TREINTA AÑOS SIN LACAN[1]Germán García
…ou pire apareció en las vidrieras de las librerías de París. Dentro de poco también estará Vida de Lacan, el libro de Jacques-Alain Miller que difundirá clases de su legendario Curso —del que conocemos algunos tramos en castellano—; seguro que habrá otras iniciativas, como ya existen polémicas en internet.
Durante esos treinta años Jacques-Alain Miller mantuvo las resonancias de la enseñanza de Jacques Lacan, disolviendo lo que se convertía en doxa, rectificando lo que se iba consolidando. Era necesario llamar la atención sobre lo que congelaba a Jacques Lacan en un monumento sincrónico que suprimía el movimiento de su enseñanza.
En el camino quedarán polémicas, algunas injuriosas y otras producidas por el extravío, y avatares que ya son parte de una fábula que suele llamarse “historia”.
Nosotros no tuvimos la “pantalla” de la presencia de Jacques Lacan, lo que no implica que la referencia a su enseñanza no fuera el vector de algunas preocupaciones. Lejano y próximo a la vez —como el mismo Jacques Lacan le dijera a Oscar Masotta en una dedicatoria— estaba presente, poco importa que para algunos se convirtiera en la ilusión de una pertenencia inexistente. Después de todo somos hijos de El Quijote, sobrinos de Madame Bovary y cosas peores. “La orientación lacaniana”, sabemos, es la insignia que Jacques-Alain Miller propuso; no sin algunos encontronazos y disoluciones: los que aceptamos la apuesta llevamos adelante la Escuela de la Orientación Lacaniana (EOL), el Campo freudiano en la Argentina y el Instituto Oscar Masotta (IOM) que preside Jacques-Alain Miller. Es sabido, por otra parte, que la trama del Instituto del campo freudiano tiene algunos nudos que organizan su red: el Instituto Clínico de Buenos Aires (ICBA), Centro de investigaciones y estudios clínicos (CIEC), Fundación Descartes, cuyo Centro está dedicado a la enseñanza y la investigación analítica.
La pregunta sería ¿se trata de administrar de manera pasiva lo ya realizado, sin ninguna referencia a las “versiones” de Lacan que circulan? ¿Cada uno en su parcela, consolidando una doxa que con el vocabulario de Lacan va a contrapelo de su enseñanza y la clínica que podría inducirse? Veremos: que cada uno “espere lo que desea”, sin dejar de hacer lo que corresponde.