Octubre 2007
Es la primera vez en la historia que lo gana un artista argentino. Fue por su obra « La Civilización Occidental y Cristiana ». El jurado valoró tanto la « sensatez » de su tono crítico como la forma renovadora de expresarlo.
LA OBRA PREMIADA. LA CONCRETO EN 1965, EN CONTRA DE LA GUERRA VIETNAM, Y LA EXHIBIO EN LA BIENAL VENECIA EN JUNIO DE ESTE AÑO.
Por primera vez en la historia, un artista argentino es galardonado con el máximo premio de la Bienal Internacional de Arte de Venecia, el mayor evento de arte a nivel mundial. Antes, sólo los argentinos Antonio Berni y Julio Le Parc habían obtenido premios allí, y eran premios menores que éste. -¿Se lo imaginaba, Ferrari?-Algo sospechaba – contó el artista a Clarín en directo desde Venecia, horas después de recibir el premio-. Me había parecido algo raro que hace un mes atrás una productora de la bienal me mandara un mail detallándome cosas como que la bienal daba premios, cuáles eran, etc. Cuando lo recibí, me acuerdo que pensé: ‘Y bueno, por ahí me dan algo’. Pero ahora tengo una gran alegría. -¿Y cómo fue?-Bueno, el jurado, en especial, Robert Storr (el norteamericano director de la bienal) otorgó cuatro premios León de Oro (uno a la mejor representación nacional, la de Hungría; otro a un artista menor de 40 años, Emily Jacir; otro al crítico de arte y profesor de Harvard Benjamín Buchloh; y otra a Ferrari). Lo que me gustó mucho fue que pude decir, al subir a recibirlo, mis propósitos al hacer arte: ahí mismo dije que siempre quise hacer una crítica a la cultura occidental y a la religión cristiana, la que nos condena a la tortura si no pensamos como ella. -¿Qué dijo el jurado al entregarle el premio?-Dijeron que habían visto cosas muy sensatas en mi obra, pero dichas de una manera contemporánea, especialmente en lo referente a mis series de « Cristos » y del « Observatorio Romano », que son muy difíciles de debatir porque son cosas de la Iglesia. También el jurado celebró la forma que tengo de decir las cosas. Renovadora, la llamaron.-¿Y usted qué les contestó?-Que así como ellos me habían dado ese premio, yo también les iba a dar un premio a ellos -comenta Ferrari, riéndose-. También dediqué el premio a Alicia, mi mujer, y a mis hijos, a los hijos de mis hijos, y a los hijos de mis hijos de mis hijos. Y ahí el jurado se rió de vuelta.Se le siente la sonrisa por teléfono. Cansada, pero sonrisa al fin. Es que todo fue muy repentino: hace tres días le anunciaron que se ganó el premio, en el mismo momento le consiguieron los pasajes para viajar un par de horas después, antes de ayer llegó a Venecia y ayer mismo le entregaron el premio. Y hoy Ferrari ya está de vuelta, camino a la Argentina. No es poco baile para un artista de 87 años. -¿Qué piensa que fue lo que llamó la atención de su obra al jurado, que finalmente decidió otorgarle el máximo premio?-Bueno, creo que por una parte fue que es una obra que tiene una carga significativa (por la crítica a la Iglesia cristiana y romana), y justo esa carga tocaba al jurado, que estaba formado por un italiano, un inglés, un americano, un colombiano y un marroquí. Eso estuvo bien, que Robert Storr abriera el juego a otros países como el nuestro, por ejemplo, tanto para la exhibición como para los premios, y para la conformación del mismo jurado. Estuvo todo bastante repartido, esta vez.