Jornadas Clínicas y Conversación Institucional de la NEL en Maracaibo
Este fin de semana en Maracaibo, contamos con la presencia del Comité Ejecutivo de la NEL, a saber: Ma. Hortensia Cárdenas, Presidenta; Juan Fernando Pérez, Vice-Presidente; Juan Felipe Arango, Tesorero y Mercedes Iglesias, Secretaria. A quienes recibimos con gran entusiasmo.
Juan Fernando Pérez fue el encargado de coordinar la actividad clínica, quien luego de realizar una introducción elocuente y un recorrido impecable, prosiguió con la presentación y discusión de una serie de casos, expuestos por Asociados de la Sede, ante la presencia de todos los integrantes de la misma.
Posteriormente Ma. Hortensia Cárdenas, en calidad de Presidenta de la NEL, nos invita a una conversación institucional, orientada a enlazar los lineamientos de las políticas de la AMP, que destacan la formación del analista, con las particularidades inherentes de nuestra Sede. En sus palabras, « las Jornadas Clínicas son una respuesta del Comité Ejecutivo a la problemática de la formación del analista ». Y ciertamente, este encuentro ha sido altamente provechoso en este sentido y como experiencia de Escuela.
Juan Fernando Pérez, abrió el espacio de trabajo con una reflexión en torno a la creencia que subyace a la noción de educación, que implica que la formación de los hombres se alcanza necesariamente en la medida en que sean educados. En contraposición, cita a Lacan en su texto « El triunfo de la religión », quien afirma « a decir verdad, no es obligatorio que el hombre sea educado, ya que él realiza este proceso solo » . Y lo realiza solo, en tanto que su constitución está dada desde el comienzo, en función de decisiones que realiza el sujeto, en el espacio de su advenimiento, que responden más a sus modos particulares de hacer frente a lo real de su existencia y menos a los ideales que la cultura le propone.
Es entonces, luego de este advenimiento del sujeto, que la cultura se erige en la ilusión de reeducar los modos de goce de este sujeto, a través de la educación. El psicoanálisis propondrá entonces otro modo de formar, distinto a la educación. Si bien, la noción de Escuela propuesta por Lacan tiene el propósito de formar analistas; no podemos perder de vista -como él mismo señaló- que no existe la formación del analista, sino formaciones del inconsciente. Entendiendo que cada sujeto es, en tanto respuesta a lo real, él mismo una formación del inconsciente. Así, los efectos de-formación buscados, estarán orientados a franquear las implicaciones de goce que esto supone. Operación que solo será posible bajo la dirección que nos señala nuestra ética particular.
La puntualización de Juan Fernando, sobre los objetivos de este encuentro: Trabajar para producir efectos de formación en los analistas y contribuir a la existencia de una comunidad de trabajo, fueron sustentadas por la intervención de la Presidenta, quien resalta la función central de la Escuela, en su articulación con los Centros de Investigación y los Centros de Consulta y Tratamiento Psicoanalíticos. Todos ellos orientados a la formación de analistas, ya que si el psicoanálisis es una práctica, de la existencia de los psicoanalistas dependerá, la existencia del psicoanálisis. Es así, según sus palabras, como « cada uno hará existir al psicoanálisis con su acto ».
María Hortensia plantea, que los Centros de Tratamiento, toman en cuenta la presencia del otro social, « un otro que existe y tiene consecuencias en nosotros mismos », y en este sentido, intentan alojar el malestar propio de la civilización de nuestra época. Indica que estos dispositivos se instalan como instancias inéditas, que más allá de la Escuela y la experiencia propia del análisis de cada uno, valen como herramientas de la cual podemos servirnos, en tanto Institución, para la formación de los analistas. Analistas que harán existir al psicoanálisis en la medida en que puedan responder a la particularidad de su época, « época del síntoma, que como tal no tiene solución ».
Una época que muestra la emergencia de nuevos sujetos, con sus nuevos malestares; caracterizada por ejemplo, por adolescentes que tienen a su alcance un cúmulo abrumador de información, pero una carencia abismal de orientación; jóvenes que hacen lazo alrededor de la muerte como solución posible; niños angustiados que no reconocen los semblantes de autoridad ni de saber instalados hasta el momento, quedando así sin referencias; padres que no logran trasmitirlas, ya que ellos han perdido las suyas; una vida « sin sentido », donde los adultos están deprimidos y los jóvenes aburridos.
Se tratará entonces, de formar analistas enmarcados en su época, capaces de crear soluciones contingentes y posibles a la medida de cada caso particular.
Para concluir, Ma. Hortensia nos invita a participar en una conversación sobre las particularidades que nos atañen como Sede, intentando demarcar el momento en el que nos encontramos y la dirección en la cual se orientará nuestro trabajo, en función de esta causa común que es el psicoanálisis.
Queremos agradecer profundamente a nuestros invitados, ya que causaron a nuestra Sede incluso antes de su llegada, generando un trabajo que desde el comienzo y sobre la marcha, dio muestras de sus efectos en la formación; favoreciendo de manera enriquecedora el tránsito por lugares privilegiados en nuestra experiencia de Institución, como lo son la transmisión, la práctica y la creación.
Maracaibo; 23 de Mayo de 2007
Ana María González
Isolda Alvarez
Carolina Hernández
(Nel-Debates-mayo 23 de 2007)