Reseña del miércoles 21/XI/07
En la última noche de esta actividad, se presentaron cuatro trabajos del Scilicet: “Semblante” (Pablo Russo), “Discurso Universitario” (Luis Tudanca), “Discurso Analítico” (Alicia Yacoi) y “Presencia del analista” (Débora Fleischer). La interlocución estuvo a cargo de Flory Kruger y en la coordinación, Diana Wolodarsky también coordinadora de este ciclo quien comenzó planteando que fueron noches de aprendizaje y de enseñanza donde se pudo conversar sobre lo que cada uno entendía sobre las distintas facetas del objeto a. Agradeció la colaboración de Silvia Salman y de Florencia Dassen, de los que hicieron las reseñas y de la aceptación de la convocatoria que ella planteó como miembro del Comité de acción de trabajar y discutir los propios textos de los miembros de la Escuela.
Flory realizó una síntesis de cada trabajo planteando algunas preguntas. Del “Discurso Universitario” planteó si hoy puede considerarse que predomina ese discurso como discurso del amo contemporáneo siendo que Miller en Comandatuba ubicó al discurso hipermoderno como el que caracteriza nuestra época y pidió a Luis si podía retomar la articulación de este discurso con los síntomas contemporáneos.
Del “Semblante”, consideró que el trabajo respondía con una orientación clara, la manera de aprehender el concepto y este movimiento de Lacan que parte de oponer semblante y real hasta hacer del objeto a un semblante más, desplazándolo de lo real al campo del ser. Le preguntó a Pablo qué consecuencias podía extraerse para la clínica, orientando las dos formulaciones como los dos modos en que se pensó el fin del análisis: atravesamiento del fantasma e identificación al síntoma.
En relación al trabajo sobre “Discurso Analítico”, retomó lo planteado por Alicia, como siendo su novedad la de situar el inconsciente con una finalidad, la producción del plus de gozar y de que la condición de posibilidad de un análisis depende de la estructura del discurso del amo que es su envés. Alicia se planteó acerca de cuál es la verdad que interesa al psicoanálisis, respondiendo que es la verdad unheimlich, la que causa extrañeza al sujeto. A partir de que la verdad no puede decirse toda, ese imposible de la verdad, es lo que orienta hacia lo real. Flory planteó dos preguntas: una también formulada por Alicia referida a si el discurso analítico está a la altura de la subjetividad de la época y la otra sobre cómo pensar el saber innovador como salida del discurso que el trabajo planteó al final.
Respecto a “Presencia del analista” retomó los ejes que Débora planteó en su relación con el objeto a : 1) la interlocución (enmarcado en la teoría de la intersubjetividad; el analizante busca en el Otro a la pareja de su fantasma). 2) la interpretación (el analista como objeto a está en el lugar de lo no interpretable) y 3) el tiempo (la presencia del analista introduce en el presente de la experiencia un cierto espesor referido al objeto a como proveniente de la temporalidad de la libido). Flory dejó planteada la pregunta entre la relación del espesor y el objeto a.
Luis retomó de su trabajo la noción de equivalencia que consideró crucial en relación a la caída del DM en la sociedad contemporánea y el reemplazo de la ley por el contrato. La cuestión de ubicar si un sujeto está o no instalado en un discurso, tema de investigación sobre las psicosis ordinarias y sobre los síntomas contemporáneos y cómo usar y leer los matemas para poder ejemplificar la clínica actual.
Pablo agradeció el comentario de Flory y señaló que buscó trabajar la relación entre semblante y objeto a en sus diferencias o cercanías, hasta el Seminario XX donde Lacan los junta. Comentó sobre lo que llamó la objetalización de los semblantes y sobre el objeto escópico. Consideró el movimiento del ser al semblante, como solidario en sus consecuencias clínicas, del pasaje del fantasma al síntoma.
Alicia ubicó en el desarrollo de su trabajo los efectos que tuvo para ella la conferencia de Miller “Una fantasía”, quien planteó que Lacan no dudó en ubicar al DM como el del inconsciente; que el DA obtiene su potencia interpretativa y subversiva por ser el reverso del DM. Y que la relación del psicoanálisis con la civilización, cambió como consecuencia de su incidencia, que retornó sobre él, bajo la forma del discurso hipermoderno que presenta su misma estructura. A partir que esos elementos sólo se ordenan en un discurso en el psicoanálisis puro, Alicia decidió retomar entonces la operatoria de envés: la posibilidad de hacerse agente de un imposible soportada en la posición del analista como objeto a agente del discurso; el relieve de esa trama que es la presencia del analista que puede ser cernido pero no interpretado, lo que es posible porque el analista no está de entrada como objeto a en el discurso, sino como plus de goce en el interior del fantasma de su analizante.
Consideró importante sostener la pregunta de qué sería un discurso que no fuera de semblante. Lacan planteó en el Seminario XVIII que la única chance sería la salida del DA en tanto es el discurso que está a la escucha del real como envés del semblante y Miller lo planteó como un saber novedoso, sin automatismos que exige volver a empezar.
Débora dijo que formalizar el objeto a tiene algo de imposible que intentamos cercar de distintas maneras. Y que en la relación temporal no sólo está el corte de sesión sino también la duración que Lacan ubicó respecto a la densidad. Comentó que Miller en el último Seminario planteó que el analizante habla para el Otro pero que en otro momento, más profundo, habla para sí, para satisfacerse en ese hablar, de modo que ese circuito en redondo constituye la palabra a título de pulsión y el analista estaría allí, para permitir que ese circuito se cierre.
Se realizaron preguntas desde el público que problematizaron algunos temas: el S1 y su necesaria localización para que pueda ser leído y hacer posible un análisis; la noción de equivalencia pensada respecto de los tres registros a nivel de los nudos y su necesidad de pasar por allí para construir el borde que dé lugar al plus de gozar y su diferencia al ubicarse como paradigma del funcionamiento de la sociedad contemporánea donde desaparece la dimensión de asimetría; la interrogación sobre los objetos a plurales que Lacan llama naturales en el Seminario X previos al formalismo, en una búsqueda de precisarlos y diferenciarlos. Si hay o no homología entre el inconsciente y la pulsión.
Alicia mencionó que el objeto causa deja todavía algo poco singular respecto a la clínica, mientras que escuchar por ejemplo, en el testimonio de Mauricio, cuando habla de “hacerse escuchar”, si bien es una fórmula pulsional, se trata del objeto plus de gozar voz en el interior de su fantasma luego de ser atravesado y la angustia podría ubicarse como angustia constituyente, porque es un momento sin Otro y una extracción de la voz ya en su reverso, no como plus de gozar, sino en su singularidad.
Quería concluir esta última reseña con las emotivas palabras de Diana quien enfatizó el acento que marcó todas estas noches, la pregunta que marcó nuestro rumbo, respecto de cómo cernir ese punto de imposible, ese relieve, esa vacuola que aparece allí más allá del semblante; cómo se alcanza en la experiencia analítica a tocar ese real por medio de la interpretación, de la resonancia, de la equivocación, ese objeto imposible pero que sin embargo comanda toda la dirección de la cura. Eso que se palpa, que molesta en la experiencia y que sin embargo en algún momento, como dice Lacan en el Seminario X, ese órgano hay que soltarlo; cómo el inconsciente se separa de la zona erógena para que allí se suelte algo del orden del órgano, cómo se produce eso en la experiencia analítica y que cada uno puede dar cuenta.
Estela Schussler.