NOCHES DE LA ESCUELA
Directorio
31 de Agosto de 2010 21:00 hs.
Noche Presentación de las XIX Jornadas Anuales de la EOL
En primer lugar amor y goce son dos cuestiones que hoy se presentan cada vez más como sufrimientos fundamentales a los que los psicoanalistas en su práctica se confrontan. Se trata en estas Jornadas de que ellos den cuenta -para proceder a una elaboración colectiva donde nadie sabe todo- lo que cada uno ha podido (incluso: debido) inventar cuando se opera ya sea con uno (amor) o con el otro (goce).
Pero no menos se trata de señalar las consecuencias de lo que se intentó en cada tratamiento, porque tanto lo que abre una vía (supuesto éxito) como lo que encuentra un callejón sin salida (supuesto fracaso) tienen su valor lógico para la elaboración mencionada.
Una condición es que se entienda que la expresión ‘los tiempos del goce’ se refiere a los tiempos que corren, los tiempos actuales: tiempos de una aceleración en la decadencia del orden simbólico preexistente, con marcadas incidencias en las últimas generaciones. Pues es desde ellas que nos llega lo que más alarma: un empuje al goce desenfrenado de modo singular o grupal (ya particularizado como bandas de goce), sea como anorexias, bulimias, compulsiones sexuales, virtuales o reales, compulsiones a la velocidad, compulsiones laborales, de información, drogadicciones… ya sea como: etc. etc. y etc. Fenómenos en los tiempos del goce que llegan como síntomas no articulados a la castración ni al Padre freudiano -y por lo tanto no articulables a la represión ni a la transferencia en su algoritmo, aunque aún dejen ver una articulación con la frustración, según la conceptualización de Jacques Lacan.
He aquí un lugar donde serán bienvenidos los psicoanalistas que transmitan lo que han encontrado como respuesta. Y aunque aún alarme menos, también de ahí llega una desolación en cuanto a algún ejercicio posible de un amor que ya no podrá estar anudado al Nombre del Padre. De las formas nuevas y contingentes del amor en los jóvenes se espera una respuesta de los psicoanalistas en el nivel de lo que de eso, al menos, escuchen.
En segundo lugar se puede responder a la articulación entre las dos cuestiones (amor-tiempos del goce). Lacan señaló que hay un intento activo y creciente de sustitución de aquel orden simbólico -que se inscribía en lo inconsciente por represión, como anudamiento del deseo-ley y el amor anudado a la identificación al padre- por un nuevo orden que llamó de ‘hierro’[1].
El problema es que a esa sustitución la consideró forclusiva, ante lo cual no deberíamos angustiarnos, sino responder con una clínica de las psicosis ordinarias. Pero también hay que reconocer que al nuevo orden (gestión, evaluación, control) lo llamó de ‘hierro’ porque ahí no es realizable ningún ejercicio del amor…lo que problematiza la acción analítica. Por eso se espera de la respuesta de los psicoanalistas que con su oferta no retrocedan ante las nuevas demandas y eso es precisamente lo que posibilita la transferencia en acto y es amor, aunque no sabemos de qué amor se trata ni cuáles son las reglas para jugar su juego. Respondamos, poco a poco, para ello contamos con estas Jornadas.
En esta ocasión, los integrantes de la Comisión Científica responderán lo que puedan.Marisa Chamizo, Juan Carlos Indart, Ricardo Nepomiachi y Ana Simonetti –
Notas1- Lacan, J.: Lección del 19 de marzo de 1974, en « El Seminario, libro 21: Los nombres del padre o los no incautos yerran (Les non-dupes errent) » (inédito).