“Este encuentro prepara el futuro del psicoanálisis y asegura su lugar en una ciudad que es planetaria”. Con estas palabras Judith Miller, Presidente de la Fundación del Campo freudiano, daba la bienvenida a los 1100 participantes que se reunieron en Barcelona los días 11 y 12 de julio con motivo del 4 Encuentro Europeo del Campo Freudiano. En la Apertura, el Director del Encuentro, Vicente Palomera, destacó que la clínica psicoanalítica permite calibrar “los logros y fracasos de la inserción del sujeto”. Por su parte, los representantes del gobierno de la ciudad, de la Diputación y del Ayuntamiento de Barcelona, compartieron la importancia de tener en cuenta la posición subjetiva en las realidades de exclusión y agradecieron al Campo Freudiano la voluntad de estar presente en la ciudad. El Encuentro Pipol 4, trató los fundamentos psicoanalíticos de la desinserción, mostrando que el síntoma revela ser la huella escrita de nuestra soledad y que, a diferencia del asislamiento, la soledad no es exclusión del Otro, sino separación del Otro. Se trató, también, de la variedad clínica de la desinserción, de la función de lazo social del delirio y sus modalidades de funcionamiento. En su alocución sobre La salvación por los desechos, Jacques-Alain Miller distinguió la salvación por los desechos de la salvación por los ideales. Rescatando el valor del desecho sin forma, que cae, que se evacua. Desechos que Freud reconoció como formaciones del inconsciente. Jacques-Alain Miller destacó la sublimación como socialización del goce, haciendo resaltar la funcionalidad del goce como lazo social. Pero fue aún más lejos al aunar paranoia y lazo social: “es imposible ser alguien sin el apoyo de una paranoia” y avanzó estirando varias puntas de este entramado para desvelar que también es el Otro social quien desmiente permanentemente esta paranoia. Un Otro social que persigue nuestro bien. Entonces, hay que estar advertidos del “riesgo para el psicoanálisis de la inserción social de los analistas”. Siguiendo este juicio se puede desvelar por qué la pragmática de la desinserción consiste en la paranoicización del sujeto. Durante las dos jornadas, las salas de trabajo simultáneas estuvieron pobladas de participantes que se reunieron en torno a temas tan variados como las psicosis, las toxicomanías, el duelo, el lenguaje, los síntomas escolares, la psicosis infantil o los tratamientos de la desinserción. Como novedad este encuentro incorporó una oferta bajo la modalidad de Taller–conversación. Dos espacios de trabajo cuyos títulos fueron “La realidad psíquica es la realidad social” y “¿Qué quiere decir hablar la lengua del Otro?” El cierre del encuentro comenzó con agudas elaboraciones sobre el virtuosismo de Glenn Gould, Aharon Appelfeld, Samuel Beckett y James Joyce, “maestros de la desinserción”. Eric Laurent, exhortó al auditorio apuntando: “o hablamos del síntoma o hablamos de los ideales” marcando así una delimitación territorial donde el psicoanálisis concibe al síntoma como un modo de lazo social. Esto dio paso a la última plenaria en la que analistas de gran recorrido institucional presentaron y comentaron trabajos bajo el título “La práctica de las reuniones clínicas y la cartografía de lo real”. En esta mesa se pusieron al debate cuestiones como la dificultad en las instituciones para dejarse hablar por el síntoma de la manera menos tóxica. La supervisión como un espacio en el que ver de lado al síntoma y hablarle. La prudencia en relación al goce y el aviso de no pretender borrar el discurso del amo sino hacerlo mediar entre el sujeto y su síntoma. También emergieron cuestiones sobre la importancia, en la transmisión de un caso, de dar cuenta no sólo de la elucidación de la práctica sino de la experiencia del practicante. La estructura definida en términos de condiciones de posibilidad junto a la idea de que en las reuniones clínicas lo que se puede transmitir no es una técnica sino un saber hacer por medio del análisis, dieron paso al cierre. Finalmente, Judith Miller y Vicente Palomera invitaron a J.A.Miller a subir a la tribuna para presentar el título del próximo encuentro europeo de PIPOL V: “Ser nombrado”, señalando lo siguiente: “Ser nombrado da a la desinserción su contrapunto”. “Ser nombrado…. Consecuencias psicoanalíticas de la nominación” se abre como nuevo título que incita a poner en marcha a la comunidad analítica hacia Bruselas 2011. Matías Meichtri
