LOS NEUROCIENTÍFICOS PROPONEN “EL CEREBRO INCONSCIENTE”
Juan Pundik
Ante los descubrimientos, propuestas e invenciones de Freud los psiquiatras dividieron la psiquiatría en dos corrientes diferenciadas. La de los que lo atacaron y denunciaron por charlatán y perverso y anatematizaron su obra y la de los que intentaron apropiársela, distorsionándola hasta proponerla como una parte de la propia psiquiatría.
El DSM-I fue resultado de un acuerdo negociado y transigido entre los psiquiatras clásicos, los psiquiatras psicoanalíticos y los psicoanalistas de la I.P.A. Para la época de las reformas que condujeron a la elaboración del DSM-III los psiquiatras psicoanalíticos y los psicoanalistas habían perdido todo peso en la Comisión redactora y editora del DSM , que fue quedando en manos de los neurocientíficos en auge, para transformarlo en correa de transmisión de las terapias cognitivo conductuales y de la industria farmaceutica. Las pretensiones legisladoras, en los países de la Unión Europea, con el propósito de conceder el monopolio del ejercicio de las psicoterapias, entre las cuales pretenden incluir al psicoanálisis, a los médicos, constituye un paso más en toda esa estrategia histórica.
Aparentemente, no suficientemente satisfechos con los resultados de su labor, ahora pretenden también apropiarse del otrora denostado inconsciente. Así nos lo deja entrever el periodista científico del New York Times, Dennis Overbye, que en un artículo, reproducido en castellano por El País 07.02.07, comienza citando al encumbrado filósofo americano William James cuando, en 1890, pontificaba que « toda la salsa y la emoción de la vida provienen de nuestra idea de que en ella las cosas realmente se deciden de un momento a otro, y no del monótono repiqueteo de una cadena que se forjó hace innumerables siglos ». Dennis Overbye descalifica estas ideas espetando un : »Ya basta, doctor James. Una serie de experimentos realizados durante los últimos años indica que la mente consciente es como un mono cabalgando un tigre de decisiones y acciones subconscientes en progreso, que inventa frenéticamente cuentos de que tiene el control ».
El periodista cita a diversos autores. Por ejemplo a Mark Hallet, neurólogo investigador que afirma que: »El libre albedrío no existe, es una percepción y no un poder..La gente tiene la sensación de ser libre pero no lo es. » Michael Silberstein, filósofo de la ciencia del Elizabethtown College de Pensylvania se pregunta si entonces las acciones humanas pudieran ser la consecuencia de « una especie de extraño poder mágico ». Su demanda es que « sea lo que sea ese poder, alma o espíritu, esa gente tiene que explicar como pudo independizarse del universo físico y aún así extender el brazo desde el mundo inmaterial e inmiscuirse en nuestras agitadas neuronas ».El fisiólogo Benjamín Libet intenta explicar estos fenómenos estableciendo la existencia de un « cerebro consciente » y otro « cerebro inconsciente », que conducen a que « la decisión de actuar sea una ilusión » y agrega que « el cerebro inconsciente propone y la mente dispone ». Con el término mente parece referirse al “cerebro consciente”
El artículo de Dennis Overbye y las citas transcriptas me hacen pensar que los neurocientíficos y algunos de los discípulos de William James,desorientados, al no poder seguir basando las decisiones, los actos, las elecciones, los discursos del sujeto en la consciencia, han decidido establecer la existencia de un “cerebro inconsciente”. Para poder monopolizar la « patente » de su invento tienen obviamente que negar la validez e incluso la existencia del psicoanálisis y del mismo Sigmund Freud, de su obra y de la de sus continuadores.
Sería interesante saber la opinión que suscitan estas propuestas en otros discípulos de William James con John R. Searle a la cabeza. Este eminente Profesor de Mente y Lenguaje en la renombrada Universidad de Berkeley en California pasa de su proposición de que « la mente es sólo una propiedad del cerebro , al igual que la liquidez no es más que una propiedad del agua » a enunciar que « el funcionamiento de del cerebro y el misterio de la consciencia humana son dos de los asuntos más importantes con los que deben enfrentarse la filosofía y la ciencia de nuestros días » para terminar confesando que « no tenemos una teoría sobre como funciona el cerebro ».
El filósofo español Eugenio Trías advierte que « El peligro de todo saber será deshumanizar al hombre, convertirlo en un mero objeto, en una cosa ». Jorge Alemán y Sergio Larriera escriben que « el hecho de que la civilización esté supeditada a la ciencia y a la técnica implica una distorsión radical: la ignorancia del inconsciente y sus consecuencias, el deseo y el sujeto ». Confirmamos que tal como lo afirma Jacques-Alain Miller » el psicoanálisis no puede encontrar ningún apoyo en la biología ».
Madrid, 10 de febrero de 2007