En esta entrevista a tres voces con Gilles Chatenay, Éric
Laurent y Jacques-Alain Miller, Yann Moulier-Boutang y Olivier Surel emprenden
una discusión sobre la informatización de los datos personales de los
ciudadanos y de su interconexión. Debido a esta oleada tecnológica y al
discurso estatal que la sostiene en términos de protección y de gestión máxima
del riesgo, los interlocutores identifican en este proceso a largo plazo un
resurgimiento utilitarista y, en su esencia digital misma, un gran peligro para
la vida privada de los individuos. Frente a esta voluntad de totalización
razonada de las identidades y de lo humano, llaman a una observación ciudadana
constante y a un debate público sostenido sobre la cuestión.
Laurent y Jacques-Alain Miller, Yann Moulier-Boutang y Olivier Surel emprenden
una discusión sobre la informatización de los datos personales de los
ciudadanos y de su interconexión. Debido a esta oleada tecnológica y al
discurso estatal que la sostiene en términos de protección y de gestión máxima
del riesgo, los interlocutores identifican en este proceso a largo plazo un
resurgimiento utilitarista y, en su esencia digital misma, un gran peligro para
la vida privada de los individuos. Frente a esta voluntad de totalización
razonada de las identidades y de lo humano, llaman a una observación ciudadana
constante y a un debate público sostenido sobre la cuestión.
Éric
Laurent: ¿Por qué no comenzar esta conversación con la historia clínica,
calificada desde hace tiempo como compartida? Fue presentada como un
instrumento esencial para la medicina del siglo XXI, a punto tal que se habló
de equivalente a la revolución pasteuriana: íbamos a ser capaces de constituir
grandes bases de datos sobre cada paciente, reunir el conjunto de su historial
médico, accesible en todo momento a todos los actores del sistema de salud –
médicos, hospitales, consultores puntuales y el paciente mismo. Resultado: 60
millones de pacientes integrados en Francia a estas bases de datos conectadas a
350 hospitales e instituciones médicas y a 20.000 médicos. En Alemania: 80
millones; en Reino Unido, tanto como en Francia. Frente a este entusiasmo,
fueron formuladas objeciones por parte de los organismos encargados de
supervisar los bancos de datos, en particular la CNIL. Se indicó el peligro: si
personas en teoría no autorizadas a hacerlo tuvieran acceso a estos datos, la
más profunda intimidad de cada uno se encontraría así abierta a una mirada
extranjera, por ejemplo la de poderosas instituciones como las aseguradoras o
todos los poderes del Estado. Actualmente, no pueden obtener un préstamo si
tienen una enfermedad de tipo cáncer, en el futuro les será imposible conseguir
un préstamo cualquiera sea su edad… Por lo tanto, el acceso a la propiedad,
incluso a los créditos que permiten continuar los estudios, etc., todo eso les
es quitado, aunque en teoría esas aseguradoras no tuvieran el derecho a obtener
esas informaciones. En lo que a la salud respecta, algunos médicos son
entusiastas: consultable en tiempo real, el historial permitirá evitar
despilfarros y contraindicaciones de medicamentos (el paciente mismo puede
ignorar la compatibilidad de los medicamentos que toma…). Pero, al mismo
tiempo, desde el punto de vista psiquiátrico, la menor indicación que figure
bajo la rúbrica “internación”, así como el tipo de medicamentos que toma el
sujeto, es equivalente a un diagnóstico, lo que va a estigmatizar a la gente.
Se nos asegura que fueron tomadas todas las precauciones, pero inmediatamente
se presentan dos objeciones: 1) Ya en la actualidad, quienes deberían estar
bloqueados (las aseguradoras y otros organismos bancarios) obtienen estas
informaciones de sus clientes… La penalización legal de la comunicación de
datos personales existe en teoría, pero las aseguradoras o las mutuales
intensifican fuertemente su presión en el momento en que el Estado les demanda
una cobertura cada vez más grande de los riesgos sanitarios. 2) Aunque se nos
asegure que todas las precauciones fueron tomadas, nos enteramos en una emisión
televisiva de gran audiencia sobre el pirateo del sistema informático, que
normalmente tendría que ser lo más protegido en Francia, CHEOPS [Circulación
Jerarquizada de Registros Operacionales Policiales Protegidos, NDR]: este
fichero fue consultado por el suministro de datos personales a solicitud de
individuos (encuestas privadas), pero sobre todo de instituciones como las
aseguradoras. Lo único que podría proteger, sería una supervisión constante y
un debate público sostenido; pero en Francia se tiene la sensación de que eso
no interesa. A través del mundo, especialmente en Estados Unidos, hay
inversores privados desarrollando sistemas de procesamiento de la información y
de constitución de bases de datos, para poder luego asociarlos a bases
biológicas en sentido estricto. Y es por eso que ingresamos verdaderamente en
la constitución de una biopolítica. Islandia sirve actualmente de laboratorio
para el mundo entero: este país aislado subcontrató el conjunto de los datos
sobre sus ciudadanos con una sociedad californiana, que tiene un proyecto de
