Editorial Finalmente, en el movimiento de prisa del final, la Escuela se mueve. Comenzamos a tener ganas de reunirnos en Valencia. Las inscripciones aumentan y corre el rumor que muchos se inscribirán in situ.
Lo que está en juego no es una cifra de participación sino la manifestación de un deseo. El tema de las Jornadas comienza a animarse tanto entre los miembros de la Escuela como entre los participantes de los carteles o del Instituo del Campo Freudiano. La declinación de las figuras de la soledad ha aclarado el tema, opaco al principio, tal como dice Ricardo Rubio. Las jornadas consistirán en un desciframiento en común de esta producción singular del discurso analítico. En el conjunto que formamos, las jornadas vienen a puntuar el esfuerzo de formación y de transmisión que nos anima. Está la Escuela y sus bisagras. Bisagras son tambíen el ICF y los carteles.
Los trabajos de la Escuela interesan a los participantes del Instituto pues la formación de cada uno depende del esfuerzo común. Como lo dice muy bien Carmen Carceller en su carta a los más-uno de los carteles ”el cartel es lo que hace de bisagra entre la Escuela y la formación de los analistas.[…] El recorrido de cada uno en el cartel es la subjetivación del concepto de Escuela.” Esto vale también, aunque de una manera diferente, para el saber explícito transmitido en el ICF. Implica también una subjetivación.
En cuanto a los miembros, Ricardo Rubio hace una llamada expresando el deseo de que la asamblea sea verdaderamente una, es decir, que sea un debate animado entre los miembros. Entre todos debemos hacer lo posible para que eso ocurra. Hay que conseguir liberarse del armazón institucional formal para poder llegar a hablarse verdaderamente. Montserrat Puig, que no podrá asistir a las jornadas por buenas razones, me ha enviado un e-mail en ese sentido.
La soledad del acto analítico se plantea en un contexto donde se la quiere reducir de la mala manera. La evaluación de las psicoterapias es un buen ejemplo. Se intenta por todos los medios poner a distancia la angustia del acto con protocolos u otras supuestas medidas.¡Nada de soledad!, ¡demos lugar a lo que está comnorme! Jaime Claro se hace eco de lo que apuntó Marta Davidovich en el Viernes de la Vanguardia de Valencia nº 7, el del viernes pasado. Ella ya no tenía miedo. A él, Jaime, la evaluación le espanta. El cálculo de la cifra produce un Golem desanimado. Le opone poeticamente el cálculo psicoanalítico que « permite un brillo que canta, en la noche del día del padre, lo que escapa, necesariamente, a la ley ». Es exactamente de ese tipo de cálculo imposible del que habla Oscar Waisman en las consecuencias imprevisibles de su carta a la VV publicada en el nº6: « una novedad sucedida a la sesión siguiente a haber enviado el comentario a la VV Nº 6.: « en fin… cosas que no había dicho nunca en sus sesiones ». En efecto, el espacio inconsciente es un espacio que nos desarma, donde causas, efectos y consecuencias se anudan de manera no lineal. Leeremos también la propuesta de intervención de Oscar Waisman que testimonia de ello. Con ella llegaremos a cincuenta en total.
Por razones que no entiendo, Mónica Unterberger nos envia un texto que para ella no es una demanda de intervención aunque merezca serlo. Respeto su voluntad, aunque desarrolla muy bien en qué la soledad del psicoanalista no es ni natural ni está desde el inicio. Se trata de una soledad « advertida », resultado de la confrontación con el « horizonte dehabitado del ser » como dice Lacan. Al principio, el sujeto está acompañado. « Hace falta el encuentro con un psicoanalista para poder hacer comparecer esta compañía que acompaña al sujeto sin que él lo sepa » ¡Está bien dicho!
