Traduccíon Karen Edelsztein
“Es la guerra contra el virus « . « Guerra », este fue el punto de almohadillado en el discurso pronunciado por el Presidente de la República Francesa el lunes 16 de marzo a las 8 p.m., justo antes de la decisión de confinamiento. Desde el punto de vista informado por el conocimiento científico, quedó rezagado quince días detrás de lo real, pero había que tener en cuenta la posibilidad de que los franceses subjetivaran este real. El día anterior, en mercados, calles y parques, se expusieron a una gran cantidad de contactos, como si nada hubiera cambiado. La rutina de los hábitos es fuerte y protege de las incursiones de lo real. Podemos ser heroicos sin saberlo.
Después de este punto de almohadillado, « guerra », leí nuevamente el artículo de Lacan, British Psychiatry and the War. [1] Especialmente porque la solución británica, presentada recientemente por el primer ministro británico, Alexander Boris de Pfeffel Johnson, nacido en Nueva York en 1964 en una de las grandes familias de la aristocracia cosmopolita e ingles- es descendiente de George II- era radicalmente diferente de la de los otros Estados europeos. Decidió por una « inmunidad colectiva » para la población, destinada a evitar que « todos terminen padeciéndola muy rápidamente, lo que sumergiría al NHS », como declaró Patrick Vallance, el Asesor Científico Jefe del Gobierno del Reino Unido. Si agregamos que el NHS no está en la mejor salud desde la era de Thatcher, uno puede calificar esta decisión como darwiniana y realista, dada la escasez de medios disponibles.
Pero también podemos interesarnos por él según el método científico y utilizarlo como un « experimento crucial » según Bacon, incluso si la crítica a este concepto, emblema del empirismo clásico de Bacon a Popper, fue desplegada por Pierre Duhem, quien escribió: « la verdad de una teoría física no se decide por cara o cruz, pero el físico nunca está seguro de haber agotado todas las suposiciones imaginables ». [2]
Nos encontramos ante una diferencia en los discursos en inglés y francés; empirismo versus formalismo: Darwinismo versus universalidad Kantiana. Esta diferencia se repite en varios campos del discurso del amo inglés y francés: epistemológico, ético, clínico y político.
El artículo de Lacan, Psiquiatría británica y la guerra, es doblemente esencial ya que comienza desplegando la diferencia entre la posición francesa e inglesa durante la Segunda Guerra Mundial: « irrealidad » del lado francés, « intrepidez y realismo » del lado de los ingleses. Después de esta comparación, el artículo examina con precisión el trabajo clínico de dos psicoanalistas ingleses, Bion y Rickmann. Lacan evoca la necesidad de « movilizar totalmente a las fuerzas de la nación « , una necesidad que también prevalece para el Coronavirus, y las soluciones clínicas que Bion y Rickmann inventaron para integrar a los sujetos poco inclinados a comprometerse con él. Él promociona « la llama creativa » que brilla más adelante en el artículo que publicaron más tarde, “Intra-Group Tensions in Therapy. TheirStudyastheTask of the Group”que Lacan traduce: »Tensiones internas en el grupo en terapia. Su estudio propuesto como tarea para el grupo ”. Dice que encuentra allí « el sentimiento milagroso de las etapas iniciales de la elaboración freudiana: la de encontrar en el mismo impasse de una situación la fuerza vital de una intervención ».
Entonces, este Coronavirus, ¿qué nos está mostrando?
Del lado inglés, hay pocos cambios, incluso si, al observar la evolución de los discursos políticos desde el anuncio estruendoso de la « inmunización colectiva « , estamos presenciando un debilitamiento, incluso un giro, de las autoridades públicas confrontadas con el desacuerdo de parte de opinión pública. ¿Y del lado francés?
Desde finales de febrero, cuando se tomaron medidas en Italia para contener el virus, se han dado varios pasos ante la erupción de esta pieza de real que es el Coronavirus. Devolviéndolo a lo que ya se conoce y, por lo tanto, banalizándolo, la gripe. Luego, poco a poco, lo diferenciamos de la gripe, es decir, nos enfrentamos a lo desconocido, pero a la vez nos aferramos a nuestros modos de goce. Perplejidad, miedo, tiempo para no entender, por falta de un instante de ver.
El momento de concluir llegó con este significante guerra y las medidas de confinamiento que borran la pizarra de nuestros modos de goce. Esto es cuando lo real se impuso como tal. Se impuso indirectamente a través de las medidas de defensa actuadas por el gobierno.
Está claro que lo real no constituye un límite: los seres hablantes necesitan interdicción para tratarlo. Lo real, porque es de orden aleatorio (azaroso) nunca es suficiente para crear un límite para los seres hablantes. Puede matarlos, pero la muerte no es un límite que pueda ser vivido. La ley es necesaria. ¿Por qué? Lo plantearé diciendo que la ley, fundada en una activación de la función de interdicción, es la condición del deseo. El deseo es, estrictamente hablando, vital para el ser hablante. Es, por lo tanto, la única herramienta que los cuerpos hablantes tienen a su disposición para tratar lo real. Lo califico como una herramienta porque la forma en que hacemos uso de esta depende del síntoma de cada uno. Resulta en un número infinito de formas de hacer, o no hacer uso de él, para doblarse sin romperse. Es una elección para cada uno de nosotros: cambiar nuestra forma de funcionar, cambiar, posponer: como por ejemplo, la decisión del Consejo WAP de posponer el Congreso programado para Abril hastaDiciembre. O, en un nivel más modesto, escribir un breve artículo sobre el coronavirus del que no se sabe nada! En resumen, se trata de recurrir al deseo en la medida en que implica la pérdida como su modo operativo, pero no la pérdida total, ya que trae consigo la invención y, por lo tanto, un conocimiento sin precedentes.
[1] Jacques Lacan, British Psychiatry and the War (Psiquiatría británica y la guerra), Cuadernos psicoanalíticos, Número 33, Sociedad de Londres de la Nueva Escuela Lacaniana (NLS), 2019.
[2] Pierre Duhem, The AIM and Structure of Physical Theory,Chapter VI (El objetivo y la estructura de la teoría física, Capítulo VI), « La estructura de la teoría física », Princeton University Press, Princeton NJ, 1991 para la versión de bolsillo/en rústica .
Por Marie-Hélène Brousse | 19 de marzo de 2020 | COVID-19/2020 # 8
Photo by Nadia Shira Cohen for The New York Times