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Cartas de aLmor
Aperiódico de las XI Jornadas de la ELP
Nº 8
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Edito.
BATIBURRILLOS DEL AMOREugenio Castro-
VESPERTINES D’HIVERN
Magda Bosch
El amor y el tiempo Mª Eugenia Insua
El amor en el « Banquete de Platón »
Luis carlos Restrepo
amor se escribe con (a)Araceli Teixidó
BATIBURRILLOS DEL AMOR
Eugenio Castro-
0.- Llegados a estas alturas de las Cartas de Almor, me encuentro leyendo una novelita del ya archiconocido Jean Paulhan por su guerrero tan aplicado que era el paradigma del psicoanalista que « progresaba adecuadamente ».. Un nuevo amor espero que haya servido para que los psicoanalistos dejen de seguir hablando de la transferencia ficticia, necesaria pero prescindible cuando se entra de facto en lo verdadero de lo verdadero : hacer el amor con el inconsciente y abandonar el catolicismo del sentido.
El título de la novelita de Paulhan es Progresos en amor bastante lentos (Gallimard). El protagonista Jacques se toma el amor con tranquilidad por lo que se ve. Tiene que ser una de sus mujeres la que le emplace a una decisión Pero a Jacques le interesan más las cosas inanimadas de la granja en que se ve con su otra ; porque Jacques como todo varón tiene dos,
Quizás los analistas quieren tener su amor al saber del analista y no hay manera de que se desprendan de eso para pasar al nuevo amor. Los analistas fascinados por la felicidad de que los amen por sus bellos ojos, se dejan ir. Y ocurre lo que ocurre que no sueltan a sus analizantes. Hasta el punto que quien sabe leer mejor a Lacan les tiene que forzar a que hablen de los finales de análisis de sus analizantes y hagan de una vez un acto. Definitivamente la enfermedad de los analistas es la neurosis obsesiva, peste de la escuela. No pueden soportar que los dejen compuestos y sin novia. Las Transferencias ficción se mantienen tan eternamente que uno no sabe si siguen enamorados del analista o del Inconciente que habló por la boca de ganso de quien se lo señaló. No se dan cuenta que el inconsciente es dos en una. Dos por una, como en las promociones comerciales. Dos sentidos y usted solo paga un sinsentido que es más barato que dos consentidos.
Como he decidido que el amor es un batiburrillo paso a :¡ A otra cosa ,mariposa.!
1.- No sé si habrán leído en el Diccionario del erotismo de don Camilo José Cela, (gallego de Iria Flavia adonde llegó en barco de piedra el cuerpo de sant Iago que dejó pasar la reina Lupa para no competir con la estrella guiadora) conviene que le echen un vistazo porque es gustoso. Cuenta cómo el Ser de los hindúes lanza su grito « Si yo fuera muchos » y desde entonces el deseo se dedicó a engendrar. Los chinos de NeocapitalisMao lanzaron su neorevolución ultracultural que ya se ha metido en el tálamo nupcial para proclamar la importancia del tres : un padre,una madre y El Glorioso Niño. El glorioso es un varón por supuesto, el Unico . Me ha contado alguien que visitó hace poco la China que los gloriosos infantes van vestidos como príncipes y cuidados como maharajás, tiene todo. todo menos hermanos con quien pelearse y al que envidiar. La única perversión de la mujer una sola vez en la vida se la permiten. Quizás dentro de unos años tengamos que hacer otro congreso sobre este asunto cuando Lacan tenga sus analistas en Pekín para escuchar cómo el nudo del amor amarró eso, ¡ Lástima de Lysístrata ¡
2.- Como a estas alturas ya todos habrán leído el Discurso amoroso de Roland Barthes aunque solo fuera porque tiene 80 referencias a Lacan y 137 figuras del amor, se darán cuenta que este tocho de 654 páginas es un don de amor de Barthes al Psicoanalisis: « No tratamos de producir un discurso psicoanalítico, sino mas bien un discurso que se ofrezca lo mejor posible al psicoanálisis ». Nos ofrece un Seminario en el que el amor es hacerse cargo de lo simbólico por parte de lo imaginario. Sarrazine de Balzac es el texto de lo simbólico y el Werther de Goethe el de lo imaginario. Pero después se ve que lo real aparece a porrillo. Esa « castradura » de su S/Z (Sarrazine), no es sólo imaginaria.
