar ayuda de un psicoanalista, quien tiene el reto de trabajar con una suposición de saber débil, afinando su carácter oracular, mostrando cómo y en qué medida ese superyó, que prácticamente no reviste a la pulsión, puede ser tratado sin el recurso a ninguna maestría por parte del yo, ni a las identificaciones horizontales de masa, ni a la mortificación cosmética o política del cuerpo.
RECORDATORIO PARA ENAPOL 2013
Se recuerda que…
•No es necesario ser miembro de una Escuela para presentar un trabajo en ENNAPOL.
•No es necesario ser integrante de un cartel para presentarlo. Puede serlo o no: puede ser integrante de un cartel, de un grupo de estudio, de un grupo de investigación, o no formar parte de ninguno de ellos. El trabajo se presenta en forma individual.
•Es necesario que esté inscrito al ENAPOL para presentarlo.
•Es necesario que el trabajo cumpla con los requisitos de presentación de trabajos. Puede consultarlos más detalladamente en la página www.enapol.com, en la sección Ejes.
•Es necesario que el trabajo esté enmarcado en uno de los cinco Ejes presentados en la misma página.
Inscripciones:
OPINIONES Y COMENTARIOS
COMENTARIO DEL ARTÍCULO: « FESTIVIDAD RELIGIOSA COMO SUPLENCIA FRENTE A
LO REAL » DE E. JIJENA
Gabriel George
Delegación NEL-La Habana
En su artículo publicado en Bordes No 4, Edwin Jijena Durán, miembro de la Delegación Tarija de la NEL, reflexiona sobre una festividad religiosa de la ciudad de Tarija en la cual unos hombres bailarines, llamados chunchos promesantes, le bailan a San Roque para pedirle básicamente salud y protección. Se trata de una investigación en la que plantea como tesis fundamental que esa festividad es una suplencia frente a lo real, especificado como ausencia de relación sexual.
Edwin nos explica que entiende a esta suplencia en el sentido de una invención original ante esa falta. Y nos da detalles de cómo se instaló esta festividad a partir de algunos elementos fundamentales: las antiguas creencias indígenas que se sincretizaron con la religión católica y una enfermedad, símbolo del real horroroso, a la que los católicos instalados en la región se dedicaron a cuidar y sanar.
Hay en este artículo algunas ideas que vale la pena discutir y que le agradecemos a Edwin. Entre ellas la cuestión del cuerpo, la de la suplencia como invención o tradición, la de la actualidad de Dios y la religión, así como su relación con el psicoanálisis.
Vemos que la relación con el cuerpo introduce para el ser hablante un real, a partir de su fragilidad y su desprotección frente a la muerte y la enfermedad. En ese sentido la relación con Dios no es casual, pues guarda concordancia con la impotencia primaria del cuerpo y la omnipotencia del Otro: Dios recupera esa omnipotencia que la potencia de los padres ya no puede sostener. A partir de aquí entendemos lo que Edwin nos describe con esas danzas ofrendadas, con las cuales se busca ganar su favor: es necesario amarlo para ser amado a su vez, entendiendo a la salud como un don de amor divino.
Más polémica es quizás la tesis de la invención. Pues cuando Miller expone los seis paradigmas del goce en la enseñanza de Lacan, destaca al sexto precisamente como el de la no relación entre el goce y el Otro. Y dice entonces que la relación vacía entre esos dos conjuntos « (…) se llena con cierto número de términos que es posible considerar como suplencias (…) » . Pero esas suplencias no siempre son invenciones, pues también es posible que las tome de la tradición. Es en ese sentido que una festividad tan antigua como las que describe Edwin, parece más bien tomada del terreno de la tradición que del de la invención. Pues incluso si no nos ubicáramos en el presente, sino en el momento de su surgimiento, es algo que parte de tradiciones anteriores indígenas y occidentales.
Varios autores señalan que en esta época del Otro que no existe, junto a las numerosas invenciones de los sujetos y a la descreencia en instituciones y tradiciones, es notable que la religión, bajo el nombre más general de lo religioso, no decrece sino que se fortalece. Lo religioso, dice Miller, « (…) es la religión, pero light » . Es la religión menos considerada por su verdad que por sus efectos de alivio subjetivo, como una terapia.
Para terminar su artículo, Edwin homologa la religión al delirio psicótico por un lado, apoyándose para eso en Juan Carlos Indart y, por otro lado, al sujeto supuesto saber. En lo cual se relaciona todo lo anterior pues se trata de la relación fundamental con el sentido. Y a partir de este se compara al psicoanálisis con lo religioso.
El párrafo final de Edwin nos señala la creencia en el inconsciente a la entrada en análisis. Al respecto podemos evocar dos referencias que me parecen fundamentales: una de Silvia Ons y la otra del propio Lacan. La de Silvia Ons destaca que la realidad psíquica es religiosa , por lo que un psicoanálisis sería el análisis de la religiosidad del sujeto y el final de análisis una salida de ella. Y la de Lacan es su bien conocida respuesta a Miller de que la diferencia entre el psicoanálisis y la psicoterapia es que esta última, a diferencia del psicoanálisis, especula con el sentido.
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COMENTARIO DEL ARTÍCULO: LO MENTAL, LO CORPORAL Y LO PSÍQUICO DE H GALLO
Patricia Expósito
Asociada NEL Ccs – ACP
Héctor Gallo en su artículo Lo mental, lo corporal y lo psíquico nos abre la posibilidad de trabajar sobre diversas preguntas, en particular, me he interesado por trabajar algunas nociones acerca del Sujeto, a partir de lo planteado por Lacan en sus Escritos « Acerca de la Casualidad Psíquica » y « La Ciencia y la Verdad ».