“Este encuentro prepara el futuro del psicoanálisis y asegura su lugar en una ciudad que es planetaria”. Con estas palabras Judith Miller, Presidente de la Fundación del Campo freudiano, daba la bienvenida a los 1100 participantes que se reunieron en Barcelona los días 11 y 12 de julio con motivo del 4 Encuentro Europeo del Campo Freudiano. En la Apertura, el Director del Encuentro, Vicente Palomera, destacó que la clínica psicoanalítica permite calibrar “los logros y fracasos de la inserción del sujeto”. Por su parte, los representantes del gobierno de la ciudad, de la Diputación y del Ayuntamiento de Barcelona, compartieron la importancia de tener en cuenta la posición subjetiva en las realidades de exclusión y agradecieron al Campo Freudiano la voluntad de estar presente en la ciudad. El Encuentro Pipol 4, trató los fundamentos psicoanalíticos de la desinserción, mostrando que el síntoma revela ser la huella escrita de nuestra soledad y que, a diferencia del asislamiento, la soledad no es exclusión del Otro, sino separación del Otro. Se trató, también, de la variedad clínica de la desinserción, de la función de lazo social del delirio y sus modalidades de funcionamiento. En su alocución sobre La salvación por los desechos, Jacques-Alain Miller distinguió la salvación por los desechos de la salvación por los ideales. Rescatando el valor del desecho sin forma, que cae, que se evacua. Desechos que Freud reconoció como formaciones del inconsciente. Jacques-Alain Miller destacó la sublimación como socialización del goce, haciendo resaltar la funcionalidad del goce como lazo social. Pero fue aún más lejos al aunar paranoia y lazo social: “es imposible ser alguien sin el apoyo de una paranoia” y avanzó estirando varias puntas de este entramado para desvelar que también es el Otro social quien desmiente permanentemente esta paranoia. Un Otro social que persigue nuestro bien. Entonces, hay que estar advertidos del “riesgo para el psicoanálisis de la inserción social de los analistas”. Siguiendo este juicio se puede desvelar por qué la pragmática de la desinserción consiste en la paranoicización del sujeto. Durante las dos jornadas, las salas de trabajo simultáneas estuvieron pobladas de participantes que se reunieron en torno a temas tan variados como las psicosis, las toxicomanías, el duelo, el lenguaje, los síntomas escolares, la psicosis infantil o los tratamientos de la desinserción. Como novedad este encuentro incorporó una oferta bajo la modalidad de Taller–conversación. Dos espacios de trabajo cuyos títulos fueron “La realidad psíquica es la realidad social” y “¿Qué quiere decir hablar la lengua del Otro?” El cierre del encuentro comenzó con agudas elaboraciones sobre el virtuosismo de Glenn Gould, Aharon Appelfeld, Samuel Beckett y James Joyce, “maestros de la desinserción”. Eric Laurent, exhortó al auditorio apuntando: “o hablamos del síntoma o hablamos de los ideales” marcando así una delimitación territorial donde el psicoanálisis concibe al síntoma como un modo de lazo social. Esto dio paso a la última plenaria en la que analistas de gran recorrido institucional presentaron y comentaron trabajos bajo el título “La práctica de las reuniones clínicas y la cartografía de lo real”. En esta mesa se pusieron al debate cuestiones como la dificultad en las instituciones para dejarse hablar por el síntoma de la manera menos tóxica. La supervisión como un espacio en el que ver de lado al síntoma y hablarle. La prudencia en relación al goce y el aviso de no pretender borrar el discurso del amo sino hacerlo mediar entre el sujeto y su síntoma. También emergieron cuestiones sobre la importancia, en la transmisión de un caso, de dar cuenta no sólo de la elucidación de la práctica sino de la experiencia del practicante. La estructura definida en términos de condiciones de posibilidad junto a la idea de que en las reuniones clínicas lo que se puede transmitir no es una técnica sino un saber hacer por medio del análisis, dieron paso al cierre. Finalmente, Judith Miller y Vicente Palomera invitaron a J.A.Miller a subir a la tribuna para presentar el título del próximo encuentro europeo de PIPOL V: “Ser nombrado”, señalando lo siguiente: “Ser nombrado da a la desinserción su contrapunto”. “Ser nombrado…. Consecuencias psicoanalíticas de la nominación” se abre como nuevo título que incita a poner en marcha a la comunidad analítica hacia Bruselas 2011. Matías Meichtri