Me encantó encontrarme con una palabreja como « apodemia » que nunca había encontrado cuando traducía a los griegos en el bachillerato. Como en nuestra biblioteca tenemos el mejor diccionario de griego que en el mundo hay (publicados ya 8 tomos en Salamanca por el CSIC),me volqué en este palabro nuevo para mí. Apodeo, con épsilon quiere decir « anudar » y en una segunda acepción « estar lejos, estar falto de algo, quedarse atrás. Pero si es « apomedeo« (la primera con épsilon y la segunda con eta )es « estar fuera, de viaje, estar ausente, irse, emigrar ».
Así que hay Apodeia y Apodemia. El que padece de apodemia la soporta bien porque anudó algo mal que bien y por tanto no tiene por qué buscarse la vida en otras trochas. Pero el que sufre de no haber podido anudar algo, emigra, viaja como el peregrino de Góngora en sus Soledades del mar bravío al campo y de la aldea a la ciudad ; cambia de discurso a ver si algo puede anudarse. Hay viajes y viajes. No todos son los mismo.
Gabriel Marcel el filósofo transhumante del ser y su transcendencia en su Homo Viator inicia su viaje desde el judaismo al catolicismo con la esperanza de un saber más allá del no-saber. Encuentra un lugar a su alma viajera para que descanse en el ser católico más que en el tener , sambenito que se cuelga sólo a los de la Torá y a los psicoanalistas hijos de Freud. Toma la vía metafísica existencial como afirmación del ser en la transcendencia unitiva con los demás, en un nosotros. Se desemboca así en la trascendencia del sujeto singular al amar a los otros en el Tú Absoluto. Es el amor a los otros lo que hace crecer el ser, una manera de llamar al cuerpo místico de los católicos, quizás un toque hegeliano del deseo de reconocimiento.
3.-Los místicos hacen otros viajes pero dentro del convento como San Juan de la Cruz o Santa Teresa, sin moverse. Van desde la vía purgativa a la iluminativa y por fin a la unitiva que es en donde hacen el amor con el Uno, creen ,aunque todos sabemos que es con el agujero mismo. Santa Teresa después viajó para covertirse en fundadora de las descalzas y reinar con más poder que la abadesa de las de la Huelgas Reales de Burgos instituyendo el verdadero masoquismo católico que estaba tomando tintes algo estraviados.Se encontró con la horma de su zapato Felipe II que hizo de su palacio un Monasterio con forma invertida de parrilla de San Lorenzo,el colmo del masoquismo llevado a la arquitectura.
4.-En este Batiburrilo de amor, menester es que entre don Dámaso Alonso como poeta del les doy una perlas aljofares: – << Hombre es amor. Hombre es un haz, un centro /donde se anuda el mundo. Si Hombre falla, /otra vez el vacío y la batalla/ del primer caos y el Dios grita « Entro« . – Monstruo fugaz, espanto de mi vida,/rayo sin luz ,oh, tú, mi primavera,/mi alimaña feroz, mi arcángel fuerte. ¿ Hacia qué hondón sombrío me convida,/desplegada y astral tu cabellera ? / ¡ Amor, amor, principio de la muerte ?
El envío de los textos para Cartas de Almor: Eugenio Castro: [email protected] y Oscar Ventura: [email protected]
VESPERTINES D’HIVERN
Magda Bosch
Si sabés on aflores,
amor perdut, sens encaix
ni mesura, amor ignot,
si sabés on albires
brollaría la font i els
joncs dansarien.
Si et trobés, bell delit,
de desig moriría l’enuig
i el vell cos reviuría
si sabés on albires,
gebraría la neu
i el caliu la fondría.
Si et reconeixés,
amor ignot, d’on vindríes?
Si sabés on albires
brollaría la font,
els joncs dansarien,
gebraria la neu,
i la passió la fondria.
SIGNES EN LA PEDRA: CERCAR EL GUST I El TACTE DEL SILENCI.
Perseguir el silenci en la paraula,
l’espai en blanc que pauta la mesura,
i escandir amb el buit on tot reneix.
Enllaçar el brunzir del mot, en l’apertura
dels sons novells i tantejar-ne la buidor
on reverbera el gust insípid del no res.
Palpar la forma , asaborir-ne el tast,
i en la densitat corporal del nou signe
retrobar l’incertesa de l’espera.
Sonmiaves de nit el que no atènys de dia
En la nit de pluja fina
t’adormeixes i somnies
alló ni pronunciat ni acomplert.