La VV se pone ahora en huelga hasta el 3 de noviembre. Entre tanto, habremos recibido los textos anunciados. Podremos empezar a clasificarlos y a avanzar sobre el programa. Ya he recibido algunos en su forma definitiva pero como me lo ha recordado una espiritual corresponsal, Anna Aromí, sobre todo no hay que publicarlos. Eso haría desaparecer el misterio. ¡Cuidemos los misterios!. A principios de noviembre, continuará… Eric Laurent 22 octubre 18 horas. traducción: Carmen Cuñat La escuela en movimiento
Una carta a los carteles Estimados colegas: El cartel es un invento lacaniano que va de lo particular a lo colectivo. Se trata de una elaboración de saber provocada, producto propio de cada cartelizante. Esta elaboración singular se extrae a partir de la propia posición subjetiva de cada uno frente a la hiancia de saber. Podemos decir que la experiencia del cartel supone el hacerse cargo de que se está solo, en relación con la causa analítica. Como sabemos las jornadas de la ELP que se realizaran en Valencia los días 14 y 15 de noviembre tratan justamente de “La soledad del psicoanalista. La práctica analítica” La formación del analista es lo que esta en juego en la actualidad de nuestra Escuela, se trata de dilucidar los cauces, las vías para que se sigan produciendo psicoanalistas en un futuro. La función del más-Uno es convocar. Ahora es el momento de transmitir a los cartelizantes que la lógica del cartel y la lógica de la Escuela están anudadas y las jornadas van a tratar dicha lógica. Es el momento de invitar a aquellos que han apostado por la experiencia del cartel para que se inscriban en el trabajo de las jornadas. El recorrido de cada uno en el cartel es la subjetivación del concepto de Escuela. Por tanto esperamos con-partir con todos los cartelizantes y más-Uno(s) unas jornadas que apuntan al núcleo de la practica clínica y que apuestan por mantener vivo el deseo nuevo e inédito que es el deseo del analista, que necesita de la Escuela como condición para que pueda surgir y asegurar nuevas generaciones de psicoanalistas. Es de esperar el mayor numero de participantes para debatir un dispositivo que puede convertirse en una salida frente al malestar al producir una cesión de goce por la estructura que le es propia de descompletamiento. Finalmente el cartel es lo que hace de bisagra entre la Escuela y la formación de los analistas. El cartel saca al sujeto de su soledad para sostener ese vacío frente a otros colegas, una soledad que no significa quedarse fuera del lazo social. Valencia espera con los brazos abiertos a sus guerreros aplicados. Hasta pronto y mis saludos más cordiales Carmen Carceller Responsable de Carteles de la ELP
En Valencia, también habrá una Asamblea En Valencia habrá del 14 al 15 de noviembre unas Jornadas nacionales, suele pasar cada bastantes años, mientras tanto, Valencia suele ser viajera, va y viene de Madrid a Barcelona y viceversa, a encontrarse con los colegas de otras ciudades, sabemos que la presencia, en nuestro trabajo es importante, hay que poner el cuerpo, lo sabemos. El tema de estas jornadas, que parecía opaco al principio, parece que se ha esclarecido en poco tiempo, de hecho, después de unas pocas “Vanguardias Valencianas”, hay una suficiencia importante en cuanto a ponencias, los colegas han reaccionado, han escarbado en todo tipo de soledades y van a dar cuenta de ello en las Jornadas, gracias a todos. Valencia la viajera, se siente un poco sola, el entusiasmo con el que se emprendió la organización de las jornadas, recibe poco a poco pequeños golpes, recortes, decepciones. De verdad seremos tan pocos en estas jornadas?. Éramos conscientes que el momento de la Escuela tenía el matiz del duelo, duelo por la pérdida de un cierto objeto que se reveló con cierta disfuncionalidad y en el que habíamos puesto mucho entusiasmo. Nos pusimos “a la faena”, faenar es molt d´aquí. Pensamos en una organización que permitiera una fácil circulación de los colegas, que se sintieran acogidos y que se pusieran palabras al malestar de la perdida, una