Si Freud ve en los sueños la vía real de acceso al inconsciente, la ciencia también se ha interesado por el sueño con el objetivo de demostrar el mecanismo del mismo, su funcionamiento y las leyes que rigen el mundo onírico. La ambición de algunos científicos de la Brown University y de la Berkeley University llega a considerar totalmente factible, con el avance de la tecnología, la realización de una máquina que permita no solamente grabar y visualizar una vez despiertos los sueños realizados en la noche, sino también poder compartirlos a través de las redes sociales.
El proyecto quiere liberarse de la narración del propio soñante que en muchas ocasiones no es nada clara sino más bien imprecisa y confusa. Los primeros bancos de sueños han sido recopilados recogiendo rasgos comunes entre los sueños apuntando un proyecto para poder identificarlos e interpretarlos. Los científicos han establecido en dicho banco de datos la correspondencia entre las imágenes de resonancia magnética y las palabras-clave con las que los soñantes asociaban a su experiencia del sueño cuando se les despertaba. Posteriormente visualizando miles de bandas de anuncios por YouTube se seleccionaban imágenes que venían asociadas a los perfiles obtenidos en el sueño por un sistema de IRM. De esta manera se intenta recrear en video lo que el sonante visualiza en su sueño.
Por el momento los avances de las neurociencias no han podido progresar demasiado en lo que respecta a la interpretación y desciframiento del sueño ya que parten de un gran inconveniente al reconocer que el sueño es a priori único y singular para cada soñante. La ciencia no consigue encontrar la universalización del desciframiento de los sueños que se revelan ininterpretables de manera estándar. El esfuerzo en conseguirlo continua.
Lacan avanzaba en “la ciencia y la verdad” que el objeto del psicoanálisis es el objeto perdido, el objeto a. Ello implica un estatuto de sujeto para el psicoanálisis en tanto que Spaltung, en tanto que sujeto dividido al que “la ciencia se revela sin salida en el esfuerzo de suturarlo”[1]. En el psicoanálisis la falta de verdad sobre la verdad “es propiamente el lugar de la Urverdrängung, de la represión originaria”[2], lugar en el que Freud ubicaba la cicatriz que en el sueño él nombraba “ombligo del sueño”. Allí se ubica el lugar de real de lo ininterpretable.
[1] J. Lacan, « La science et la vérité », Écrits, Seuil, coll. Champ Freudien, Paris 1966, p. 861.
[2] Ibid., p. 868.