Tomando como referencia el dualismo cartesiano, Lacan dice que « el primer juicio de certidumbre que Descartes funda en la conciencia que de sí mismo tiene el pensamiento es un puro juicio de existencia: « Cogito, ergo sum » Y, en relación con este planteamiento, Lacan subraya las contradicciones de Henry Ey, al presentar sus conclusiones acerca de la noción de « perturbaciones nerviosas » a las que atribuye una « causalidad propiamente psíquica » , y a partir de lo que va a plantear la existencia de una dualidad en la vida psíquica, estructural, citando a Ey: « Se consuma la realidad estructural de la vida psíquica , animada por el movimiento dialéctico del espíritu, siempre afanado, en el orden de la acción tanto como en el orden teórico, a reducir, sin jamás lograrlo, esta antinomia, o por lo menos a tratar de conciliar y hacer concordar las exigencias de los objetos, del Prójimo, del cuerpo, del Inconsciente y del Sujeto consciente » . En su crítica Lacan plantea que no existe tal antinomia entre los objetos percibidos y el cuerpo. Este planteamiento nos recuerda la posición de Damasio, que sirve de marco para él artículo que estamos comentando, tal como lo cita Hector Gallo: « Para Damasio la mente, en cuanto es cerebral, hace parte del cuerpo y que el organismo es lo que comanda la estructura del ser humano. Si bien para este autor el cuerpo es una entidad fenomenológicamente externa al cerebro y de la cual se forman imágenes, tal como se las forma de tantas cosas que no tienen cerebro, por ejemplo, los lugares, el tiempo frio o cálido, una separación entre el organismo y la mente es imposible » . Lacan prosigue su crítica a Ey agregando: « mi inconsciente me lleva con la mayor tranquilidad del mundo a disgusto a que no pienso en ningún grado atribuirle, al menos hasta que me haga cargo de él por los refinados medios del psicoanálisis » .
Lacan destaca la consigna de regresar a Descartes como marco referencial, planteando que « Antes de hablar con los hechos es conveniente reconocer las condiciones de sentido que nos los dan por tales » .
En cuanto al estatuto del Sujeto, tal como es planteando en su Escrito « La Ciencia y la Verdad », Lacan parte de su elaboración de Sujeto, luego de haber establecido una « estructura que da cuenta de su escisión, de Spaltung en que el psicoanálisis lo detecta en su praxis » .
En un primer momento Lacan vuelve a recurrir al Cogito cartesiano como momento del Sujeto que, considera, un correlato esencial de la ciencia, y realiza una primera construcción de lo que él llama el Sujeto de la Ciencia, explicándolo de esta manera: « Este correlato, como momento, es un desfiladero de un rechazo de todo saber, pero por ellos pretende fundar en el sujeto cierta atadura en el ser, que para nosotros constituye el sujeto de la ciencia » . Continúa su elaboración, retomando al Sujeto en su división entre el Saber y la Verdad, de acuerdo a un modelo topológico, para plantear más adelante, en relación al Sujeto de la Ciencia: « no hay ciencia del hombre… porque el hombre de la ciencia no existe, sino únicamente su sujeto » .
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PARA ESCRIBIR EN BORDES…
Los aportes recibidos estarán enmarcados en alguna de las siguientes secciones:
Al borde del decir
¿Cuál es la respuesta del psicoanálisis ante los distintos modos de corporificación de los síntomas que suelen escapar del desciframiento del inconsciente? ¿Cómo se manifiesta lo real enmudecido, sin una escritura significante que bordee, cubra o signifique ese cuerpo?
Desde las patologías actuales y bajos las formas propias de nuestros contextos actuales, en las que nos topamos con acting out, toxicomanías, violencia, cuerpos marcados, hasta la diversidad de parejas sexuales en la hipermodernidad. El cuerpo sin palabras de la tecno ciencia.
Bordes movedizos
¿Cómo el psicoanálisis nos permite lidiar clínicamente con la orfandad del padre en las estructuras clínicas sin extraviarnos en el terreno movedizo de los diagnósticos de tipo « borderline »?
Al borde de la infancia
Los diversos tratamientos y definiciones que van tomando al niño como objeto, atrapan su cuerpo. ¿Cómo se relacionan con el cuerpo los niños silenciosos, los « mudos », con movimientos corporales estereotipados o por objetos de los cuales no logran apartarse? Compete a los psicoanalistas abordar la modificación progresiva de la infancia bajo los efectos de la publicidad, la medicalización, las diversas pedagogías que van cambiando según la ideología de moda, los efectos de la globalización en la constitución subjetiva.
a-bordando
Sobre algunos de los problemas relativos al arte y al artista, el abordaje psicoanalítico proporciona una información satisfactoria; otros se le escapan por completo.
S. Freud (1913)
Algunos se contentan con mirar una obra de arte, otros intentan comprenderla. ¿De qué manera el arte se hace presente en los sujetos? ¿Qué efecto tiene el arte contemporáneo en la subjetivación del cuerpo? ¿Qué transformaciones tiene el cuerpo en el arte actual? ¿Qué podemos decir los analistas cuando nos dejamos atrapar por el enigma que la obra de arte provoca?
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Las contribuciones deberán tener el siguiente formato:
Tipografía: ARIAL 12 pts.
Extensión: Máximo 4000 caracteres (sin espacios)
Comité organizador BORDES: Piedad Ortega de Spurrier, Marcela Almanza, Elida Ganoza, Johnny Gavlovski E., Ruth Hernández