especie de funeral y entierro del significante que pudiera estar funcionando como catalizador de goce, vamos, aligerar el cuerpo. La soledad no tiene porqué implicar el silencio, el silencio es más bien del goce. Me pregunto en que tipo de semblante convertiremos nuestra asamblea anual, porque nos hemos dado una asamblea, o no, un lugar para hacerse escuchar, donde hacer coherente el concepto de Escuela, esa Escuela sujeto que puede ser interpretable por el uno por uno de los que formamos parte de ella. Si ha habido un esfuerzo en el intento de decir algo sobre la soledad, si nos hemos movido en la vertiente epistémica, queridos colegas, os pediría un esfuerzo también en la política, el momento lo es. Os pido vuestra presencia en la asamblea de la Escuela, para que no sea un semblante de trámite. Así podremos contratar una orquesta para que nos amenice. Vuestro amigo que os quiere. Ricardo Rubio
Reseña de la Reunión Institucional de octubre de 2009 de la Sede de Bilbao de la ELP La Reunión Institucional de la Sede de Bilbao de la ELP se celebró el 15 de octubre pasado. En ella se aprobaron los informes sobre las actividades realizadas en el curso y de tesorería presentados por el Secretario. El tercer punto de la reunión tuvo como objeto conversar sobre la vida institucional, situación y perspectivas del psicoanálisis, centrándose la conversación alrededor de los textos de Jacques-Alain Miller sobre ¿Qué política lacaniana para 2009?, su reflejo en el Informe del Consejo AMP de enero 2009 y en el Rapport moral presentado a la Asamblea General de la AMP el 24 enero 2009 y en el Comunicado del Consejo de la ELP del 22 de septiembre. En este sentido, nuestra conversación estaba precedida por algunas actividades de la Sede —sobre la formación, sobre el curso de J.-A. Miller Cosas de Finura, el espacio clínico centrado en los Principios rectores del acto analítico—; así como algunas actividades de la Comunidad en las que se trabajaron los mencionados textos de J.-A. Miller y de la AMP. Se destacó que resulta central poner de relieve, progresar, en la singularidad de la enunciación de cada uno en su relación a la Escuela. Y cómo la inflexión producida en dichos textos nos pone de nuevo frente a su tarea: mantener abierta la interrogación sobre qué es un analista y su formación. En esta vía, se subrayó el hecho de que la formación no se da sin la presencia efectiva, sin “poner el cuerpo”, de los colegas en la Sede. La responsabilidad de cada uno para con su formación conlleva también causar a los otros en su relación a ella. Aquí hubo un interés concreto en recuperar la disciplina del cartel, puesto que esta conjuga la elaboración subjetiva con la presencia anudada de los otros. La Comisión de carteles recordó una primera actividad en este sentido, conectada con el tema de las VIII Jornadas. Finalmente sostenemos el trabajo de hacer presente, en las reuniones clínicas, en los casos, las manifestaciones de la posición del analista, del acto, articuladas a lo específico de cada caso. Luis Alba Rodríguez Secretario de la Sede de Bilbao de la ELP
El sábado 17 de Octubre se celebró la Reunión Institucional anual de la Comunidad del País Vasco de la ELP. Se aprobaron por unanimidad los informes sobre las actividades realizadas en el año y el informe de tesorería, ambos de la Comunidad. Seguidamente se procedió a dar paso a la conversación sobre la vida institucional, situación y perspectivas del psicoanálisis. Esta cuestión fue abordada esta vez con especial interés en relación a las orientaciones actuales en torno a la política lacaniana, formación del analista y psicoanálisis puro en la ELP y la AMP. Los allí presentes, miembros y socios, uno por uno alzaban su mano insistentemente para tomar la palabra. Podemos decir que los temas candentes que están en la actualidad de nuestra Escuela, suscitaron y despertaron gran interés entre los participantes. Conversamos sobre la necesidad de la puesta a punto de la transferencia en nuestra Comunidad de trabajo, de la importancia de la presencia