Tots els colors de la llum
i les clarors de la lluna,
tot el saber de les deus
que fondejen vora dunes
Tot el plaer del calor
de la foganya veina,
tot l’encís dels viaranys
on onejen les alzines.
Tot el viscut ensems
pels somniadors capsblancs
enfredorits i arraulits
en la nit, de pluja fina.
NO ET GRONXIS EN LES TERANYINES
No t’hi adormis
ni corris, ni t’embarranquis.
Singla vers l’horitzó
que t’atrau
i no t’entrampa.
Singla, fes camí i
no t’aturis
que la nit cau de sobte,
terenyina
de la que res se’n sap.
28 d’octibre,2012
« El amor y el tiempo hacen un hermoso tema/ t´aime » (1)
En las poéticas definiciones del amor a veces podemos leer la ilusión de fuera de tiempo en el amor, « jurarse amor eterno », « hacer de un instante, eternidad » « el amor es eterno mientras dura »…quizá para aislar lo real del paso del tiempo, y quizá también porque hay una relación conflictiva entre el tiempo y lo verdadero, es como si lo verdadero exigiese su apartamiento del tiempo.
La pregunta puede ser, si un psicoanálisis puede hacer algo por el amor, por permitir el amor, quizás… « librándose de la idea de eternidad. »(2)
Un psicoanálisis puede permitir ver de que modo uno se quedó eternizado o congelado en una determinada escena vivida o en un « enunciado discordante »(3)
Un análisis puede permitir pasar de la queja de lo que a uno « siempre », (advervio temporal) le ocurre, a captar sorpresivamente por la interpretación su propia implicación, su propia participación activa en eso que siempre le ocurre. Por ejemplo pasar de un « siempre me rechazan » a captar de que modo, sin saberlo « me hago rechazar » de que modo se ha ubicado en el Otro los detalles que supuestamente confirman la consistencia y el dominio del Otro, cuando en realidad es el sujeto el que maneja los hilos.
La palabra del analizante se vuelve equivalente a una lectura, pudiendo captar el sentido único, eternizado, que rige la lógica de las elecciones.
La meta del análisis es hacer caer sentidos, vaciar evidencias, dejar vacío el vacío, vacío que se había llenado con exceso de sentidos, a veces de tinieblas y de penar. Dejar libre al vacío singular para que el sujeto pueda avanzar en el camino de nuevas búsquedas y nuevos aconteceres.
Permitir interrogar las condiciones de amor, permite ponerlas en serie a partir del corte de los callejones sin salida del inconsciente, surgiendo la diferencia entre lo eterno del inconsciente y el presente, que no dura. Pues el inconsciente no conoce el tiempo y se tratará de hacer que lo conozca.
El tiempo introduce por si mismo la negatividad, el desgaste, el envejecimiento, el eclipse, hay un « horror temporis ».
El acto analítico implica una discontinuidad dentro de una continuidad, de la cual resulta un sujeto transformado. El corte en la sesión, la parada, la introducción del tiempo, posibilitará un cambio, de un tiempo eterno, sin sujeto, que es la eternidad de la repetición a un sujeto en el tiempo. El acto analítico da tiempo al sujeto. Y si aparece el tiempo puede aparecer la duración.
Distinto del amor a lo eterno, habrá un amor que dure, si el sujeto está advertido del duro hueso de su condición más particular, advertido de ese real que lo causa y sobre todo de lo imposible de la armonía de los goces de cada uno, lo que va a permitir moderar la vanidad de las demandas de satisfacción, que a menudo se confunden con el amor. Ese podría ser…un nuevo amor.
(1)Miller « Los usos del lapso » Pag.50
(2)Lacan « Seminario 23 » Pag.146.
(3) Lacan « Seminario 1 » Pag 292
El banquete que fue una fiesta, posibilito acercar posturas diferentes en torno al tema del amor, en las que se aludía que tenía participación de lo mortal e inmortal, que era un dios, pues participaba de la divinidad.
Fedro; el amor es un gran dios, muy digno de ser honrado por los dioses y por los hombres por mil razones sobre todo, por su ancianidad; porque es el más anciano de los dioses. La prueba es que no tiene padre ni madre,,,[1
En este contexto se sitúa al amor como algo que surge aparentemente al azar, que se impone, como una estructura que va a tener una lógica dentro de la naturaleza tanto terrenal, divina, como humana. Y por lo tanto no se atribuye a una persona que diga he hecho la obra del amor, como lo atribuye Hesiodo;,,,el caos existió al principio, y en seguida apareció la tierra con su vasto seno, base eterna e inquebrantable de todas las cosas, y el amor.
