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17/05/2011 ana gaitero | león
ramiro
La caída del padre como figura central de la familia es uno de los hechos que a los que ha asistido la sociedad moderna en las últimas décadas. Cada vez hay más diversidad de familias: monoparentales y monomarentales, uniones libres, familias recompuestas, familias homosexuales y lesbianas… Cambios sociales debidos a los avances de la mujer y también de la ciencia que hace posible situaciones antes inauditas como la paternidad a través de vientres de alquiler o la maternidad por inseminación artificial de padres biológicos anónimos. En el nuevo orden familiar, señala la psicoanalista Marie Hélène Brousse, las «funciones de la madre y del padre son intercambiables». Pero si antes la familia «era definida y apoyada en la función paterna», que equivalía a la ley, ahora se ha impuesto «el orden o el lazo social» a través de protocolos. Brousse, profesora asociada en la Universidad París VIII, pronunció una conferencia en León en la que subrayó que actualmente «se educa menos bajo los principios de la prohibición» y más a partir de «lo real»: «Ahora es raro que se le diga a un niño que algo está prohibido, se le dice que es imposible». Entre las consecuencias de este cambio irreversible apuntó que genera «menos deseo y menos subversión» como empujes de la satisfacción. «Ahora todo es más moral y más políticamente correcto», algo que genera «más impotencia y más depresión», señaló. La psicóloga y analista clínica explicó que no es casual que «las adicciones y la depresión» sean dos de las enfermedades o problemas que la sociedad sufre de manera creciente. Las primeras en el afán de buscar una satisfacción en el consumo de objetos. Durante la conferencia organizada por el Instituto del Campo Freudiano de Castilla y León, apuntó que el análisis lacaniano «apuesta por el deseo» frente a la «forma extrema de Superyo que es el mandato de goce obligatorio con objetos que da el mercado» impuesto en la sociedad actual. Se trata de sustituir el ¡enjoy! obligatorio por la célebre frase la canción de los Rolling Stone I can’t get no satisfaction , el incorformismo y el «no» a los objetos como fuente de goce. Los apoyos a esta vía son las acciones, «la solución por el acto, por el decidirse y no dejarse mandar» por el mercado, subrayó la analista durante la charla que ofreció en León.