tanto a nivel de los espacios de las Sedes como de la Escuela y de la participación en sus eventos. Se disertó sobre el psicoanálisis aplicado sin olvidar en el horizonte el psicoanálisis puro. Para ello, se analizó el modo de aunar la extensión-intensión en el campo psicoanalítico, como dos modos que no se contraponen uno al otro sino que van a la par y que pasan por un camino único que es el deseo del analista. Otro tema efervescente en el debate de nuestra Comunidad fue la importancia que rige la soledad del analista y el modo de trabajo cartelizante, de su lógica, que va de lo particular a lo colectivo. La pregunta que surgió es si el cartel, su modalidad de trabajo puede servir a ser un aparato de contra–soledad mas alla de la pertenencia a un grupo. En todo caso, también se señaló en el debate si la poca fluidez que se da en este momento, para hacer existir los carteles, hace síntoma en nuestra comunidad de trabajo. Finalmente, se valoraron como muy positivas las actividades que se han efectuado a nivel de la Comunidad y que han sido impulsadas bajo la modalidad del cartel. Esta lógica que se desarrolló en dos ocasiones y que fue realizada en cada ciudad, ha permitido continuar profundizando el lazo libidinal transferencial entre ambas sedes, propiciando la conversación tanto entre los participantes como entre el público, contando con la exposición de un saber expuesto, producido por cada uno “a cielo abierto” en la comunidad. Dado el interés despertado por esta forma de trabajo que fue productiva, viva y que podemos denominar como: “carteles fulgurantes”, nos proponemos continuar en esta línea para el curso próximo. Ello a partir de textos y temas que estén en el debate o núcleo de nuestra Escuela, de su política y de la problemática que atañe a la formación del analista. La conversación continúa abierta. Rosa Ruiz Directora de la Comunidad del País Vasco de la ELP
Reseña de la Reunión institucional de la Sede de Sevilla En la Sede de Sevilla se han realizado dos reuniones institucionales previas a la de la Comunidad Andaluza, la primera el 23 de Septiembre, en la que los miembros de la ELP, nos encontramos para discutir acerca de la política a seguir dentro de nuestra Sede, comentar los debates actuales en la Escuela y aprobar el informe. De los cuatro miembros, uno no pudo asistir por problemas de salud con un familiar. Coincidimos en que la política de extensión es prioritaria en estos momentos en la sede tanto en Sevilla como hacia la provincia de Cádiz, donde asistimos a un despegue del interés por el psicoanálisis. También hablamos de la dificultad de sostener los espacios propios de intensión como el Espacio Central, que este año se va a aunar en toda la Comunidad Andaluza. La segunda tuvo lugar el día14 de Octubre con miembros y socios, en primer lugar para dar la bienvenida al nuevo miembro de la Sede, inaugurar el nuevo local, informar de lo acontecido desde la permuta de la secretaría y para programar las actividades del curso que se inicia. Además se discutió de la evolución de algunas actividades, de las dificultades con las de intensión y de la importancia de las de extensión. Se seguirá con las actividades de Sede, la Biblioteca de Orientación Lacaniana y el Grupo Cereda. Estanislao Mena Secretario de Sede de Sevilla El Instituto en movimiento
“La soledad del psicoanalista. La práctica analítica” Se acerca la fecha de las Jornadas de la ELP y van aumentando las propuestas de intervención así como las inscripciones. Pero todavía deben aumentar más con la presencia también de los participantes que siguen las actividades del ICF en las diversas ciudades de España. Es muy importante para ellos saber qué es lo que se va a tratar en estas Jornadas de la ELP porque se sitúan en un momento coyuntural decisivo para esta Escuela. La presencia y participación del presidente de la AMP, Éric Laurent, y de su vicepresidente Leonardo Gorostiza, dan un relieve especial a estas Octavas Jornadas que se desarrollarán en la ciudad de Valencia. En efecto, los días 14 y 