Hesiodo, por consiguiente, hace que el caos suceda la tierra y el amor. Para Parménides habla así de su origen; El amor es el primer dios que fue concebido.[2]
Para los griegos el amor es con un objeto, sobre todo en relación a la sabiduría, a lo bello, representado en un sujeto, que lo porta, pero que de ninguna manera está por encima de ello, participa de lo divino en las manifestaciones que se hacen en relación al mundo de ese sujeto, es un saber no sabido, hecho a medias, y así lo intuyen cuando lo definen como un espacio entre el saber y la ignorancia, es un término medio, que participa de lo humano y lo divino, es algo equivalente, no igual en relación al saber de lo inconsciente, que está marcado por una falta, concretamente por lo fálico.
En el amor intervienen los personajes, como son el amante y el amado, que en griego son el Erastes, y Eromenos.
Si el amor es el don de la palabra que viene del Otro, como lo hace Sócrates con Alcibíades, no es menos cierto que ese resto o plus de goce que está más allá del falo, corresponde a un real que es un imposible, algo así como lo divino en términos de completud.
Podemos plantear como lo alude Pausanias, de dos amores, uno terrenal y otro celeste, pero la relación de estos amores dice él deben estar regidos por una ley, que los separa y los une de alguna manera.[3]
En principio el amor era uno, como total, pero ese uno corresponde a una situación mítica, de lo primigenio del dios amor, pero ese amor se divide, para poder ser comunicado a los mortales que puedan participar de la virtud de ese dios que es el amor a través del saber, de lo bello y lo bueno. El uno se multiplica por uno, y se va reproduciendo de generación en generación a partir de la procreación de la pareja, y es como aluden los griegos ello se multiplica el amor por los siglos de los siglos, mientras haya seres humanos ese amor estará divido, donde el uno no se alcanza por mucho que los seres quieran porque el amor de los mortales tiene los límites establecidos por una ley, que los regula. Esto que era primitivo del amor, el sujeto trata de alcanzarlo, pero no lo logra, y es por ello que el deseo se constituye en querer encontrar o participar de eso que en alguna oportunidad fue uno total.[4]
Hemos dicho que el amor esta en relación a algo, a una cosa que se tiene o que no se tiene, más no se posee, es decir el amor está mas allá de los sujetos, porque es un dios, participa de su naturaleza que es divina, y los mortales no se les permite ir más allá.
Los sujetos en relación al amor, creen tenerlo, pero se dan cuenta en la realidad que esto no es completo, algo de ese objeto llamado amor falta, se busca en el tiempo, como nos lo ha enseña Freud en relación al narcisismo, y Lacan con La fase del espejo, donde ese objeto no es total, sino una imagen de lo que no está, porque el yo es una instancia que se forma en relación al otro.[5]
El mismo dialogo entre Agatón y Sócrates lo reivindican cuando concluyen de que se ama, cuando se carece de las cosas, y que no se poseen. Lo que nos lleva a que el amor no tiene realmente un objeto definido, y esto se puede ver de un lado con relación a las pulsiones y sus destino de pulsión, texto de Freud, donde el objeto es metonímico, no definido y donde el mismo Lacan, lo va acuñar con el objeto pequeño a, pues este objeto no es especular, a pesar que en la fase del espejo se tenga como un elemento que da cuenta del yo. Pero en relación a esto del amor como una falta, el mismo Lacan aludía que en el amor había una cierta reciprocidad entre los sujetos actuantes, diferente al objeto en la pulsión, donde esta contrasta con una falta realmente, que es lo que se constituye como deseo.
Pero que es el amor entonces?
El dialogo de Sócrates, con Agatón, en que el amor es un estado intermedio entre la sabiduría y la ignorancia..[6]
El amor se mueve entre dos extremos que son contrarios entre lo feo y lo bello, siendo que lo bello participa del amor, y que lo bello es bueno, participando de la bondad, alude que el amor ni es bello ni bueno, por carecer de ellos. Es decir el amor no se participa de lo bello de manera absoluta, sino que es un estado intermedio entre los extremos contrarios, como alude Diotima con Sócrates.[7]
El amor es interpretable, sostenido, y representado en la palabra que proviene del otro, y esto es lo que es el amor como un don que viene de otro..[8]
En la cultura griega, lo que es el amante y el amado tienen una significación diferente, en la que el amante que es Erastes, y amado Eromenos, por la posición que ocupa cada uno con respecto al otro. Por lo general Erastes, era la persona adulta, y
Eromenos era la persona joven, casi un adolescente. Pues bien esto nos indica, que hay uno que posee el saber, y otro el que recibe.
