Lectura del último capitulo del Seminario de Los Cuatro Conceptos, Libro 11 con la primera parte del Seminario de la Angustia.
Esta expresión que elegí en el titulo y a la que confío, debo hacerme a ella, de pronto expresa esto que : « El Seminario de La angustia apunta a un estatuto del objeto, anterior a la ley y al deseo, anterior la elucubración de la conjunción de la identidad de ley y del deseo…()…se trata de acceder a un estatuto del objeto anterior al deseo, al objeto del deseo y anterior a la ley, a su simbolización fálica, anterior la constitución de la función paterna » 1
Alienación constituyente, así como angustia constituyente.
Es también otra manera de plantear esto que nos acaba de transmitir Philippe La Sagna, que « las religiones del libro son tres, que el primer libro es aquel de un pueblo que no ha elegido la vía religiosa, sino que ha inventado por lo contrario, la idea que la identidad no es un don hereditario sino alguna cosa a adquirir, por una puesta en cuestión, un devenir y sobre todo un saber, un arte de leer »2
Al capitulo 20 del seminario 11 lo alojan un pareja de significantes, « en ti mas que tu » y « queda por concluir ». La apertura es
« Te amo, pero porque, inexplicablemente, amo en ti algo
Mas que tu-el objeto a minúscula te mutilo ».
Al tiempo de concluir Lacan se refiere al hecho de que este anio hablo frente a un público de composición diferente al que seguía su ensenianza, pues debió suspender « el paso que pensaba dar en lo que respecta a los Nombres del Padre ». Comparte el hecho” que este anio que concluye en otro lugar y que estas circunstancias le presentifican y a la vez le permiten dar cuenta de una de las nociones fundamentales: la dystychia ».
¿Qué es esta noción fundamental? y como decir de ella valiéndonos de tyche y automaton. J.A. Miller, en el transcurso de cuatro intervenciones, que dedico como parte de un seminario que tuvo como base el trabajo de un cartel, el « Acerca del Gide de Lacan » planteo lo siguiente:
…Concluiré esta relación con el lugar remarcable que Lacan le otorga a la función del encuentro en este análisis clínico-el mal encuentro, el buen encuentro, la persona que debe ser, la persona que no debe ser, eso hace la diferencia (…) Desciframos eventualmente, a partir del automaton y de la tyche, esta repetición y este encuentro, pero podemos conservar su fuerza sin extinguirla rápidamente en lo ya conocido. Me pareció que esto, en si mismo, tiene la posibilidad de precisiones practicas suficientes, de suerte que para una de las jornadas espaniolas propuse como titulo « Encuentro y repetición en la neurosis y en la psicosis », no podemos dejar de sorprendernos de la importancia mayor que Lacan le daba a estas funciones. Miller agrega-
« seguramente se puede decir, que Lacan ira mas allá al considerar la maldad básica del encuentro, pero creo que hay mas cosas que decir al respecto ».3
La pregunta por el orden de verdad que genera nuestra praxis se hace relevante ahí donde la dirección de la cura, desanuda la palabra del saber y la anuda al goce.
¿Sorprende reconocer con nitidez el obstáculo con el cual se confronta el analista desarmado del saber, « que me autoriza »? La formación del analista atanie al nudo de la palabra y del goce. El orden de verdad que genera nuestra praxis es otro modo de referirse por ejemplo, a la pregunta que Freud le hace a Dora, cuando ella se dirige a el por consejo de su padre, a fin de describirle la ensortijada en la que su padre, según ella, la enredo. Freud porque le cree puede preguntarle con incredulidad algo así como ¿ »que parte tienes tu en esa concatenación de hechos »? La pregunta de la rectificación subjetiva, anticipa el recurso a la topología, aunque rect-ificación suena aun como del genero eterno de la geometría euclidiana*- ella corresponde sin embargo a un nuevo genero como el que encarna la pregunta por el orden de verdad que genera nuestra praxis. Que partes tienes tú, convoca la parte que hay en ti.
Si nos adentramos en el capitulo, Lacan nos da formulas para que nos sirven de puntos de referencia, las tomamos. La transferencia es aquello que de la pulsión aparta la demanda, el deseo del analista es aquello que la vuelve llevar a la pulsión. Y por esta vía aísla el objeto, lo sitúa a la mayor distancia posible del I, que el analista es llamado a encarnar ».