15 de Noviembre, todos aquellos que seguimos la experiencia de formación analítica en la orientación lacaniana tenemos un cita crucial con las condiciones y los efectos de esta formación que ya lleva unas cuantas generaciones en nuestro país. Es la cita con “la soledad del psicoanalista”. Es una soledad enigmática para unos, apreciada por otros, adorada incluso como su bien más preciado: “único amo en mi barco después de Dios…” (Escritos, p. 568). De hecho fue el propio Freud quien dijo encontrarse en una “splendid isolation” en los orígenes del psicoanálisis, como si esa soledad fuera un rasgo de nacimiento del psicoanalista. Pero es, a la vez, una soledad siempre puesta en cuestión cada vez que hay que dar cuenta de ella frente a otros. Es también por esto que Lacan sostenía que fue a la soledad a lo que renunció al fundar su Escuela en 1964. Y es que, tal como se indica en uno de los ejes de presentación del tema redactados por la organización de las Jornadas, “el” psicoanalista como un universal definido por un conjunto de características en intensión tiene una existencia cuanto menos dudosa. Poco podría hablarnos pues, él, “el psicoanalista único”, de su supuesta soledad. Se tratará entonces de escuchar más bien lo que “un” psicoanalista, y “otro” psicoanalista, y “otro” psicoanalista más, puedan decirnos de la experiencia de soledad del sujeto en el análisis en la medida que lo conduce a la posición singular de llegar a ser un analista, uno por uno. Sin duda, la experiencia del pase, también a la espera en nuestra Escuela, está implicada de manera decisiva en este pasaje del que el analista debe saber testimoniar como un analizante experimentado. No está de más señalar aquí el importante momento coyuntural que atraviesa nuestra Escuela, en un debate que se ha iniciado, después de lo que muchos han entendido como un pesado silencio, sobre el estatuto de la experiencia analítica en lo público y lo privado, en lo puro y lo aplicado, en la Escuela como sujeto y fuera de ella con el Otro que le hace presente una demanda siempre difícil de tratar sin deslizarse por la pendiente del discurso del Amo. A estos puntos cruciales de debate nos convocan estas Jornadas sobre “La soledad del psicoanalista” a las que invitamos a asistir. Les recordamos que el ICF en España ofrece a los inscritos a sus actividades (Nucep, Sección Clínica de Barcelona, Seminarios del Campo Freudiano) una inscripción especial de 80 euros. Les pedimos que hagan efectiva su inscripción cuanto antes para facilitar las tareas de organización en: http://www.elp-debates.com/jornadas.html#prox Por otra parte, varios colegas de la ciudad de Valencia ofrecen sus casas para alojar a los participantes que viajen. Si desea esta forma de alojamiento, puede dirigirse a Gabriela Alfonso: [email protected] Miquel Bassols y Mónica Marín (Coordinación del ICF en España)
Estimados participantes del NUCEP: Como ya les hemos informado en los días 14 y 15 de noviembre, se realizarán las VIII Jornadas de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis en el Palau de la Música i Congressos de Valencia. El tema de las Jornadas: La soledad del psicoanalista. La práctica analítica, son temas que interesan a la formación de los analistas, intimamente ligados a su práctica. Los organizadores de las Jornadas desean especialmente invitarte a participar de este acontecimiento y contar con tu presencia, apostamos así por el porvenir del psicoanálisis. Múltiples ponencias, las exposiciones de los AE, la participación del presidente de la AMP, Éric Laurent, y de su vicepresidente Leonardo Gorostiza, que dará una conferencia el viernes 13 a las 20,30 horas, antes de la recepción que tendrá lugar a continuación para todos los inscriptos, hacen de estas Jornadas un evento importante. La Comunidad de Valencia está preparada para acoger a los participantes con toda la hospitalidad de la que es capaz. La inscripción para los participantes del Nucep de 80 euros. Por otra parte, varios colegas de la ciudad de Valencia ofrecen sus casas para alojar a los participantes que viajen. Si deseas esta forma de alojamiento, puedes dirigirte a Gabriela Alfonso: [email protected] Si tienes alguna duda o quieres saber algo más puedes enviarme un mail ([email protected]) Te esperamos! Recibe un cordial saludo Marta Davidovich Coordinadora del NUCEP BOLETÍN DE INSCRIPCIÓN EN: http://www.elp-debates.com/jornadas.html#prox INFORMACIÓN: Sede de Valencia de la ELP: Padilla nº8, pta. 2. Valencia 46001 Correo electrónico: [email protected] Teléfono: 963 94 46 28 Web de la ELP http://www.elp-debates.com