Se ama lo que no se tiene, por aquello que no es de su propiedad, pero participa de él. En el caso del banquete podemos ver la relación que se estableció entre Alcibíades y Sócrates, donde el amor esta en relación a la belleza, la virtud que emana de la figura de este último, pero no es realmente la imagen exterior, sino de aquello que se dice y se habla, por lo que el mismo Alcibíades lo lleva hasta un enamoramiento extremo, donde el elogio se queda corto a la emoción que siente por el en sus disertaciones acerca de la vida, y lo cotidiano entre ellas el amor.[9]
Alcibíades cambia la regla del juego del banquete, e introducir el amor en su cruda realidad; nadie quiere compartir el erómenon. Del elogio del amor se pasa al elogio del otro, y con él, al amor, en relación de uno a otro. Ahora bien, cuando entra en juego del amor el otro, habrá dos otros; al menos tres del amor.
El discurso de Alcibíades nos saca de la vía de las identificaciones por las que el erastés, de erómenos en erómenos, se vuelve el mismo erómenos. Alcibíades no busca en Sócrates su bien, sino el objeto, que también buscará en Agatón. Es el hombre del deseo. No obstante hay un enigma, ¿ por qué Alcibíades, sabiéndose deseado por Sócrates, le reclama a este un signo de ese deseo?
Sócrates, su erastés, se lo rehusa, pues en la demanda de Alcibíades, la de intercambiar belleza física, por la de un saber, darle ese signo habría implicado aceptarse como erómenos, como poseedor de un saber que toda su posición niega. La posición de Sócrates es la de un vacío en ese lugar, el famoso ´´ sólo sé que no sé nada ´´. Pero también, que lo poco que sabe concierne al amor.
[1] El banquete de Platón,,,,,
[2] El banquete de Platón paginas 4.
[3] El banquete Platón página 9-10
[4] Aristófanes alude que el nombre del amor al deseo y prosecución del antiguo estado. El banquete Platón página 15..
[5] El banquete Platón página 23…
[6] El banquete de Platón, paginas 23-24
[7] El banquete de Platón, pagina 25
[8] El banquete de Platón. Pagina 26
[9] El banquete de Platón paginas 26-7
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amor se escribe con (a)
Araceli Teixidó
Se ama a quien ofrece las significaciones sobre el propio ser. Una significación no es un significante, es un objeto. Aunque se busque un significante, se ama a quien tiene el objeto que colma la falta de significante. Se ama a quien da sentido a la propia vida al ofrecer un lugar en la ajena.
No se trata de identificaciones o insignias, se trata de algo insignificante, no del orden del ideal y a veces muy cerca de lo insoportable para el sujeto.
La transferencia desde esta perspectiva se entiende como el circuito pulsional que, detenido sobre alguien, el analista en el caso del psicoanálisis, produce un brillo que vela el desconocimiento de la falta en el Otro. El analista opera con cuidado para no desvelar la falta y sin embargo, sostenerla.
No la puede desvelar porque revelaría la faz mortífera que supone para el sujeto, y mismo tiempo la sostiene para que el sujeto la pueda envolver con palabras hasta vaciarla y ser capaz de soportarla él mismo.
Es así que el analizante podrá ir deduciendo qué objeto fue el mismo en el deseo de los padres, qué se juega en el amor con sus parejas. Es así que podrá reconocer ese objeto que elude el encuentro con la falta de significante.
Es necesario para ello, el camino que media desde el Amor que obtura cualquier falla en el Otro pretendiendo dominar la significación sobre el propio ser – y ocultando la abyección en la que cae el cuerpo que así se degrada – , hasta el amor que se deja significar – y alcanza sin haberlo previsto otra significación para su cuerpo -.
En el amor, como en el arte, sólo las propuestas que conciernen a lo real intolerable, alcanzan estatuto de verdaderas.
Premià de Dalt, 1 de noviembre de 2012
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