Desde el Seminario de la angustia » la pulsión (S/◊ D) que debe leerse, S/tachado, corte de D demanda…esto es así en la medida en que el fantasma (S/◊a) se presenta de una forma privilegiada en el neurótico como (S/◊ D) »4
« …El punto del ideal del yo es el punto desde el cual el sujeto se vera, según dicen como visto por el otro-esto le permitirá sostenerse en una situación dual satisfactoria para el desde el punto de vista de amor. Como espejismo, el amor tiene esencia de enganio. Se sitúa en el campo instituido por la referencia al placer (…) I mayúscula que esta en el Otro, desde donde el Otro me ve tal como me gusta que me vean. Ahora bien, justo en este punto de convergencia hacia el cual el análisis es empujado por la faz engañosa que encierra la transferencia, se produce un encuentro que es una paradoja-el descubrimiento del analista. Este descubrimiento solo puede entenderse nos- dice Lacan en otro nivel, que el de l faz del enganio, puede entenderse en el nivel donde situamos la relación de la alienación (…) el analizado le dice a su interlocutor el analista –Te amo, pero porque inexplicablemente amo en ti algo mas que tu, el objeto a minúscula, te mutilo… »
Otra versión de la línea de apertura que anote, con la que Lacan encabeza el ultimo capitulo del Seminario XI, la encontramos en el seminario de la Angustia, a continuación de plantear que el discurso de la angustia no puede mantenerse alejado por mas tiempo del problema del deseo del analista.
« …aunque el yo sea el lugar de la senial no es para el yo para el que se da esta senial. Es muy evidente. Si se enciende en el yo, es para que el sujeto sea advertido de algo, a saber, de un deseo, o sea de una demanda que no concierne a ninguna necesidad, que no concierne a nada mas que ha mi propio ser, es decir que me pone en cuestión. Digamos que me anula. En principio, no se dirige a mi en cuanto presente, se dirige a mi, si ustedes quieren, como esperando y, mucho mas todavía, como perdido. Solicita mi perdida para que el Otro se encuentre en ella. Es esto la angustia. 5
El deseo en posición de objeto.
El tema de los objetos a en la experiencia analítica, nos permite desplegar « la fuerza de la articulación de la repetición y del encuentro » en los diferentes casos clínicos. Tomando en cuenta que “…se trata de la relación entre menos phi y la constitución del a minúscula. Por un lado la reserva inasible imaginariamente aunque este ligada a un órgano, por otra parte el a, que es ese resto ese residuo, ese objeto cuyo estatuto escapa al estatuto del objeto derivado de la imagen especular, es decir a las leyes de la estética trascendental…Se trata de instituir otro modo de imaginarización (..).en el que se defina este objeto ».6 El hecho que Lacan abre el seminario de la angustia diciendo que la estructura de la angustia es la misma a la estructura esencial del fantasma, no es sin vinculo a « aquella clase de deseo que se manifiesta en la interpretación, cuya forma mas ejemplar y enigmática es la incidencia del analista en la cura »7, no es sin vinculo a la presencia inédita, del a, el objeto en la función que cumple en el fantasma 8. Durante el curso XV, del 3/4/02 Miller nos participo de un trozo inédito por lo irreconocible de la ensenianza de Lacan que corresponde al Seminario del Acto analítico, « Le desir de l`analyste, il est impossible de le tirer d`ailleurs que du fantasme du psychanalyste. C`est de ce qu`il y a de plus opaque, de plus ferme, de plus autiste dans sa parole que vient le choc d`ou se degele chez l`analysant la parole ».
Interpreto que aquello que Miller reflexiono durante la jornada de Gide diciendo que Lacan fue mas allá al considerar la maldad básica del encuentro, va con lo que nos dice, en seguida a continuación, a esta proposición de Lacan del Acto analítico, « es sin duda única –a verificar- y que parece dar un escala para medir la transformación de la técnica analítica misma, pues es el inverso de una un practica, que se ordenaría de una realidad como desexualizada o especulando sobre la coincidencia sentimental.9
De aquí parece surgir ese otro modo de imaginarización que define el objeto que escapa a la imagen especular, residuo no invertible, ni tampoco significable en el registro articulado10 que el tema del próximo Congreso en BS AS nos permite desplegar.
Notas,
1-J.A. Miller, La angustia lacaniana. Pág., 67, 68
2-Philippe La Sagna- La Lettre en ligne N39-Juillet 2007
3-J.A. Miller- Acerca del Gide de Lacan, Malentendido, Pág. 7,66
* expresión que surge del contexto de lo expuesto por J.A. Miller en el curso del 6 de junio 2007
4- -J. Lacan Seminario Libro X- cap 5, Lo Que Engania Pág. 77, apartado 3
5- J. Lacan- idem Cap. XI- Puntuaciones sobre el deseo, apartado 3, Pág. 167
6-J. Lacan- ídem Cap. 3 Del cosmos al Unheimlichkeit, apartado 3, Pág. 50
7- J. Lacan-idem Cap. 4, Mas allá de la Angustia de Castración, apartado3, Pág. 65
8- J. Lacan- ídem Cap. 4, Mas allá de la Angustia de Castración, apartado3, Pág. 55
9- J.A. Miller-Orientacion lacanienne III, 4-cours n 15 3/04/02
10- J. Lacan-ídem Cap. 5, Lo Que Engania Pág. 78, apartado 3
Bibliografía, Francois Rabelais, Le probleme de l` incroyance, La Religion de Rabelais (1942)
Soren Kierkegaard, Las Obras del Amor. En particular los capítulos de la segunda parte.
GIЭP, NLS, Israel
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