Propuestas de Intervención
Esperando que eso hable Tres catalizadores para esta intervención en las Jornadas de la Escuela en Valencia: Primero: Hace unas semanas, un colega me preguntaba por mail cómo veía “el estado moral de la Escuela en estos momentos” Pregunta sorprendente para mí, ya que por un lado en los últimos quince años no ha sido mi característica participar muy frecuentemente de las actividades de la Escuela. Y por otro lado, el término utilizado “el estado moral”, me pareció de entrada completamente inapropiado. Tardé bastante en darme cuenta de que Lacan define la depresión como una especie de la cobardía moral. Segundo: “la soledad del analista”. Cuando lo leí me pareció un título un poco pretencioso. No creo haber sentido nunca esa soledad del analista, aunque otras soledades me pudieron habitar en algunos momentos. De hecho, en general para mí se trata de un sentimiento casi perdido, que sólo puedo situar con precisión en mi infancia cuando mis padres se iban al cine. Pero se ve que lo dejé rápidamente. Aunque también es cierto que comencé mi primer análisis a los 5 años con un analista de apellido armenio y Kleiniano. Habré ido allí dos o tres años. Tengo dos recuerdos de ese análisis. Un cuadrado de arena en su despacho, muy cerca de una biblioteca enorme donde yo hacía construcciones que habían desaparecido meticulosamente a la sesión siguiente. Luego, su despedida: “me voy a los Estados Unidos” me dijo, “voy a hacer investigación en biología”. “Vos ya podés seguir solo”, me dijo también. Le pregunté por qué no hacía eso en Buenos Aires, y me contestó que en esa ciudad no tenía compañeros. Contradicción flagrante, me pareció. Yo solo y él con compañeros. “El analista está solo en su acto y se autoriza de sí mismo y… algunos otros” lo he leído siempre como una sola frase. Dejo la preposición en silencio hasta poder leer lo que se diga en las próximas jornadas de la EOL. ¿Pero quién no está solo en su acto? La diferencia, seguramente, es que el analista lo sabe en tanto analizante. Porque en el momento mismo del acto, el analista tampoco lo sabe, ni es un pensador. Creo que todos nosotros estaremos de acuerdo en que ese saber no autoriza ninguna creencia, y menos aún cualquier forma de suficiencia. Tercero: La Vanguardia de Valencia, realmente vibrante, y sólo unos pocos días después de recibir la pregunta sobre el estado moral de la Escuela. La verdad, quedé sacudido. ¿Corría riesgo la Escuela de consumirse de sí misma? Recordé de un golpe los viajes por toda España con JAM, intentando que grupos de analistas lectores de Lacan quisiéramos una Escuela. Un viaje en taxi por Madrid con Jorge Alemán, en un día en que todo parecía imposible, y que me dijo: “La dignidad intelectual de JAM lo va a conseguir”. Tuvo razón. Es en el contexto de esas noches, entre la rabia y cierta alarma, que me aparece el sueño que relaté en la VV Nº 6. Fue un despertar con angustia. La rabia tardó un rato más en disolverse. Una mujer joven de pie en un escenario. Un teatro. Los reflectores no la iluminan bien, como luz negra. Algunas leves señales en el rostro sugieren otra edad. Está rígida, no puede girar la cabeza hacia su costado. Está en silencio. Lo que me despertó fue el rasgo equívoco de la “mujer Escuela”