integración completa de la historia clínica, archivo genético y enfermedades
actuales para el conjunto de la población, de modo de poder avanzar más rápido
en las identificaciones de perfiles genéticos. Todo esto responde a una
ideología cientificista perniciosa y a una eugenesia, presente en Europa hace
no mucho tiempo… Ya en 1936, hasta ese gran demócrata que era Roosevelt tenía
entre sus asesores en el Ministerio de Salud a gente que consideraba que, por
el bien de América, había que pensar en medios con los cuales poder esterilizar
a los enfermos mentales…
Laurent: ¿Por qué no comenzar esta conversación con la historia clínica,
calificada desde hace tiempo como compartida? Fue presentada como un
instrumento esencial para la medicina del siglo XXI, a punto tal que se habló
de equivalente a la revolución pasteuriana: íbamos a ser capaces de constituir
grandes bases de datos sobre cada paciente, reunir el conjunto de su historial
médico, accesible en todo momento a todos los actores del sistema de salud –
médicos, hospitales, consultores puntuales y el paciente mismo. Resultado: 60
millones de pacientes integrados en Francia a estas bases de datos conectadas a
350 hospitales e instituciones médicas y a 20.000 médicos. En Alemania: 80
millones; en Reino Unido, tanto como en Francia. Frente a este entusiasmo,
fueron formuladas objeciones por parte de los organismos encargados de
supervisar los bancos de datos, en particular la CNIL. Se indicó el peligro: si
personas en teoría no autorizadas a hacerlo tuvieran acceso a estos datos, la
más profunda intimidad de cada uno se encontraría así abierta a una mirada
extranjera, por ejemplo la de poderosas instituciones como las aseguradoras o
todos los poderes del Estado. Actualmente, no pueden obtener un préstamo si
tienen una enfermedad de tipo cáncer, en el futuro les será imposible conseguir
un préstamo cualquiera sea su edad… Por lo tanto, el acceso a la propiedad,
incluso a los créditos que permiten continuar los estudios, etc., todo eso les
es quitado, aunque en teoría esas aseguradoras no tuvieran el derecho a obtener
esas informaciones. En lo que a la salud respecta, algunos médicos son
entusiastas: consultable en tiempo real, el historial permitirá evitar
despilfarros y contraindicaciones de medicamentos (el paciente mismo puede
ignorar la compatibilidad de los medicamentos que toma…). Pero, al mismo
tiempo, desde el punto de vista psiquiátrico, la menor indicación que figure
bajo la rúbrica “internación”, así como el tipo de medicamentos que toma el
sujeto, es equivalente a un diagnóstico, lo que va a estigmatizar a la gente.
Se nos asegura que fueron tomadas todas las precauciones, pero inmediatamente
se presentan dos objeciones: 1) Ya en la actualidad, quienes deberían estar
bloqueados (las aseguradoras y otros organismos bancarios) obtienen estas
informaciones de sus clientes… La penalización legal de la comunicación de
datos personales existe en teoría, pero las aseguradoras o las mutuales
intensifican fuertemente su presión en el momento en que el Estado les demanda
una cobertura cada vez más grande de los riesgos sanitarios. 2) Aunque se nos
asegure que todas las precauciones fueron tomadas, nos enteramos en una emisión
televisiva de gran audiencia sobre el pirateo del sistema informático, que
normalmente tendría que ser lo más protegido en Francia, CHEOPS [Circulación
Jerarquizada de Registros Operacionales Policiales Protegidos, NDR]: este
fichero fue consultado por el suministro de datos personales a solicitud de
individuos (encuestas privadas), pero sobre todo de instituciones como las
aseguradoras. Lo único que podría proteger, sería una supervisión constante y
un debate público sostenido; pero en Francia se tiene la sensación de que eso
no interesa. A través del mundo, especialmente en Estados Unidos, hay
inversores privados desarrollando sistemas de procesamiento de la información y
de constitución de bases de datos, para poder luego asociarlos a bases
biológicas en sentido estricto. Y es por eso que ingresamos verdaderamente en
la constitución de una biopolítica. Islandia sirve actualmente de laboratorio
para el mundo entero: este país aislado subcontrató el conjunto de los datos
sobre sus ciudadanos con una sociedad californiana, que tiene un proyecto de
integración completa de la historia clínica, archivo genético y enfermedades
actuales para el conjunto de la población, de modo de poder avanzar más rápido
en las identificaciones de perfiles genéticos. Todo esto responde a una
ideología cientificista perniciosa y a una eugenesia, presente en Europa hace
no mucho tiempo… Ya en 1936, hasta ese gran demócrata que era Roosevelt tenía
entre sus asesores en el Ministerio de Salud a gente que consideraba que, por
el bien de América, había que pensar en medios con los cuales poder esterilizar
a los enfermos mentales…
Traducción: Lorena Buchner.
Descargar entrevista completa: AQUÍ
From: Psicoanálisis inédito: http://www.psicoanalisisinedito.com/2016/08/jacques-alain-miller-eric-laurent.html?ct=t(2016_08_20_calculo_de_lo_mejor8_20_2016)&mc_cid=c5f94aebb7&mc_eid=94b11a26fc