Voy ahora brevemente al caso incluido en la pesadilla. Una paciente que está en análisis desde hace algunos años. Llegó con una anorexia avanzada. Se trata de una joven profesional, brillante en su relación con el inconsciente, culta, de estilo refinado, cuidadosa y gentil en su trato con los otros. A su costado está su hermano varón, un par de años mayor y al que ella no puede ver. Este hermano en paralelo tiene todas las insignias y prestigios familiares. Enloquecido, ambicioso, decididamente avasallador e irresponsable. La paciente ha logrado salir del ostracismo y de la anorexia, ha retomado finalmente su profesión, se ha casado con un hombre que la quiere y que parece respetuoso y sensato. Mira hacia adelante, y va bien. Ha realizado en su análisis el trabajo de dejar atrás el valer nada que los otros miembros de su familia atribuyen a cualquier cosa que haga, incluidos la nota más brillante de su promoción universitaria y dos máster en famosas escuelas de negocios. Pero a su costado está su hermano, que sigue la estela luminosa del padre y colega de ambos, un hombre con ciertos rasgos de crueldad y desaprensión moral. El hermano de la paciente a veces tiene alguna comunicación con la Virgen María, lo que por ahora no le impide nada en su profesión, sino al contrario. El dato de los delirios de este hermano me son comunicados por otro analista que lo visitó en una primera y única entrevista hace un par de años. Mi paciente nunca había dejado que eso hablara en su análisis, su hermano era un “cerdo” pero nunca un loco. Por mi parte, siempre me había abstenido de cualquier otra cosa que no fuese un amable corte de sesión cuando finalmente pronuncia su frase: “es que no lo puedo ver”. Hasta el momento en que envío mi contribución a la VV, ella seguía mirando al frente y hablando. Al día siguiente del envío de mi texto, cuando llega la paciente, yo no estoy en completa disposición para la atención flotante, porque al hacerla pasar tengo presente lo que había escrito sobre su caso. Dice que está furiosa y cuenta lo siguiente: “Fuimos con mi esposo a la casa de mis padres. Ellos tienen una plaza de parking vacía. No terminamos de aparcar cuando llega mi hermano y nos echa a gritos de allí. Insulta a mi esposo y a mí. Pero yo estoy acostumbrada a que me lo haga a mí. Mi esposo quedó muy afectado, nunca había sucedido algo así. Le dije a mi hermano que cómo se atrevía, y gritó más y más. Está como una cabra, vive en otro mundo, está completamente loco. Tengo un hermano loco, es un horror, está loco”. Le digo: es verdad. La paciente queda un instante en silencio y continúa: he visto que mi madre tiene la misma mirada de furia loca que tiene mi hermano. Los dos tienen la misma mirada. Lo miraban así a mi marido. He visto que lo miraban así, ahora lo veo, están todos locos, he vivido toda mi vida con locos. Nos han castigado a mi esposo y a mí prohibiéndonos volver a su casa durante un mes. Y mi padre me ha dicho que no me ayudará más a pagarme el análisis. Tengo un tío que es como un cardenal de una iglesia, un hermano de mi padre, también loco. Y mi abuela materna estuvo ingresada por loca. Están todos como cabras. Bien, resulta que yo sueño y luego escribo que la paciente, durante años de análisis, no puede mirar lo que hay a su lado. Y de pronto, ella viene y dice que lo ha visto. Sin duda que la contingencia existe, y que el hecho de que el hermano – madre lo hayan hecho sobre el marido y no sólo sobre ella le ha permitido apercibirse. También está claro que el trabajo del análisis la había preparado para que un día eso fuera posible. En realidad la casualidad no tiene importancia, salvo para sugerir que algo distinto debe haber sucedido en las sesiones anteriores a mi sueño. ¿La paciente había dicho algo que yo no escuché y luego soñé? ¿Corté alguna sesión previa de una manera diferente? ¿El que la paciente estuviera a punto de ver, cosa en absoluto advertida por mí, me hizo incluirla en mi sueño en el contexto de la situación de la Escuela? La verdad, no lo sé. Al menos por ahora no lo sé. Pero el hecho de que yo pueda contarlo en las Jornadas, disuelve para mí cualquier tentación melancólica de soledad. Eso no impide, afortunadamente, que cada uno este solo también con lo que no sabe. Oscar Waisman